
Mi elección no fue resultado de un soborno: entrevista con el magistrado Vladimir Fernández
Vladimir Fernández, asegura que no renunciará a ser magistrado de la Corte Constitucional.
Crédito: Juan Diego Cano y Andrea Puentes - Presidencia
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En conversación con CAMBIO, Fernández responde a los señalamientos de Sandra Ortiz, quien dice que su elección como magistrado de la Corte Constitucional fue resultado de un soborno millonario con plata de la UNGRD. El funcionario da detalles de sus reuniones con Carlos Ramón González y dice que no renunciará.
Por: Redacción Cambio

"Gracias, mi reina, te debo una”. Eso se puede leer en uno de los mensajes de Vladimir Fernández a Sandra Ortiz, según los chats que ella le entregó a la Fiscalía y que se han hecho públicos en medios. La exconsejera presidencial para las Regiones, salpicada en el escándalo de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo de Desastres (UNGRD), afirma que existieron 3.000 millones de pesos que habrían salido de las arcas de esa entidad para garantizar la elección de Fernández como magistrado. Ortiz afirma que en octubre de 2023 organizó una reunión con Fernández, con el entonces presidente del Senado Iván Name y con quien era el director del Dapre, Carlos Ramón González. Las fechas de la supuesta entrega del soborno y de la elección de Fernández coinciden.
En entrevista con CAMBIO, el magistrado explica lo que pasó en ese encuentro, insiste en que su elección fue basada en méritos y da su versión sobre los mensajes que intercambió con Ortiz.
CAMBIO: ¿Cuál es su relación con Sandra Ortiz?
Vladimir Fernández: La conocí cuando ella llegó a la Presidencia de la República como alta consejera para las Regiones. Antes no había tenido ningún trato con ella y mi relación siempre fue muy cordial y dentro del ambiente laboral de la Casa de Nariño.
CAMBIO: ¿Había algún grado de confianza especial con ella como para sostener una conversación más allá de la que hay entre compañeros de gabinete?
V.F.: No. Fue una relación muy respetuosa y cordial. Ella era una persona de trato amable porque venía de un ambiente político. Y eso facilita el trato personal.
CAMBIO: Pero la gente pensaría que la palabra ‘reinita’, que usted usó al referirse a ella, denota alguna cercanía…
V.F.: No, es una expresión coloquial. Y no es ‘reinita’; es ‘reina’, de gratitud.
CAMBIO: Vamos al momento en que se arma la terna para la Corte Constitucional y sus compañeros son Gerardo Vega y Cielo Rusinque. Todos pensaron que había un candidato fuerte y dos menos fuertes, lo que hacía prácticamente segura su elección. ¿Qué hizo para persuadir al Senado de votar por usted?
V.F.: Primero, hay que armar el contexto de cómo se escoge una terna para elegir un magistrado de la Corte Constitucional. La Constitución determina que la elección la hace el Senado de la República de una terna que tiene diferentes orígenes. Puede ser del Consejo de Estado, de la Corte Suprema o del presidente. En mi caso, esa terna fue de origen presidencial.
CAMBIO: Era una terna de un ‘caballo y dos burros’ y usted brillaba desde el comienzo. ¿Qué tuvo que hacer usted para adelantar esa campaña?
V.F.: Lo que hice fue pedir cita con todos los senadores y los partidos políticos que hacían parte del Senado de la República y sus directivas. Lo hice con cada uno de los partidos y así procedí: me presenté ante cada uno de ellos y fui a cada despacho de cada senador.

CAMBIO: ¿En qué momento surgió la necesidad de reunirse con Iván Name? ¿Por qué Sandra Ortiz participaba en esa reunión?
V.F.: Yo ya había recorrido casi todo el Senado, pero una de las citas que estaban pendientes era la de Iván Name, un gran opositor al Gobierno. Por tanto, asistí a la reunión en compañía de quienes representaban al Partido Verde adentro, que era el fundador del partido, Carlos Ramón González, y de la que había sido, hasta el periodo anterior, senadora de la República, Sandra Ortiz.
CAMBIO: ¿Esa primera reunión en qué términos se desarrolló y sobre qué se conversó?
V.F.: Yo le presenté mi hoja de vida al doctor Name, y le dije cuál había sido mi experiencia como abogado. Y él quería saber cuál había sido mi actividad con respecto al Senado, y cómo había hablado con cada senador y con cada partido. Sobre ello fue la reunión.
