
“Con el apoyo masivo que recibimos, vamos impulsados hacia la consulta popular”: Sanguino
Antonio Sanguino, ministro de Trabajo.
Crédito: Ministerio de Trabajo.
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Antonio Sanguino, ministro de Trabajo, revela cuáles serán las preguntas que el Gobierno formulará a través de este mecanismo de participación ciudadana, luego de que el Senado decidiera archivar la reforma laboral. “Para quienes creyeron que nos íbamos a quedar cruzados de brazos, como dijo Jorge Eliécer Gaitán: ¡Mamola!”
Por: Armando Neira

CAMBIO: Hay consenso entre los analistas políticos en que el archivo de la reforma laboral es la mayor derrota que ha sufrido el Gobierno del presidente Petro en el Senado. ¿Usted también lo ve así?
ANTONIO SANGUINO: Para nada. No comparto ese diagnóstico. Al contrario, este hecho abrió un escenario muy favorable para el Gobierno, ya que nos dio la oportunidad de recurrir a la consulta popular.
CAMBIO: Pero ocho senadores derrotaron al Gobierno...
A. S.: Ese era su propósito, pero en realidad perjudicaron a los trabajadores en sus demandas, porque este proyecto de ley respondía a esas necesidades. Los ocho senadores ignoraron la voz de los trabajadores y hasta la de sus compañeros en el Congreso.
CAMBIO: ¿Por qué?
A. S.: El proyecto había sido concertado en la Cámara de Representantes. De los 82 artículos que contenía, 65 habían sido modificados e incluso se le habían incorporado propuestas del Centro Democrático y del Partido Conservador. Todo esto lo pasaron por alto.
CAMBIO: En su opinión, ¿qué los llevó a hacer eso?
A. S.: Ellos deben responder por eso. Este grupo de ocho senadores, utilizando prácticas filibusteras y falacias, intentó convertir la reforma en un instrumento de oposición política intransigente, sectario y obtuso. Sin embargo, lo que lograron fue abrir un escenario de movilización política y ciudadana que fortalece al Gobierno, ya que reafirma el respaldo popular a su agenda de cambios y transformaciones.
CAMBIO: ¿Qué sigue ahora?
A. S.: Ahora viene la expedición de nueve decretos reglamentarios, que ya tenemos preparados y están siendo revisados en la Casa de Nariño. Además, habrá una consulta popular que convocará a millones de colombianos para que se pronuncien sobre esta reforma.

CAMBIO: Los senadores han explicado por qué votaron en contra y aseguran que lo hicieron apegados a la ley, no con la intención de bloquear al Gobierno.
A. S.: ¿Cuándo?
CAMBIO: La senadora Nadia Blel, presidenta de la Comisión Séptima, ha dicho que actuaron con responsabilidad frente a las finanzas públicas, ya que el ministro de Hacienda nunca asistió a las sesiones a las que fue invitado para explicar el impacto económico.
A. S.: La senadora Nadia Blel, a quien considero una persona seria, miente.
CAMBIO: ¿El ministro de Hacienda sí estuvo presente?
A. S.: El Ministerio de Hacienda siempre participó y se presentó un documento con el aval fiscal. Decir que no había un estudio de impacto fiscal es una falacia. La reforma no afecta las finanzas públicas porque no regula las relaciones laborales en el sector público, sino en el sector privado.
CAMBIO: Otra de las explicaciones es la del senador liberal Miguel Ángel Pinto, quien sostiene que era un proyecto de ley ordinaria, pero que en su artículo 4 modificaba el artículo 53 de la Constitución. Por eso, no podía aprobar algo que consideraba inconstitucional.
A. S.: Eso también es falso. Los estudiantes de derecho constitucional del senador Pinto están siendo muy mal formados. Esta es una ley ordinaria que reforma el Código Sustantivo del Trabajo, igual que la ley ordinaria con la que el expresidente Uribe impulsó su reforma en 2002.
CAMBIO: Pero él dice que la Constitución solo se puede modificar a través de un acto legislativo…
A. S.: Le repito: el senador Pinto está equivocado. Además, la reforma buscaba desarrollar los principios constitucionales de un derecho fundamental, que es el derecho al trabajo. Este derecho no se veía afectado por el proyecto de ley.

