Monómeros: ¿cuál es la importancia económica de la empresa que Gustavo Petro no quiere que venda Venezuela?

El Gobierno de Gustavo Petro está moviendo cielo y tierra para evitar que la empresa Monómeros, propiedad del gobierno venezolano, pase a manos privadas. En los últimos días la compañía petroquímica volvió a estar en disputa, pues mientras que el gobierno de Nicolás Maduro busca en inversionistas privados al mejor postor para la compañía, Colombia trata de detener su venta. 

Monómeros Colombo Venezolanos nació en 1967 como un proyecto binacional entre Colombia y Venezuela con la idea de producir fertilizantes y otros productos petroquímicos esenciales para el sector agroindustrial, y en los años setenta y ochenta se consolidó en la región. Sin embargo, en las últimas décadas ha perdido su brillo. 

Aunque desde 2006 la compañía pasó a ser propiedad del Estado venezolano, luego de que el presidente Hugo Chávez adquirió la participación colombiana en la empresa, Colombia nunca se ha desvinculado del todo de Monómeros, que mantiene dos complejos de producción en Colombia, en Barranquilla y Buenaventura, y genera 600 empleos directos en el país. 

Aunque el Gobierno defiende su importancia para el desarrollo económico y agrícola de Colombia, para algunos expertos, su impacto económico ya no es tan relevante en el mercado de fertilizantes. ¿Qué hay detrás de la empresa hoy? 

¿Por qué están enfrentados Maduro y Petro? 

La idea de Nicolás Maduro de privatizar la empresa tiene enfrentados a los gobiernos de ambos países. El presidente venezolano quiere negociar la empresa, según varios analistas, para evitar que el gobierno de Estados Unidos recrudezca las sanciones contra esta en el nuevo gobierno de Donald Trump. 

En 2017 Monómeros, que es una filial de Petroquímicas de Venezuela (Pequiven), fue sancionada por primera vez por el gobierno de Estados Unidos, y entró en la lista de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (Ofac por su sigla en inglés), lo que limita la operación comercial de la empresa, con los bancos y los gobiernos. Entre 2019 y 2022, con el apoyo del expresidente Iván Duque la empresa estuvo bajo el control del presidente interino Juan Guaidó y la sanción se suspendió.  

Con la llegada de Petro, Monómeros volvió a estar bajo el poder de Maduro. Tras restablecer las relaciones binacionales, el mandatario colombiano le propuso a su homólogo que Colombia volviera a tener control de la mitad de las acciones de la empresa, con la idea de impulsar la producción nacional de fertilizantes, pero no obtuvo respuesta. 

“Me opongo integralmente a una privatización de la empresa Monómeros localizada en Barranquilla”, fue la reacción del presidente Petro hace unos días. Tan firme es su posición sobre Monómeros que incluso envió una carta a Maduro. 

“La privatización y venta de Monómeros implicará el encarecimiento de los productos primarios agrícolas en nuestros países. Además, obligará a nuestros campesinos y campesinas a depender de productos extranjeros y del precio de insumos agrícolas del mercado internacional", dijo Petro en la carta, en la que invitó a su homólogo venezolano a “reconsiderar la privatización de la compañía”. 

Esta semana la Superintendencia de Sociedades decidió someter a control a la empresa. “Ante la posible venta de sus acciones, dada la financiación que percibe mayoritariamente por sus vinculados, en el escenario de una enajenación de sus participaciones, podría generar y materializar un riesgo de insolvencia”, dijo la entidad por medio de un comunicado. 

Andrés Parias, profesor de la especialización en derecho de sociedades de la Universidad Javeriana, explicó que, sin importar la nacionalidad del accionista, Monómeros es una sociedad constituida y con domicilio en Barranquilla, con trabajadores y proveedores en Colombia, y por eso la Superintendencia puede someterla a control, lo que no implica que tome posesión. 

Según el académico, este tipo de acciones no dependen del tamaño de las empresas o de su relevancia, sino que es una medida que toma la Superintendencia para subsanar una situación crítica de orden administrativo, financiero o jurídico de la compañía. “Se está surtiendo una actuación administrativa en la que tiene que garantizar el debido proceso a Monómeros”, aclaró. 

Para Parias, la empresa sigue siendo muy importante y estratégica para Colombia, y esa es la excusa a la que siempre recurre Colombia para tomar medidas sobre ella. 

“El tema de Monómeros ha tenido un prisma muy político y todas las decisiones que se han tomado desde la Superintendencia históricamente han sido con un juicio muy político. Monómeros se ha vuelto una ficha en el ajedrez político de Colombia y Venezuela. Lo vimos en el gobierno de Duque y lo vemos en el de Petro, dependiendo de cómo se alineen van tomando decisiones sobre la empresa”, explicó el académico. 

¿Cuál es la importancia de Monómeros para Colombia? 

La Superintendencia de Sociedades publica cada año la lista de las empresas más grandes del país según sus ingresos. En 2023 Monómeros ocupó la posición 326. La compañía facturó 835.993 millones de pesos, una caída de 18 por ciento en relación con el año anterior, y registró utilidades por 1.085 millones. En 2022 la empresa estaba en el puesto 243 entre las más grandes.     

