Después de "50 años de desdicha", la justicia llegó a medias para Wilson. Una historia de adopción y abuso

La decisión la tomó el Consejo de Estado.

Crédito: Freepik

8 Abril 2024

Después de "50 años de desdicha", la justicia llegó a medias para Wilson. Una historia de adopción y abuso

Wilson* perdió a sus padres y terminó adoptado por una pareja en Estados Unidos que lo sometió a malos tratos y abusos sexuales. El Consejo de Estado acaba de condenar a la Nación por las irregularidades que permitieron la salida del país de un menor de apenas 10 años.

Por: Alejandra Bonilla Mora

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Wilson* nació en junio de 1957 y quedó huérfano a los 8 años, al cuidado de un tío materno que, en vez de velar por él, permitió su adopción a una pareja en Estados Unidos que lo sometió a constantes malos tratos, arduos trabajos y abusos sexuales. Hoy, más de 50 años después, logró una sentencia a su favor y una reparación, basada en que, cuando era niño, se permitió la expedición de su pasaporte y la salida del país de manera irregular. Esta es la historia.

La antesala

El tío de Wilson, que no era oficialmente su representante legal, firmó un permiso de salida del país que fue avalado por el juez primero civil de Menores Luis Galvis Madero en el oficio 484 del 23 de marzo de 1968.

Dos días después, el 25 de marzo de 1968, que no era un día hábil, el menor diligenció el formato de solicitud de pasaporte, que decía que iba a “estudiar”. Ese formato está firmado supuestamente por el niño y también tiene la firma del tío.

El 25 de mayo de ese año, Wilson* salió del país y llegó al hogar de una pareja, ya mayor, que meses antes había hecho la solicitud de custodia de él y de su hermana, para supuestamente darles educación y otros beneficios. La Cancillería no hizo una revisión exhaustiva del permiso de salida. Desde entonces, el calvario para Wilson empezó.

Wilson era obligado a dormir con el hombre que lo adoptó. Según su relato, fue abusado sexualmente por él. Además, era sometido a arduos trabajos. Varios testigos señalaron que tanto el hombre como su esposa, que ya eran mayores cuando acogieron a Wilson,  le gritaban, le decían improperios y que lo sometían a maltratos físicos y psicológicos.

Según Wilson, las consecuencias fueron el retraimiento social, situaciones extremas de ansiedad, nervios, una profunda tristeza y “cincuenta años de desdicha”.

Un primo relató que sólo hasta 1985 volvió a saber de Wilson, ya estando en Colombia, y que fue entonces cuando sus otros familiares se enteraron del tormento que vivió Wilson, que llevó a que la Oficina de Audiencias y Apelaciones de la Administración de la Seguridad Social de Miami declarara a Wilson en discapacidad por “trastorno de estrés postraumático severo” a partir del 30 de agosto de 1997.

La demanda a la nación

Por eso, Wilson, su exesposa y su hija demandaron a la nación. Según su reclamo, tanto la expedición del pasaporte como su salida del país fueron ilegales, y tanto la Cancillería como el juzgado permitieron, por su actuación omisiva, todos los daños que sufrió en los Estados Unidos que aún hoy le afectan. Esto por no verificar lo mínimo para impedir la salida de un menor del país de apenas diez años que era huérfano.

Wilson dice que su tío “lo entregó ilegalmente” a él y a su hermana a la pareja de Estados Unidos “a través del negocio de venta o regalo de niños huérfanos”. Señaló que esa misma pareja había recibido tres años antes a otro menor colombiano e indicó que todas las partes permitieron la trata de personas a la que fue sometido. El caso, luego de pasar por el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, acaba de ser fallado, parcialmente, a su favor.

La sentencia, conocida por CAMBIO, resalta que, en efecto, el pasaporte se tramitó en un día que no era laboral y sin los requisitos legales que se exigían en ese momento, y que el menor, de apenas diez años, no tenía la capacidad legal para solicitarlo, lo cual implica una falla en el servicio del Ministerio de Relaciones Exteriores.

La decisión señala que la responsabilidad del Ministerio de Relaciones Exteriores se limita únicamente a la falla de la expedición del pasaporte y no a las consecuencias que vivió Wilson por su salida del país, ya que los delitos señalados son responsabilidad de terceros ajenos al ministerio.

El fallo dice que, para la época, los menores podían salir del país con una autorización para viajar: el permiso dado por su tío y firmado por un juez el 23 de marzo de 1968, por lo que no se revisó en ese momento nada relacionado con el trámite de adopción.

“El ministerio no tenía por qué requerir la licencia judicial de adopción al momento de tramitar la solicitud de pasaporte; en cambio sí debía exigir y atenerse al permiso de salida del juez de menores”, dice el fallo.

La sentencia dice que también hubo otras irregularidades, ya que se comunicó la autorización para que Wilson saliera del país cuando “no habían corrido los términos de ejecutoria de la providencia que así lo había decidido”.

“El reproche que surge para el ministerio no ha de ser por la valía que le dio al Oficio 484, sino porque no reparó que el mencionado Oficio fue expedido cuando aún la providencia no se encontraba ejecutoriada y, por, sobre todo, el hecho de haber expedido el pasaporte en un día no hábil. Así mismo, el reproche también surge por haberse permitido el diligenciamiento de la solicitud directamente por el menor, a pesar de que el artículo 431 del Código Civil ─vigente para la época─ disponía que todos los impúberes estaban sujetos a tutela”, agrega el fallo.

Por esa razón, el Consejo de Estado aceptó algunos de los argumentos que presentaron Wilson y su familia y ordenó una indemnización a su favor por los perjuicios morales que sufrió. La sentencia negó la reparación por los conceptos de daño a la vida en relación, daño a la salud física y psíquica y por el desarraigo que había reclamado la familia.

*Nombre cambiado para proteger la identidad de la persona. Se omiten nombres de involucrados que puedan permitir identificar a la víctima.

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