
Las autoridades de Colombia y Estados Unidos han identificado a 170 narcos invisibles. Hasta marzo de 2025, se habían capturado 40 de ellos, escondidos en ciudades de la costa y el centro del país.
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Así actúan los escurridizos narcos invisibles en Colombia
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Los grandes capos del narcotráfico en Colombia ahora buscan mantener un perfil bajo para no ser detectados por las autoridades. Hacerse pasar por empresarios es una de las estrategias que usan, con el fin de no levantar sospechas.
Por: Javier Patiño C.

La fachada de Emanuele Gregori era la de un empresario italiano que solía pasear por la zona amurallada de Cartagena, donde alardeaba de su cercanía con personas que podían invertir en proyectos turísticos. Vivía una vida austera, con pocos objetos de lujo, en el tradicional barrio de Manga. Pero detrás de su bajo perfil se ocultaba un largo historial criminal. En el mundo del narcotráfico, era conocido con el alias de Dollarino: uno de los cabecillas más importantes del Clan Moccia de Afragola, la organización criminal internacional vinculada al Sistema Mafioso Lombardo que trafica cocaína, compra armas y lava activos en Europa y América Latina.
Alias Dollarino tenía una orden de captura con fines de extradición a Italia y una circular roja de Interpol por delitos como tráfico de drogas, asociación mafiosa, amenazas, extorsión y tráfico ilícito de armas.
Alias Dollarino había sido capturado en Roma en 2020 y procesado por asociación criminal y blanqueo de capitales. Sin embargo, en 2023 fue declarado prófugo por la justicia italiana y las agencias antidrogas internacionales. A raíz de esto, las autoridades italianas iniciaron la operación Hydra, que en 2024 identificó a 154 criminales con bienes avaluados en 47 millones de euros.
Emanuele Gregori es uno de los 170 narcos invisibles que las autoridades de Colombia y Estados Unidos han identificado. Hasta marzo de 2025, se habían capturado 40 de ellos, escondidos en ciudades de la costa y el centro del país.
Para Colombia y Estados Unidos, la captura de estos individuos es esencial para desarticular grandes estructuras del narcotráfico, frenar el envío de drogas a Europa y Estados Unidos y mitigar el impacto del dinero ilegal en el sistema financiero mediante el lavado de activos.
Características de los narcos invisibles
Desde hace una década, las autoridades han detectado una nueva evolución en las estructuras del narcotráfico: los “narcos invisibles”. Estos nuevos mafiosos cuentan con educación universitaria, provienen de estratos medios (3 y 4) y son reclutados para estructurar redes ilegales sin levantar sospechas. Se hacen pasar por prósperos empresarios, especialmente en sectores como la construcción, la agroindustria y los servicios.
Bajo esa fachada, mueven grandes sumas de dinero sin ser detectados. Su papel dentro de las redes criminales es fundamental, pues son quienes se encargan de manejar el dinero y establecer conexiones entre carteles internacionales, facilitando el tráfico de droga y el lavado de activos sin dejar rastros evidentes.
Con el tiempo, cuando han construido una reputación de empresarios prestantes, los narcos invisibles comienzan a adquirir propiedades en condominios exclusivos o fincas campestres, a frecuentar restaurantes de lujo y a vestir con marcas reconocidas. No hablan por teléfono de negocios ilícitos y prefieren reunirse en sitios privados o en sus viviendas para coordinar envíos de droga.
Alianzas criminales
De acuerdo con un documento de la Policía, los narcos invisibles tienen la capacidad de pagar altas sumas de dinero para invertir en la cadena de producción de la cocaína, al formalizar alianzas con cabecillas de las disidencias de las Farc, ELN y el Clan del Golfo, “Pueden unir a todos los grupos ilegales para traficar conjuntamente y cumplir la demanda internacional”, dice el informe.
Sus tentáculos criminales llegan hasta los centros carcelarios, al incluir en sus negocios a narcotraficantes presos, al utilizar sus rutas y alianzas con los que coordinan la salida de cargamentos,
“Serían los principales contactos para negociaciones con redes transnacionales o emisarios de los carteles mexicanos, las mafias italianas, españolas, de Los Balcanes, en general las europeas; y organizaciones brasileñas, que también podrían reunir las características de narcotraficantes invisibles”, dice el informe.
