El meteórico ascenso como megacontratista del Caribe del hijo de Margarita Cabello
19 Febrero 2023

El meteórico ascenso como megacontratista del Caribe del hijo de Margarita Cabello

Crédito: Fotoilustración de Yamith Mariño

En cinco años, Alberto Mario Caparroso Cabello, hijo de la procuradora Margarita Cabello, se convirtió en uno de los contratistas más prolíficos del Atlántico y Magdalena trabajando con las administraciones cercanas al clan Char y al clan Cotes.

Por: Andrés Muñoz

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Los cuestionamientos acerca de la imparcialidad política de Margarita Cabello Blanco en su gestión al frente de la Procuraduría cobraron vigencia nuevamente por la sanción que le impuso ese órgano de control al presidente de la SAE, Daniel Rojas Medellín, por su actuación en el caso de la venta de acciones de la empresa Triple A de Barranquilla.

Rojas frenó el contrato firmado durante el Gobierno Duque en el que se cede la participación accionaria de la SAE a una empresa mixta con mayoría del Distrito de Barranquilla. El argumento del funcionario suspendido es que la valoración de la Triple A es mucho más alta que por la cual se hizo el negocio inicialmente, según el concepto de la Superintendencia de Servicios Públicos. La diferencia en las valoraciones es de 1,3 billones de pesos.

La decisión de la Procuraduría de suspender al primer funcionario del Gobierno Petro revivió las suspicacias no solo por la cercanía de Cabello al clan Char, amos y señores de Barranquilla y el Atlántico, sino por la de su hijo, Alberto Mario Caparroso, un próspero empresario que forjó su éxito contratando en ese departamento y en el Magdalena.

Alberto Mario, el hijo de la procuradora que tocó la cima del éxito

La historia de Margarita Cabello y su hijo son similares. Ambos pasaron de ser empleados rasos en sus ramas a escalar a lo más alto de sus profesiones.

Alberto Mario, hijo de Margarita y Rafael Caparroso Tovar, decidió estudiar ingeniería industrial en la Universidad del Norte y se graduó en 2004. En 2008, entró a trabajar como ingeniero de ventas a Gases del Caribe, una empresa de servicios públicos encargada de distribuir y comercializar gas natural en el Atlántico, Magdalena, parte de Cesar y Bolívar. Gases del Caribe hace parte del poderoso holding Valorem, fundado por Julio Mario Santodomingo.

Tan solo un año después, Caparroso Cabello empezó a escalar en la empresa. En 2009, pasó a ser coordinador de proyectos industriales y luego se posesionó como director de comercialización de gas. Su fulgurante carrera en Gases del Caribe parecía que estaba destinada a durar décadas, pero finalizó en 2016, un año muy beneficioso para los Cabello, pues Margarita fue designada como presidenta de la Corte Suprema de Justicia en marzo y tres meses después, Alberto Mario decidió emprender y fundar su propia compañía: CU2 Ingenieros S.A.S.

En agosto de 2017, la naciente empresa de Alberto Mario Caparroso se estrenó como contratista cuando el Consorcio Obras Especiales Atlántico, del que hacía parte con un 35 por ciento de participación, se ganó un contrato con la gobernación de ese departamento por 1.700 millones de pesos para construir y adecuar un parque y una cancha sintética en el corregimiento La Playa, de Barranquilla.

En esa época, el gobernador del Atlántico era Eduardo Verano de la Rosa, ficha del Partido Liberal y cercano a la casa Char, quien tuvo su aparición más reciente en la arena política el año pasado, cuando adhirió a la campaña presidencial de Alejandro Char.

El socio mayoritario del consorcio con el que la empresa de Caparroso Cabello debutó como contratista fue Erwin Castro Salgado, uno de los contratistas consentidos del círculo político de la Casa Char.

En 2020, Castro hizo parte de la Unión Temporal Obras Especiales Mantenimiento, a la que le fue adjudicado el contrato para la remodelación y adecuación de la sede norte de la Universidad del Atlántico por 26.000 millones de pesos.

Las obras fueron contratadas por la gobernación de Elsa Noguera, otra figura cercana a la familia Char. Noguera también contrató en 2021 a otro consorcio del que hacía parte Castro para el adecuamiento de las playas Sabanilla II y El Country en Puerto Colombia, por 17.000 millones de pesos.

Castro Salgado representó a la firma que se quedó en 2018 con el contrato de 8.600 millones de pesos para la construcción del Hospital La Misericordia de Soledad. Por esa época, el alcalde de ese municipio era Joao Herrera, que inicialmente era de los Char pero terminó enfrentándoseles.

Castro también estuvo a cargo de la construcción del nuevo palacio municipal de Soledad en 2019, que costó 14.000 millones de pesos, adjudicada en febrero de ese año por Herrera.

En septiembre de 2018, Caparroso Cabello fue uno de los empresarios que contribuyó al regreso del equipo de baloncesto Titanes de Barranquilla, del cual es presidente hasta la actualidad.

“Recibimos todo el apoyo del alcalde Alejandro Char y asumimos el riesgo, pero no queríamos salir con un equipo desorganizado y que no estuviera a la altura. Pero superamos las expectativas”, dijo Caparroso a un medio local barranquillero en 2019.

A pocos meses de terminar su mandato como alcalde, Alejandro Char celebró la resurrección del equipo, que fue posible gracias a los recursos aportados de su alcaldía y el sector privado.

Dentro de sus patrocinadores, Titanes ha contado con Gases del Caribe, exempleador de Caparroso Cabello, CU2 Ingenieros, Tecnoglass, la compañía de Cristian Daes, y por supuesto, los almacenes Olímpica.

