Consulta popular: la derecha quiere mostrarle los dientes al Gobierno Petro con el no y el abstencionismo

De izquierda a derecha: Efraín Cepeda, presidente del Senado; Álvaro Uribe, líder del Centro Democrático, y Carlos Fernando Motoa, senador de Cambio Radical.

Crédito: Fotoilustración: Kim Vega.

31 Marzo 2025 05:03 am

Consulta popular: la derecha quiere mostrarle los dientes al Gobierno Petro con el no y el abstencionismo

El presidente aprovechó ‘la papaya’ que le dio el Congreso con el hundimiento de la laboral para arrancar, de frente, la campaña para 2026. Una jugada que también le abrió la puerta a la derecha, que aunque tiene menos recursos, también empezó a moverse. ¿Qué va a pasar con la apelación a la laboral? ¿Les sirve más votar la consulta?

Por: Claudia M. Quintero

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Cuando parecía que la campaña para 2026 se centraría en las propuestas de los políticos que quieren llegar a la Casa de Nariño y en quienes le apuestan a una curul en el Congreso, el presidente Gustavo Petro se adelantó. Justo antes del hundimiento de la laboral, lanzó la contienda por el sí a la consulta popular con la que intenta salvar las reformas sociales que en el Capitolio no caen bien. Una apuesta osada. 

“Cuando traicionan, le toca al pueblo decidir y llegó el momento de decidir. Por eso la propuesta de consulta popular me parece fundamental”, dijo el jefe de Estado en medio de cientos de manifestantes que habían llegado a la Plaza de Bolívar con una consigna clara: defender las reformas sociales. La marcha del pasado 18 de marzo demuestra que el progresismo y sus bases tienen el camino claro: defender esas iniciativas en las urnas. 

La derecha, en cambio, aún no define cómo va a hacerle juego al jefe de Estado, que siempre se ha sentido más cómodo en las calles. Sin embargo, algunas colectividades ya empezaron a moverse. 

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En primer lugar, se espera que el Gobierno lleve el texto de la consulta al Senado en los primeros días de abril, según dijo el ministro del Interior, Armando Benedetti. El artículo 104 de la Constitución establece que lo siguiente que debe ocurrir es que esa corporación dé un concepto positivo, que según constitucionalistas consultados debe ser vinculante. 

Entre el no y los indecisos

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Paloma Valencia. Foto: Colprensa. 

Los primeros líderes políticos que anunciaron su posición fueron los congresistas de Cambio Radical y el expresidente Álvaro Uribe Vélez, líder natural del Partido Centro Democrático. Ambos de oposición. 

Desde Cambio Radical, por ejemplo, irán de frente contra la consulta, porque el senador Carlos Fernando Motoa, vocero del partido en el Congreso, ya lidera la campaña por el no y dicen que votarían como bancada. Es decir, ya irían 11 votos negativos. 

Sin embargo, con la salida de David Luna del Senado, esa curul la ocupó Temístocles Ortega, quien no es tan distante del Gobierno como sus compañeros de partido. De hecho, en diálogo con CAMBIO aseguró no ser de derecha y que prefiere esperar el contenido del texto para tomar una decisión frente a la consulta. Su voto entonces podría cambiar. 

El Centro Democrático, el otro partido de oposición, que tiene 12 senadores, aún no ha definido si votará negativamente la consulta. Eso le dijeron a este medio al menos cuatro congresistas de la colectividad. Lo que sí es claro es que harán campaña en las calles por el no, como lo han dejado claro el expresidente Uribe y los senadores más cercanos a él. 

El Partido Conservador también está en juego. En el papel, ellos son independientes, pero en la práctica tiene un sector distante al Gobierno –que actúa como oposición– y una minoría que vota a favor de los proyectos de Petro. Desde que comenzó el ruido de la consulta, los azules han dejado claro que no tiene sentido apostarle a un mecanismo de este tipo en medio de una crisis fiscal y previo a las elecciones. Pero cuando se les pregunta por su voto en el Senado, dicen que no han definido una postura. 

Sin embargo, fuera de los micrófonos, algunos opinan diferente. ¿La razón? Porque “los ejercicios participativos no se pueden negar”, como aseguró un parlamentario. Es decir, puede que muchos sí veten la consulta en Senado, pero salgan a hacer campaña por el no en las calles. 

Y en eso coincide el senador Nicolás Echeverry, quien aseguró que: “El Senado está en plena disposición de proponer una consulta. Lo grave es que esta no es una consulta de querer hacer participar a la gente, sino de querer pasar por encima del Congreso”.  Así, los 15 votos conservadores en Senado podrían estar divididos. 

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Foto: Colprensa. 

Los liberales son otros que, como siempre en esta administración, llegarán divididos. De hecho, son un sector clave para el Gobierno, porque muchas veces son quienes terminan salvándoles proyectos. Entre los 14 votos, hay al menos siete que respaldan algunas iniciativas de Petro y que votarían la consulta. 

No obstante, el senador Alejandro Carlos Chacón aseguró que él, por ejemplo, tomará una posición cuando conozca las preguntas. Una postura que comparte al menos con tres liberales más. 

