Reforma agraria: el reto de despegar con 4,9 billones menos en el sector agro para el próximo año

Si hay algo en lo que el presidente Gustavo Petro ha tenido voluntad política y una profunda convicción personal es en la reforma agraria. Ha hecho de ella una de las banderas de su proyecto progresista, pues sabe que de su realización dependen otras variables como la paz y la superación de la pobreza rural. Por ello, para 2024 el presidente le asignó el presupuesto más alto de su historia al sector agro: 9 billones de pesos, de los cuales más del 30 por ciento están comprometidos para la compra de tierras.

Sin embargo, a pocos días de la mitad del mandato de Petro, las cifras de lo que se ha hecho en materia de reforma agraria están en rojo. De la meta de 1,5 millones de hectáreas por comprar en cuatro años, a la fecha solo se han adquirido 185.000: el 12 por ciento. Y de ese total, solo se han adjudicado alrededor 86.000 hectáreas a campesinos. 

La urgencia de avanzar en la transformación del agro ha hecho del Ministerio de Agricultura una de las carteras con más rotación en sus cargos directivos. En apenas dos años, tres ministras han pasado por él: Cecilia López, Jhenifer Mojica y la actual titular de la cartera, Martha Carvajalino.

La salida de Mojica se dio en medio de cuestionamientos por una supuesta baja ejecución del abultado presupuesto de esa cartera. Tanto es así que, días antes de salir del cargo, Mojica se defendió de un informe hecho por la Defensoría del Pueblo según el cual, a corte de abril de 2024, la inversión en el agro apenas iba en 6,48 por ciento. 

“Quieren empañar mi gestión en el Ministerio de Agricultura, alegando que tenemos una baja ejecución presupuestal. Ocultan que en el ministerio ya hemos alcanzado el 74 por ciento y en el sector, el 46,5 por ciento”, dijo Mojica el pasado 25 de junio.

Según los datos del Portal de Transparencia Económica del Ministerio de Hacienda a corte de julio de este año, de los 1,2 billones de pesos asignados para inversión al Ministerio de Agricultura para 2024 se han ejecutado 246.831 millones de pesos; es decir, el 20 por ciento. Por su parte, en ejecución general la Agencia Nacional de Tierras (ANT) va en 7,28 por ciento y la Agencia de Desarrollo Rural (ADR) en 19,93 por ciento.

La ministra Martha Carvajalino le dijo a CAMBIO que: "tenemos una institucionalidad que se vino deconstruyendo en los últimos 30 años y que hoy tiene muchas debilidades para cumplir los objetivos de la reforma agraria". La funcionaria agregó que la meta para el próximo año es comprar 300.000 hectáreas más.

"La reforma agraria es el eje central del programa de Gobierno (...) nuestra labor es dejar las bases para que esa reforma agraria pactada en 1961, pactada en 1994, se pueda realizar", explicó Carvajalino.

Las matemáticas incómodas para el agro

Además del reto de acelerar la ejecución del presupuesto, la ministra Carvajalino deberá maniobrar con un sensible recorte de recursos para el otro año. 

El proyecto del Presupuesto General de la Nación (PGN) de 2025, que persigue recursos por 523 billones de pesos, se caracteriza por un recorte en la inversión para nada tímido. Lo anterior por cuenta de un aumento en los recursos destinados para el pago del servicio de deuda. 

El 62 por ciento del presupuesto para el otro año, 327 billones de pesos, sería para los gastos de funcionamiento de la nación; el 21,5 por ciento, 112,6 billones, para la deuda, y 15,8 por ciento, 82,4 billones, para inversión. Si se compara ese último rubro con el de la vigencia de 2024, la inversión se recortaría el próximo año en 17,4 billones: una caída de 17,4 por ciento.

Aunque la reducción presupuestal es general en casi todas las entidades del Estado, el recorte es sustancial para el sector agro. Mientras que para la vigencia de 2024 se logró aprobar para el sector recursos por 9,2 billones, una cifra histórica, en 2025 el presupuesto sería de 4,3 billones: un desplome del 46,6 por ciento. 

Esto se explica por una reducción de 25 por ciento en los recursos de funcionamiento, que pasarían de 1,2 billones a 918.000 millones, y de 49,9 por ciento en el presupuesto de inversión del sector, que pasaría de 8,3 billones a 4,02 billones de pesos. El presupuesto de 2025 para el sector agropecuario, pues, sería incluso más bajo que el que tenía en 2023, cuando fue 5,4 billones de pesos.

"El Gobierno nacional está proponiendo quitarles recursos a la vivienda rural, a la inclusión financiera de los pequeños agricultores, al acceso y formalización de tierras que hace la ANT y hasta a la inclusión productiva de pequeños productores rurales que hace la ADR. Con estas decisiones no se podrán cumplir las promesas del Gobierno nacional ni las metas del Plan de Desarrollo", le dijo a CAMBIO Germán Machado, docente de Economía de la Universidad de los Andes.

Todavía no se sabe a ciencia cierta cómo se distribuirá el recorte presupuestal de más de 4 billones de pesos entre distintos proyectos de inversión del sector agro. Por ello, no es claro cómo se van a nivelar las cargas para que la reforma agraria no se vea tan afectada. De hecho, hace un mes el presidente Petro fue enfático en hacerle 'mamola' a un eventual recorte para su proyecto insignia:

“Ahora viene un recorte presupuestal y los técnicos lo primero que dijeron es que hay que recortar el presupuesto de la reforma agraria. ‘Mamola’, aquí se recorta presupuesto de otra cosa, pero menos del compromiso que hizo el Estado colombiano ante la humanidad. El presupuesto de la reforma agraria no se recorta”, dijo el presidente el 6 de junio pasado.

El exministro de Agricultura Juan Camilo Restrepo también expresó su preocupación por la caída de recursos para el sector. "(El recorte) es desafortunado, pues esto les resta empuje a la reforma agraria y a la adquisición de tierras", dijo Restrepo. El abogado y economista añadió que: "la inversión en su conjunto cae 17 por ciento, y esto es muy mal mensaje, pues viene de una caída del año anterior en la inversión global del 25 por ciento".

Algunos de los proyectos de inversión del sector agro con más recursos asignados este año y que podrían verse impactados en 2025 son: 

• Cofinanciación del Programa Nacional de Infraestructura Agroalimentaria.
• Subsidios para la construcción o mejoramiento de Vivienda de Interés Social Rural.
• Servicio financiero y gestión del riesgo para el sector agropecuario.
• Implementación al programa de formalización de tierras y fomento al desarrollo rural para comunidades indígenas.

La encrucijada para el Gobierno de Petro en su segundo tiempo de mandato es definitiva: ¿Cómo seguir impulsando la reforma agraria en época de 'vacas flacas'? Lo cierto es que en los planes del presidente no está 'echarle' tierra a la transformación del agro en Colombia,