
El padre Francisco de Roux se defiende
El sacerdote y expresidente de la Comisión de la Verdad Francisco de Roux.
Crédito: Colprensa
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En conversación con la prensa, el padre Francisco de Roux desvirtuó los cargos de encubrimiento de abuso sexual que se le han hecho y detalló la investigación que, en 2014, cuando era jefe de los jesuitas en Colombia, hizo contra el cura pederasta Darío Chavarriaga, así como la sanción que le impuso, la máxima posible dentro del derecho canónico. Aclaró que, en esa época, el delito ya había prescrito y no podía llevarse a la Fiscalía.
Por: Redacción Cambio

El sacerdote Francisco de Roux, en conversación con los medios, desvirtuó las acusaciones de supuesto encubrimiento de abuso sexual del cura de la Compañía de Jesús, Darío Chavarriaga, que se le han hecho esta semana por un caso ocurrido hace más de 45 años y, sancionado por él hace diez, con la pena máxima posible dentro del derecho canónico (destitución y confinamiento hasta el final de sus días), cuando en 2014 tuvo conocimiento del mismo en su condición de Provincial de los Jesuitas.
En su momento, De Roux siguió los procedimientos establecidos por el Derecho Canónico Civil vigente para el año 2014. Pero con el tiempo comprendió que no fue suficiente.
“Yo había quedado convencido de que el procedimiento de escucha de ellos como víctimas, la investigación rigurosa, los pasos jurídicos y, finalmente, la sentencia dentro de las normas del Derecho Canónico, eran suficientes. También creía que la familia había aceptado el proceso en ese momento, a pesar de lo devastador que fue para ellos”, declaró.
El sacerdote, una de las figuras más respetadas de la Iglesia católica por su compromiso con la reconciliación en Colombia, reconoció que en su momento pensó que había actuado correctamente.
“Apliqué todos los recursos que tenía a mi alcance. No manipulé a Luis Fernando ni a sus hermanas para propiciar su silencio. Sin embargo, si hoy me preguntaran qué haría, repetiría el proceso canónico, porque es muy riguroso, pero al concluirlo habría llevado el caso ante la Fiscalía”, añadió.
Sin embargo, en ese momento los hechos habían prescrito y no podían ser llevados a la Fiscalía. Después, la ley estableció que los delitos de abuso sexual contra menores no podían prescribir.
A los cuatro meses de impuesta la sanción por parte de De Roux, él dejó de ser Provincial de los jesuitas y de tener jurisdicción sobre el caso. Y Chavarriaga, el abusador, se enfermó de cáncer y murió en 2015.
El caso tomó relevancia el pasado viernes cuando Llano y su hermana, Ana Rosa Cristina, asistieron a un foro en la Universidad Javeriana de Bogotá, dirigida por la Compañía de Jesús.
En el encuentro participaba el jesuita alemán Hans Zollner, cercano al papa Francisco y reconocido por su lucha contra el abuso de menores en la Iglesia.
Durante el foro, Llano expresó: “Han pasado casi 50 años desde los hechos y 10 años desde la denuncia”. Ante la falta de respuestas, las víctimas de Chavarriaga revelaron que presentaron una demanda contra De Roux por encubrimiento.
Esta situación generó una ola de solidaridad hacia el sacerdote quien, después, a partir del 2017, presidió la Comisión de la Verdad y ha dedicado su vida a trabajar por las víctimas y a promover el perdón entre los actores del conflicto.
“Como sus colegas en la Comisión de la Verdad, fuimos testigos de su valor ético y civil para enfrentar las verdades más oscuras de la condición humana, de las instituciones y de quienes destruyeron la dignidad de las víctimas en medio de la guerra”, afirmaron nueve excomisionados en una carta.
Los excomisionados añadieron: “Instamos a las autoridades competentes a investigar y sancionar estas conductas conforme a la Constitución y la ley. Toda institución, sea pública o privada, debe tener cero tolerancia con la violencia sexual, especialmente contra niños y niñas. Además, debe tomar medidas para que estos casos no se repitan y para reparar a las víctimas”.
De Roux se solidarizó con Llano y sus hermanas y reafirmó que, en su momento, actuó bajo las normas del Derecho Canónico y Civil vigente para el año 2014, aplicando las medidas que consideraba adecuadas contra Chavarriaga, quien abusó sexualmente de los hermanos Llano cuando eran niños.
“En esa época no tenía las herramientas que existen hoy, pero el proceso canónico es riguroso. En un mes se había establecido todo y dictado la sentencia. Sin embargo, hoy, además de seguir ese proceso, habría llevado el caso ante la Fiscalía y entregado al culpable”, sostuvo.
“Sinceramente, puse en marcha todos los instrumentos a mi alcance para hacer justicia e impuse las sanciones más severas dentro del Derecho Canónico”, agregó el padre De Roux, quien dijo comprender la reacción de Llano y sus hermanas por el dolor que llevan las víctimas.
El sacerdote detalló que, en su momento, sancionó a Chavarriaga retirándole las licencias para ejercer su ministerio, removiéndolo de su misión apostólica como decano del Medio Universitario de la Facultad de Odontología de la Universidad Javeriana, le prohibió el contacto con el exterior y lo confinó a la enfermería, donde se encontraban los padres en condición terminal. Chavarriaga murió en diciembre de 2015 a causa de un cáncer.
"Estoy convencido de que si estos instrumentos del derecho canónico de la época, que combinan la sanción disciplinaria con el golpe moral al sacerdote sobre lo que más quiere, se hubieran aplicado con ese rigor en cada uno de los miles de caso en la Iglesia, no se hubiera nunca llegado al horror de la violación a los niños por centenares de sacerdotes", afirmó el padre De Roux.
"Pero si me preguntan hoy, en 2024, cómo hubiera obrado, hubiera hecho lo mismo que hice entonces hasta aplicar toda la batería rápida y dura y con sentencia que apliqué en 2014 y, además, terminando ese proceso, hubiera llevado el asunto a la Fiscalía entregando las pruebas por las cuales la Compañía de Jesús había sustanciado el proceso, considerado la gravedad de la culpa, dado sentencia y (tenido) la certeza de que el acusado era culpable," concluyó Francisco de Roux.
