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Régimen de Bashar al-Assad derrocado: ¿qué viene para Siria tras 13 años de guerra?
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Luego de 12 días de ofensiva rebelde en Siria, el pasado 8 de diciembre el grupo Hayat Tahrir al-Sham (HTS) logró derrocar al régimen de Bashar Al Assad, que gobernó durante 24 años. ¿Cómo se llegó a este punto de inflexión en la historia de este país de Oriente Medio y qué sigue?
Por: Carolina Calero
Hasta hace dos semanas, la salida de Bashar al-Assad del poder en Siria parecía improbable, tras 13 años de guerra civil estancada y cinco décadas de dominio de la familia Al-Assad. Sin embargo, el pasado 8 de diciembre una ofensiva rebelde en Damasco logró derrocar al mandatario.
El régimen había resistido durante años, reprimiendo las protestas de la Primavera Árabe en 2011 y enfrentando la amenaza del Estado Islámico, con el apoyo clave de Rusia e Irán, no obstante, desde el pasado 27 de noviembre, grupos insurgentes fueron tomando el poder en ciudades clave como Alepo y posteriormente Damasco.
En solo 12 días, el régimen de Al Assad colapsó, marcando el fin de más de una década de conflicto y dejando abierta la pregunta sobre el futuro de Siria en el panorama geopolítico de Oriente Medio. ¿Cómo se llegó hasta este punto de inflexión en la historia de ese país y qué sigue?
La Primavera Árabe y el inicio de la guerra civil
La Primavera Árabe fue una serie de protestas, revueltas y levantamientos populares que comenzaron a finales de 2010 en varios países del mundo árabe. Estas manifestaciones surgieron como una respuesta al descontento generalizado por problemas como la corrupción, el desempleo, las violaciones a los derechos humanos, la falta de libertades políticas y la represión ejercida por gobiernos autoritarios que llevaban décadas en el poder.
El movimiento inició en Túnez tras la inmolación de Mohamed Bouazizi, un joven vendedor ambulante, lo que desató protestas masivas que llevaron a la caída del presidente Zine El Abidine Ben Ali. Este hecho inspiró movilizaciones similares en otros países como Egipto, Libia, Siria, Yemen y Bahréin.
En algunos casos, la Primavera Árabe logró cambios significativos, como la salida del poder de líderes como Hosni Mubarak en Egipto y Muamar Gadafi en Libia. Sin embargo, en otros, como Siria, derivó en conflictos prolongados, como la formación de una guerra civil que perduró por más de una década.
La guerra civil en Siria, desencadenada por las protestas de la Primavera Árabe, marcó un punto de inflexión en la estabilidad del país. Al Assad logró sobrevivir políticamente mediante una dura represión, arrestos masivos y, según denuncias de 2013, el uso de armas químicas contra la población.
Más adelante, en 2014, su régimen enfrentó la ofensiva del Estado Islámico (EI), que amenazó con desmoronar su gobierno. No obstante, la intervención militar de Rusia e Irán resultó crucial para contener la amenaza y estabilizar temporalmente su régimen.
¿Quiénes son los rebeldes y por qué derrocaron a Al Assad?
Según explicó Angélica Alba, profesora del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana a CAMBIO, la crisis actual en Siria es el resultado de factores que han evolucionado a lo largo del tiempo. En el contexto de la guerra civil, la brutal represión por parte del gobierno en contra de los manifestantes de la Primavera Árabe motivó la formación de diferentes facciones armadas como los yihadistas, las milicias kurdas y el grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS), este último fue el grupo de rebeldes que puso fin al régimen de Bashar al Assad.
Alba señaló que muchos de estos grupos de rebeldes son apoyados por potencias como Turquía, Estados Unidos y países árabes del Golfo Pérsico. Mientras tanto Rusia, Irán y las milicias de Hezbolá respaldaron al régimen sirio y de hecho este apoyo militar ruso fue clave para que Al Assad se mantuviera en el poder durante años.
Al Asad recibió asilo en Rusia
En la noche del 8 de diciembre se dio a conocer que Bashar al-Assad permanece en Moscú junto con su familia en calidad de refugiados políticos.
Esto se debe a la estrecha alianza que forjó con Rusia durante más de una década, pues el Kremlin fue uno de los principales pilares que sostuvo su régimen, brindándole apoyo militar, económico y diplomático. La intervención rusa en 2015 marcó un punto de inflexión en el conflicto, ya que permitió al gobierno de Al-Assad recuperar territorios estratégicos y consolidarse frente a los rebeldes y otras amenazas, como el Estado Islámico.
Unos celebran, pero hay incertidumbre del futuro: ¿ahora quién gobernará?
Según la docente de la Universidad Javeriana, Siria se encuentra en un momento de transición política tras el derrocamiento de Bashar al-Assad. Este proceso lo está liderando el jefe de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), Abu Mohammed al Jawlani, quien ha asumido un rol central en la reorganización del poder. No obstante, también participa un ministro del gobierno anterior, lo que sugiere que la transición está siendo negociada en lugar de ocurrir de manera exclusivamente violenta.
"Hay de alguna manera un proceso político en marcha, no es que una gente llegó de forma violenta y derrocó al gobierno. Digamos que fue una campaña militar en cierto sentido, pero también una posición del gobierno que ya no podía sostenerse más y que terminó huyendo. Eso no quita el hecho de que haya habido negociaciones y formas para mantener una transición política", indicó.
Alba también advirtió que este es un momento crítico. Si no se llena rápidamente el vacío de poder, Siria podría enfrentar una situación similar a la de países como Irak o Libia, donde el derrocamiento de gobiernos autoritarios terminó en un prolongado periodo de caos e inestabilidad.
Aunque el liderazgo de HTS es evidente, también se ha planteado la necesidad de incorporar a otras facciones y sectores de la sociedad siria en este proceso. Alba subrayó que la participación inclusiva es clave para evitar la instauración de otro gobierno dictatorial y garantizar que el poder se distribuya de manera más equitativa en la Siria pos-Asad.