La regulación de cannabis de uso adulto pasa a último debate
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Con 15 votos a favor y cinco en contra, la Comisión Primera del Senado aprobó la regulación del cannabis de uso adulto en séptimo debate. Así las cosas, al proyecto le falta pasar la prueba en plenarias para convertirse en ley.
Por: Maria F. Fitzgerald
Con 15 votos a favor y cinco en contra, la Comisión Primera del Senado acaba de aprobar la regulación del cannabis de uso adulto en séptimo debate. Así las cosas, al proyecto le falta un solo debate para convertirse en ley.
Sería un hecho histórico para el país, no solo en defensa de las libertades individuales de los consumidores, sino para enfrentar de una manera distinta el cultivo, la industrialización y el tráfico de sustancias ilícitas en Colombia.
Senadores del Partido Liberal, Partido de la Unión por la Gente, del Centro Esperanza y de la Colombia Humana fueron los principales impulsores de la legalización y votaron hoy a favor. En contra votaron los representantes del Partido Conservador, Cambio Radical y algunos del Liberal.
El proyecto de ley pasará ahora a octavo debate. En caso de aprobarse, pasará conciliación y será sancionado por el presidente.
¿Qué pretende la ley?
La regulación del cannabis podría derivar, en primer lugar, en la consolidación de una industria que, para 2030, promete la creación de 17 puestos de trabajo por hectárea de marihuana, además de ingresos anuales para el país por más de 400 millones de dólares.
Para los autores y ponentes, sin embargo, lo más importante es resaltar que la ley podría propiciar el consumo responsable de sustancias ilícitas. El proyecto de ley incluye una serie de obligaciones alrededor de la educación por el consumo informado de esta sustancia, además de la estructuración de planes de atención medicinales que será liderado por el Ministerio de Salud.
El senador Humberto de la Calle, quien votó a favor del proyecto, aseguró que es hora de dejar de estigmatizar a una planta que ha acompañado a la humanidad milenariamente. A su vez, la senadora Maria José Pizarro aseguró que, aunque el porte, consumo y cultivo ya está regulado, lo que se desea con esta ley es quitarles la posibilidad de venta a los grupos ilegales y así debilitar las estructuras del narcotráfico.
En contraposición, los senadores que se opusieron insistieron en que habilitar esta ley estimularía el consumo desmedido de la marihuana, haciendo que todos los jóvenes del país se hagan adictos. La senadora Maria Fernanda Cabal describió como "un pesar" la distorsión de la realidad que se vive en la actualidad: pensar que los adictos a las drogas están en lo correcto.
Los detractores aseguraron que la ley puede abrirles las puertas a los jóvenes a otras drogas, principalmente a la cocaína. El senador Germán Blanco, del Partido Conservador, dijo que, si se trataba de desescalar la guerra contra las drogas, era necesario empezar a regular la cocaína y aseguró que sabía que eso no era lo que quería el país.
Otro opositor fue el senador JotaPe Hernández, de la Alianza Verde, quien aseguró que esta ley era innecesaria pues lo que se regulaba con ella era el negocio, lo cual no favorecía a los consumidores, pues la mayoría de quienes consumen o consumieron en algún momento, lo hicieron simplemente por curiosidad y no por sus principios.