Luis Alberto Arango
13 Enero 2023

Luis Alberto Arango

Gustavo Petro y el Palacio de la Moneda 50 años después

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Inspirado en lo sucedido en el golpe de Estado chileno de 1973, Gustavo Petro tomó el camino de las armas. Hoy libre de ellas, como presidente, tiene la responsabilidad de no inspirarse en los errores del gobierno de Salvador Allende y que hicieron que Chile entrara en una profunda crisis económica y política.


Me parece interesante oír los discursos de Gustavo Petro. Trato de hacerlo con periodicidad. Mi interés surge ahora que es presidente, como candidato no me atraían sus largos discursos, llenos de lugares comunes, en su mayoría deshilvanados y populistas. Sin embargo, los mensajes entre líneas de sus discursos como presidente, creo que sirven para tratar de entender cómo está el gobierno en su imaginario, así como para intentar comprender a un ser que para muchos es indescifrable, impredecible, impulsivo e improvisador.

El último que llamó mi atención fue el que pronunció el pasado 9 de enero en Chile, en el marco de la celebración de los 200 años de relaciones bilaterales con dicho país.  Su discurso fue en el Palacio de la Moneda, un lugar que para Petro “tiene cierta fuerza energética”. Como es habitual fue largo para el tipo de ceremonia que estaba presidiendo junto con su homólogo chileno. Al punto que se lo advierte amablemente al presidente Boric diciendo “… yo tengo el defecto, Gabriel, de hablar bastante”. Y no fue para menos. Mientras su homólogo chileno habló de primero y durante diez minutos aproximadamente, Petro se tomó más del doble: 24 minutos. (1)

Pero estas son apenas arandelas. Lo interesante viene en el contenido de ambos discursos. Boric y Petro fueron insistentes en advertir el peligro que corre la democracia y dan como ejemplo el asalto ocurrido en Brasil el 6 de enero pasado, cuando unos 4.000 manifestantes se tomaron las sedes de la Presidencia, el Congreso y el Poder Judicial. 

También recordaron el asalto que ocurrió en el Capitolio de Estados Unidos en 2021. Dijeron que ambos asaltos eran inaceptables pues no debe, por ningún motivo, arrebatarse violentamente lo que se gana en democracia.

Tal fue la insistencia de su preocupación, que se evidencia que necesitan formar y engrandecer un enemigo invisible, para poder excusar los potenciales errores de sus gobiernos o prevenir que algo vaya a sucederles en ese sentido. 

Ni en Brasil ni en Estados Unidos los asaltos tenían un liderazgo organizado ni apoyo de las Fuerzas Armadas, elementos necesarios para que un asalto como el que pretendían tuviera éxito.

A pesar de que políticos opositores lo instiguen, veo muy poco probable que en un país latinoamericano vaya a ocurrir un golpe de Estado. Un derrocamiento militar podría darse en la medida en que circunstancias extraordinarias hagan que un presidente, elegido en democracia, se vaya deslegitimando en el uso o abuso de sus funciones hasta que sea inevitable arrebatarle el poder por la fuerza. 

En cambio, Petro y Boric buscan mantener viva la noción de una toma del poder por la fuerza para sostener una narrativa de víctimas de lo que ellos denominan el fascismo, que no es nada distinto que el nombre propagandístico que le dan a la oposición imaginaria que supuestamente quiere derrocarlos. 

“Petro y Boric buscan mantener viva la noción de una toma del poder por la fuerza para sostener una narrativa de víctimas de lo que ellos denominan el fascismo…”.

Para justificar la importancia de no dejarse arrebatar una presidencia por la fuerza, Petro dijo en su discurso unas palabras hábilmente escogidas para dejar en el aire la sensación de que a Salvador Allende lo habían matado los militares que se tomaron el Palacio de la Moneda. Sin querer o a propósito, con su mensaje siguió alimentando la leyenda de mártir de Allende. Sin perjuicio de que sea o no considerado mártir, la verdad que Petro no contó, fue que Allende se suicidó. 

Esto dijo Petro “…nosotros en el caso mío, Gabriel, porque usted es más joven que yo, nosotros asumimos el reto de cambiar el mundo con las armas cuando aquí entraron y acabaron al primer presidente de izquierdas elegido popularmente en América del Sur, en su historia, yo decidí la toma de las armas. No había más. No respetaban el voto popular”.

El Petro de hoy se refiere al Petro que tenía 13 años de edad cuando ocurrió la toma del Palacio de la Moneda, el 11 de septiembre de 1973. O al menos eso se infiere de sus palabras. Y a esa corta edad es entendible que algunos se enamoren de una ideología de izquierda latinoamericana liderada por Fidel Castro, quien semanas después de la muerte de Allende, en un discurso póstumo en honor a este, narró con pelos y señales una versión fantasiosa y mentirosa de cómo es que los militares mataron al presidente chileno. Esta versión fue reforzada, además, por un escrito de Gabriel García Márquez, con más detalles y conclusiones falsas sobre su muerte. (2) y (3)

“El Petro de hoy se refiere al Petro que tenía 13 años de edad cuando ocurrió la toma del Palacio de la Moneda, el 11 de septiembre de 1973”.