CAMBIO: ¿Cree que el Gobierno actuó bien en su conjunto para defender la reforma? En la sesión del martes, usted estaba solo, mientras que el ministro del Interior, Armando Benedetti, responsable de las relaciones políticas con el Congreso, no solo no asistió, sino que horas antes dijo que la reforma se podía hundir porque el Gobierno ya optaría por la consulta popular.
A. S.: El ministro Benedetti estaba con el presidente atendiendo la movilización en la Plaza de Bolívar y cumpliendo otras responsabilidades. El presidente me encomendó a mí, como representante del Ministerio del Trabajo y autor del proyecto de ley, atender la discusión, el debate y el trámite del proyecto en la Comisión Séptima hasta el último suspiro.
CAMBIO: Hace un par de semanas, en una entrevista con CAMBIO, usted se mostraba optimista y confiado en que la reforma no tendría problemas para ser aprobada. ¿Qué pasó en este tiempo para que el desenlace fuera diferente?
A. S.: Esa es una muy buena pregunta y le responderé con una propuesta: mire, preste atención a los contratos sindicales. Esa es una fuente de enriquecimiento. Hay una capa de nuevos ricos que no son muy conocidos, pero que se han beneficiado de estos contratos. Ellos eran los más interesados en hundir esta reforma. Párele bolas a ese tema, porque puede haber sorpresas.
CAMBIO: ¿Hay algún vínculo entre los ocho senadores y los contratos sindicales?
A. S.: Le dejo ese dato. Averigüe quiénes lideran un sector de contratistas que continúan evadiendo las leyes de contratación pública y que realizan contrataciones millonarias con el Estado a través de supuestos sindicatos y de lo que se conoce como contratos sindicales.

CAMBIO: Ministro, ¿quién ganó y quién perdió con lo que ocurrió este martes?
A. S.: Nosotros no, porque vamos a la consulta. Todavía no ha perdido el país. Todavía no han perdido los trabajadores. El Gobierno no se siente derrotado en absoluto. Estamos entusiastas y más con la inmensa movilización que se desató en Colombia y con la que se avecina.
CAMBIO: Pero lo concreto es que la reforma se hundió...
A. S.: Sí. Pero nada que signifique una conquista para los trabajadores ha sido fácil en nuestra historia. Ha sido incluso una lucha sangrienta. Usted y yo hemos podido alcanzar el logro de trabajar en jornadas de ocho horas gracias a las batallas de los trabajadores, que, en algunos casos, has sido reprimidas violentamente. La historia es así y la lección es seguir en la pelea para mejorar las condiciones de la gente.
CAMBIO: El Gobierno está decidido a ir a la consulta popular.
A. S.: Claro que sí, porque la respuesta de la gente fue masiva.
CAMBIO: En la Plaza de Bolívar de Bogotá sí. Pero Fabio Arias, de la CUT, había previsto que iban a salir cuatro millones de personas. Según los datos del propio Gobierno, salieron 100.000 personas. ¿Esa imagen de la plaza llena apoyando al presidente Petro no puede estar distorsionando la realidad del resto del país? ¿Con esa fotografía es suficiente para embarcarse en una consulta y más cuando necesitan 13,6 millones para aprobarla?
A. S.: Ah, es que una cosa es la gente que sale a la marcha y otra cosa es la gente que sale a votar. Siempre son más los que salen a votar, siempre más que los que van a una movilización. Así que nosotros asumimos el riesgo. Estamos seguros de que habrá una participación de millones de colombianos votando por el “sí” en la consulta popular.

CAMBIO: A propósito de lo que viene ahora, el paso previo para la consulta es el visto bueno del Senado. ¿Y qué pasa si les dicen que no?
A. S.: Sería el primer gobierno que no lo recibe. Pues imagínese; para que nos sigan diciendo que no nos bloquean. Los mecanismos de participación ciudadana están en nuestra Constitución y en gobiernos anteriores se han utilizado. En caso de que nos lo negaran ahora, sería un acto más de mezquindad política o temor.
CAMBIO: Mientras tanto, ¿ustedes no han pensado en presentar una nueva reforma laboral al Congreso?
A. S.: No. ¿Para qué? Nos la volverían a negar. Mire que en el Senado se archivó sin siquiera leer lo que se aprobó en la Cámara.
CAMBIO: En la relación Gobierno-Congreso, que usted vivió y palpó, ¿cómo queda ahora la situación para las otras reformas?
A. S.: Pues vamos a ver qué hacen con la reforma a la salud. En esa Comisión Séptima del Senado es muy difícil tramitar exitosamente alguna iniciativa del Gobierno, pues con el bloque que armaron es casi imposible. Esos ocho no son del “no”, son del “nunca”.
CAMBIO: ¿El divorcio del Ejecutivo con el Legislativo es total?
A. S.: En el resto del Congreso no. Por ejemplo, en la Comisión Primera del Senado hay una correlación de fuerzas favorable al Gobierno. En la Cámara de Representantes también. Incluso, yo diría que la plenaria del Senado es otro escenario tanto para el Gobierno como para ellos.
CAMBIO: No hay divorcio total, pero ¿la relación con el Congreso así está fracturada?
A. S.: Así es. El nivel de discusión y la autonomía en las decisiones de los congresistas es mucho mayor que lo que ocurre en esta comisión que se atraviesa para evitar que los proyectos lleguen a la plenaria del Senado, como se dice coloquialmente, como vaca muerta.
CAMBIO: El presidente Petro dijo que la primera pregunta de la consulta popular es simple: “¿El día laboral debería terminar a las 6:00 pm?” ¿Cuáles serán las otras ocho preguntas? Se sabe que serán nueve, ¿cierto?
A. S.: Así es. Otra de las preguntas es sobre los aprendices del Sena, que antes de 2002 recibían como remuneración un contrato laboral de un salario mínimo más sus prestaciones legales. Pero después de la reforma o contrarreforma laboral de Uribe, esto se desmontó y se les paga una remuneración por debajo del salario mínimo. Es una injusticia: esos jóvenes, en su primer empleo, trabajan de igual a igual con los demás trabajadores que sí reciben la remuneración derivada de un contrato. Habrá una pregunta sobre este tema.

