Arauca, una zona de guerra: cómo el conflicto en este departamento se extendió al Catatumbo

Manifestación en Bogotá en enero de 2022, después del atentado con carro bomba contra varios líderes sociales en Saravena, Arauca.

Crédito: Colprensa

28 Enero 2025 07:01 pm

Arauca, una zona de guerra: cómo el conflicto en este departamento se extendió al Catatumbo

La guerra entre las disidencias y el ELN que estalló en el Catatumbo puso el ojo de la opinión pública en esta región del país. Sin embargo, un conflicto similar, que ha dejado cientos de víctimas mortales, se vive en Arauca desde 2021.

Por: Santiago Luque Pérez

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El silencio se ha apoderado de Arauca. Los líderes y las lideresas sociales temen por su vida y no quieren hablar con los medios, ni siquiera de forma anónima. El departamento registra 828 víctimas de homicidio entre 2021 y 2024, según fuentes oficiales. Como en El Catatumbo, en Arauca el ELN se ha propuesto exterminar a las disidencias de las Farc que operan en el territorio y así consolidar su poderío.

Aunque en Arauca no hay cultivos de coca, el control de las rentas ilícitas y de la frontera con Venezuela han hecho del departamento una zona en guerra. En medio de las confrontaciones, han quedado líderes sociales y población civil. 

CAMBIO le explica lo que está pasando en el departamento y su relación con Catatumbo.

Arauca y Catatumbo, las dos guerras del ELN contra las disidencias

Estos dos grupos formaban uno solo; sin embargo, las diferencias entre ambos en el proceso de paz con el Gobierno de Gustavo Petro propiciaron que, en agosto del año pasado, la facción de 'Mordisco' le declarara una guerra a muerte a 'Calarcá. Esta situación ha generado enfrentamientos en Guaviare, y el más grave, ocurrido el pasado 21 de enero, dejó 20 muertos.

Tanto Arauca como el Catatumbo son fronterizos con Venezuela, que ha sido garante en varias mesas de negociación del actual Gobierno con grupos guerrilleros y disidentes. Además, el país vecino, según fuentes y expertos, ha hecho alianzas con el ELN para mantener el control territorial

De hecho, Jorge Mantilla, politólogo y doctorando en Criminología, ha dicho que el ELN se convirtió en una “guerrilla binacional”. En Arauca opera el Frente de Guerra Oriental de esta guerrilla, comandado por alias 'Pablito, quien es reconocido como una de las personas más reacias al fin del conflicto armado por medio de las vías de diálogo. El presidente Gustavo Petro también lo ha acusado de liderar la arremetida armada en el Catatumbo y de trasladar tropas de este departamento hacia allá.

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Manifestación por la paz en Arauca en enero de 2022, días después del atentado en Saravena. Crédito: Colprensa.

Elizabeth Dickinson, analista senior del Internacional Crisis Group, dice que “el ataque de Catatumbo está muy en el modelo del estilo Arauca. Las tropas perfeccionaron sus tácticas en Arauca y lo llevaron a un nivel mayor en el Catatumbo”. Mantilla coincide y añade que ambos conflictos forman parte “de un mismo proceso”.

La no agresión del ELN a los firmantes del Acuerdo de Paz se rompió en Arauca el 8 de enero de este año, con el secuestro Ricardo Ramos y su familia, quienes fueron sacados del Antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (AETCR) Filipinas. Para los expertos, este hecho está relacionado con que, una semana después, en el Catatumbo, el ELN buscara casa por casa a excombatientes. Una situación que ha dejado, según el Ministerio de Defensa, a seis firmantes asesinados, 15 desaparecidos y 124 desplazados.

La violencia en el Catatumbo, según la Gobernación de Norte de Santander, ha sido devastadora: ya hay 80 personas asesinadas, de las cuales se han podido recuperar e identificar a 41. Además, la organización Vivamos Humanos tiene registro de 47.000 personas desplazadas y 1.580 refugiados en territorio venezolano.

La génesis del conflicto en Arauca

Durante varios años hubo una convivencia pacífica entre el ELN, las disidencias de las Farc y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en Arauca y la frontera con Venezuela. Sin embargo, hacia 2021, los acuerdos de no agresión se empezaron a debilitar. Para Jorge Mantilla, hay dos factores: el primero relacionado con la puja por la coca, ya que, como le dijo el ELN a CAMBIO en una entrevista en marzo de 2024, este grupo no permite los cultivos en el departamento

Mantilla dice que “cuando las disidencias se reactivan, empiezan a impulsar una vez más el tema cocalero y esto genera enormes tensiones”. El experto añade que el segundo factor es que las disidencias rompen los acuerdos que tenían sobre el manejo de las rentas ilícitas en la frontera con la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. “Lo que termina sucediendo es que los estamentos militares venezolanos delegan esa guerra al ELN de este lado de la frontera”, concluye Mantilla.