La Presidencia de la República ha destacado que Monómeros produce el 40 por ciento de los fertilizantes que se utilizan en la producción agroindustrial del país y según el Ejecutivo, durante más de cinco décadas Monómeros ha sido el principal abastecedor de insumos agroindustriales para más del 80 por ciento del campesinado. 

Sin embargo, fuentes del sector que prefirieron no ser nombradas aseguran que la participación de Monómeros en el mercado de fertilizantes puede ser alrededor de 20 por ciento, no de 40, si se tiene en cuenta la variedad de productos que se usan en el sector y la participación de otras grandes empresas como Yara o Bayer.  

La producción de fertilizantes en 2023 le dejó al país 1.020 millones de dólares, ventas por 1.400 millones de dólares y 38 millones de dólares por exportaciones, según la Cámara Procultivos de la Andi, que reúne a 13 empresas extranjeras que comercializan y producen fertilizantes y plaguicidas en el país. Según esta entidad, en el país el sector tiene más de 300 empresas que se dedican a la venta de estos productos. 

El exministro de Agricultura Andrés Valencia mencionó que en los últimos años la importancia relativa de la empresa en el mercado ha venido en declive, algo que se refleja tanto en las cifras de la empresa como en las de la industria. “Seguramente hace 15 o 10 años Monómeros era muy relevante y participaba entre 50 y 60 por ciento del mercado en el país, pero hoy puede ser alrededor de la cuarta parte”, dijo. 

Según cálculos propios de Valencia, basándose en datos de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian), en 2024 entre enero y agosto Colombia importó 1,41 millones de toneladas de fertilizantes por un valor de 610 millones de dólares.

“Dentro de esa participación, Monómeros es responsable del 9,8 por ciento”, estimó Valencia. 

Por el lado de las ventas de fertilizantes, el exministro señaló que el mercado está altamente concentrado en 13 empresas, que al año la comercialización mueve entre 8 o 9 billones de pesos localmente, “y Monómeros es alrededor del 13 por ciento”. Según Valencia, puede haber un “sobredimensionamiento del impacto de la compañía” en el agro colombiano. 

“Monómeros ha perdido una importancia bastante grande desde hace tres o cuatro años. En 2021 la empresa vendía más de 600.000 o 700.000 toneladas de fertilizantes en Colombia, pero en 2023 las ventas fueron de menos de 350.000 toneladas. En un periodo muy corto se han reducido las ventas al mercado de fertilizantes en Colombia a casi la mitad”, dijo. 

¿Por qué no se producen más fertilizantes localmente? 

El informe de sostenibilidad de 2023 de Monómeros menciona que los dos complejos productivos de la empresa en el país tienen una capacidad de producción de más de 800.000 toneladas de fertilizantes compuestos, mezclados y simples.

Para la producción de fertilizantes a nivel mundial, las empresas importan materias primas como fósforo, potasio y urea para hacer mezclas. Cifras de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) detallan que al año Colombia importa alrededor de 2,1 millones de fertilizantes. 

Jorge Enrique Bedoya, presidente del gremio, mencionó que Colombia no es un gran productor de fertilizantes porque las materias primas se importan, como sucede en la mayoría de los países. En el país no hay yacimientos de estos elementos, o si los hay, son muy limitados. Por eso lograr una autosuficiencia en producción de fertilizantes es complejo. 

“Ojalá se pudiera producir competitivamente los insumos para productores agrícolas y pecuarios, pero no es tan fácil pensar que el país puede producir fósforo, porque no se han hecho los estudios o un plan de negocios para ello, lo mismo pasa con el potasio, y con la urea, la mayoría se importa en su mayoría de Estados Unidos y Trinidad y Tobago. 

Por eso el precio de los fertilizantes está sujeto a las dinámicas internacionales. Cuando en 2022 Rusia invadió Ucrania, uno de los principales productores de urea, el precio de los fertilizantes a nivel local se disparó, lo que reforzó la idea del presidente Petro de impulsar la producción local. 

“A la larga lo que hacen las fábricas de fertilizantes es trasladar lo que está pasando en el mercado internacional al precio, y al final al productor lo que le preocupa es el precio de los fertilizantes y el costo de producir los alimentos. El asunto es que esos costos están atados a la coyuntura internacional”, aclaró Bedoya. 

Para el presidente de la SAC, más que una producción nacional única, puede ser más eficiente un mercado con múltiples actores. “Entre más competencia haya es mejor. Los productores necesitan insumos que lo hagan viable”, sostuvo.

Monómeros no es un tema menor. Es una empresa cercana a los colombianos y sus principales marcas, Nutrimon y Ecofértil, son de las más populares en el país. La empresa ha tenido también una situación particular y dificultades financieras en los últimos años, ligadas a la situación de Venezuela y las restricciones de Estados Unidos. 

Aunque todo parece jugar en contra, Petro quiere salvar a Monómeros y que la empresa sea la solución a los problemas del campo colombiano. Por eso es tan importante para el Gobierno.