La piangua, el marisco del Pacífico con el que buscan impulsar el turismo en Buenaventura
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Miles de familias viven de este molusco, que solo habita en el fango de los manglares. Turistas de todo el mundo viajan a la región para vivir la experiencia de la ruta de la piangua, desde su búsqueda hasta su cocina.
Por: Redacción Cambio
Doña Flor, el pelo recogido turbante colorido, es una mujer negra que no mide más de 1.65 metros. Usa botas de caucho hasta la rodilla y guantes negros de plástico. A unos cuantos metros del mar Pacífico, de pie sobre el fango que esconde las raíces de los manglares, sumerge su mano en busca de una piangua. En menos de dos minutos, encuentra la primera: “Está muy chiquita, esta no se puede sacar”, dice, mientras la entierra de nuevo. Solo se lleva las pianguas que cumplen con un requisito de tamaño mínimo. De esa forma ayuda a su conservación.
El animal es un molusco de concha color café que se encuentra en donde hay manglares. Es común en toda la región del Pacífico. En Colombia miles de familias viven de su colecta. La piangua es alimento y forma de subsistencia para comunidades como la de La Plata, en el Parque Nacional Uramba Bahía Málaga, una hora en lancha desde Buenaventura.
Como explica Flor, el objetivo siempre es hacer actividades responsables con el medio ambiente. Aparte de no llevarse los moluscos que parecen muy pequeños, las piangüeras -porque casi siempre son mujeres- cuidan los manglares. En la búsqueda de la piangua, Flor es cuidadosa para maltratar la raíz de aquella formación vegetal.
Dora Valencia, sazonera de la comunidad, prepara unas empanadas exquisitas rellenas de solo piangua. Este marisco se come también en sancochos, tamales, arroces y otras deliciosas preparaciones. Los habitantes de La Plata buscan promover el ecoturismo, a través de su asociación comunitaria Ecomanglar, para que más personas conozcan la ruta de la piangua y prueben las preparaciones de quienes mejor conocen el sabor de este marisco.
La piangua también sirve es un producto de exportación. El 90 por ciento de su producción se exporta a Ecuador. No obstante, llevan años buscando expandir el comercio a gran escala su comercio hacia el centro del país. Algo que todavía no se ha podido. Aparte de asuntos logísticos, es posible que la disminución en la disponibilidad del molusco sea una de las razones de la demora.
El contexto
Los habitantes de La Plata, como muchos otros en el Pacífico y el resto de Colombia, han vivido golpeados por el conflicto armado desde siempre. El pasado 22 de enero -durante el cese al fuego con el ELN y el EMC de las disidencias y de un proceso de paz urbana en Buenaventura- un grupo armado “indeterminado” apareció en el caserío causando terror. Solo después de esto las autoridades hicieron presencia, aunque ya existía una alerta de la Defensoría del Pueblo. La historia de siempre.
No obstante, el Ejército está en la zona y los turistas siempre son recibidos con buen ánimo. Esta comunidad, como sus integrantes mismos lo señalan, intenta blindarse ante cualquier intromisión violenta en su territorio y quiere promover que lleguen más visitantes allí.
“Acá hay un compromiso de una autogestión de seguir conservar el territorio, para seguir viviendo. Lo único que tenemos los negros rurales es la tierra, el territorio”, explica Saúl Valencia González, representante legal del Consejo Comunitario de la comunidad negra de La Plata.
Aparte de la ruta de la piangua, Ecomanglar organiza conciertos de música folclórica, senderismo por la selva que incluye visitas a piscinas naturales, rutas por los manglares, avistamiento de aves y, entre julio y septiembre, de ballenas. Valencia González explica que sus actividades de ecoturismo comunitario son una forma de resistencia frente a la violencia que aqueja a la región.
