Exclusivo: La propuesta de Emilio Tapia para ser el gestor anticorrupción del gobierno de Gustavo Petro
2 Junio 2024

Exclusivo: La propuesta de Emilio Tapia para ser el gestor anticorrupción del gobierno de Gustavo Petro

Emilio Tapia Aldana es considerado como el zar de la contratación en Colombia y ha protagonizado varios de los desfalcos más grandes en la historia reciente del país.

Crédito: Jorge Restrepo H.

Cuando hay un torcido en Colombia, el nombre de Emilio Tapia siempre aparece. Gustavo Petro lo denunció siendo senador. Ahora, como presidente, lo podría tener de aliado en la lucha contra la corrupción. Una sociedad entre Tapia y el Gobierno puede ser una total locura o, de golpe, una jugada maestra. CAMBIO revela la propuesta del zar de la contratación con la que busca un “perdón social”.

Por: Paola Herrera

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Frank Abagnale Junior fue un empresario estadounidense conocido en los años sesenta por haberse convertido, desde muy joven, en uno de los estafadores más grandes del mundo. Aprendió rápidamente a conseguir dinero fácil, se especializó en el fraude y en la falsificación de cheques y se volvió multimillonario.
 
Abagnale fue un genio del crimen. Por muchos años le hizo el quite a la ley hasta que la justicia estadounidense logró capturarlo después de una larga y tediosa persecución. Sin embargo, la información que tenía en la cabeza lo convirtió en un activo invaluable. Tanto así que le ofrecieron salir de la cárcel a cambio de su ayuda para desmantelar el fraude financiero en ese país. Su colaboración fue fructífera. Esta mente maestra del crimen acabó, de la mano de la justicia, diseñando uno de los cheques más seguros del mundo.
 
Las alianzas entre los criminales y el aparato judicial, tan propias del sistema norteamericano, pueden indignar y escandalizar a muchos. Pero otros, menos puristas de la doctrina punitiva, podrían pensar que no existe nadie mejor para desbaratar un sistema corrupto que el hombre que se lo inventó.
 
La vida criminal de Abagnale era tan interesante que inspiró al legendario Steven Spielberg a rodar la película Atrápame si puedes, protagonizada por Leonardo DiCaprio. Hoy, sesenta años después, esa historia podría repetirse en Colombia con una jugada que nació de una idea que el presidente Gustavo Petro tuvo hace algunos meses y que tiene un objetivo ambicioso y casi imposible de concretar: acabar con el llamado “cáncer de la corrupción”.
 
El discurso anticorrupción es un lugar común en todos los gobiernos y en todas las campañas políticas. No existe un solo candidato que no haga de esa bandera uno de los ejes centrales de su promesa electoral. Sin embargo, poco se ha avanzado en esa lucha y difícilmente se encuentra un gobierno o una entidad pública que no acabe metida en un escándalo de corrupción.

La administración Petro sortea hoy las aguas de más de un enredo en esta materia. El más sonoro y actual, pero no el único, es el de la Unidad de Gestión de Riesgo. En medio de semejante tormenta, Emilio Tapia Aldana, uno de los mayores referentes del crimen en Colombia y protagonista de los más grandes desfalcos de la historia reciente, decidió embarcarse en una apuesta que seguramente será objeto de muchas críticas: pedirle al presidente Petro que lo ponga a liderar la mesa anticorrupción.

Tapia lleva tres años preso por su participación en el caso Centros Poblados, un entramado en el que se embolataron 70.000 millones de pesos que todavía no aparecen. Ese es apenas uno de sus múltiples desangres al erario público. CAMBIO pudo establecer que la semana pasada, desde los aposentos de Emilio Tapia en la cárcel de El Bosque en Barranquilla, se envió la propuesta remitida a la Casa de Nariño. El célebre empresario pretende que lo fichen para que contribuya en la lucha contra la corrupción.

CARCEL EL BOSQUE DE BARRANQUILLA
Esta es  la cárcel El Bosque, en Barranquilla, donde Emilio Tapia lleva tres años recluido por su participación en el escándalo de Centros Poblados con el que se perdieron 70.000 millones de pesos. 

En la propuesta, conocida en exclusiva por CAMBIO, el excontratista le pide específicamente al presidente Gustavo Petro que lo incluya en dicha mesa con el objetivo de ser un apoyo para que se detengan de forma inmediata los actos corruptos. Con su participación se esperaría también que ayude a implementar medidas y a diseñar nuevos modelos de contratación que signifiquen una vacuna contra ese fenómeno. 