Para Elizabeth Dickinson, también tuvo que ver que cuando las disidencias empezaron a tomar fuerza buscaron reactivar la influencia que tenían las antiguas Farc en el territorio. El ELN vio amenazado su poderío y empezó una guerra. Quería detener el avance de los disidentes y exterminarlos.

En mayo de 2021 se vieron claras diferencias entre los bandos. La Fuerza Armada Nacional Bolivariana llevó a cabo operativos contra las disidencias en la frontera. En ese momento, la ofensiva fue un fracaso e incluso es recordada porque algunos militares venezolanos fueron secuestrados y estuvieron cerca de un mes en cautiverio. Semanas después, el régimen venezolano hizo otro operativo con mayor contundencia.

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Atentado frustrado en 2022 en Puerto Rondón, Arauca. Crédito: Colprensa.

Una fuente le dijo a CAMBIO que esa segunda ofensiva contó con el apoyo de miembros del ELN. Algo que no sería anormal, pues la connivencia entre la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y esta guerrilla, según expertos, ha ocurrido en varias ocasiones. Jorge Mantilla recuerda que cuando Juan Guaidó llegó a Venezuela con ayuda de Los Rastrojos por un paso ilegal en 2019, se inició una guerra en Norte de Santander con el ELN para acabar con este grupo que fue coordinada desde el país vecino.

El 22 de enero de 2022 ocurrió un nuevo capítulo en esta guerra, cuando un carro bomba explotó en Saravena, Arauca, frente al edificio Héctor Alirio Martínez, sede de diferentes organizaciones sociales. El ataque se dio luego de que circularan amenazas del frente 28 de las disidencias de las Farc. Este grupo armado se atribuyó el atentado unos días después y afirmó que en el lugar había miembros de la guerrilla urbana del ELN.

En ese momento se recrudecen los ataques contra la población civil y los líderes sociales. Según Elizabeth Dickinson, desde ese año “ambos bandos utilizan la violencia en contra de los civiles, lo que llaman la supuesta base social de una organización. Con esto buscan exterminar no solo a los combatientes, sino las raíces de la organización dentro del territorio”.

En 2022 se registraron 356 homicidios, según datos de la Policía: el registro más alto en los últimos 14 años. En 2023 la cifra disminuyó a 125, mientras que en 2024 volvió a aumentar a 165. Vivamos Humanos también ha registrado ocho secuestros en estos primeros días del año.

"Desde enero del 2022 a la fecha han sido reportados más de 600 homicidios de personas protegidas en Arauca. Solo en lo que va del 2024, nuestros equipos en terreno han registrado el asesinato de 60 personas. La mayoría de los homicidios está relacionada con estrategias de control social o poblacional de supuestos colaboradores de uno u otro grupo armado ilegal, la eliminación sistemática de personas estigmatizadas socialmente y la mal denominada 'limpieza social'": dijo el entonces defensor del pueblo, Carlos Camargo, en mayo de 2024.

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Edificio Héctor Alirio Martínez después del atentado en enero de 2022. Crédito: Colprensa.

¿Un conflicto sin fin en Arauca?

Tanto las disidencias de 'Iván Mordisco' como el ELN participaron en las negociaciones de paz con el gobierno Petro. Para los expertos, esto influyó en que hubo momentos en que el conflicto entre ambos grupos y los ataques a la fuerza pública disminuyeran, aunque nunca cesaron por completo. Incluso, el Frente de Guerra Oriental siempre fue visto como la piedra en el zapato de una posible paz con los elenos.

Lina Mejía Torres, coordinadora de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario de la organización Vivamos Humanos, dice que, según las cifras que manejan, el año pasado fueron asesinados entre 13 y 15 líderes sociales en el departamento por este conflicto

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Golpe al ELN en noviembre de 2023, que dejó 6 muertos y 5 detenidos. Crédito: Colprensa.

Por otra parte, el presidente Gustavo Petro ha dicho que no ha roto relaciones con la dictadura de Nicolás Maduro para poder controlar la frontera. Al respecto, Jorge Mantilla señala que esto “sería positivo en la medida en que se pudieran hacer operaciones coordinadas contra el ELN. Pero yo dudo que esto sea así. Probablemente, veremos algunas capturas e incautaciones, pero esto no evolucionará hacia objetivos de alto valor, o sea, a realmente dar golpes muy importantes contra el ELN en Venezuela”.

El fin de conflicto en este departamento parece lejano. Ya no hay mesa de negociación con ninguno de los dos grupos y lo del Catatumbo es una suerte de extensión de esta guerra en Arauca con la que el ELN quiere controlar el oriente del país y la frontera con Venezuela.

Para Torres, en Arauca “hay un temor de que la situación se puede exacerbar, producto de lo que está ocurriendo en el Catatumbo. Recordemos que es todo un corredor nororiental que incluso llega a una parte del Magdalena Medio”. CAMBIO contactó líderes sociales del departamento, pero todos prefirieron no hablar por temor a represalias en su contra y a lo que pueda pasar en los próximos días.

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