Las autoridades han identificado que los narcos invisibles son los dueños de los cargamentos, pero también coordinan con grupos ilegales en Antioquia, Cauca, Nariño y Putumayo bajo la modalidad del apunte, en la que cada estructura participa con determinada cantidad de droga hasta integrar cargamentos de una o dos toneladas.
“Una forma de tercerizar las redes de proveedores, para que cada una de las partes se encargue de la cadena de producción, con el almacenaje, transporte, corrupción y seguridad”, dice el documento.
En lo corrido del año las autoridades han incautado cerca de 30 toneladas de cocaína que por investigaciones e información de los capturados hacen parte de esta alianza criminal.
La afición por el billar: el caso de Gustavo Nocella
Uno de estos narcos invisibles es el italiano Gustavo Nocella, alias Ermes, pieza clave para los clanes Rinaldi-Formicola, Amato-Pagano y De Micco, aliados con carteles colombianos.
Durante seis meses, la Policía colombiana, con apoyo de Europol, los Carabineros de Italia y autoridades del Reino Unido, rastrearon los movimientos de Nocella en Medellín. Nocella tenía una debilidad: el billar. Era tan aficionado que alquilaba trimestralmente apartamentos por hasta 25 millones de pesos que siempre debían tener una mesa de billar.
Su última tacada la hizo en un exclusivo apartamento de El Poblado, donde vivía con su mascota y tenía una numerosa colección de tenis. Allí lo atraparon las autoridades en febrero de este año.
Nocella, de 58 años, era responsable de la logística para almacenar cocaína en embarcaciones que salían desde Colombia hacia Ámsterdam, y desde allí los cargamentos eran transportados a Nápoles usando diversos medios, incluyendo camiones, automóviles y hasta vehículos de servicio público.
Los invisibles extravagantes
Los narcos invisibles no siempre son discretos. Hay un grupo dentro de estas redes que opta por exhibir sus riquezas. Algunos miembros de la organización, en su ambición por tener más dinero, se independizan y pronto empiezan a tener una vida llena de excentricidades: una enorme escultura de un perro bóxer, grifos de oro en los baños y camas de cuatro metros de ancho.
Estos narcos independientes conforman bandas de cobradores. Según las investigaciones, cuando surgen desacuerdos por pérdidas de cargamentos o pagos incumplidos, estos individuos no dudan en recurrir a sicarios para resolver conflictos.
Uno de ellos es alias Patricia, cuyo verdadero nombre es Julio Lozano, cabecilla de una red conocida como la Junta Directiva, con alianzas con el Clan del Golfo, el Estado Mayor Central y las Autodefensas de la Sierra Nevada. Se le atribuye haber ordenado el asesinato, en julio de 2021, de Luis Agustín Caicedo, alias Don Lucho, uno de los narcos invisibles más poderosos de los Llanos Orientales.
Frente común contra los narcos invisibles
Desde junio de 2024, la Policía colombiana firmó una alianza con la DEA para enfocar esfuerzos en la captura de estos delincuentes, poniendo énfasis en la identificación de cuentas utilizadas para el lavado de dinero, sobre todo mediante criptomonedas.
Se conformó un equipo especializado que trabaja en rastreo financiero, ciberdelitos, tráfico de armas y sustancias químicas. A esta tarea se han sumado agencias internacionales de Reino Unido, Italia, Países Bajos, Francia y otros países, para identificar a los cabecillas que han construido redes transnacionales con mafias de México, Italia, España, los Balcanes y Brasil.
Para el profesor Andrés Valderrama, “las organizaciones criminales en Colombia ya no tienen el control total del negocio, como antes. Ahora son los carteles mexicanos, como Nueva Generación y Jalisco, que lideran el tráfico hacia Estados Unidos. Los colombianos se han convertido en proveedores”.
También señala que el microtráfico ahora está en manos de bandas delincuenciales que controlan el cobro y la distribución bajo el mando de narcos invisibles, difíciles de detectar para las autoridades.
Las autoridades han reforzado sus tareas de inteligencia para descifrar los movimientos de los narcos invisibles, que obtienen millonarias sumas por el envío de cargamentos de droga, dinero que lavan a través de empresas fachadas, inversiones y bienes muebles e inmuebles. Esto los hace cada vez más imperceptibles a los controles de las autoridades.