CAMBIO: Sandra Ortiz le ha dicho a la prensa y a la Fiscalía que existieron 3.000 millones de pesos que habrían salido de las arcas de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo de Desastres (UNGRD), y que habrían sido entregados para garantizar su elección como magistrado. Esa es una acusación muy grave. ¿Usted qué responde?
V.F.: Jamás se hizo una insinuación relacionada con ese asunto, como tampoco se abordó algún tipo de ilegalidad, irregularidad ni incorrección. En absoluto.
CAMBO: Pero señor magistrado, circula una información de varios de los procesados por el escándalo de la UNGRD de que al senador Name le entregaron dinero en efectivo. ¿Eso, en fechas, coincide con su elección?
V.F.: Ese es el problema. Por eso se arma esta situación: porque, como ha trascendido a la opinión pública, las investigaciones de la Fiscalía hacen coincidir esa reunión en la presidencia del Senado con el proceso de mi elección. Proceso en el que yo ya había terminado de recorrer todas las bancadas y hablado con todos los senadores. Entonces eso es lo único que hay: una conjetura que se hace alrededor de mi elección como magistrado.

CAMBIO: La coincidencia en el tiempo está dada. ¿Usted tenía algún tipo de prisa para que se citara la sesión para votar su elección?
V.F.: No, porque ese día, precisamente, lo que hice fue presentármele al doctor Name, comentarle quién era y contarle que ya había hecho todo el recorrido con todos los senadores y que lo único que estaba pendiente era precisamente la conversación con él y nada más.
CAMBIO: Si no había interés en esa votación, ¿por qué en el cruce de comunicaciones de WhatsApp publicado por Sandra Ortiz y por la revista Semana, usted le da las gracias de manera tan cálida a ella cuando le manda el orden del día de la votación?
V.F.: Así lo hice también en la secretaría del Senado, porque esa dependencia me comunicó antes que ya convocaban la elección. Es más, me pidieron una foto y unos documentos adicionales. ¿Para qué? Para ir a la elección el martes siguiente. Esa es la razón: precisamente, ya se había completado el trabajo y lo que quedaba era la elección.
CAMBIO: Sí, magistrado, pero si era un simple trámite de rutina, si usted en la práctica ya estaba elegido –sabemos que a usted le queda difícil decirlo, pues no hubo fuerte competencia en la terna–, ¿por qué agradecía de esa manera tan calurosa que hubieran citado la sesión de votación?
V.F.: Porque uno no se siente elegido nunca. Cuando la secretaría del Senado me comunica la información, respondí con esa manifestación de aprecio, de gratitud, porque sentía que ya venía el día de la escogencia. Esa es la razón. El día de la escogencia es tan significativo y tan importante porque eso cambia la vida de una persona. En este caso, la vida mía.
CAMBIO: ¿Usted le comunicó al presidente de la República que se había citado la sesión de su elección?
V.F.: No señor.
CAMBIO: Estamos hablando, magistrado, de una reunión que usted tuvo en una oficina pública con el presidente del Senado y con otros miembros, militantes o enlaces del Partido Alianza Verde en el Congreso. Pero la señora Sandra Ortiz ha hablado ante la justicia y ante los medios del cruce de unas celdas telefónicas que podrían ubicarlo a usted en otras reuniones donde pudo haber estado Carlos Ramón González y en donde se discutían temas asociados al escándalo de corrupción de la UNGRD y a la entrega de esas platas. ¿Cuál es su versión sobre esas reuniones y qué le responde a la doctora Ortiz?
V.F.: Eso no es cierto. Yo no tuve nada que ver con eso. No tiene que ver ninguna reunión, ni ninguna conversación, ni ninguna coincidencia, ni siquiera de mi presencia, en nada de esto.
CAMBIO: ¿Y entonces para qué se reunió usted en la casa de Carlos Ramón González con Sandra Ortiz y con él?
