Las cuentas pendientes del general Mario Montoya por falsos positivos

Este jueves se realizó, en la terminal del norte de Medellín, la segunda sesión de la audiencia de reconocimiento de los mal llamados falsos positivos en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). La diligencia se realizó por 49 asesinatos y desapariciones forzadas presentadas como bajas operacionales en Ituango y Dabeiba, Antioquia.

La audiencia se realizó en la capital de Antioquia, en la terminal del norte, lugar desde el que las autoridades han determinado que fueron llevadas personas a Dabeiba para asesinarlas y presentarlas como bajas en combate. Estas personas, en su mayoría, eran habitantes de calle que los militares montaron en buses con engaños. 

En esta segunda audiencia, más que mirar hacia los hechos que ocurrieron en el pasado, se escucharon las posibilidades de reparación que podrán realizar los comparecientes a la JEP.

El general retirado Mario Montoya y los falsos positivos 

En este segundo día de audiencia, el nombre del general (r.) Mario Montoya volvió a relucir. Lo nombró el sargento retirado Fidel Ochoa, quien dijo que “no éramos ruedas sueltas”. Inmediatamente añadió “Había una jerarquía en el mando. Lo voy a repetir. Sé que esto me trae consecuencias y me puede traer hasta la muerte. Puedo estar tirándome una lápida encima porque se ha vuelto un boom cuando nombro al general Montoya”.

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El general retirado ya ha sido llamado a declarar ante la JEP en dos ocasiones. Esto ante las versiones de 16 comparecientes y las menciones en informes entregados por instituciones del Estado y víctimas. Montoya ha sido vinculado con los llamados falsos positivos en su calidad de comandante de la Cuarta Brigada, entre 2002 y 2003. 

Por esta razón, Montoya está en el caso 03 de la JEP que investiga asesinatos y desapariciones forzadas presentadas como bajas en combate por agentes del Estado. Desde el tribunal de paz aseguran que se espera que este año haya decisiones judiciales por su caso.

Ante estos señalamientos, el general Mario Montoya ha entregado dos versiones voluntarias en la JEP. Las dos diligencias han sido a puerta cerrada. Sin embargo, las víctimas han expresado su malestar por la falta de aporte de verdad.

En febrero de este año, la Procuraduría pidió que no se expulse de la JEP al general (r.) Mario Montoya. “Solicitamos que se tenga en cuenta el impacto práctico que podría tener la expulsión de este compareciente, en esta fase del proceso”, dijo el ente de control.

Aunque el general ha dicho que nunca ejerció presiones ni habló de “litros de sangre” ni “carrotancados de sangre”, para la Procuraduría, los testigos en su contra dicen otra cosa.

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Años atrás la Fiscalía había pedido que Montoya se convirtiera en el primer comandante del Ejército en ser imputado por 104 ejecuciones extrajudiciales en todo el país. El oficial retirado habría promovido en sus subalternos las bajas en combate que derivaron en el asesinato de civiles, según el ente investigador. 

A pesar del pedido de la Fiscalía, en la justicia ordinaria el militar quedó un paso antes de la imputación, pues su ingreso en la JEP hizo que un juez tomara la determinación en agosto de 2021 de darle prelación a su proceso en el tribunal de paz.

El oficial en retiro ha sido nombrado en varias ocasiones por promover las bajas en combate. En la audiencia de la JEP por falsos positivos realizada en el Catatumbo el nombre de Montoya también apareció y en 2019 el coronel (r.) Gabriel de Jesús Rincón Amado dijo: “El general Montoya decía puntualmente lo siguiente: 'Yo necesito muertes en combate, a mí no me sirven las capturas', eso es algo que siempre decía él, ya después empezó a hablar de litros de sangre”.

Otro militar, dijo en la JEP que cuando le presentó cuatro bajas en combate y seis desmovilizados, el oficial le recriminó por no llevar diez bajas. Sin embargo, el general Montoya retirado ha negado esto y ha dicho que lo que pedía eran resultados operacionales.

Las víctimas de Dabeiba que eran habitantes de calle

Dora Durango vivió como habitante de calle durante 24 años y Omaira Montoya lo hizo durante 40 años. Las mujeres expusieron las afectaciones que tuvieron por estos casos de los mal llamados falsos positivos.

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“¿Dónde están los desaparecidos? ¿Dónde están mis compañeros? Los que me cuidaban cuando estaba enferma (...) no quiero pensar que los niños que conocí en la calle y que no volví a ver están allá en Dabeiba”, dijo Omaira Montoya durante la audiencia.

También se conoció durante la diligencia que Las Madres de la Candelaria de Medellín adoptaron 17 cuerpos que, según Medicina Legal, corresponderían a habitantes de calle y de los cuales no se ha podido determinar su identidad. Este colectivo de víctimas espera trabajar e impulsar la búsqueda de sus familias biológicas.

“No descansaremos hasta encontrar a las familias de las 17 personas halladas en Dabeiba (...) son nuestros 17. Invito a los colombianos a que nos ayuden a encontrar sus familias biológicas, esas mamás, que no saben que su ser querido es un falso positivo”, afirmó Amparo Mejía, líder de Las Madres de la Candelaria.

Dentro de las propuestas de reparación, está que los militares hagan campañas de sensibilización y que esto se traduzca en garantía de vida digna para los habitantes de calle. También se propuso la construcción de monumentos y murales tanto en Medellín, como en Dabeiba.

“Me comprometo con ellos y todas las víctimas para que estos hechos no se vuelvan a repetir. Me comprometo a llevar a cabo y materializar esos pedidos de las víctimas”, aseveró el sargento Fidel Ochoa.

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Sobre el final de la audiencia el sargento retirado Ochoa entregó a una de las víctimas una mochila y dijo: “Esta mochila viene llena de arrepentimiento. Yo contribuí con la muerte de su hijo, hoy quiero decirle que esas manos que fueron utilizadas para el mal, fueron utilizadas para hacer algo con el nombre de su hijo y también serán utilizadas para construir el tejido social".