CAMBIO: Llevamos dos, ¿cuáles son las otras siete?
A. S.: En la reforma hay muchos asuntos que merecen ser preguntados. Por ejemplo, el contrato a término indefinido como regla general. Hoy, la norma en el mundo laboral en el país es el contrato por obra o el contrato de prestación de servicios. Es necesario regular muy bien cuándo se usa el contrato a término fijo y cuándo se debe utilizar un contrato por obra. Incluso en el sector público. Mire, los congresistas que se opusieron a esta reforma, que además tienen sueldos jugosos, ¿sabe quiénes les sirven los tintos y el café? Señoras que son contratadas por dos, tres o seis meses, sin un contrato laboral a término indefinido ni siquiera a término fijo. Están en una condición de tercerización y precarización laboral que a ellos, por como votaron, no les importa.
CAMBIO: ¿Y las otras preguntas?
A. S. Se van a redactar de forma clara y sencilla, pero abarcarán temas para mejorar las condiciones de los trabajadores en el campo. En este sector, la reforma laboral incluye el contrato agropecuario, que busca disminuir la informalidad del 83 por ciento en el campo. También están las madres comunitarias: 60.000 mujeres que llevan años trabajando sin un contrato laboral.
CAMBIO: Si la reforma era para esto y pintaba tan bien, ¿por qué cree, ministro, que estos congresistas se atravesaron así, como usted dice, “como vaca muerta”?
A. S.: Por un lado, por mezquindad. Por otro, por torpeza. Fue una torpeza oponerse a esta reforma que prácticamente todos ponderaban y respaldaban, salvo el señor Cabal, de Fenalco, que se comporta más como un opositor político que como un vocero de un gremio. Realmente no encuentro explicaciones racionales al por qué tomaron esta decisión.
CAMBIO: ¿Quién cree que impulsó la decisión de archivarla?
A. S. Estoy sorprendido por todo lo que pasó. Incluso dos senadoras habían prometido que no firmarían la ponencia de archivo: Berenice Bedoya y Lorena Ríos. Y, de un momento a otro, se fueron a tomar un café con Pinto y cambiaron de parecer. Lo importante, sin embargo, ahora es mirar hacia la consulta.
CAMBIO: En ese sentido, el respetado constitucionalista Rodrigo Uprimny explicó en el pódcast A Fondo, de María Jimena Duzán, que “no se puede aprobar la reforma laboral por consulta”. Entre otras razones, porque no se puede someter a votación ciudadana la aprobación o el rechazo de una reforma del Gobierno, además de los costos que implica.
A. S.: La democracia tiene sus costos, ¿no? Respeto mucho a Uprimny, pero él sabe, como bien lo dijo Humberto de la Calle, que estos mecanismos de participación ciudadana, como el plebiscito, el referéndum y la consulta, fueron creados por la Constituyente del 91 para resolver impases y bloqueos institucionales.
CAMBIO: Finalmente, ¿han hecho un ejercicio de autocrítica en el Gobierno de los fallos que ustedes pudieron haber cometido para que la reforma terminara archivada?
A. S.: No, todavía no hemos hecho una evaluación sobre qué fue lo que ocurrió. Creo que al Gobierno no le faltó vocación de concertación, la cual demostró en el trámite del proyecto, ni disposición para seguir dialogando.
CAMBIO: ¿Y ahora? ¿No se van a quedar cruzados de brazos?
A. S.: Ni por el chiras... En el Gobierno estamos totalmente contagiados por el entusiasmo que pude observar y palpar en la movilización en la Plaza de Bolívar. Para quienes creyeron que nos íbamos a quedar cruzados de brazos, como dijo Jorge Eliécer Gaitán: ¡Mamola!