V.F.: Esa reunión no ocurrió. Estamos hablando de finales de abril o mayo de 2024. Ello no tiene nada que ver con esas circunstancias. Ese es otro tema que sucedió mucho tiempo después y que tiene que ver con una situación personal: yo le pedí al doctor Carlos Ramón que me regalara unos minutos porque me había hecho unos exámenes hacía un par de meses atrás y no habían tenido buenos resultados. Y la atención que yo estaba teniendo se realizaba en una clínica donde a él directamente, el año anterior, lo atendieron varios días por una emergencia médica. Yo no había estado nunca en esa clínica y quería, en la eventualidad de este problema, saber cómo actuar y saber si él tenía, por su experiencia, alguna recomendación u orientación de cómo era el tratamiento allí. Le pedí precisamente que me consiguiera esa información y que me ayudara.
CAMBIO: Para aclarar la versión, usted, por esos días, recibió un diagnóstico de salud adverso que debería tratarse y se reúnió con Carlos Ramón González, en su condición de paciente que había sido tratado en esa clínica, para que le recomendara si esta era buena o no. ¿Es así?
V.F.: Él, por su experiencia y conocimiento del personal médico, podía averiguar sobre lo relacionado con el tipo de tratamiento que yo requería, y sobre si la institución contaba con los equipos idóneos.

CAMBIO: Cuando usted llegó a la casa del doctor González, él le pidió que pusiera su teléfono en ‘modo avión’ y que lo dejara en la cocina.
V.F.: No me acuerdo bien. Pero es muy probable que así fuera porque él, en ese momento, era director de la Dirección Nacional de Inteligencia. En la Casa de Nariño los teléfonos se dejaban afuera cuando se iban a tener reuniones y me imagino que, por su trabajo en inteligencia, era algo que acostumbraba.
CAMBIO: Pero en la consulta sobre la calidad de atención de una institución hospitalaria, ¿por qué requería que se hiciera una reunión personal y no hablar por teléfono, por ejemplo?
V.F.: Porque para mí era muy duro hablar de esto por teléfono. Y lo sigue siendo.
CAMBIO: Para una reunión de estas, en que usted va a plantear un tema tan personal, ¿no era extraña la presencia de Sandra Ortiz, una persona con quien usted nos dice que tenía un trato apenas de cordialidad? ¿Por qué Sandra Ortiz estaba ahí?
V.F.: No lo sé. Y yo no la cité. No sé si ellos tenían alguna reunión, no tengo ni idea. Pero yo sí fui y hablé con él de mi tema de salud.
CAMBIO: ¿Cuál era ese tema de salud?
V.F.: Era un diagnóstico preliminar de una enfermedad grave, que genera bastante angustia y desazón todavía, porque me estoy tratando y siguiendo las recomendaciones del médico precisamente de esa clínica. Esa es la razón de mi asistencia a esa reunión y a la siguiente, donde le pregunté si ya tenía alguna información y me dijo que sí. Es más, me contó que esa clínica tenía los mejores aparatos que hay en la actualidad para cualquier tema quirúrgico.
CAMBIO: En esa siguiente reunión, en la tercera, cuando Carlos Ramón González ya va a entregarle un concepto concluyente sobre la calidad de la clínica, ¿quiénes estaban presentes?
V.F.: Estaba Carlos Ramón, y creo que después llegó la doctora Ortiz. No me acuerdo de nadie más.
CAMBIO: Usted entenderá la suspicacia que suscita en cualquier ciudadano la coincidencia de que, en dos reuniones distintas para hablar de un tema personal de salud, Sandra Ortiz resulte sentada en la mesa.
V.F.: Pues así pasó. Tengo entendido que ellos se frecuentaban mucho. Se veían todo el tiempo. Entonces para mí no es nada extraño.
CAMBIO: Estamos hablando de que es un tema sensible, doloroso para usted, y que le daba dificultad tratarlo por teléfono. Sin embargo, usted terminó conversándolo frente a Sandra Ortiz en la casa de Carlos Ramón González...
V.F.: No, este tema lo conversé muy privadamente con él y lo hice en la segunda oportunidad. Ella escuchó el tema, pero no era el motivo de conversación de los tres.
CAMBIO: Saltemos al tema de la elección de la fiscal general. ¿Usted tuvo participación en la elaboración de la terna para elegirla?
V.F.: Ninguna participación. Yo solo redacté el oficio después de que el presidente me entregó los nombres de las personas. Y él firmó y envió la terna.
CAMBIO: Por su trabajo como secretario jurídico, usted había tenido una relación estrecha con magistrados de la Corte Suprema de Justicia. ¿Es así?
