Las mil caras de Armando Benedetti
25 Noviembre 2024 07:11 pm

Las mil caras de Armando Benedetti

Imágenes de Armando Benedetti

Crédito: Colprensa

Inició su carrera política al lado de Germán Vargas Lleras, apoyó a Álvaro Uribe y a Juan Manuel Santos, se hizo amigo personal de Gustavo Petro y ahora habla maravillas de Vicky Dávila.

Por: Armando Neira

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Armando Benedetti regresó este lunes a la Casa de Nariño para reencontrarse con quien considera un auténtico amigo y confidente leal: el presidente Gustavo Petro. Lo hizo ante el mutismo general del petrismo, que no duda en calificar de fascistas —con todas las implicaciones históricas de este término— a empresarios, periodistas u opositores del Gobierno nacional, pero que ante Benedetti, señalado de corrupción, agresión contra mujeres y politiquería, guarda absoluto silencio.

Solo algunas voces expresaron su desencanto. “Devastadora noticia. ¿Es verdad?”, preguntó la actriz Margarita Rosa de Francisco, una de las figuras más destacadas en la defensa de la gestión de Petro.

Por su parte, la socióloga feminista Sara Tufano cuestionó: “Me parece que traer de vuelta a Benedetti como asesor después de todo lo que ha pasado, sin mencionar la denuncia por violencia de género, refleja un grado de desesperación muy alto. Seamos serios, ¿no hay más políticos en Colombia que puedan asesorar a @petrogustavo?”.

Ni siquiera Gustavo Bolívar, director del Departamento de Prosperidad Social (DPS), conocido por expresar abiertamente sus opiniones, comentó al respecto.

No obstante, cuando estalló el escándalo de las grabaciones en las que Benedetti afirmaba que si hablaba "todos nos vamos para la cárcel", Bolívar sí hizo una confesión:

“Cuando ingresaron (Benedetti y Roy Barreras) a la campaña presidencial, yo me opuse porque en el fondo uno sabe que son dos maneras distintas de hacer política, además ideológicamente distantes. Sabía que eso tarde o temprano nos iba a pasar factura”.

Armando Benedetti

En ese momento parecía que Benedetti estaba acabado, pero su retorno demuestra lo contrario: su cercanía con Petro resulta inquebrantable. Bolívar, ahora, guarda silencio.

El único que se pronunció este lunes fue Juan Fernando Cristo, ministro del Interior, quien dejó claro que no lo recibiría: “Aquí no. Aquí ya tenemos suficientes asesores y muy buenos”, dijo, cerrándole la puerta a Benedetti.

Según algunas versiones, el exembajador aspiraba a regresar por la puerta grande con un ministerio, pero hasta ahora no hay nada oficial. Este martes él dirá en donde estará.

El gran poder de Benedetti

El costo, aún desconocido, de permitir que Benedetti siga gravitando en el núcleo duro del poder supera el daño evidente que ocasiona a un gobierno que, para sus críticos, hace tiempo renunció a la pulcritud en las formas.

Benedetti, por su parte, demuestra su extraordinaria capacidad para reinventarse. En su juventud, era periodista. Trabajó como coordinador de Telecaribe en Bogotá y, entre 1990 y 1991, fue parte de la redacción política e internacional de El Tiempo, además de reportero del Noticiero QAP. Posteriormente, decidió que la política era su verdadera vocación.

En 1997 aspiró al Concejo de Bogotá de la mano de Germán Vargas Lleras, quien lo ubicó como cabeza de lista, por encima de figuras destacadas como Luz Marina Zapata, quien después sería su esposa.

En 2001 dio el salto a la Cámara de Representantes y se declaró "serpista de racamandaca", en apoyo al entonces candidato Horacio Serpa. Eran los tiempos en que Benedetti se sentía parte fundamental del Partido Liberal.

Sin embargo, al ganar la presidencia Álvaro Uribe Vélez, Benedetti rápidamente se acercó al nuevo líder. En 2006 fue elegido senador con el eslogan “100% con Uribe”.

Cuando el ciclo de Uribe parecía terminar, Benedetti buscó la sombra de Juan Manuel Santos. Lo respaldó en las elecciones de 2010. Ya se movía como pez en el agua en el Congreso, donde fue reelegido senador por el Partido de la U, del que también fue presidente. Y alcanzó también la presidencia del Senado.

Laura Sarabia, Gustavo Petro, Armando Benedetti

¿Qué piensa de Santos?, se le preguntó un día. “Es un presidente excepcional, de un estadista, de un estratega como pocos se han visto. Pareciera que no se ha equivocado en nada”, respondió.

