Crédito: Colprensa
Divide y vencerás: las reformas del Gobierno dependerán de los pulsos internos de las bancadas
- Noticia relacionada:
- Congreso
- Reforma Pensional
- Reforma Laboral
El éxito de la ambiciosa apuesta de proyectos del Gobierno en el periodo legislativo que comienza, depende de la división de tres bancadas: liberales, verdes y conservadores.
Por: Andrés Muñoz
“El presidente no se está comportando como una persona cuerda”: para cualquier despistado de la política nacional resultaría increíble que César Gaviria, director de un partido de la coalición de Gobierno, haya escrito esa frase en una carta. El expresidente, todavía jefe del Partido Liberal, se pronunció de esa forma el 8 de febrero pasado, a propósito de las alteraciones de orden de público a las afueras del Palacio de Justicia.
frase-destacada
“No vamos a permitir que Petro quebrante 200 años en que estas instituciones defendieron nuestra democracia”, dice otro fragmento de la misma carta de Gaviria.
Rápidamente, Andrés Calle, presidente de la Cámara y representante liberal, se desmarcó de las declaraciones del director de su partido. “La declaración del presidente Gaviria es una interpretación personal”, dijo.
La paradoja liberal, que empezó hace un año, ha hecho que ni el Gobierno ni la oposición puedan contar con la totalidad del apoyo de esa bancada para impulsar o frenar los proyectos impulsados desde la Casa de Nariño. Aún así, los liberales siguen siendo una colectividad indispensable por su presencia en el Senado (13 curules) y en la Camara de Representantes (32 curules).
Eso sí, los hechos del 8 de febrero en el Palacio de Justicia avivaron las peticiones de un grupo de liberales cercanos al expresidente Gaviria para que, de una vez por todas, el Partido Liberal abandone la coalición de Gobierno y se mude a la independencia, como lo hizo el Partido Conservador, o incluso a la oposición, como lo pidió el senador Juan Pablo Gallo.
“Declararnos en oposición es una oportunidad para reafirmar nuestro compromiso con Colombia, para trabajar desde una crítica constructiva que busque soluciones”, dijo el senador Gallo, quien le envió una carta a César Gaviria pidiendo saltar de la coalición. Por su parte, el representante Julián Peinado dijo:“¿Quién no está de acuerdo en que las acciones del presidente de la República han sido erráticas y confusas? […] no voy a defender lo indefendible”.
El río revuelto en el Partido Liberal provocó que una vez más los partidos de oposición enviaran señales de humo a esa colectividad para que sus valiosos votos, o una parte de ellos, se unan al bloque anti proyectos legislativos del Ejecutivo. El llamado lo hizo la senadora del Centro Democrático Paloma Valencia.
frase-destacada
“Queremos invitar a los partidos Verde y Liberal que abandonen la coalición de Gobierno. No puede ser que esos partidos se presten para seguir manteniendo mayorías del Congreso y aprobar las nefastas reformas del Gobierno”, dijo la senadora uribista a través de un video.
El anzuelo lanzado por Valencia parece haber llegado hasta el expresidente Gaviria, quien se reunió el pasado 12 de febrero con el expresidente Iván Duque en Bogotá. Los dos jefes de Estado retirados hablaron durante tres horas sobre las reformas que hacen trámite en el Congreso, la situación de seguridad en el país, los errores en el decreto de liquidación del Presupuesto Nacional de 2024 y los hechos del Palacio de Justicia del 8 de febrero.
Sin embargo, para que el Partido Liberal decida irse de la coalición de Gobierno necesita de una reunión de bancada en la que los 45 congresistas voten. Allí los cálculos siguen siendo poco claros para las dos partes. El Gobierno cuenta, por lo menos, con el apoyo de entre 20 y 25 representantes, mientras que Gaviria tiene mayor respaldo entre los senadores.
Esta división interna también preocupa al Ejecutivo, teniendo en cuenta que en la plenaria del Senado ya está lista para discutirse la reforma pensional y, eventualmente, llegará la reforma a la salud, siempre y cuando supere el tercer debate en la Comisión Séptima.
