Alexander López Maya, director del Departamento de Planeación Nacional (DNP)
Crédito: DNP
“El Congreso quiere derrotar a Gustavo Petro a cualquier costo y pasando por encima de la gente”: habla Alexander López
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En entrevista con CAMBIO, el director de Planeación Nacional hace una dura crítica al Congreso por no aprobar el presupuesto. López dice que la oposición, con un “lobby el berraco”, está dispuesta a dejar desfinanciados los programas sociales con tal de darle un golpe al presidente Petro.
Por: Paola Herrera
Una de las semanas más difíciles para Gustavo Petro acaba de terminar. En un hecho sin precedentes en el país, el Congreso negó el monto del Presupuesto General de la Nación presentado para 2025 y dejó en el limbo al equipo económico del Gobierno. Ahora el mandatario deberá mover todas sus cartas para conseguir los recursos que hacen falta y financiar los programas sociales.
CAMBIO habló con el director del Departamento Nacional de Planeación, Alexander López Maya, sobre las salidas que tiene el Ejecutivo en medio de esta crisis entre ambos poderes. Para el funcionario, lo que está pasando es una retaliación política con la que buscan derrocar a Petro sin importar que resulte afectada la población más vulnerable en Colombia.
CAMBIO: ¿Qué va a pasar con el presupuesto de Colombia para el próximo año?
Alexander López: El jueves de la semana pasada no hubo quórum para poder votar en las comisiones terceras y cuartas del Senado. Teníamos plazo hasta el sábado a la media noche para aprobar el monto y eso no se logró. Se citó de nuevo a las comisiones económicas el próximo martes, pero la realidad es que el presupuesto para 2025 ya fue negado. Los congresistas también negaron el monto de Efraín Cepeda y otras proposiciones. Eso quiere decir que hoy no hay presupuesto definido.
CAMBIO: Eso nunca había pasado, ¿por qué cree que sucedió?
A.L.: Es evidente que el presupuesto para el próximo año está desfinanciado en 12 billones de pesos. Se lo hemos dicho al país con la mayor responsabilidad, sin tapujos y con todas las claridades. Las proyecciones macroeconómicas que hemos hecho nos indican que se requieren recursos adicionales para inversión social, porque las inflexibilidades que establece la ley no nos permiten coger plata de funcionamiento o de otros compromisos adquiridos. Esa plata que queda faltando es la que usaríamos para inversión social: para ayudar a los más pobres y a la clase media. Presentamos el presupuesto desfinanciado y a la vez radicamos una ley de financiamiento para cubrir ese faltante. Sin embargo, lo que ha hecho la oposición, los partidos como Cambio Radical, el Centro Democrático, el Partido Conservador y otros, es querer tumbar ese techo y llevar el presupuesto hasta los 511 billones de pesos. No lo podemos aceptar porque sería absolutamente grave para los sectores más pobres de Colombia.
CAMBIO: ¿Por qué no quisieron aprobar el monto del presupuesto?
A.L.: Aquí hay una decisión política de un sector del Congreso de darle un golpe de Estado al presidente Petro. Están obsesionados con destruir al Gobierno y al proyecto del cambio. No han medido las consecuencias de afectar de esa manera a los más necesitados del país. Esos recursos no son para llenar los bolsillos del presidente ni de sus funcionarios. Son para invertir en salud, educación, vivienda y, en general, para mejorar la vida de los pobres. Ellos creen, equivocadamente, que al hundir el presupuesto golpean a Petro. El presidente gana 50 millones de pesos, los congresistas casi 40 y los ministros 30. Esa plata les va a seguir llegando, mientras que los más pobres seguirán pasando necesidades. Todo por una decisión de la clase política de siempre de afectar a un presidente alternativo.
CAMBIO: ¿El Gobierno se siente chantajeado? ¿Le están pidiendo mermelada para aprobar el presupuesto y la ley de financiamiento?
A.L.: Hay un grupo importante de congresistas, por no decir todos, que quiere llevar inversiones a sus territorios y eso no está mal, así debe ser. El problema es que eso no puede ejecutarse si ellos votan en contra de las adiciones que estamos proponiendo. Es un contrasentido. Más que presión o un chantaje, es un juego de doble moral. Pero este Gobierno no transa.
