Colombia vive un insólito auge de partidos políticos reconocidos. ¿Significa eso más democracia?
22 Febrero 2023

Colombia vive un insólito auge de partidos políticos reconocidos. ¿Significa eso más democracia?

Crédito: Fotoilustración de Yamith Mariño

Al partido político de Roy Barreras se suman otros 27 que pueden avalar candidatos para las elecciones de octubre, y por lo menos otros cuatro movimientos recibirán personería jurídica en las próximas semanas. ¿Por qué esta inusitada reproducción de partidos?

Por: Andrés Muñoz

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El tarjetón para las elecciones territoriales de octubre será uno de los más nutridos de los últimos años en Colombia. A la fecha ya hay 28 partidos políticos autorizados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) para dar aval a sus propios candidatos. Fuerza Ciudadana, Fuerza de la Paz y En Marcha son solo tres de los movimientos que recibieron la personería jurídica del CNE en las últimas semanas y, así, se convirtieron en partidos políticos.

Además, otras fuerzas están esperando la respuesta del CNE, como la Nueva Fuerza Democrática, de Andrés Pastrana; Esperanza Paz y Libertad, que surgió de la guerrilla del EPL; Creemos Colombia, de Federico Gutiérrez, e Independientes, de Daniel Quintero.

Esta fragmentación del panorama político no se presentaba en el país desde el periodo comprendido entre la Constitución del 91 y la reforma electoral de 2003, año en el que los requisitos para otorgar las personerías jurídicas a los movimientos se hicieron más estrictos.

¿Por qué hay tantos partidos políticos?

En los últimos cinco años, el CNE les ha dado el reconocimiento jurídico a diez nuevos partidos. La mayoría de ellos lo lograron gracias a argumentos jurídicos y no al reconocimiento automático que da el superar el umbral electoral. Los caminos han sido principalmente tres:

1. El efecto Nuevo Liberalismo

En 2021, el partido que lideró en su momento Luis Carlos Galán revivió gracias a la sentencia SU-257 de la Corte Constitucional, mediante la cual el tribunal le ordenó al CNE reconocer la personería jurídica al Nuevo Liberalismo. En resumen, la Corte argumentó que la desaparición de este partido obedeció a la violencia y los crímenes de lesa humanidad en contra de sus líderes y no por sus resultados electorales:

“La calificación de crimen de lesa humanidad le da a este Partido Político, o ex partido político, una connotación que es absolutamente relevante de cara a la interpretación del artículo 108 de la Constitución: se trata de un delito contra la humanidad, de un ataque generalizado y sistemático contra la población civil y por ello lo que sucedió es que la humanidad fue la que resultó afectada y los restantes líderes que querían mantener el grupo organizado o el partido como una opción de poder, ya no lo pudieron hacer”, se lee en parte de la sentencia.

Esta decisión les abrió la puerta a otros tres movimientos que se ampararon en ella y solicitaron con éxito su personería jurídica: Verde Oxígeno, de Íngrid Betancourt; Salvación Nacional, de Enrique Gómez, y el Partido Comunista Colombiano. Nueva Fuerza Democrática, de Andrés Pastrana, y Esperanza Paz y Libertad, que surgió del proceso de paz con la guerrilla del EPL, tienen en trámite sus respectivas solicitudes.

2. Divisiones internas

La división de partidos políticos es un camino que se abrió gracias a la Ley 1475 de 2011. El artículo 14 de esta norma dice que “la disolución, liquidación, fusión y escisión de los partidos y movimientos políticos se regirán por lo dispuesto en la ley y en sus estatutos”. El problema es que hasta la fecha no se ha dispuesto nada en la ley para desarrollar este tema.