En esa época para la izquierda mundial era mal visto que uno de sus líderes, como lo era Salvador Allende, se suicidara. Era políticamente mejor visto que quedara inscrita para la historia la versión de que había sido asesinado por los fascistas o por los reaccionarios, como los llamaba Castro.

Así que, durante su juventud, Petro, quien se unió al M-19 en 1978 a los 18 años de edad, hace entender que creyó con el corazón en la versión del asesinato y que manejó la izquierda latinoamericana a pie juntilla, cuando era un secreto a voces que la realidad había sido bien distinta. Y por eso tal vez pensó que era justificable tomar las armas, si un golpe militar iba a acabar por las mismas armas a un presidente elegido democráticamente.

Petro luego dice en su discurso en Chile, que con el paso del tiempo se dieron cuenta de que el camino de las armas no tenía justificación y que por eso el M-19 se incorporó a la vida civil.

Hoy no cabe la menor duda de que Salvador Allende se suicidó. Un informe forense autorizado por la familia Allende lo confirma. Esta versión coincide con la de las personas que estuvieron cerca al presidente chileno en sus últimos minutos de vida. El informe fue un elemento clave para que la Corte Suprema de Chile ratificara que Allende se suicidó. (4)

“Hoy  no cabe la menor duda de que Salvador Allende se suicidó”.

Que a partir de los 13 años Petro haya creído esa versión amplificada por la izquierda era algo normal, pero que hoy a los 62 años de edad, con toda la información disponible a un par de clics de distancia en internet, la mantenga, la insinúe o la afirme utilizando palabras ambiguas es una necedad política innecesaria, que lo único que demuestra es que quiere acomodar las versiones de la historia que mejor le cuadren a su narrativa ideológica.

Sobre Allende y su último año de gobierno sugiero leer lo que al parecer Petro no ha leído, o de haberlo hecho prefiere no mencionar. Para comenzar, Allende ante todo fue un demócrata: senador por cuatro períodos,  candidato presidencial en cuatro ocasiones y un convencido del socialismo-marxismo. Ideología política y económica que combinó con la fórmula ideal para el desastre: el populismo y la ignorancia económica.

Su presidencia recibió una economía estancada y se caracterizó por medidas desatinadas y populistas. Cerró la economía. Expropió empresas de la industria del cobre y de otros sectores, varias veces sin fórmula de compensación alguna, aumentó los sueldos de todos los trabajadores e impulsó políticas de expansión monetaria financiándose con emisión de billetes, impuso controles de precios, aceleró una reforma agraria confiscando casi el 60 por ciento de la tierra agrícola. Sus medidas intervencionistas y de expropiación le permitieron controlar cerca del 85 por ciento de la minería y el sector financiero, el 70 por ciento del transporte y de las telecomunicaciones y el 40 por ciento de la industria. (5)

Experimentó constantes enfrentamientos con el Congreso que quería moderar sus leyes de reformas estatalizadoras. También se hacía el de la vista gorda ante los desmanes y la violencia de los grupos de izquierda radical que lo apoyaban.

Fue tan desacertado el ejercicio de su gobierno que Chile aumentó su déficit presupuestal, suspendió el servicio de la deuda externa, se contrajeron las utilidades corporativas, apareció el desabastecimiento y el acaparamiento de productos básicos y de alimentos, el PIB creció inicialmente por una política expansiva irresponsable para luego inexorablemente decrecer. La inflación general fue del 163,5 por ciento en 1972 y del 508 por ciento en 1973. (6)

Afrontó un fuerte paro nacional en 1972, que solo pudo apaciguar cuando permitió que miembros de las Fuerzas Armadas fueran ministros. Nombró a militares en las carteras del Interior, en Obras Públicas y en Minería.

Tan preocupantes eran los resultados desde el punto de vista económico del gobierno, que cinco días antes del golpe, en un programa de radio el presidente Allende advirtió “No tenemos el más mínimo stock de harina. A lo sumo para tres o cuatro días más”, para explicar luego cómo trataría de sortear esa difícil situación. (7)

Su gobierno fue víctima de las intrigas propias de la guerra fría. Gobernó con enemigos internos y externos, entre ellos la CIA. Así como con amigos internacionales como Fidel Castro, quien estuvo en 1971 durante tres semanas recorriendo Chile, para apoyarlo en el fortalecimiento del socialismo marxismo en ese país. 

En sus últimas semanas de vida, Allende propuso en privado hacer un plebiscito para que el pueblo votara si debía o no quedarse en el poder. Le parecía la salida más digna. Supuestamente el presidente lo anunciaría el 11 de septiembre, el día que le hacen el golpe de Estado. La idea desafortunadamente no alcanzó a materializarse, pues habría sido una solución institucional a la crisis que vivió. (8)

A pesar de que los militares ya tenían el poder en algunos ministerios, el descontento popular y la crisis sobrepasó su lealtad y decidieron tomarse el Palacio de la Moneda por la fuerza, ofreciéndole a Allende y a su familia que se exiliaran en otro país.