CAMBIO: ¿Quiénes son esos congresistas que le están pidiendo plata para inversiones?
A.L.: Son las mismas fuerzas políticas que hoy quieren bloquear al Gobierno del cambio pero que, en su momento, le aprobaron en plena pandemia un cupo de endeudamiento de 200 billones de pesos a Iván Duque. Esos mismos que hoy se rasgan las vestiduras, le aprobaron tres reformas tributarias a Uribe, cuatro a Santos y tres a Iván Duque. Qué descaro. Ahora, por pagar las deudas que nos dejaron esos mismos congresistas, estamos desfinanciados.
CAMBIO: ¿Cuáles deudas de ellos? El Gobierno de Petro ya lleva dos años…
A.L.: Nosotros estamos pagando vigencias futuras desde Pastrana, de Uribe, de Santos y de Duque.
CAMBIO: Pero eso no tiene nada de raro. Todos los presidentes heredan la deuda de sus antecesores.
A.L.: Pero es que Iván Duque, además, no financió el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles. Este país está supremamente endeudado. Hemos tenido que pagar más de 43 billones de pesos de nuestros presupuestos para no estallarnos. Les pagamos la deuda de ellos: 7,2 billones de pesos de la salud que se gastaron en la pandemia también la estamos pagando nosotros. Así la plata no alcanza.
CAMBIO: Pero todos los gobiernos dicen que no les alcanza la plata y la gente no aguanta más impuestos…
A.L.: No todos. Es que no hay que olvidar que a nosotros también la Corte Constitucional nos tumbó la medida que se aprobó para no permitir la deducibilidad de las regalías en el impuesto de renta de las petroleras y las empresas de carbón. Con eso estamos perdiendo 10 billones de pesos en solo dos años. ¿Entonces de dónde sacamos la plata? Pues tenemos que presentar una ley de financiamiento, como cualquier otro gobierno en esa situación.
CAMBIO: ¿Es posible retirar la ley de financiamiento para que el Congreso reconsidere la aprobación del monto del presupuesto?
A.L.: Los partidos Conservador, Cambio Radical y Centro Democrático están cerrados a aprobarle cualquier cosa al presidente Petro. El monto del presupuesto nunca había sido negado. Eso no tiene presentación. Aquí el problema es que nuestro Gobierno se la está jugando por el pueblo y eso a la clase política tradicional no le gusta. Es un acto de mezquindad para afectar a los más débiles.
CAMBIO: Lo que los partidos buscan es tener los votos para reelegir a sus congresistas. ¿Qué sentido tendría que pongan en riesgo su capital electoral solo para dañarle el caminado a Petro?
A.L.: Es que aquí la política tradicional, más que en las elecciones, está concentrada en tumbar al presidente Petro. Esa es la prioridad. Quieren darle un golpe y derrotarlo a cualquier costo, así eso signifique desmejorar las condiciones de vida de la gente.
CAMBIO: Usted más que nadie sabe que la idea de aumentar los impuestos propició un estallido social sin precedentes. La fuerza política del hoy presidente fue la principal promotora de ese descontento y lo capitalizó en las urnas. ¿Por qué ahora sí les parece bien meterle mano al bolsillo de la gente?
A.L.: Mire, en la práctica, solo vamos a recaudar 6 billones de pesos de nuevos recursos que vendrán de los más ricos. Aquí no se pretende afectar a la gente vulnerable, al ciudadano de a pie. Vamos a subirles los impuestos a las petroleras, a las empresas de carbón y a las de juegos de azar. Otra fuente será el impuesto a las ganancias ocasionales y al patrimonio.
CAMBIO: ¿Tampoco van a tocar a la clase media?
A.L.: No. Nuestra teoría de justicia social es que quien tiene más, paga más y quien tiene menos paga menos. Con la ley de financiamiento no estamos afectando ni a la clase media ni a la clase trabajadora, ni tampoco a los más pobres del país. Lo que los partidos quieren, además de afectar a los pobres, es proteger a los ricos y poderosos.