V.F.: Yo tenía buena relación con esos magistrados.
CAMBIO: Cuando se entregó la terna, ¿usted le tomó el pulso a la Corte Suprema? ¿Supo por dónde iba todo, para información del Gobierno y del presidente?
V.F.: No. Recuerde que lo primero que hizo la Corte fue tomarse un tiempo para revisar y pedir documentos y hojas de vida y después hacer un calendario de trabajo. Entonces nunca hubo premura por parte de ellos ni se percibió que hubiera un candidato –o, en este caso, una candidata– con alguna posibilidad desde el comienzo.
CAMBIO: Hubo un cambio en la terna en esos ires y venires. ¿Usted recuerda cómo se produjo ese cambio? ¿Cuál fue la razón?
V.F.: No, ese cambio vino después de mes y medio de haber sido presentada la terna. Y fue una decisión discrecional del presidente.
CAMBIO: Vamos a la acusación concreta. Sandra Ortiz y su defensa llevan varios meses en busca de un principio de oportunidad con la Fiscalía. Ese principio de oportunidad no se ha perfeccionado. Parece que difícilmente se va a perfeccionar. La Fiscalía encontró “no concluyentes” varios de los elementos aportados por ella, por lo que está buscando un camino en la Corte. Lo que ha salido a decir es que usted tuvo una incidencia directa en darle la vuelta a la elección de fiscal general, dado que en las primeras votaciones la doctora Camargo sacó cero votos o un voto, y que por esa deuda de gratitud que tiene la fiscal general con usted, ella no quiere tener en cuenta los argumentos de Sandra Ortiz. ¿Cuál es su respuesta a esa acusación directa de la doctora Ortiz?
V.F.: No sé si sea una acusación de la señora Ortiz o surja de la especulación, pero no tiene ningún asidero. La elección fue del fuero interno de la Corte Suprema, que decidió votar de la manera que votó y tomar la decisión que tomó. De mi parte, no tuve ninguna participación ni intervención de ninguna manera.
CAMBIO: Cuando la doctora Camargo fue elegida, ¿usted ya era magistrado de la Corte Constitucional?
V.F.: Sí.
CAMBIO: ¿Usted tuvo conversaciones con sus pares de la Corte Suprema de Justicia para sugerirles que votaran en un sentido o en otro por alguna de las candidatas para fiscal?
V.F.: No.
CAMBIO: ¿Usted le ofreció algo a un magistrado a cambio de votar por alguna de las candidatas o, específicamente, por la doctora Camargo?
V.F.: Absolutamente no.
CAMBIO: ¿Ninguno de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia puede decir que el magistrado de la Corte Constitucional Vladimir Fernández me dijo que me orientara por acá o que apoyara a X o Y candidata?
V.F.: Exactamente. Ninguno puede decir eso.
CAMBIO: Un artículo de la revista Semana sugiere que la aparición de una serie de trinos, bastante subidos de tono y provenientes del esposo de otra candidata, tuvo que ver con usted…
V.F.: También es una conjetura. No tengo ni idea de qué relación pueden hacer o hilar conmigo.
CAMBIO: Un tema importante que falta por tratar es su cercanía con el presidente Gustavo Petro, algo que en decisiones y en el ambiente político le ha causado grandes problemas en la Corte. Pero antes de ir a eso, los operadores del mundo jurídico y político saben que cuando un presidente se está jugando una carta tan importante como la elección del Fiscal General de la Nación, el asunto funciona como cualquier otra campaña y hay que moverse en la Corte, o por lo menos monitorear y llamar a preguntar cómo van las cosas. ¿Usted nos está diciendo que el Gobierno presentó la terna y usted, que era el interlocutor principal del presidente con el poder judicial, ni siquiera sondeaba cómo iban las votaciones?
V.F.: De mi parte, en absoluto. Yo le puedo decir que ni siquiera hubo ningún interés por parte del presidente. Él presenta la terna, establece claramente una distancia y deja que decida la competencia, libremente, lo que a bien tenga. Y en ese evento ocurrió así de claro.