En un interesante documental de televisión que hicieron entrevistando a Salvador Allende y a Fidel Castro, le hacen al primero una pregunta casi premonitoria. ¿Qué piensa, usted presidente, que se produciría en Chile, si la contrarrevolución se alzara? Como parte de una detallada respuesta dijo que habría caos y que en el escenario extremo tendrían que acribillarlo a balazos para que dejara de actuar. Lo dijo con tal vehemencia y convencimiento que era claro que el exilio no iba a ser nunca una opción. (9)

Pinochet asumió como dictador en Chile, logrando en poco tiempo reversar el camino por el que la llevaba Allende y logrando en dos décadas que ese país se convirtiera en una economía pujante y una de las de más rápido crecimiento en América Latina. Sin embargo, su dictadura dejó una condenable y larga historia de abusos, asesinatos, torturas, desapariciones y prácticas que ensombrecen sus triunfos económicos y que dejaron una profunda herida social y política que todavía está en proceso de sanación en Chile. 

Cuando Petro vuelva a evocar a Allende, debería hacerlo con la sensatez que da la madurez de la edad adulta e ir más allá para contrastar el ejercicio de gobierno de Allende con el suyo. Y así evitar los errores cometidos por el presidente chileno tratando de poner en práctica un socialismo idealista que sumió al país austral en una profunda crisis.

“Cuando Petro vuelva a evocar a Allende, debería hacerlo con la sensatez que da la madurez de la edad adulta e ir más allá para contrastar el ejercicio de gobierno de Allende con el suyo”.

Para finalizar, me llamó la atención que en la ceremonia presidida por Petro y Boric, ambos insistieron que sus palabras no se deberían quedar en retórica política de discurso o meras declaraciones protocolarias como las que estaban haciendo. Tal fue la insistencia y el énfasis de sus palabras, que mi lectura entre líneas es precisamente que lo que les está pasando en sus gobiernos es que muchas de sus iniciativas se están quedando en el aire y no se están ejecutando. Algo que no sé si es bueno o malo. Cada uno podrá sacar sus conclusiones.

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(1) Discurso de los presidentes Gustavo Petro y Gabriel Boric en el Palacio de la Moneda en Chile. Enero 9 de 2023. https://youtu.be/RuBxMOdbIYY

(2) Discurso de Fidel Castro el 28 de septiembre de 1973. Versión taquigráfica. El detalle del recuento fantasioso y mentiroso de Castro sobre la muerte de Allende está hacia el final del discurso en un párrafo que comienza “Pasada la 1:30 p.m. los fascistas se apoderan…” http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1973/esp/f280973e.html

(3) Allende: Crónica de una tragedia organizada. Por Gabriel García Márquez. La versión mentirosa sobre la muerte de Allende se presenta en un párrafo que comienza “Allende conocía bien al general Palacios.” https://www.aporrea.org/actualidad/a1775.html

(4) Información sobre el resultado del informe forense al cuerpo de Salvador Allende. Hay varios sitios web que hablan del tema. Un buen resumen se encuentra en este enlace. https://www.20minutos.es/noticia/2023101/0/justicia-cierra-investigacion/muerte-salvador-allende/tesis-suicidio/

Interesante entrevista a Oscar Soto, médico personal de Allende, sobre la toma del Palacio de la Moneda, el suicidio de Allende y el posterior exilio de Soto y su familia. https://www.nuevatribuna.es/articulo/america-latina/el-suicidio-de-allende-fue-un-acto-de-inmolacin/20110727151635058572.html

(5) Para entender más en detalle qué sucedió durante el gobierno de Allende pueden ver este video en el que Víctor Espinosa, Ph.D. (c) Profesor de Economía, reflexiona junto a Eugenio Guerrero, Investigador de la Fundación para el Progreso, sobre Allende y la economía chilena a 50 años del experimento socialista y las lecciones para el Chile de hoy. https://youtu.be/oe-JKUdXESE

(6) Encontré diferentes datos de inflación de Chile para los años 1972 y 1973. Ambas de tres dígitos, y las de 1973 casi triplicando las de 1972. Tomé la denominada IPC General para el escrito y la fuente fue sitio de internet www.expansion.com del diario Expansión de España.

(7) Un recuento sobre este hecho se encuentra en este enlace. 
https://www.latercera.com/diario-impreso/economia-tres-dias-de-harina/

(8) Este enlace se narra lo sucedido el día de la toma del Palacio de la Moneda. En él se habla de plebiscito. https://www.nodal.am/2013/09/a-sangre-y-fuego-completo-relato-del-11-de-septiembre-de-1973/

(9) Documental “El Diálogo de América”. https://youtu.be/BLoIwfSV0PY

La pregunta la hace el entrevistador chileno, Augusto Olivares, hacia el minuto 32. Y la respuesta se da entre el minuto 35 y 38 aproximadamente. 

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