Participación política de Comunes: entre la desazón y la esperanza
29 Noviembre 2024 09:11 am

Participación política de Comunes: entre la desazón y la esperanza

Una bandera del partido Comunes.

Crédito: Colprensa

A ocho años de la firma del Acuerdo de Paz, ¿es posible que el partido que surgió de las Farc desaparezca? ¿Qué significaría esto en la búsqueda de la reconciliación entre los colombianos?

Por: Armando Neira

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Hace ocho años, un poco más de 13.000 combatientes se subieron a embarcaciones, chivas, camiones, serpentearon ríos, salieron de la profundidad de las selvas y descendieron de las montañas con la ilusión de construir en democracia lo que durante más de medio siglo pelearon con los fusiles. Atrás quedaban las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo (Farc-EP). Ahora, sus integrantes se integrarían a un partido político legal llamado Comunes, que en un principio recibió el nombre de Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, Farc.

Ahora, cuando se cumplen ocho años del Acuerdo de Paz, la pregunta que surge es cómo le ha ido a esta colectividad que llegó al Congreso de la República con un protagonismo indiscutible: 10 curules -cinco en la Cámara de Representantes y cinco en el Senado- garantizadas para dos periodos legislativos.

Es decir, en menos de dos años -en 2026- esta garantía se vencerá. ¿Tiene Comunes la fuerza suficiente para mantenerse vigente? ¿Podrá movilizar al electorado para obtener un bloque similar? En política no hay certezas, pero de entrada el augurio es que es casi imposible.

Comunes enfrenta dos alternativas para mantener su estatus legal. La primera es unirse al proyecto de partido único del Pacto Histórico, aunque esta opción no cuenta con el consenso de todos sus líderes.

Rodrigo Londoño

La segunda es promover una iniciativa en el Congreso para extender el tiempo de las curules reservadas, pero esta última opción parece inviable en el corto plazo, ya que la agenda legislativa está enfocada en reformas sociales y en las urgencias económicas que enfrenta el Gobierno Nacional.

Incertidumbre por la personería jurídica

De hecho, ya se intentó apoyar a Comunes, así como a otros movimientos políticos pequeños, mediante la radicación de la reforma política, pero esto aún está en discusión.

La propuesta pasa por modificar el artículo 108 de la Constitución para reducir el umbral electoral e introducir el concepto de adquisición progresiva de derechos, con el objetivo de garantizar el reconocimiento jurídico de los movimientos políticos. 

Pero, mientras las discusiones siguen abiertas en el Congreso el balance que muestra Comunes es poco alentador. Desde 2018, el partido ha participado en una elección presidencial, dos elecciones legislativas y dos comicios regionales.

Según el informe Participación Política de Comunes: entre la desazón y la esperanza de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), los resultados electorales no son los soñados.

Es evidente que los resultados electorales del partido Comunes muestran la dificultad de consolidar un respaldo ciudadano sólido en las urnas. “De hecho, la cantidad de votos va disminuyendo”, afirma Miguel Suárez, director de Construcción de Paz de la FIP.

El poder de diez curules

A pesar de este retroceso, gracias al Acuerdo de Paz, Comunes se aferra a las diez curules, ocupadas mayoritariamente por antiguos líderes de la estructura armada.

Actualmente, los cinco escaños en el Senado son ocupados por Sandra Ramírez, Omar Restrepo, Pablo Catatumbo, Julián Gallo e Imelda Daza. En la Cámara, las curules las ocupan Luis Albán, Jairo Cala, Pedro Baracutao García, Carlos Alberto Carreño y Germán José Gómez.

Comunes

En total, en estos dos periodos legislativos, el partido ha contado con 15 congresistas, incluido Seuxis Paucis Hernández, alias Jesús Santrich, quien traicionó el Acuerdo de Paz, volvió a las armas y fue asesinado en Venezuela en 2021 en una emboscada de la que aún no se han identificado a sus autores.

Mientras tanto, en la base del partido hay un alto número de firmantes que intentan trabajar de la mejor manera posible, a pesar de una ola de violencia atroz: 435 excombatientes han sido asesinados. A pesar de estas dificultades, Rodrigo Londoño Echeverri, actual líder de la colectividad, insiste: “Nos mantenemos firmes porque estamos convencidos de que este es el camino, a pesar de las dificultades que se han presentado”.

El informe de la FIP señala que la estigmatización es una de las principales barreras para el partido. Este prejuicio los aparta de fuentes de financiación, como contribuciones, donaciones de particulares o préstamos, y reduce su capacidad de ganar votantes. El hecho de que muchos de sus integrantes sean excombatientes, sumado a la creencia de que carecen de experiencia para ocupar cargos de poder, resta confianza y credibilidad ante el electorado.

De la montaña al Congreso

Una de las motivaciones que llevó al movimiento guerrillero más antiguo de América Latina a dejar las armas fue la posibilidad de participar en la política como vía para profundizar la democracia y transformar el conflicto en un escenario de debate.

Sin embargo, ocho años después, los resultados muestran un panorama incierto. Las cifras no solo reflejan un bajo apoyo ciudadano, sino también una disminución progresiva en el número de votos.

En las legislativas de 2022, Comunes obtuvo un 38,5 por ciento menos de votos que en 2018. Este patrón se replicó en las elecciones regionales de 2023, donde perdió el 85,72 por ciento de los votos que había logrado en 2019, considerando únicamente los candidatos con listas propias.

En 2019, el partido presentó candidatos en 24 departamentos, incluyendo Bogotá, donde obtuvo su mayor votación: 38.497 sufragios. Sin embargo, en 2023, su presencia se redujo a 15 departamentos, y en Bogotá apenas postularon un candidato al Concejo, dice el informe de la FIP.

Una sede de un lugar donde están ahora los excombatientes

Además de los retos mencionados de financiación, Comunes enfrenta problemas específicos, como la inseguridad para los firmantes del acuerdo en territorios controlados por grupos armados ilegales.

Entre la estigmatización y el machismo

La estigmatización también es un desafío constante, tanto por su pasado como combatientes como por prejuicios de género, que afectan especialmente a las mujeres excombatientes. Es decir, en un país machista hasta en política ellas llevan la peor parte.

Otro punto clave es la relación con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), la cual consideran una oportunidad, pero también una fuente de controversias, debido a investigaciones que algunos líderes consideran excesivas.

La FIP sugiere que las Juntas Administradoras Locales (JAL) podrían ser clave para formar nuevos liderazgos, especialmente de jóvenes y mujeres, sectores que han mostrado mayor participación en estos espacios.

Además, la participación política de los firmantes del acuerdo no se limita únicamente al ámbito electoral. Las actividades comunitarias tienen un papel crucial en la construcción de confianza y reconciliación, lo que podría impactar positivamente en el desempeño electoral a largo plazo.

En conclusión, dice el documento de la FIP, contribuir a la construcción de paz desde el ámbito social y comunitario podría ser la clave del futuro político de Comunes.

Pero, claro, también Comunes debe hacer su propia autocrítica. ¿Cómo es posible que una organización que estuvo medio siglo en armas y que en algunos momentos logró poner al Estado contra la pared haya mostrado tanta debilidad organizativa a la hora de hacer política legal? Y, a propósito, ¿qué dicen los congresistas que tuvieron dos períodos consecutivos para brillar con luz propia y hacer aportes legislativos de trascendencia para ganarse al electorado? Las preguntas están, por ahora, sin respuestas.


 

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