Mancuso y el otro hijo de la Gata: la 'apuesta' por el crimen que aún no se esclarece

La familia de la condenada empresaria del chance Enilce López lleva años en la mira de la justicia por sus alianzas con grupos paramilitares. Pero hay un proceso penal que aún no se ha resuelto y parece haber quedado en el olvido. El mismo que hoy cobra especial relevancia con el regreso al país de Salvatore Mancuso: el del excongresista Héctor Julio Alfonso López.

En los últimos seis años, Alfonso López, el menor de ‘los gaticos’, ha logrado ocultar una grave acusación que la Corte Suprema de Justicia le hizo en 2018. En ese momento, mientras estaba detenido, decidió buscar las puertas de la Jurisdicción Especial para la Paz. Con ello, logró que su proceso ‘durmiera’ por cuatro años, en tanto que él se negaba a decir verdades hasta que, en 2022, fue rechazado por esa justicia especial.

El exsenador está libre y a la espera de que la Sala de Primera Instancia de la Corte Suprema fije fecha para el inicio del juicio. Allí se ventilarán de nuevo las alianzas que, según el Alto Tribunal, permitieron su llegada al Congreso en 2006, con un nuevo factor que tiene posibles implicaciones para el ahora gestor de paz Salvatore Mancuso Gómez. ¿Por qué razón?

Según la acusación en su contra, Alfonso López recibió apoyo político del Bloque Héroes de los Montes de María y el Bloque Central para su campaña al Congreso en 2006. La misma acusación afirma que la desmovilización de esas estructuras (en julio y diciembre de 2005 respectivamente) no supuso el fin de sus actividades criminales. Por el contrario. Tras la entrega de armas, se formó un grupo ilegal que habrían liderado Salvatore Mancuso y la Gata.

“No todos los miembros de la citada organización se desmovilizaron, un grupo de ellos y otras personas más, lideradas por Enilce López y Salvatore Mancuso, continuaron con las prácticas de la estructura criminal y han pervivido en el tiempo”, señaló la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia en septiembre de 2018, al ratificar la acusación contra Alfonso López, indicando que ese grupo habría incurrido en lavado de activos, extorsión, homicidios y amenazas.

La estructura criminal

Según la Corte Suprema, además de Héctor Julio, a esa estructura liderada por la Gata y Mancuso perteneció también el hijo mayor de la empresaria, Jorge Luis Alfonso, quien hoy paga más de 30 años de prisión por homicidio y hace un mes y medio salió ileso de un atentado en su contra. A él se sumaban los hermanos Deivis y Leonardo Rojas Zabala, antiguos escoltas de Héctor Julio. Ambos figuran en la investigación que adelanta la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia en contra del alcalde de Sincelejo Yahir Acuña Cardales.

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“Hicieron parte las personas que trabajaban al lado de Salvatore Mancuso y que junto con Guillermo Rojas trasladaban semanalmente dineros para incorporarlos al patrimonio de las empresas de chance, así como la logística de escoltas, conductores y vigilantes que pertenecían a las empresas de apuestas”, precisó la Corte.

¿Pero qué fue lo que hicieron? Según esa acusación, Héctor Julio pactó con el exjefe paramilitar conocido como Jorge 40 la elección de su hermano Jorge Luis como alcalde de Magangué en 2002, en dos reuniones que se hicieron en ese municipio y en Barranquilla con Carlos Mario García, también comandante del Bloque Norte, según el testigo Augusto Guillermo de Hoyos, alias Memo.

Jorge Luis también se habría reunido con Mancuso en una finca de donde los sacaron en helicóptero. Allí recibió 1.500 millones de pesos como una cuota de una operación ilegal en Panamá realizada en febrero de 2006. Además, se habla de otros 1.700 millones que habrían salido de Mancuso. Los mismos que Leonardo Rojas recibió en la empresa Uniapuestas directamente de Jorge Luis Alfonso, y que Rojas transportó hasta Magangué para llevárselos a La Gata y ser usados en la campaña.

El expediente señala que hay evidencias de que existió la asociación criminal entre Mancuso, algunas personas que no se desmovilizaron, la familia de la Gata y sus empresas del chance (Unicat, Uniapuestas, Aposmar, Aposucre y Seguridad 911), y que algunas de sus actividades se hicieron incluso en el periodo en que Héctor Julio Alfonso López fue representante a la Cámara: entre en 20 de julio de 2006 y el 17 de octubre de 2007, cuando este renunció a su curul.

Según los testimonios de Luis Fernando Caro (condenado junto con la Gata), Augusto Guillermo de Hoyos (alias Memo), los hermanos Rojas y la expara Nevis Consuelo Caballero, la alianza con Mancuso permitió un flujo constante de dinero que fortaleció el poder de la Gata, una mujer que acostumbraba a intimidar a sus opositores, y que fue usado para favorecer los intereses políticos de sus hijos. De esa plata de Mancuso se habrían entregado mercados, electrodomésticos y recursos en efectivo a los líderes de la campaña.

De hecho, uno de los procesos que hoy tienen suspendidos el exjefeparamilitar en la justicia ordinaria es uno por presunto lavado de activos, por el cual fue imputado en junio de 2015. En este caso, hay evidencias de ingresos de dineros de Mancuso a las empresas de la Gata entre 2001 y 2010; es decir, más allá de su desmovilización.

“El procesado a sus acciones iniciales, en octubre de 2008 acumuló en Aposmar el 5.88 de las acciones. En Uniapuestas actuó como secretario de la junta directiva en el 2004 y 2005 y como vicepresidente en 2008 y 2009; en Unicat adquirió en 2008 el 5 por ciento de las acciones, y en Uniproducciones S.A. fungió como socio fundador con el 46 por ciento de las acciones. Y a esas empresas ingresaron dineros remitidos por Mancuso”, dijo la Corte en ese momento.

