Laura Ubaté
21 Mayo 2023

Laura Ubaté

¿Y LA INDEPENDENCIA EDITORIAL DE LOS MEDIOS PÚBLICOS PARA CUÁNDO?

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El pasado 12 de abril la NPR (radio pública de Estados Unidos) decidió dejar de publicar en Twitter.  La razón: Twitter, o más bien, Elon Musk, etiquetó la cuenta de la NPR como un “medio financiado por el gobierno”. La radio respondió publicando un último tuit: “producimos periodismo consecuente e independiente todos los días al servicio del público” no del gobierno. La NPR es una organización que recibe menos de un uno por ciento de financiamiento del fisco de la nación. Una vez más, Elon Musk está mal informado: un medio de gobierno no es lo mismo que un medio del Estado y esa diferencia lo vale todo. Por eso la NPR abandonó su cuenta en Twitter. 

La firmeza de la NPR me hizo pensar, por supuesto, en nuestro RTVC, sistema de medios públicos, por definición: una entidad pública cuya misión es producir, emitir y programar los canales de televisión y emisoras de radio del sistema. ¿Quién decide en qué contenidos se pone más plata? y ¿cuál es la línea editorial de las emisoras y canales de tv? son cuestiones fundamentales para cualquier medio de comunicación y sin embargo son sumamente difusas para quienes alguna vez trabajamos en RTVC, y mucho más para sus audiencias. 

RTVC se financia con recursos del Fondo Único de TIC que es administrado por el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones. Que el MinTIC administre no significa que el gobierno de turno es dueño y señor de la línea editorial. Así pase que gobierno a gobierno, han intentado meterle mano. La ambigüedad ha sido señalada en la opinión pública pocas veces pero de forma certera, como en 2019, cuando La Liga contra el Silencio reportó la censura al programa “Los Puros Criollos” por críticas a una Ley del gobierno. O en Marzo de 2021 cuando Daniel Samper Pizano en su columna "El gobierno suelta el gato" cuestionó el financiamiento del noticiero RTVC Noticias durante el gobierno Duque. También pasa ahora cuando se cuestiona públicamente el nombramiento de Hollman Morris como Subgerente de televisión de RTVC mientras que Gustavo Petro es presidente. 

Los cuestionamientos acerca del nombramiento de Morris, debo decirlo, tienen todo que ver con mi ejercicio periodístico. Yo, una productora de radio y de pódcast, decidí hacer público en octubre del año pasado lo que me pasó durante y después de ser acosada por Juan Felipe Reyes, por ese entonces jefe de producción de la emisora. Podría extenderme sobre las múltiples ramificaciones que tuvo el hecho de escribir y publicar sobre esto. Pero hoy voy a tocar solo dos lecciones clave y les pido, que mientras lo hago, pongan el foco en lo que pasa cuando nuestro sistema de medios públicos y el gobierno de turno se entienden como sinónimos.  

Vamos por partes. Primero, quiero decirles que hice público lo que me pasó no porque buscara reconocimiento, sino porque era lo correcto. Después de hablar, muy a pesar de las consecuencias psicológicas y el riesgo que implicó para mí, más de treinta mujeres dijeron “yo también” y hoy sabemos que sus testimonios señalan a Reyes, así como a otros contratistas de RTVC y a Álvaro González Villamarín, que fue el primer y único director de la emisora Radiónica. La valentía de mis colegas, pero sobre todo de las oyentes, que rompieron el silencio en reportajes, columnas de opinión y redes sociales me hizo aprender algo fundamental: al haber sido la primera en hablar, bajé el costo moral y social para muchas otras mujeres. Di un paso para que el acoso sexual se pusiera en debate público y que se entendiera que sus consecuencias son de carne y hueso y están en la memoria de todas nosotras. Tengo fe en que la gravedad de lo que pasó sienta un precedente indeleble, aunque en público la subgerente de radio, Dora Brausin, dijo que “no se hará ningún acto de reparación hasta que haya un fallo judicial”.

