Mujeres sacerdotes se rebelaron contra postura de la Iglesia que consideran sexista
200 mujeres se convirtieron en lideresas religiosas a pesar de que el Vaticano lo considere una ofensa. Una de ellas es colombiana y trabaja en Medellín.
Alrededor del mundo hay 200 mujeres ordenadas dentro del movimiento sacerdotal femenino de la Iglesia católica romana. Ellas toman, en parte, ritos no autorizados para convertirse en líderes religiosas.
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Lo hacen como un acto de rebeldía ante una Iglesia que no autoriza el sacerdocio para las mujeres. Violar la restricción se castiga con la excomunión inmediata, pues es uno de los crímenes más serios del derecho canónico.
Este grupo está en contra de una postura de la Iglesia que consideran sexista y discriminatoria, y que aunque otras religiones ya han abolido para darle paso a mujeres lideresas, el Vaticano la mantiene como continuidad de la premisa de sucesión al primer grupo de apóstoles hombres elegidos por Jesús.
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El movimiento de mujeres sacerdotes se dio a conocer en 2002 cuando un grupo de siete de ellas tomaron parte de una ceremonia no autorizada en un barco en el río Danubio. El rito de ordenación fue realizado por dos obispos de la iglesia católica y se hizo en aguas internacionales en la frontera entre Austria y Alemania para evitar conflictos con cualquier diócesis. Desde entonces sus ordenaciones han crecido sin parar, la mayoría de las adherentes son de Europa, Canadá y Estados Unidos.
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La mujer sacerdote colombiana
Olga Lucía Álvarez Benjumea es colombiana y fue considerada la primera “presbítera” latinoamericana. Aunque su ordenación fue en 2010 en Sarasota, Estados Unidos, por motivos de seguridad, mencionó para BBC News que tuvo apoyo en silencio de muchos en Colombia.
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Álvarez ofrece sus servicios sacerdotales en Medellín, allí lleva su ministerio a los barrios más pobres y el trabajo de casa en casa. Aseguró que en principio tuvo miedo por lo conservadora que es la ciudad, pero después recibió mucho apoyo.
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Fue promovida a obispa dentro de la Asociación de Mujeres Sacerdotes Católicas Romanas, y aunque la entidad no es reconocida por el Vaticano, considera, como muchas otras, que no hay nada en la Biblia que impida el sacerdocio de las mujeres.
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En varias ocasiones la Iglesia ha manifestado que considera estas ordenaciones como inválidas. El papa Benedicto XVI dijo en su momento que serían excomulgadas por realizar este ritual que consideró como una ofensa. Por su parte, el papa Francisco citó un documento de Juan Pablo II en el que se menciona que la puerta está cerrada para la ordenación de mujeres.
