Aterrados con lo que observan en la sociedad de los seres humanos, los animales se reúnen a analizar la actualidad: pandemia, llamaradas, muertos, represión, vandalismo, guerras, insultos, políticos mediocres..
Estos son algunos de los comentarios que escuchó en el mundo zoológico el profesor Pompilio Iriarte (Ángel Marcel), nuestro decimero de la semana.
Fundaron los animales
el Circo de la Mascota,
pues quieren hacer chacota
de los seres racionales.
“Humanos tan especiales
en plan de ataque o de fuga
–se burlaba la tortuga–
juegan al ratón y al gato.
Mientras me matas, te mato,
y la COVID nos madruga”.
Esto agregaba el jilguero
lleno de curiosidad:
“¿Quién incendia la ciudad?
¿Alguien hurga el avispero?
Sabemos que el hormiguero,
ni en la mala ni en la buena,
la obscena matanza ordena.
¿Hay guerra entre las ovejas?
¿Han visto que las abejas
prendan fuego a la colmena?”
“Un buen circo no se monta
–le dijo el mono a la mona–
con tigre, zorra y leona.
Necesitas gente tonta,
caradura y culipronta
que te amaestre y agreda;
un gamonal que no pueda
dejar de ser caudillista…”
Aunque la gente se vista
de pieles, gente se queda.
No es raro que una persona,
para ofender o insultar,
grite y grite sin cesar
“¡No sea sapa!” a la soplona
(esta ofensa no funciona
para el sapo). No es muy cuerdo
decir –si mal no recuerdo–
al necio, burro o pollino,
o al sucio, no sea cochino,
no sea puerco, no sea cerdo.
Qué tal que para insultar
a los perros y a los lobos
y dejen de ser tan bobos
si los van a amaestrar,
gritemos en nuestro hablar:
“¡Ey, perro, no sea señor!
¡Burro, no sea senador!
No sea conde, no sea duque,
ya es hora de que se eduque
y deje de ser doctor”.
Pompilio Iriarte