Un artículo de más de 100 años avala el matrimonio de menores de edad en Colombia. Así buscan tumbarlo
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Por novena vez, el Congreso intentará prohibir la unión marital con y entre menores de edad de más de catorce años. Las cifras son alarmantes.
Por: Pía Wohlgemuth N.
En 1873 nació el Código Civil de los Estados Unidos de Colombia; en 1887 comenzó a regir. El documento fue redactado por Andrés Bello, abogado venezolano, quien también escribió el Código Civil de Chile en 1856. Su finalidad era definir los derechos y deberes de las personas en la sociedad. El código traía extravagancias que hoy serían impensables. Decía, con razón, que los matrimonios se debían considerar nulos si no había consentimiento. Pero la falta del mismo se presumía de los “furiosos locos” en su estado de locura y los “mentecatos”. En contraste, los sordomudos que pudieran expresar claramente su beneplácito “con signos manifiestos” podrían casarse sin problemas.
El documento establecía que los menores de hasta catorce años, para los niños, y doce años, para las niñas, podían casarse sin problema. Con menos de esa edad, se anulaba la unión. Después, el código tuvo modificaciones y quedó en que las personas de catorce años en adelante podrían casarse con el permiso expreso de sus padres.
Aún hoy, un documento centenario rige las uniones de los menores de edad en Colombia. Siempre y cuando sus acudientes den luz verde, pueden contraer matrimonio. Esto no es cosa menor. Niñas -sobre todo- y niños que ni siquiera han terminado el colegio se pueden casar, pero no pueden votar, ni firmar un contrato. No tienen cédula, ni pueden salir del país solos o ir a un procedimiento médico sin un acudiente. De todas maneras, pueden irse a vivir con otro menor o adulto, según esta ley. El impacto que tiene el matrimonio infantil es grande: embarazos precoces, abuso sexual, abandono del estudio, riesgo de sufrir violencia física y psicológica, entre otros, están entre las consecuencias.
En febrero de 2022, la Corte Constitucional se inhibió de estudiar una demanda en contra del artículo 140 del Código Civil, que justamente trata este asunto. La demanda decía que el matrimonio infantil es contradictorio con el derecho a la vida y la salud física y mental de las niñas y mujeres, entre otros argumentos. Al final, el Alto Tribunal no encontró mérito suficiente y dejó las cosas tal y como están hoy.
Según Unicef, Colombia ocupa el puesto 20 en el mundo con respecto al número de niñas casadas o unidas antes de cumplir los 15 años. En 2018, cerca de 340.000 niñas y adolescentes (8,6 por ciento) y 133.000 niños y adolescentes (3,2 por ciento) estaban o habían estado en matrimonios infantiles y uniones tempranas (MIUT), con base en datos del Censo Nacional de Población y Vivienda. En 2023, según a Superintendencia de Notariado y Registro, 114 niños y niñas de 14 años en adelante contrajeron matrimonio.
Aunque en el país se han promovido ocho proyectos de ley para que la edad de consentimiento sea a los 18 años, el camino ha sido difícil. No obstante, un nuevo intento por sacar adelante esta prohibición se está abriendo paso entre las turbulencias del legislativo.
Las representantes a la Cámara Jennifer Pedraza y Alexandra Vásquez, entre otros autores, promueven el proyecto de ley 155 de 2023, por medio del cual buscan prohibir el matrimonio infantil y las uniones tempranas.
Según Pedraza, perteneciente al partido Dignidad y Compromiso, hay dos argumentos a los que se enfrentan con esta iniciativa. Por un lado, explica que "no hay una distinción en la edad que contempla hoy la jurisprudencia colombiana para tener una vida sexual activa (...) lamentablemente, algunos congresistas asocian esto con la edad del matrimonio". Lo anterior, porque la edad de consentimiento sexual en Colombia también es a los catorce años y algunos equivalen ambas cosas, ignorando que casarse implica "amarrar los proyectos de vida".
El otro punto tiene que ver con la "autonomía de la juventud", en el sentido de "no desconocer ningún tipo de autonomía". No obstante, la congresista aclara que los jóvenes colombianos nunca han luchado para que los dejen casarse, como sí lo han hecho por la educación y el acceso a derechos sexuales y reproductivos. Estos dos últimos van en contravía del matrimonio infantil.
Con todo, Jennifer Pedraza se siente optimista, pues estas posturas están menos presentes que antes. De hecho, el proyecto ya pasó los dos primeros debates en la Cámara de Representantes por unanimidad, posiblemente también gracias a la renovación del Congreso en este cuatrienio. Ahora, debe ir a tercer debate en el Senado. Todavía no hay una fecha fijada para que se inicie la conversación.
¿Qué dicen las cifras?
En el siglo XXI, en Colombia, las uniones de menores de edad son más frecuentes en las zonas rurales y en poblaciones racializadas o étnicas, como dijo Unicef en un informe publicado en 2022. La Encuesta Nacional de Demografía y Salud (2015), hecha por el Dane, evidenció que 14,5 por ciento de las mujeres menores de edad de zonas urbanas están casadas o en unión, frente al 25,7 por ciento de aquellas en zonas rurales.