CAMBIO: Director, ¿no cree que necesitaría un tono más conciliador para que le aprueben su presupuesto y su ley de financiamiento?
A.L.: Es que las cosas hay que llamarlas por su nombre. Nosotros tenemos toda la disposición de concertar y de llegar a acuerdos. Pero aquí las empresas petroleras, carboneras y de apuestas deben estar haciendo un lobby el berraco, como siempre han hecho.
CAMBIO: Es posible que el único camino que le quede al presidente sea el de decretar el presupuesto de un plumazo. ¿Eso qué implicaciones tiene?
A.L.: Estamos ante una situación inédita porque este Congreso, que siempre ha aprobado el monto presupuestal a los gobiernos anteriores, ahora quiere derrotar a Petro. Aquí, al parecer, importa más la campaña de 2026 que la gente. Es una actitud inhumana e irresponsable con un pueblo que pide concertación y diálogo.
CAMBIO: El presupuesto ya parece casi derrotado y la ley de financiamiento ni se diga. ¿Entonces de dónde va a salir la plata?
A.L.: Hay varias opciones sobre la mesa. Por ejemplo, una renegociación de vigencias futuras de algunos sectores como transporte y vivienda. Estamos revisando cómo encontrarnos con el Fondo Monetario y con el Banco Mundial a ver si logramos aplazar algunas obligaciones financieras que dejaron otros gobiernos. Aunque nos acusan de derrochones, tenemos una política de austeridad que ya logró un recorte de 19 billones en gastos de funcionamiento. Tenemos hasta el 20 de octubre para buscar una salida si es que el Congreso sigue en la misma tónica.
CAMBIO: ¿Si no se consigue la plata, ¿cuáles son los programas del Gobierno que tocaría recortar?
A.L.: Esos 12 billones que nos faltan se usarían en mejoramiento de escuelas, alimentación escolar, financiamiento del deporte, apoyos al ICBF, a la población LGBTI, y a las personas en situación de discapacidad, entre otros. Si no conseguimos la plata también se afectaría parcialmente la renta ciudadana y los subsidios de Colombia Mayor, Jóvenes en Paz, la dotación de hospitales y puestos de salud. Algunos programas quedarían a la mitad y otros tendrían que desaparecer.
CAMBIO: La ejecución del Gobierno ha sido muy pobre. ¿Para qué más plata si no han sido capaces de gastar la que ya tienen?
A.L.: Reconocemos que tuvimos problemas de ejecución en el año 2023. Era normal porque se trataba de un Gobierno prácticamente nuevo, ministros nuevos sin ninguna experiencia, funcionarios y equipos de los ministerios que tampoco conocían las dinámicas. Era evidente que eso iba a pasar porque nosotros teníamos que llegar a cambiar y a sacar al uribismo y a los políticos tradicionales que han estado gobernando a Colombia durante años. Sin embargo, este año esa situación mejoró y ya tenemos indicadores promedio normales y comparables a los de los gobiernos anteriores en materia de ejecución.
CAMBIO: A Juan Fernando Cristo lo trajeron por su experiencia como operador político eficiente. Pero el problema con las reformas sigue. ¿Está fallando el ministro?
A.L.: El Gobierno no es el que está fallando: es el Congreso. El ministro cumple un papel muy importante, pero es muy difícil tener éxito si lo que quiere la clase política es defender la corrupción y la muerte. No han pasado casi ninguna reforma. Ellos solo quieren que se mantenga el statu quo.
CAMBIO: ¿Qué dice el presidente Petro de todo esto?
A.L.: El presidente vive en angustia permanente. No puede entender qué tipo de humanidad tiene esta gente que, por dañarlo, no le importa lo que pueda pasar con la población.
CAMBIO: ¿Qué pasa si no se logra aprobar la ley de financiamiento?
A.L.: No tener la plata que necesitamos es para el presidente un crimen. Estamos buscando todas las formas para garantizar los derechos mínimos a la población. Es nuestro deber.
CAMBIO: ¿Y cuál es la orden si no se llega a un acuerdo para aprobar el presupuesto?
A.L.: Se saca por decreto.