Los recuerdos del Gobierno tramitando iniciativas en la plenaria del Senado no son gratos. El golpe más reciente lo recibió el proyecto para regular el uso adulto del cannabis, que se hundió una vez más el pasado 12 de diciembre. La autora de la proposición de archivo del proyecto fue la senadora liberal Karina Espinosa Oliver.
Verdes y azules, las otras bancadas clave
El Partido Verde es otro de los aliados que aún le queda al Gobierno en la coalición. Como los liberales, los verdes también tienen grietas internas cada vez más profundas.
Por la reñida búsqueda voto a voto de la oposición y el Gobierno, los ocho senadores que conforman la bancada verde en esa corporación son decisivos para la reforma a la salud y la reforma pensional. De esos, hay contradictores a los proyectos, como los senadores JotaPe Hernández e Iván Name. Otros más escépticos y mesurados como Angélica Lozano y una facción que respalda la agenda del Ejecutivo, como los senadores Inti Asprilla y Fabián Díaz Plata.
El senador verde Ariel Ávila ha hablado de una inminente “vetocracia”, en la que ninguna reforma se apruebe, no precisamente por votación negativa sino por un congelamiento en la actividad legislativa. “No van a pasar ni a no pasar, las reformas van a quedar congeladas”, dijo Ávila.
En ese sentido, las divisiones de los liberales y los verdes pueden generar que, como sucedió en el debate de la reforma a la salud en la Cámara el año pasado, el ausentismo frene la discusión de los proyectos del Gobierno en el Senado.
Lo mismo puede suceder con la reforma laboral, que avanza lentamente en la Comisión Séptima de la Cámara. Eso sí, la primera parte de la reforma educativa, que llegará a la plenaria de la Cámara, goza de mejor salud gracias a que en su primer debate fue aprobada incluso con apoyo de la oposición.
Pero el antídoto para el congelamiento de los trámites legislativos los puede encontrar el Gobierno en bancadas independientes, como la del Partido Conservador, que pueden aportar con quórum y no con votos al avance de las reformas. Esa labor generó profundo malestar interno en los godos en diciembre del año pasado, cuando el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, asegurara en diálogo con La FM que se reunió en varias ocasiones con miembros del Partido Conservador.
Según el ministro de la política, esos encuentros ayudaron a que se lograra el quórum para la votación de la reforma, incluso cuando la colectividad la votó negativamente. Velasco fue desmentido por el presidente de los conservadores, Efraín Cepeda, quien negó que existiera algún acuerdo entre el partido y el Gobierno.
frase-destacada
“La postura del Partido Conservador Colombiano fue no acompañar dicha iniciativa de su Gobierno, postura respaldada por la decisión de bancada en el marco legal”, dijo Cepeda en ese entonces.
Sin embargo, sí han existido diálogos y acercamientos entre algunos conservadores y la Casa de Nariño, como, por ejemplo, la reunión del 29 de noviembre del año pasado. Ese día un grupo de representantes conservadores a la Cámara llegó a la Casa de Nariño para hablar con el presidente. En ese momento los asistentes al encuentro, entre ellos el representante Ape Cuello, declararon que había sido una reunión para decirle al Gobierno que no iban a apoyar la reforma a la salud.
Así mismo, el partido emitió un comunicado en el que trató de aclarar que al cónclave no asistió la bancada sino un grupo de ella:
frase-destacada
“Nuestra bancada en el Congreso no ha asistido a reuniones con Presidencia de la República hoy. La visita fue de un grupo de representantes. El Partido Conservador NO apoya la reforma a la salud”, dijo la colectividad azul a través de X.
Fuentes en esa colectividad le contaron a CAMBIO que, aunque en esa reunión quedó claro que no habría respaldo a la reforma, el regreso de los conservadores al Gobierno no se descartó. Incluso se habló de varias carteras en las que se podrían abrir espacios para teñir de azul al gabinete de Petro con la llegada del nuevo año, específicamente Bancoldex, Ferrocarriles Nacionales y el Ministerio del Deporte.