A pesar del vacío legal, diez años después de la sanción de la ley, el CNE autorizó la escisión dentro del Polo Democrático que permitió el nacimiento del Partido Dignidad, liderado por Jorge Robledo. La autoridad electoral dijo en ese entonces:

“La decisión se sustenta en el artículo 14 de la Ley 1475 de 2011, conforme al cual los partidos pueden acudir a la escisión, fusión o liquidación, como un derecho autónomo de las agrupaciones políticas; siempre y cuando se defina en sus estatutos como, en este caso, lo prevé el Polo Democrático Alternativo”.

La figura de escisión también fue usada por Roy Barreras para separarse de la Alianza Democrática Amplia y darle vida a Fuerza de la Paz. Lo mismo hizo el exministro Juan Fernando Cristo con En Marcha, una división del Partido Liberal.

3. Estatuto de la oposición

En 2018, producto del Acuerdo de Paz con las Farc, se aprobó en el Congreso el Estatuto de la Oposición. Entre otras cosas, esta norma fijó que quienes ocupen el segundo lugar en las elecciones presidenciales y de alcaldías y gobernaciones tienen derecho a ocupar un escaño en el Congreso, la Asamblea o el Concejo.

Sin embargo, no quedó claro si esto también significaba que los movimientos políticos que acompañaron la candidatura de quienes ocuparon el segundo lugar obtenían automáticamente la personería jurídica. La discusión fue saldada por la sentencia SU-316 de 2021, en la que la Corte Constitucional le ordenó al CNE reconocer la personería jurídica a la Colombia Humana, de Gustavo Petro.

La decisión fue producto de una batalla legal que libró Petro por la negativa del CNE a reconocer a la Colombia Humana a pesar de los 8 millones de votos que obtuvo en las elecciones presidenciales de 2018. Para la alta Corte, “la autoridad electoral vulneró el derecho fundamental de Colombia Humana, así como del senador Gustavo Petro a ejercer oposición política”.

Esta decisión permitió que la Liga de Gobernantes Anticorrupción, movimiento de Rodolfo Hernández, también obtuviera su reconocimiento el año pasado, así como Fuerza Ciudadana, de Carlos Caicedo.

¿Más partidos es más democracia?

Aunque se podría pensar que la diversidad de fuerzas políticas compitiendo electoralmente es sinónimo de democracia, lo cierto es que en el contexto colombiano la realidad no es tan positiva.

Para Alejandra Barrios, directora de la Misión de Observación Electoral (MOE), más partidos no significa mayor calidad de representación e inclusión. Según Barrios, además de la posibilidad de recibir financiación estatal y tener acceso a espacios en medios de comunicación, el factor clave es la capacidad que tiene un partido de dar avales.

“Ahora tenemos una gran cantidad de organizaciones políticas con jefes, las cuales, en su mayoría, no tienen procesos democráticos de selección de candidatos. Van a empezar a entregar avales sin ninguna capacidad de rendición de cuentas; así, las personerías jurídicas se vuelven un negocio, porque pueden cobrar para entregar avales”, dijo Barrios.

Uno de los ejemplos de poca cohesión y problemas de estas nuevas fuerzas políticas con personería jurídica es el partido de Rodolfo Hernández. La Liga de Gobernantes Anticorrupción tiene suspendida la personería jurídica por la impugnación hecha por Marelen Castillo, exfórmula vicepresidencial de Hernández, quien argumentó que no fue tenida en cuenta dentro de la colectividad, pues realizó asambleas a las que no fue convocada.

Además, 13 excoordinadores departamentales de la campaña de Rodolfo y Marelen le pidieron al CNE otorgar el liderazgo de la Liga a Castillo, apoyados en el hecho de que ella sigue en el Congreso, a diferencia del ingeniero, que duró apenas cuatro meses en su curul.

A esta disputa también se suma el problemático cruce de cuentas por el dinero de la reposición de votos a la que tuvo derecho el partido. El representante Juan Manuel Cotes ha dicho que Hernández le pidió el dinero que le corresponde por reposición para donarlo y adecuar la sede de la La Liga, a pesar de también haber sido excluido de las asambleas.

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