Un mes después del regreso de Titanes, en octubre de 2018, Caparroso extendió su área de influencia al Magdalena, cuando firmó un contrato por 3.500 millones de pesos con la Alcaldía de Santa Marta como representante legal del consorcio Hidrosan, para la instalación de redes de acueducto y alcantarillado en la ciudad.

En junio de 2019, con Alejandro Char todavía al frente de la capital del Atlántico, el hijo de Margarita Cabello firmó un contrato con la Agencia Distrital de Infraestructura de Barranquilla (ADI) por 536 millones de pesos para el mantenimiento de canchas sintéticas en la ciudad, área que ya era el fuerte de CU2 Ingenieros. Un mes después, la Alcaldía de Cartagena le confió la remodelación del estadio Jaime Morón por 3.800 millones de pesos.

En septiembre, CU2 Ingenieros firmó otro contrato por 30 millones de pesos con el Sena del Atlántico para que le arrendara un espacio perteneciente a la empresa de Caparroso y disponerlo como cafetería y restaurante. El contrato fue firmado por Caparroso Cabello y Jacqueline Rojas Solano, directora regional del Sena, quien fue nombrada por Eduardo Verano de la Rosa en 2013. 

Luego, en diciembre de ese año, Caparroso Cabello regresó al Magdalena para firmar un contrato por 5.900 millones de pesos a nombre de CU2 Ingenieros para construir y adecuar escenarios deportivos en el departamento.

Ese contrato fue uno de los últimos que adjudicó la gobernación de Rosa Cotes de Zúñiga, integrante del cuestionado y poderoso clan Cotes y quien será imputada por la Fiscalía por irregularidades en contratación durante su mandato, al igual que el exgobernador Luis Miguel Cotes y el actual gobernador Carlos Caicedo. 

En total, entre 2017 y 2019, Alberto Caparroso Cabello se ganó ocho contratos, principalmente con la Gobernación del Atlántico y la Alcaldía de Barranquilla, que sumaron 16.900 millones de pesos, un crecimiento impresionante para un contratista sin experiencia.

Las alertas tempranas sobre la cercanía entre los Char y los Cabello

Con la llegada de Margarita Cabello a la Procuraduría en enero de 2021, su hijo Alberto Mario desapareció del radar de los contratistas en el Caribe tan rápido como se había convertido en un poderoso empresario de infraestructura. No volvió a aparecer en las bases de datos de la contratación pública.

Eso sí, continuó al frente del equipo Titanes y logró que su mano derecha en ese club, Gabriel Berdugo Peña, hijo del ídolo del Junior Gabriel Berdugo, fuera nombrado secretario de deportes de Barranquilla por el alcalde Jaime Pumarejo, también aliado de la casa Char.

Sin embargo, pocos días después de que Cabello se posesionara como procuradora, el abogado Luis Enrique Guzmán Chams, quien aseguró en 2020 que había pagado en 2014 una coima de más de 2.000 millones a Alejandro Char para quedarse con el contrato del megatanque de agua de Barranquilla, le envió una carta a Cabello pidiendo que se alejara de todos los procesos relacionados con los Char y con Atlántico.

Según Guzmán Chams, la cercanía de la procuradora con la poderosa familia, así como los cuantiosos contratos de su hijo, impedían la existencia de garantías en los procesos.

El abogado también le dijo en esa época a varios medios de comunicación que por sus denuncias había sido intimidado por el político liberal David Name, amigo de Cabello, y quien le aseguró que usaría esa amistad para perjudicarlo y hacer “que perdiera todos los procesos”.

Pese a que la construcción del megatanque empezó en 2015, con un costo cercano a los 23.000 millones de pesos, el proyecto aún sigue sin terminar y su operación apenas supera el 40 por ciento. Las investigaciones en la Fiscalía y la Procuraduría tampoco avanzan, aunque Guzmán Chams le dijo a CAMBIO:

“Asumo que eso (la investigación en la Fiscalía) va bien. No puedo hablar mucho del tema, precisamente para que la investigación pueda seguir el curso que lleva. Las pruebas están y son contundentes. Como siempre, estos señores Char apelan a llamar a todo el mundo loco, así como hacen todavía con Aida Merlano. Todas las personas que denunciamos la corrupción en Barranquilla somos locos, nos imaginamos cosas y, según ellos, les tenemos envidia porque son el árbol que más da fruto. Esas son tonterías”, expresó Guzmán Chams.

El abogado Guzmán también le dijo a CAMBIO que la Procuraduría se inhibió de investigar al exsenador Arturo Char por celebración indebida de contratos cuando fue presidente del Congreso.

"Ella dice que no, que se inhibe de investigar al exsenador Arturo Char porque la investigación debería ir dirigida al secretario del Congreso, que es quien realiza las contrataciones", dijo Guzmán Chams.

El 29 de enero de 2021, la Procuraduría respondió a una solicitud de recusación radicada por el ciudadano José Raúl Jiménez contra Margarita Cabello, en la que también se advirtió de los contratos que tuvo Alberto Mario Caparroso con la Alcaldía de Barranquilla y la Gobernación de Atlántico.

Jiménez solicitó que la funcionaria se declarara impedida en el proceso abierto contra Alejandro Char y Elsa Noguera por la presunta alteración irregular del POT de Barranquilla para llevar a cabo el polémico proyecto inmobiliario de la Isla de la Loma.

Como motivo para el impedimento, el ciudadano también señaló a Miguel Eduardo Vergara Cabello, sobrino de la procuradora y quien fue secretario de Planeación de Alejandro Char, asesor de Elsa Noguera en el Ministerio de Vivienda y su secretario de Desarrollo Económico en la Gobernación del Atlántico.

Una subalterna de Cabello negó la recusación alegando que el despacho de Margarita Cabello no tiene a cargo este proceso. Lo mismo pasó con el caso de la exministra Karen Abudinen.

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