
Érika Zarante, nueva CEO de Latam Airlines Colombia.
Crédito: Latam Airlines
“En el sector aéreo hay oportunidades para las mujeres”: Érika Zarante, nueva CEO de Latam
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Latam Airlines inició el año 2025 con nueva CEO, quien le contó a CAMBIO su historia. Es abogada y lleva 23 años en el sector y en la compañía, pero cuando empezó hace dos décadas no sabía nada de aviones. ¿Cómo llegó a convertirse en la directiva de una de las aerolíneas más grandes de América Latina?

Una mujer está sentada en la dirección de Latam Airlines Colombia desde el 1° de enero de 2025. Es la primera en ocupar este cargo y la única directiva femenina de una aerolínea en Colombia en este momento. Su nombre es Érika Zarante Bahamón, es abogada, lleva 23 años en la organización y también en la industria de la aviación. Así llegó a liderar la operación en el país una de las principales aerolíneas de América Latina.
“Para mí, este nombramiento es muy importante porque creo que es una reflexión sobre los temas de diversidad e inclusión. Pero yo no estoy acá sólo por ser mujer: estoy acá porque tengo contenido, trayectoria y conocimiento, porque manejo el gobierno corporativo y conozco la compañía”, dice Zarante en conversación con CAMBIO.
Esa diversidad e inclusión a la que hace referencia la ejecutiva de la segunda aerolínea más grande del país no sólo es un tema de género. En el sector no es habitual que se nombre en estos cargos a abogados, y suelen figurar más directivos que vienen de áreas financieras o de mercadeo.
La diversidad, dice Zarante, también implica involucrar personas con otras formaciones y visiones en los distintos procesos de una empresa: “Latam está apostando no sólo por una mujer, sino por una abogada que tiene la capacidad de ser la CEO. Es un reto, pero también otra manera de ser inclusivos”, aclara.

Una carrera de dos décadas en la industria aeronáutica
“Yo quería ser superintendente de Sociedades”, dice la CEO de Latam. Cuando estudiaba derecho en la Universidad de la Sabana, se imaginaba algo totalmente diferente.
Zarante se lanzó al mundo laboral desde muy joven. A sus 15 años se vinculó a una empresa textil como vendedora, una oportunidad que le sirvió para 'soltarse' y ganar experiencia. Luego trabajó por casi cuatro años en Posse Herrera Ruiz, una de las principales firmas de abogados que hay en el país. Sin embargo, sentía que ese rol no era relevante en su proyección profesional. “Yo hacía todo y mi jefe lo mostraba. Y yo me decía: ‘No, yo quiero ser la que muestre resultados’”, recuerda.
Un día, sus papás encontraron un recorte en el periódico. La empresa Aerovías de Integración Regional (Aires) ofrecía una vacante para un abogado. Les llamó la atención y la motivaron para presentarse.
“El perfil que buscaban era una persona más grande, de más o menos 30 años, y yo tenía 21. Pero presenté las pruebas, y me llamó a entrevista el que en ese momento era el presidente de la compañía y tal vez vio algo en mí. Accidentalmente, terminé en la industria de aviación”, señala.
Pero, en ese entonces, la joven abogada no tenía ni la menor idea del sector. Su formación como jurista no le iba a servir para sobrevivir en una industria dominada por fuerzas de trabajo masculinas. Y le tocó aprender, empíricamente, porque tampoco la formó nadie.
“¿En qué me metí? –se cuestionaba a diario–. Ni la biblia es así”, decía, al revisar el reglamento aeronáutico de Colombia. Le tocó aprender sobre aviones, motores y mecánica, y sobre pilotos y aeropuertos.
“Me tocó aprender hasta qué es la boroscopia de un motor”, recuerda, entre risas, en referencia a cómo se le llama en lenguaje técnico a la inspección visual de las piezas internas del motor.
Por sí misma empezó a entender de ese mundo y, con responsabilidad y resultados, se abrió espacio en la organización. La industria la enganchó y hoy es una de sus pasiones.
Llevaba casi una década en Aires cuando la empresa, que estaba en una situación financiera compleja, fue vendida al grupo chileno LAN. Fue Zarante quien lideró esa transacción. Ahí empezó otro capítulo para ella como gerente legal y de compliance de LAN, que más tarde pasó a llamarse Latam luego de la integración con la brasileña TAM Linhas Aéreas. Este fue el cargo que ocupó por los últimos catorce años, hasta su designación como CEO.
“Creo que la vida te va llevando por donde el destino considera, y yo creo que cada uno es dueño de su propio destino y va armando su propio futuro”, dice Zarante.