CAMBIO: Sí, y eso, digamos, en el contexto de la elección. Pero luego, ya elegido, prima el famoso deber de la Ingratitud. Para nadie es un secreto que usted era una de las pocas personas que le hablaban al oído al presidente Gustavo Petro y algunos de sus colegas en la Corte sienten que usted es un infiltrado del presidente en esa corporación. Usted mismo ha vivido esas tensiones. ¿Qué le responde usted a sus colegas y al país sobre esa distancia que tendría usted hoy que guardar con el jefe de Estado?
V.F.: Que la distancia existe, que mi cargo y el honor que me ha dado esta nación de estar en la Corte Constitucional se honra todos los días. Que el trabajo es independiente. Se discuten los temas que deben discutirse y no se obedece a sesgos, no se obedece a razones de ningún tipo. Y así es como en mi criterio es nuestro trabajo: armónico, cordial, deferente con las ideas de todos. Entonces no veo ningún motivo de duda o de suspicacia. Cada uno de los magistrados tiene una línea de pensamiento. Yo respeto muchísimo a la Sala y siempre hablo con total lealtad y reserva de las situaciones que allí nosotros trabajamos. Incluso planteamos los temas personales como los que le hablé: hace un año, los primeros en conocer ese asunto fueron los compañeros de la Sala, por respeto a ellos mismos, porque así los considero. Admiro a la Corte Constitucional, poder sentarme ahí, debatir lo que debatimos y llegar a las conclusiones a las que llegamos. Para mí, es una absoluta suerte en la vida.
CAMBIO: Es que son preocupaciones que surgen de su origen. Usted viene directamente de Palacio, y los momentos de tensión se escalan cuando hay decisiones de fondo que involucran intereses del Gobierno, como por ejemplo el debate de la reforma pensional. Hubo personas a las que les molestó o les pareció inconveniente que usted no se hubiera declarado impedido para participar en el estudio de la tutela que el presidente Petro interpuso en contra de la decisión del Consejo de Estado, la cual determinó que el CNE sí puede investigar al entonces candidato. ¿No cree que declararse impedido, por ejemplo, en ese tipo de debates, marcaría de manera más clara esa distancia que, a su juicio, tiene usted con el presidente?
V.F.: Es que la institución del impedimento tiene unas reglas claras y, en materia de tutela, aún más. Para uno establecer ese impedimento, se siguen las normas del Código de Procedimiento Penal. Y el único impedimento que se podría plantear allí es el impedimento de amistad íntima. Y eso no existe con el presidente, con quien no tengo ningún tipo de amistad íntima. Lo que hice frente a la Sala el día en que presenté el asunto ante todos fue una manifestación de transparencia al decirles por qué les garantizaba mi trabajo imparcial y objetivo en la presentación de este tema y que no me movía ningún otro análisis diferente a hacer respetar la Constitución Política de Colombia.
CAMBIO: Hablando con franqueza, si la Constitución planteó que una parte de los magistrados fueran nominados por el presidente de turno y tuvieran un periodo de ocho años, es porque quería configurarse esa estabilidad entre el presidente y dos de las Cortes. Y es normal que una persona que tenga origen en un gobierno se identifique con varios temas de ese gobierno. Nadie espera seriamente que, por ejemplo, la doctora Meneses vote contra una iniciativa de Iván Duque. No es causa de impedimento, pero sí debían ser objeto de indelicadeza algunos temas que tocan a quien fuera su jefe hasta antes de ser magistrado y, además, su nominador.
V.F.: En esa manifestación de transparencia lo dije claramente. Pero también en la misma situación están quienes fueron nominados por el Consejo de Estado.
CAMBIO: Claro, porque era una discusión entre el presidente y el Consejo de Estado.
V.F.: Así de claro. Pero así no funciona. Somos todos en una corporación tomando una decisión. Allá usted tiene un origen y el otro, otro, pero estamos conformados en una corporación, en un cuerpo colegiado, tomando una decisión que usted propone. Y el que es ternado por el Consejo de Estado está en desacuerdo o está de acuerdo. El que es ternado por la Corte Suprema, también está de acuerdo o está en desacuerdo. Y el que fue ternado por el presidente anterior, está de acuerdo o en desacuerdo. Así funciona como cuerpo colegiado, y con ello se garantizan todos los equilibrios. Esa es la situación que se presentó.