Tapia incluso presenta un cálculo de lo que puede ser un ahorro importante para el país si se logran combatir las conductas ilegales en la contratación. Según sus cuentas, con el esquema que quiere establecer, el Estado podría ahorrarse unos 100 billones de pesos al año que hoy se pierden entre la corrupción.

Además, promete resultados inmediatos. Este medio de comunicación pudo conocer que Tapia Aldana ya tiene casos detectados en los que hay riesgo de corrupción y por eso quiere empezar a trabajar lo más pronto posible para desmontar los procesos con los que se podrían desviar recursos. “Hay que parar el desangre de forma inmediata” dice la comunicación enviada a Petro.

Gustavo Petro
El presidente Gustavo Petro ya tiene en sus manos la propuesta de Emilio Tapia para hacer parte de la mesa anticorrupción.

¿Por qué Emilio Tapia? 

Miembros del Alto Gobierno, que han allanado el camino para que Emilio Tapia pueda presentar su oferta al presidente Petro, creen que se necesita un giro radical en la estrategia para luchar contra la corrupción dado que hasta la fecha los mecanismos puestos en marcha no han dado mayores réditos. Por eso, desde hace varios meses y desde diferentes oficinas de Palacio salieron mensajes en ese sentido dirigidos al polémico contratista.
 
Una fuente cercana al proceso le dijo a CAMBIO: “Los escándalos demuestran que el presidente está mal rodeado. Si Petro quiere acabar con esa vagabundería, lo que debe hacer es llamar a quien menos se espera”. Bajo esa premisa, el presidente podría apuntarle a la persona que el país nunca imaginó para contribuir desde su experiencia y, aunque suene paradójico, desde su conocimiento, a derribar toda una estructura que ya hace parte del ADN colombiano.

“Los escándalos demuestran que el presidente está mal rodeado. Si Petro quiere acabar con esa vagabundería, lo que debe hacer es llamar a quien menos se espera”.

 
Emilio Tapia Aldana fue el protagonista principal del carrusel de la contratación en Bogotá. Muchos lo consideran el cerebro de ese escándalo que dejó en evidencia cómo se crean las redes de corrupción, se compran funcionarios públicos, se cobran coimas, se beneficia a los congresistas o concejales y terminan involucradas cientos de personas. El papel del entonces senador Gustavo Petro fue fundamental para desbaratar esa estructura criminal.

Emilio Tapia 1
En el llamado carrusel de la contratación de Bogotá, Emilio Tapia Aldana fue el principal delator y obtuvo a cambio beneficios jurídicos. 


Podría decirse que Tapia salió bien librado de ese episodio. Aunque estuvo preso, logró un principio de oportunidad y fue quien más colaboró para dar con los responsables. Pero este mítico personaje parece insaciable y no sale de una para meterse en otra. Después de haber librado sus culpas por el carrusel, volvió a las primeras páginas de los diarios cuando su nombre apareció en el sonado escándalo del Ministerio de las TIC, en épocas de Karen Abudinen e Iván Duque.
 
Sin embargo, Tapia no solo es conocido por esos dos casos emblemáticos. Ese apellido suena constantemente en los medios de comunicación de Colombia por sus movidas para cambiar de sitios de reclusión, por presuntamente comprar a los jueces en sus procesos, por lograr beneficios para él y sus amigos, y hasta por hacer fiestas y tener comodidades en prisión. Lo suyo puede considerarse un caso de corrupción a prueba de todo. Es el más avión de los aviones, el rey Midas del crimen: el hombre que siempre cae parado.
 
Difícilmente puede encontrarse alguien más toreado en asuntos de corrupción que Emilio Tapia. Quienes han trabajado con él o lo han investigado saben que en los esquemas de contratación ilegal no se mueve un alfiler sin que Tapia se entere. Él conoce qué procesos están andando, en qué entidades, cuánto valen, quiénes están interesados y cómo los van a adjudicar.

Esa información siempre fue usada para el mal, la robadera y el enriquecimiento personal. Ahora, si las intenciones de Tapia son sinceras y el Gobierno Petro acepta la apuesta, se espera que uno de los mayores corruptos de Colombia ponga sus conocimientos sobre la mesa para guiar a la justicia e impedir que otros sigan robando. 

¿Gestor a cambio de qué? 

