Juan Esteban Jacobo
3 Julio 2022

Juan Esteban Jacobo

EL CAPITALISMO SEGÚN PETRO

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En un discurso emotivo tras conocer su triunfo en las elecciones presidenciales, Gustavo Petro habló sobre su visión de la economía en Colombia. Envió un par de mensajes interesantes sobre los cuales vale la pena profundizar: que iba a “desarrollar el capitalismo” y que “no se puede redistribuir sin producir”. 

En principio estas son palabras alentadoras para una población escéptica acerca de las intenciones del hoy presidente electo; sin embargo, conservan el interrogante de qué es lo que desea desarrollar del capitalismo y cuál es su visión del desarrollo cuando se refiere a la producción de riqueza en una sociedad. 

“¡Llamen a los economistas!” puede exclamar alguien interesado en descifrar las palabras de Petro, sin saber que en las clases tradicionales de Economía rara vez se habla de capitalismo y casi nunca se discuten los determinantes de la riqueza. Para un economista tradicional, producción es la creación de cualquier bien o servicio que alguien esté dispuesto a comprar. “Producción es producción” así como “plata es plata” para el conocido excandidato antioqueño.

Aunque estas puedan no ser cuestiones urgentes para los economistas modernos, sí lo fueron anteriormente para los economistas clásicos, y hoy pueden volver a serlo para cambiar el rumbo de la economía colombiana. Entender la naturaleza de la riqueza de los países requiere preguntarse qué actividades son las que suman en la creación de valor. Para un país marca toda la diferencia que el motor del crecimiento sea el sector manufacturero y no el sector financiero. ¿Por qué?

La respuesta a esta pregunta no es fácil, pero tiene una lógica clara: una actividad productiva es aquella que organiza el trabajo asalariado con el fin de la creación de ganancias en procesos de producción de bienes y servicios. Desarrollar el capitalismo consiste en desarrollar su capacidad de crear ganancias. 

Desde esta perspectiva hay actividades que por esenciales que sean para la economía no contribuyen a la creación de riqueza. Dos ejemplos claves son los del sector financiero y de arriendos de propiedad, que derivan su ingreso de la recirculación de flujos de dinero ya existentes. Por grandes que sean las ganancias en estos sectores, no hay un solo peso adicional de riqueza. 

No es casualidad por lo tanto que hoy seamos testigos de una ola de malestar social. Una parte considerable del crecimiento de la economía colombiana se explica por el auge de sectores con imputaciones cuestionables sobre las cuentas nacionales, como es el caso del sector financiero, el de seguros, algunos rubros del sector de bienes raíces y el de servicios profesionales. En últimas, un crecimiento que solo se explica por un aumento en los ingresos de actividades no productivas, infla las cuentas nacionales y poco contribuye a mejorar el bienestar económico general de las personas. 

Hay indicios que nos pueden llevar a pensar que Petro entiende que hay una distinción entre sectores productivos y no productivos en una economía. Muestra de ello se ve en los pilares de la reforma tributaria, donde se busca incrementar los impuestos a los dividendos y a los activos improductivos. Esto tiene la virtud no solo de aumentar el recaudo, sino también de interferir poco en la capacidad productiva de la economía. En esa misma dirección va el objetivo de reducir los impuestos a las empresas y transferirlo a las personas naturales; las empresas participan en la creación de valor, las personas (como individuos) no.  

Ahora, no tengo certeza de que Petro realmente entienda qué es una actividad productiva. No tengo certeza si quizá en un afán de mejorar la condición de vida de algunos grupos marginados del país termine creando obstáculos que debiliten el crecimiento. Tampoco tengo una bola de cristal que me diga si Petro va a caer en el error de ofrecer subsidios a ciertas actividades productivas sin condicionarlas en el cumplimiento de metas sociales y económicas, repitiendo así los errores del proteccionismo latinoamericano. 

Lo cierto es que Petro se sintonizó con la gente y explotó el hecho de que las cosas en Colombia van mal. El éxito de su gobierno pende de un delicado balance entre fomentar la capacidad productiva de la economía y proteger a la población colombiana afectada por un sistema históricamente opresivo, violento y desigual. 

Amanecerá y veremos si Petro hace un buen uso de lo que está considerando como producción de riqueza. Si por ello entiende la producción de ganancias, quizá vayamos por buen camino.

1 El programa de estudios del capitalismo de la Universidad de Harvard, por ejemplo, no cuenta con un solo economista entre sus profesores y estudiantes https://studyofcapitalism.harvard.edu/our-people.
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