CAMBIO: Ahora se abre un capítulo distinto alrededor de su nombre, con el tema de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo de Desastres, pues usted está calificado como un polémico personaje, un magistrado cuestionado en muchos titulares de prensa. Y todo por cuenta de las declaraciones de Sandra Ortiz, una persona con quien usted nos dice siempre sostuvo una relación cordial, de colegas. ¿Por qué Sandra Ortiz se vendría contra usted? ¿Qué la mueve a inventarse una trama en la que usted sería el afectado?
V.F.: Lo que veo es que la señora Ortiz está en una situación de gran dificultad. Y uno ve los temores que siente, sobre todo por la seguridad de su familia. Ella quisiera estar fuera, atendiendo que su familia esté bien, que no corra riesgos. Yo siento a una persona que tiene esa angustia muy grande. Y aprovecho para decirles aquí, claramente, que si hay algo que sé que debe hacerse es proteger a la familia de la doctora Ortiz. Protegerla a ella misma y darle todas las garantías que existan, precisamente para que pueda afrontar esto y actuar conforme corresponde, y como dicen la ley y su defensa frente a sus móviles. No veo nada diferente a estos momentos de dificultad y angustia.

CAMBIO: Usted sabe, magistrado, que en el mundo del derecho, y más cuando ese mundo del derecho se junta con el de lo público, el activo más grande que tiene una persona es su nombre y su reputación. Y lo dicho por Sandra Ortiz, sin lugar a dudas, afecta su nombre, su reputación y afecta de alguna manera también la legitimidad de la Corte. Esta es la primera vez que usted habla desde que se destapó este nuevo capítulo. ¿No ha pensado en adelantar algún tipo de acción legal en contra de Sandra Ortiz?
V.F.: Como le acabo de decir en la respuesta anterior, veo a una persona que está en una situación de dificultad muy grande y que, obviamente, si está actuando de una manera que compromete a mi persona y, así mismo, a todas mis actuaciones como abogado y hoy como como magistrado, lo tendré que evaluar. Lo que tengo que hacer es tratar precisamente de aclararles a ustedes, de manera categórica y definitiva que, si hay alguna conjetura o situación que se esté promoviendo, la niego de forma vehemente y categórica.
CAMBIO: Cuando usted dice tendré que evaluar, ¿quiere decir que eventualmente consideraría su retiro de la Corte?
V.F.: No, estoy hablando de evaluar las acciones jurídicas que podría tomar.
CAMBIO: Y la posibilidad de poner sobre la mesa un eventual retiro de la Corte, ¿existe en sus escenarios?
V.F.: No.
CAMBIO: En la Corte, usted despertaba algunas reservas por su origen y su cercanía con el presidente Petro. Y esas personas que tenían reservas con usted seguramente estarán usando este episodio para cuestionar su legitimidad o para empezar a presionar su renuncia o su retiro. ¿Cómo siente usted el ambiente con sus colegas después de lo que se ha publicado alrededor de su nombre y de Sandra Ortiz?
V.F.: Yo les he hecho una explicación clara, tal y como la que les acabo de hacer a ustedes. Suficiente, y además con la ventaja de que todos nos elegimos de la misma manera. Es una elección en el Senado y sabemos cómo se debe actuar frente a esa corporación y que de ninguna manera es necesaria ninguna injerencia de este tipo para obtener la designación por parte del Senado. Así no funciona una elección de magistrado de la Corte Constitucional.
CAMBIO: ¿El comunicado que produjo la Corte esta semana hablando de la mención de su nombre en estos hechos lo dejó satisfecho?
V.F.: Pues yo no intervine. Yo di las explicaciones del caso total y les dije que sobre lo que decidan comunicar, como Corte, yo no voy a opinar, yo no voy a participar. Es una decisión en la que no tuve ninguna injerencia. Es una decisión de la Corte Constitucional que respeto y agradezco como miembro de ella. Lo que el comunicado deja claro es la armonía con la que trabajamos todos.
CAMBIO: En el consejo de ministros, el presidente Petro se refirió a este caso desvirtuando, aunque tratando de no inmiscuirse, los señalamientos de Sandra Ortiz hacia usted. Desde que se conoció esto en la prensa, ¿usted ha tenido conversaciones con el mandatario sobre el tema?
V.F.: No.
CAMBIO: ¿No lo ha llamado a pedirle una explicación, a oír su versión? ¿No han conversado?
V.F.: No.
CAMBIO: ¿Tampoco lo ha llamado a manifestarle su solidaridad?
V.F.: No.