La figura de los gestores de paz en la administración Petro ha sido polémica. Muchos, con razón, se indignan al ver que criminales de toda índole buscan rebajas de penas y libertad condicional a cambio de su contribución. Esos aportes, hasta ahora, en muchos casos terminan más en carreta que en resultados concretos. Como Emilio Tapia no da puntada sin dedal, ¿qué beneficio busca con su nueva sociedad con el gobierno?
 
CAMBIO pudo establecer que, por el momento, los acercamientos de Tapia no incluyen beneficios penales o salidas anticipadas de la cárcel. Su proceso avanza en la Fiscalía General y está en curso un preacuerdo. Este, según fuentes cercanas al caso, no solo incluye aportes de verdad en el escándalo de Centros Poblados, sino una reparación económica para los estudiantes de las escuelas rurales afectadas con el robo.
 
Tapia le propuso a la Fiscalía y a la Agencia de Defensa Jurídica del Estado entregar casi 100.000 millones de pesos para llevar conectividad a las zonas que se quedaron esperando el internet. No se sabe si el Estado colombiano ya aceptó esa propuesta, pero si las autoridades dan luz verde al acuerdo, la condena para el zar de la contratación sería de aproximadamente cuatro años y medio en prisión intramural. 

Emilio Tapia 2
En la Fiscalía General de la Nación avanza el proceso contra el zar de la contratación buscando que repare económicamente a las víctimas del desfalco en MinTic. 

Eso significa que el trabajo de Tapia en la mesa anticorrupción se haría desde su lugar de reclusión. También se contemplaría un beneficio de casa por cárcel -ahí puede aparecerle el cascabel al gato- para que tenga acceso a los registros que necesitaría y a las evidencias de los casos que ayudaría a desmantelar.

Lo que sí quiere el zar es que el gobierno le garantice estrictas medidas de protección. El hecho de delatar a todos los que diariamente le hacen el quite a las normas para poder llenar sus bolsillos de recursos públicos, hace que Tapia sea un blanco de críticas pero también de amenazas y ataques. Es claro que si el presidente Petro acepta la propuesta a Tapia le deben reforzar la seguridad porque se convertirá en un testigo contra todos. 

¿Habrá perdón social?

CAMBIO pudo establecer que el empresario y símbolo de la corrupción está a la espera de un contundente sí por parte del Gobierno a su propuesta. Según las fuentes, enfáticas en decir que no se busca un beneficio penal, el interés es obtener un “perdón social”. Esas mismas fuentes del primer anillo de Emilio Tapia, aseguran que él sabe que limpiar su nombre es prácticamente imposible. Desde hace dos décadas sale en la prensa como la cara visible del robo sistemático a los recursos públicos. Sin embargo, guarda la esperanza de que un sector de la sociedad lo perdone si muestra resultados concretos en su aporte a la justicia. Sus allegados afirman que Tapia está arrepentido, que quiere reivindicarse y ayudar a “hacer país”
 
Quienes se han acercado a Tapia desde el Ejecutivo afirman que, entre otras cosas, se pretende que ayude a formular políticas públicas para modificar los procesos contractuales y blindarlos de los delincuentes. Es decir, hay una creencia de que si se logra diseñar un proceso que Emilio Tapia no pueda torcer, esa plata quedará protegida de cualquier bandido. 
 
Esta nueva cruzada tiene varias lecturas. En primera medida, hay que aterrizar las expectativas, pues la historia ha demostrado con creces que las comisiones, las mesas técnicas o cualquier ejercicio parecido son más un saludo a la bandera que una solución real. Dicho esto, se trataría de una estrategia novedosa que puede funcionar. Un acercamiento con Emilio Tapia será muy mal visto por un sector importante de la opinión. Seguramente, surgirán voces inconformes con que alguien con esos antecedentes trabaje en llave con el Gobierno. Ese argumento es válido y la indignación justificada. 

También hay que hacer la salvedad de que Emilio Tapia es un hombre que parece no aprender nunca la lección. Siempre que llega a un acuerdo con la justicia vuelve a delinquir. Ese historial es preocupante y fundamenta el escepticismo hacia esta iniciativa.
 
Sin embargo, si la cosa sale bien, podría tratarse de un acierto del Gobierno. Aunque todo lo que tenga el nombre de Emilio Tapia debe mirarse con reserva y prevención, si sus intenciones son sinceras, esa contribución sería determinante para sanear el sistema que él y muchos otros han desangrado una y otra vez. Habrá que ver si es verdad tanta belleza. 
 

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