(Elaboración: CAMBIO-Yamith Mariño)
Esta encuesta también mostró que la diferencia de edad entre las parejas es alarmante. Un 26,4 por ciento de las parejas de mujeres entre 15 y 19 años tiene entre 6 y 9 años de diferencia, mientras el 17,1 por ciento supera los 10 años. “Hay términos de desbalances de poder, tanto en género como en edad”, dice Ángela Anzola, directora de la Fundación Plan.
Los datos de 2018 del Dane y Unicef exponen que las tasas de prevalencia de matrimonios infantiles y las uniones tempranas son grandes. Estos también evidencian que, pese a la posibilidad legal de casarse con menores desde los 14 años con permiso de sus acudientes, hay también casos de niñas y niños de hasta 10 años contrayendo matrimonio.
En la Encuesta de Calidad de Vida (ECV) de 2018 del Dane se muestra que la prevalencia del matrimonio infantil en niñas y adolescentes entre los 10 a 19 años fue de 8,8 por ciento, y para los niños y adolescentes fue de 1,7 por ciento casos.
Como se puede ver en la gráfica siguiente, la tasa de matrimonios infantiles por cada 100.000 habitantes, entre los 10 y los 14 años, es de 1.569 para los niños y 1.830 para las niñas, con base en el censo de 2018.
Según el informe de Unicef, todo esto refleja que entre los 10 y los 19 años las niñas y adolescentes tienen 2,66 veces más riesgo de estar en una unión temprana que los varones.
(Elaboración: CAMBIO-Yamith Mariño)
Por otro lado, es evidente cómo las y los menores de edad de comunidades indígenas son los más afectados por esto. Por cada 100.000 habitantes, hay 3.837 niñas de 14 a 10 años casadas y para los niños el dato es de 3.190. Las niñas palenqueras tienen una tasa de 3.030 por cada 100.000 habitantes, la segunda más alta entre las mujeres; los niños identificados como gitanos son los de la segunda tasa más alta entre los hombres, con 2.521 casos por cada 100.000 habitantes.
Los departamentos con mayores tasas de matrimonio infantil
Vichada, Amazonas, Chocó y La Guajira son los departamentos con más casos de matrimonios infantiles en el país, por cada 100.000 habitantes y entre los 10 y 14 años. El quinto, para las niñas, es Caquetá, y Atlántico para los niños.
(Elaboración: CAMBIO-Yamith Mariño)
No obstante, los datos cambian ligeramente cuando se trata de adolescentes de 15 a 19 años. Para las mujeres el orden es: Vichada, Magdalena, Arauca, Cesar y La Guajira. Para los hombres, es Chocó, La Guajira, Vichada, Magdalena y Arauca.
(Elaboración: CAMBIO-Yamith Mariño)
¿Por qué es grave?
El matrimonio infantil de niñas y niños provoca embarazos infantiles y adolescentes. Como encontró Unicef, entre 2010 y 2019 nacieron 1,1 millones de bebés de niñas y adolescentes que estaban en matrimonio o unión temprana. Para las solteras, el número fue de 422.000.
Además, los MIUT empeoran el acceso a la educación e inducen a la no permanencia en el sistema educativo, como indica el equipo de la congresista Jennifer Pedraza. Esto también está relacionado con ingresos más bajos en el largo plazo, en comparación con las mujeres que se casan siendo adultas.
Así mismo, hay afectaciones a la salud mental, sexual y reproductiva de las personas, pues hay un riesgo alto de contraer VIH y otras enfermedades de transmisión sexual. También, suele haber violencia física, psicológica y sexual, especialmente en contra de las mujeres y niñas en cuestión.
Por todo esto, Marta Royo, directora ejecutiva de Profamilia, piensa que “la eliminación de los matrimonios infantiles y las uniones tempranas (MIUT) es una deuda histórica del Estado colombiano con las niñas y adolescentes del país”. Por eso, piensa que “debemos sumar esfuerzos de manera colectiva para demostrar que la verdadera autonomía está en la posibilidad de elegir y decidir sobre el propio proyecto de vida”.
A propósito, la directora de la Fundación Plan explica que “no son solo niñas obligadas a la fuerza, también hay temas de proyectos de vida que viven en zonas de pobreza, con violencia intrafamiliar, en lugares donde esto se ve como una buena oportunidad”. Por ese motivo, es clave que el Estado proponga y ejecute planes que mejoren los horizontes de vida de los menores afectados por esto.
¿Qué busca el proyecto de ley?
La ponencia del proyecto propone los siguientes aspectos:
-Eliminar el matrimonio infantil y las uniones tempranas cuando una o las dos personas sean menores de edad.
-Así mismo, pretende modificar de una vez por todas el Código Civil para que la edad mínima para casarse sea 18 años y también para declarar la unión marital de hecho.
-Crear el programa nacional Proyectos de vida digna para niños, niñas y adolescentes, entre el Ministerio de Igualdad, el Departamento Nacional de Planeación y la Consejería para la Juventud. Este deberá propender por la vida digna y autónoma para los niños, niñas y adolescentes.
-Diseñar y ejecutar una política pública con apoyo de los entes territoriales para que la sociedad se sensibilice sobre la causa
-Usar la radio y televisión pública como herramienta para difundir información sobre las consecuencias negativas del matrimonio infantil.