La U y los verdes: claves, pero sin decisión

Para los proyectos de Petro, además de los liberales gobiernistas, también son claves algunos congresistas de la U y los verdes cercanos a Petro, porque de allí salen los votos faltantes para sacar adelante proyectos. Como en el caso de la pensional, por ejemplo. 

En el Partido de la U aún no hay decisión frente a la consulta y, según un par de senadores de esa colectividad, la última palabra se tomará cuando el Gobierno lleve el texto al Congreso. Pero entre los 11 senadores, hay siete que podrían votar la consulta, según los parlamentarios. 

En la coalición Verde - Centro Esperanza, como es común, hay de todo, desde Inti Asprilla, que vota en favor del Gobierno, hasta Jota Pe Hernández, una voz de la derecha. Ahí, hay algunos votos asegurados por el no, como los de Iván Name y Jota Pe Hernández. El resto está entre los indecisos, porque como le dijeron a este medio cuatro de ellos, su decisión depende del texto. 

Hay otros votos minoritarios, pero que también son claves, porque podrían definir el futuro de la consulta. Uno es el de la senadora Berenice Bedoya, de Alianza Social Independiente (ASI), quien ya dijo que no apoyará la consulta ni en Senado ni en las calles. 

El recurso de apelación a la laboral. ¿Una posibilidad para el Senado votar no?

Otra de las movidas que suena en el Senado es el recurso de apelación de la reforma laboral. Según dos congresistas que prefirieron no ser citados, eso podría “detener el trámite de la consulta”. ¿Por qué? 

Según uno de ellos, si se acepta la apelación de la laboral, el presidente del Congreso, el conservador Efraín Cepeda, tendría que poner a consideración de la plenaria si el estudio de esa reforma pasa a otra comisión. Es decir, ya no llegaría a la Comisión Séptima de Senado, sino que pasaría a otra célula legislativa. 

“Hoy el Congreso está pensando en votar la apelación, porque si Petro presenta la consulta, el Senado podría hundirla con una excusa válida, que es decirle que aún están resolviendo la laboral", dijo un congresista que pidió no ser citado.  

En cuanto a esto, el abogado constitucionalista Rodrigo Uprimny le explicó a CAMBIO que jurídicamente no es necesario esperar que se resuelva la apelación. Eso sí, en el ámbito político es distinto. Porque si el jefe de Estado decidiese ignorar esa apelación, estaría mandando el mensaje de que ya no le importa ese debate sino el de las calles. 

En ese sentido, el panorama está mucho más claro para la consulta. Es una realidad. Por un lado, porque el Gobierno tiene los 20 votos de su coalición asegurados y si se suman los de los otros partidos que suelen votar a favor del Gobierno, llegarían a unos 44 votos. Ajustado. Pero hay un factor adicional que mencionan los mismos congresistas y es que a aquellos que se venden como proderechos, “les queda muy mal votar en contra de una consulta”. Porque, entre otras cosas, es un mecanismo constitucional y legítimo. 

Además, los mismos senadores del Pacto Histórico y de partidos de oposición reconocen que si el Senado no vota la consulta, sería un mal mensaje. Por un lado, porque estaría “limitando la participación de los electores”, pero también porque le estaría dando más argumentos a Petro para hablar del “golpe constitucional”. 

Como aseguró el analista Yann Basset, “es más fácil para la derecha en el Senado darle paso al Gobierno para que quede expuesto en las calles”, que es justo donde está el reto mayor. 

Las calles, el gran reto de todos: derecha, centro e izquierda 

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Marchas en apoyo a las reformas sociales. Foto: Colprensa. 

Así, la definición está en las calles. Por un lado, porque es allí donde está el mayor poder de convocatoria y donde se afinan las posiciones de cara a las elecciones de 2026. 

Para que la consulta sea válida, el Gobierno debe lograr que 13,6 millones de personas salgan a votar. Esto, en la medida en que la participación no puede ser menor a la tercera parte del censo electoral, que hoy tiene un poco menos de 50 millones de personas. 

Además, la más reciente encuesta de Invamer no da mucha ilusión frente a la participación. De 1.200 consultados, el 50 por ciento aseguró que sí estaba de acuerdo con que el presidente convoque a una consulta popular para sacar adelante las reformas. Pero solo un 29,2 por ciento aseguró que estaba convencido de salir a votar en la consulta y un 29,9 por ciento mencionó que “definitivamente no votaría”. Los ejemplos de consultas anteriores tampoco dan buenas luces de la participación. 

Es justo eso lo que espera capitalizar la derecha: que la abstención sea mayor y que el Gobierno pierda en su terreno, en las calles. 

Aunque podría pensarse que una consulta tiene un tinte polarizante, porque las respuestas son de sí y no, los expertos señalan que también es una oportunidad para el centro de tomar partido frente a las reformas. Cosa que pasa puntualmente con la de salud, por ejemplo, porque muchos congresistas de esas toldas se han decantado por no apoyarla. ¿Quién ganará este pulso? 

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