En pocas palabras, este expediente que está a punto de revivirse en la Corte Suprema apunta a que Héctor Julio Alfonso López se benefició del grupo ilegal del que habría hecho parte, junto con su familia, para ser elegido representante a la Cámara. Una empresa criminal en la que cada integrante tuvo su parte; según la Corte, algunos “desde el ámbito económico, otros en lo militar, algunos con liderazgo, otros con actividades políticas. Pero el fin era tomarse el poder político a través de las corporaciones e instituciones del Estado”.

Los enlaces

Entre los reproches que se le hicieron a Héctor Julio (quien también fue senador) se cuenta una queja que hizo en mayo de 2007,  ya  como congresista, ante la Presidencia de la República y en contra del comandante de Policía Ignacio Fajardo, que investigaba los vínculos entre los López y el paramilitarismo.

Lo hizo en una carta dirigida al coronel Flavio Buitrago, secretario para la Seguridad del presidente Álvaro Uribe. Es decir, dice la Corte, que Alfonso López se valió de su investidura para ir a la Presidencia, entidad que no investiga posibles extralimitaciones de un policía, buscando que sancionaran a un uniformado que los investigaba, como una retaliación.

Héctor Julio Alfonso López tendrá que dar explicaciones a la Corte Suprema. El excongresista iba a las asambleas de Uniapuestas, empresa a la que llegaron recursos de Mancuso, según la Corte, y que fueron usados para su campaña. De igual manera, la exparamilitar Nevis Caballero, que trabajó de la mano con Jorge Luis Alfonso López, admitió en 2007 ante la justicia que le pagaron para no vincular a Héctor Julio con la estructura paramilitar.  Ella contó, por ejemplo que, en un encuentro en Bogotá, negoció armas y drogas, algo que el excongresista negó.

El hijo de la Gata habría intimidado a los hermanos Leonardo y Devis Rojas Zabala, quienes narraron de manera pormenorizada cómo ese grupo ilegal se dedicó a lavar activos de Mancuso. También dijo que viajó varias veces con su hermano Guillermo Rojas (asesinado) y Daniel Guerrero a fincas de Mancuso para recoger dinero, hechos que Mancuso negó en el pasado. El asesinado Rojas le contó a su hermano que en esos viajes se movilizaron 600, 800 y 1.000 millones de pesos.

Leonardo y Devis Zabala son testigos clave de la entrega de dinero para la compra de votos en Bolívar, Córdoba y Sucre. Ellos también aseguraron que Héctor Julio ordenó la muerte de Cesar Prieto, entre otros. Sus nombres, de hecho, volvieron a sonar hace poco dentro de la investigación por presuntos nexos con Los Rastrojos Costeños y el paramilitarismo que se le adelanta a Yahir Acuña. De hecho, este viernes Mancuso dio su primera declaración en libertad ante la justicia en ese proceso.

Los testigos claves y el caso de Yahir Acuña

Héctor Julio Alfonso López ha negado toda vinculación en estos hechos. Dijo que no conoció a Mancuso y señaló a los hermanos Rojas de mentirosos. En la JEP, Alfonso López se limitó a decir que, si tuvo apoyo político de las Autodefensas, fue solo a través de su segundo en lista, Fernando Tafur, y que nunca recibió dinero ni de Mancuso ni de Jorge 40. Afirmó que los recursos que invirtió provenían de créditos de las empresas familiares. Antes, dijo que fue víctima de amenazas por la condición social de su familia.

Alfonso López declaró como testigo en el caso contra Yahir Acuña, que está en fase previa. Allí, siguió asegurando que no tuvo vinculación alguna con grupos ilegales y, sospechosamente, no recordó las reuniones previas que tuvo antes de lanzarse al Senado en 2010, cuando en su momento se consultó la posibilidad de ser fórmula con Acuña. Sólo mencionó una cita en Aposucre.

En el expediente contra Acuña, que CAMBIO reveló en exclusiva, se recopilaron los testimonios de los hermanos Rojas Zabala, quienes aseguran que el actual alcalde de Sincelejo era un hombre cercano a Héctor Julio Alfonso López.

Deivis Rojas señaló: “Yo era la persona encargada de recibir a veces en el aeropuerto de Magangué en otras ocasiones en las oficinas o en sus residencias de Barranquilla y Cartagena, como: Gustavo Blel, William Montes, Libardo Simancas, el Turco Ilsaca, Salvador Arana, Nelson Stan, Jair Acuña Cardales, Jesús Puello Vhaime, Daira Galvis, Jairo Bustillo y Luis Fernando Tafur, Ángel Villarreal, Jorge Barraza Frax, Arsecio Pérez Bello, Jonny Hernández, Yovany Mesa, Elsi Sampayo, Tarida Ali, entre otros”.

Lo que sigue

El caso contra Héctor Julio Alfonso López está en el despacho del magistrado Ariel Torres de la Sala de Primera Instancia de la Corte Suprema. Hace unos días, esa Sala, y luego la Sala Penal en segunda instancia, negaron un impedimento que presentó el magistrado Jorge Emilio Caldas Vera para conocer del caso, ya que fue abogado de Fernando Tafur. Según la Sala, no es necesario apartar del caso a Caldas porque, como abogado de Tafur, no alcanzó a emitir una opinión sobre Alfonso López. La defensa del procesado le dijo a CAMBIO que se defenderán en juicio y no aceptarán cargos.