Ahí viene el segundo aprendizaje: después de que publiqué, deseaba profundamente que Radiónica, en honor a su línea editorial, tomara posición rápidamente y actuara con celeridad ante algo comprobado y en conocimiento de su equipo. Era tan fácil como sentar posición pública, mostrar el protocolo, socializarlo y capacitar al equipo sobre el tema. Se trataba, como siempre, de acciones más que de palabras. Y sin embargo pasaron los días y no se hizo nada. La crisis escaló dos semanas después, con la publicación del reportaje “RTVC Machismo al Aire” de Volcánicas. Mientras las denuncias salían, la gente se fue, lanza en ristre, contra el director de la emisora, contra la emisora misma, contra sus contratistas y sus redes sociales. La cuenta oficial de la emisora, en silencio. La línea editorial sobre el tema, inexistente. Los comunicados que salieron fueron desde la gerencia de RTVC y fueron insuficientes. El poder administrativo del medio actuó como autoridad editorial. Las denuncias llevaron a la salida de Álvaro Gonzalez como director y todo el manejo sobre estas denuncias conllevaron a la salida de talentos como Simona Sánchez. El movimiento hizo que otras mujeres en RTVC comenzaran a ser escuchadas y atendidas, por fin, a través del famoso protocolo (recién estrenado). Las demás denuncias quedan pendientes. 

Fueron décadas de contenido cultural ganador de premios internacionales, relaciones con artistas trabajadas por años, piezas vanguardistas de periodismo y, en muchos casos, únicos testigos de la memoria artística del país puestos en duda, en cuestión de días, por no sentar posición editorial a tiempo. La emisora perdió casi todo su prestigio, las audiencias migraron a otros medios y una que otra oyente con la fe rota, como yo, apagó la radio a ver si algo cambiaba. 

Pero las cosas no cambian simplemente porque una mire para otro lado. La reputación ya estaba en cenizas, cuando el 15 de febrero de 2023 por fin Radiónica hizo un programa de radio hablando abiertamente del acoso sexual y la importancia de prevenirlo (¿alguien lo escuchó?). Se entrevistaron voces expertas pero no se le dio voz al equipo, se leyó un nuevo comunicado y se prometieron nuevas acciones. Un mes después se hizo un programa con el mismo enfoque en Radio Nacional. Se enmarcó en el Día Internacional de la Mujer (!). No quedó claro si ambos programas responden a una línea editorial.  

Hasta hoy, mayo de 2023, la lección más importante de todo esto para el periodismo de Colombia es que se necesita que la dirección editorial de cualquier medio actúe pronto y de manera transparente frente a cualquier violencia de género, entre otras, para preservar la reputación del mismo. Es personal y también es político. Como Noticias Uno, cuando anunció el retiro del periodista Juan Fernando Barona luego de conocerse un video en que agredía a una expareja. O como El Tiempo, que respaldó la línea editorial de No es Hora de Callar y decidió prescindir de los servicios de Matador al conocerse sus comportamientos violentos.

No les estoy diciendo cómo actuar editorialmente, ni más faltaba. Pero les digo que, después de lo ocurrido, sentar posición es urgente y fundamental, cada vez que sea necesario.  

En las salas de redacción, en los canales de televisión y en las emisoras siguen trabajando mujeres a pesar del costo emocional del acoso, siguen ganándose premios y haciendo periodismo. Merecen espacios seguros como mínimo para continuar su oficio. Ya no es una opción meter las denuncias debajo del tapete. A hoy, ¿hay alguien preguntándose si Noticias Uno es menos riguroso? ¿O si El Tiempo merece ser leído? No. En cambio, sí hay muchas personas preguntándose si Radiónica es lo mismo que RTVC, si será que está llena de acosadores, si vale la pena promoverse como artista ahí y, sobre todo, si es o no un medio pro-Gobierno. 

La cura no es más que defender la independencia editorial de Radiónica, Radio Nacional de Colombia, Señal Colombia y otros medios de RTVC para que hoy o mañana, sea clarísima cuál es la posición de cada medio ante sus audiencias y ahora más que nunca: cómo le hacemos para que sean espacios seguros para las mujeres.

Quienes vivimos la lección esperamos que en ausencia de alguien dirigiendo Radiónica, la nueva dirección de RTVC a cargo de Nórida Rodríguez le dé independencia a la línea editorial de los medios públicos y un curso distinto a la gestión en caso de violencias de género. Necesitamos que se le respalde. Aún más teniendo a Holman Morris al lado. Necesitamos saber quién dirige cada medio y por qué, así como estudios de audiencia que respalden las decisiones de contenido. Es urgente, que los medios públicos sirvan al Estado, no al gobierno de turno. Jamás hubo un mejor momento para comenzar que este. 
 

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