En cambio, las críticas contra Vargas Lleras eran durísimas porque en su concepto trataba mal a todos los ministros del gabinete y  “les impone no solo su mayor jerarquía, sino un tratamiento servil y despectivo. Estamos poniendo a riesgo la autonomía y dignidad de ministros sometidos a una indiscutible capitis diminutio”.

De nuevo vargasllerista

Esas declaraciones se esfumaron en 2018 cuando decidió volver a los brazos de Vargas Lleras. Lo apoyó a la presidencia, en unas elecciones que ganó Duque.

En 2020 fue expulsado del Partido de la U por “violación al régimen de bancadas”. A partir de ese momento quedó libre para unirse a otra fuerza política y tuvo el olfato para sentir que el Pacto Histórico, encabezado por Petro, podría imponerse tal como ocurrió en 2022. Por fin la izquierda ganaría unas elecciones y él estaba en ese barco.

Él reclama la victoria y cuenta que fue una figura clave y era quien le garantizaba el lleno al candidato en las manifestaciones. Tenía tanta confianza que lo besaba en la frente. Una fotografía de ambos dormidos en un avión durante la campaña presidencial simboliza la cercanía entre ellos.

Un regreso polémico

Benedetti ahora vuelve tras un historial plagado de controversias: insultos machistas y vulgares a Laura Sarabia, escándalos diplomáticos como viajar sin permiso a Estados Unidos cuando era embajador en Venezuela, denuncias por violencia familiar e incluso la amenaza a su esposa con un cuchillo, Adelina Guerrero, según informes policiales.

“De acuerdo con las fuentes policiales, los agentes no detuvieron a Benedetti al argumentar este su condición de diplomático y porque, cuando llegaron al domicilio, no estaba cometiendo el supuesto delito de forma flagrante. Los agentes solo pudieron tomar declaración a la mujer, quien denunció las amenazas con un cuchillo, y trasladaron el informe policial al juzgado de guardia para que este continúe la investigación”, escribió en su momento el diario El País de Madrid.

“Fue un esfuerzo personal muy grande el que logré hacer. Estuve 35 días internado en una clínica, en un centro de rehabilitación. Lo hice principalmente porque el tema de la adicción y el alcoholismo me habían ganado mucho terreno. Tomé esa decisión por razones familiares y de salud, además de mejorar en el manejo de emociones, estrés, etcétera.”, relato este lunes.

En la entrevista, Benedetti habla maravillas de Vicky Dávila, de quien destacó sus valores conservadores y su potencial como candidata:

“Existe una buena candidata, que es Vicky Dávila. Antes, la derecha en nuestro país y en buena parte del mundo se asociaba con fascismo y violencia; hoy, en cambio, representa valores como la familia, la oposición a la dosis mínima, la seguridad, etcétera. Y hoy Vicky representa eso. Creo que es la única candidata auténtica para respaldar ese tipo de frente o ideas, que son las que están ganando elecciones en diversas partes del mundo”, dijo.

De ahí que muchos interpreten que no tendría nada de raro que su próximo paso sea apoyar a la exdirectora de Semana en su campaña política.

El retorno de Benedetti al entorno presidencial refleja tanto su habilidad para mantenerse vigente como la tolerancia del gobierno hacia figuras polémicas. Aunque todavía no se oficializan sus nuevas funciones, su presencia ya genera tensiones y cuestionamientos sobre las prioridades políticas de la administración Petro.

La vuelta a Palacio

El encuentro en la Casa de Nariño se prolongó por más de dos horas. Según su testimonio, la reunión transcurrió en términos cordiales. “Esa imagen representa la rehabilitación de una amistad y de una colaboración laboral que tuvimos hace tiempo. Por lo tanto, la foto se dio en ese contexto”.

“Todo ha sido amable. La reunión duró bastante. Laura entró al final. Estuve con el presidente durante un largo tiempo, analizando y entendiendo más que describiendo lo que estaba sucediendo”, añadió Benedetti. 

Sin embargo, precisó que estará en el tercer piso de la Casa de Nariño, en el mismo nivel en el que despachan el presidente Petro y la directora del Dapre, Sarabia.

¿Hasta dónde puede llegar Benedetti? ¿Qué es lo que sabe para que le teman tanto? ¿Cuál será su próxima meta?

“Hay personas a las que se les ha ocurrido que yo pueda ser algún día candidato a la Presidencia, pero ese no es tema del día. Los políticos siempre soñamos con eso”, dijo alguna vez.
 

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