El reto profesional de comandar una aerolínea
Estar al frente de una aerolínea no es una tarea sencilla. Es un trabajo prácticamente de 24 horas, los siete días a la semana, los 365 días del año. Demanda energía, atención y dedicación. Esta labor se vuelve más desafiante en un mercado aéreo como el de Colombia, que vive en cambios constantes.
Hace tres años salieron dos jugadores dedicados a los servicios de bajo costo: Viva Air y Ultra Air. Eso le permitió a Latam seguir ganando espacio y alcanzar una participación del 28 por ciento del mercado. En 2024, la aerolínea movilizó a más de 11 millones de pasajeros en Colombia. Hoy tiene 29 aviones a nivel nacional y opera 28 rutas domésticas y 10 internacionales desde el país.
Pero el mercado también se enfrenta a la llegada de nuevos jugadores que están viendo con buenos ojos la geografía colombiana, como la chilena Jet Smart o, incluso, Fly Emirates, la aerolínea de los Emiratos Árabes Unidos que hoy conecta a Dubai y Bogotá, con una escala en Miami.
En ese escenario, la estrategia de Latam y de Zarante es la “humanización del cliente”, con la meta de fidelizarlos a largo plazo. “Las compañías del sector aéreo en Colombia dieron un giro: en su mayoría, pasaron a ser de bajo costo y yo tomé la decisión de operar y competir en el mercado colombiano de otra manera. En esas decisiones algo quedó suelto. El usuario quedó descuidado y eso es lo que tenemos que arreglar: consentir al pasajero”, dice Zarante.
Con pequeños detalles que parecen menores, como un vaso de agua a bordo, acceso a Wifi o un pequeño Chocoramo, Zarante espera que los pasajeros sientan la diferencia en el servicio. “No podemos dejar caer nuestra propuesta de valor”, advierte. La tarea de Zarante es continuar consolidando las operaciones de Latam en Colombia.
La importancia del impulso familiar
La CEO de Latam creció en un hogar conformado por sus padres y cuatro hijas. “Ni mi mamá ni mis papás nos generaron limitaciones por ser mujeres. Al contrario, siempre nos dieron un arranque y nos impulsaron a mirar oportunidades. El tema familiar es muy importante, porque empiezas a creer en ti", admite.
Aunque nació en Bogotá, las raíces y el corazón de la CEO de Latam son costeños. Su mamá es de Neiva, su papá de Cartagena, y su esposo, curiosamente, es barranquillero. “Mi estilo no es de cachaca, he sido muy disruptiva toda mi vida en ese sentido”, cuenta.
De pequeña, mientras los otros niños comían emparedados y galletas en el recreo, Zarante abría su lonchera y sacaba un coctel de camarones o una arepa de huevo. “Esa era mi dinámica de vida. Yo no entendía por qué los niños comían cereal”, recuerda. Su crianza y esa forma de ver el mundo, de sentirse algo diferente, fue también lo que, en su visión, le permitió crecer con mayor confianza en sí misma.
“El estilo de una CEO mujer termina marcando el liderazgo de una compañía, pero, insisto, no es por ser mujer. Acá no se llega por un tema de género o cuotas. El reto es mandar mensajes importantes que aporten a generar diversidad a través de su liderazgo, que la visión de la empresa tenga cambios y se impulsen temas más empáticos”, dice.
La CEO de Latam se considera una persona cercana a la gente. En la aerolínea, de 2.400 empleados, el 50 por ciento de los trabajadores son mujeres, pero, a nivel directivo –dice–, la participación femenina es de apenas el 3 por ciento. Aunque el número de técnicas de mecánica y comandantes de vuelo ha aumentado, persiste un desafío de género en la operación de la compañía.
“Esto es un cambio que no sólo debe venir de las empresas, sino que hay que trabajar en ese sesgo de género desde las familias. Si por ejemplo una niña dice que quiere ser piloto, hay que animarla. Todo esto es parte de un proceso de formación que debe darse en la sociedad. En el sector aéreo hay oportunidades para las mujeres”, concluye.
