Crédito: RAP-E Región Central
Deshidratador solar: tecnología que le está cambiando la vida a los productores de mango en el Tolima
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Gracias a esta herramienta, las familias campesinas han reducido significativamente las pérdidas de sus cosechas de mango, una fruta que ha sido clave para el progreso económico en el Tolima.
En Espinal, Tolima, cuando Andrés Rodríguez estaba a punto de graduarse del colegio, jamás imaginó un futuro distinto al de trabajar en el campo. “Salimos de grado 11° desubicados y desorientados, pero con un amor propio hacia el campo que nos inculcaron nuestros padres”, relató Rodríguez, quien años más tarde, de la mano de jóvenes y mujeres, encontró en las cosechas de mango numerosas oportunidades de progreso para su comunidad.
“Siempre se nos decían que teníamos que estudiar o trabajar en otro lugar para tener un proyecto de vida. Aunque no era un mensaje malintencionado, era la realidad de ese momento: el campo y el desarrollo agropecuario no eran prioridad”, recuerda.
Con la intención de transformar esa realidad, en 2019 nació la Asociación Agroproductores del Tolima, Mangovipaz, para enfrentar las problemáticas de la comunidad rural. “Empezamos a vincular jóvenes para participar en la asociación, lo cual fue un reto grande porque eran muy escépticos y no creían que se podía generar desarrollo desde el territorio”, comentó Rodríguez, presidente de Mangovipaz.
La asociación, actualmente conformada por 28 miembros, vio en las cosechas de mango un gran potencial agrícola y enormes oportunidades de desarrollo económico para el territorio. Rodríguez explicó que el mango, al igual que otros productos del país, enfrentaba desafíos por “la intermediación, ausencia de políticas públicas y los limitados canales de comercialización”.
De esa forma, junto con el Tecnoparque ‘La Granja’ del SENA, en Espinal, profundizaron en las potencialidades de esta fruta en el mercado. “Desarrollamos un proyecto empresarial para crear un canal comercial que asegurará un precio rentable para la fruta, generará empleo formal y beneficios para la población campesina”, sostuvo.
Rodríguez detalló que el mango, se trata de un cultivo perenne (de ciclo productivo tardío), puesto que después de cuatro años desde su siembra empieza su etapa productiva. Cada árbol, que puede llegar a alcanzar 10 metros de altura, produce entre 250 a 400 kilogramos de fruta por cosecha. Las variedades más cultivadas en la región, como el Filipino, Yulima, Hilacha, Manzano y Tommy, han permitido diversificar la oferta de productos incluyendo mermeladas, mango deshidratado, bocadillo, salsas y masato.
A pesar de sus avances, Mangovipaz enfrentó desafíos en cuanto a los residuos y pérdidas poscosecha, además del uso de una estructura artesanal para deshidratar la fruta. Para mejorar su producción, la Región Administrativa y de Planificación Especial (RAP-E), en alianza con Agrosavia, les entregó un deshidratador solar, una tecnología innovadora que reduce las pérdidas, transformar los excedentes y añadir valor a sus productos.
Este deshidratador combina energía solar pasiva y fotovoltaica, aprovechando la abundante radiación solar del Tolima. “Cuando Agrosavia y la RAP-E nos apoyaron con el deshidratador solar para nosotros fue maravilloso porque ampliamos la capacidad productiva. En su momento teníamos un horno deshidratador, pero con el deshidratador solar quintuplicamos la capacidad de transformación. El deshidratador solar es impulsado por paneles solares y es completamente autónomo, aprovechando el sol que en nuestro municipio abunda”, destacó el presidente de Mangovipaz.
¿Cómo funciona?
El deshidratador utiliza energía solar pasiva para secar la fruta, mientras que la energía fotovoltaica impulsa componentes electromecánicos como ventiladores y extractores. “Es una estructura compuesta de metal completamente sellada, casi que hermética. Tiene instalados seis ventiladores pequeños que inyectan aire del ambiente al deshidratador y tiene tres extractores grandes, que lo que hacen es sacar del deshidratador el aire con humedad. También tiene 18 bandejas distribuidas, que, con su base en acero inoxidable, tienen capacidad cada una de almacenar aproximadamente 2000 gramos de mango tajado listo para deshidratar”, precisó Rodriguez.
Con capacidad para almacenar 45 kilogramos de pulpa de mango, al final del proceso se obtienen 5.500 gramos de mango deshidratado en solo seis horas, un rendimiento mucho mayor que el obtenido anteriormente, explica.
Gracias a este avance, Mangovipaz no solo ha fortalecido la competitividad de sus productos con la capacitación de la RAP-E, sino que también ha ganado reconocimiento internacional como ejemplo de innovación agrícola. “Tuve la oportunidad de asistir a un foro en Chile, organizado por la Red Latinoamericana para Servicios de Extensión Rural (Relaser). Allí compartimos nuestro proceso asociativo, la transformación de la materia prima y cómo estamos involucrando a la juventud rural para asegurar el relevo generacional en el campo”, resaltó Rodríguez.
Con miras al futuro, Mangovipaz planea aplicar esta tecnología a otros productos de la región, como la papaya y el cachaco tolimense. Según la RAP-E, esta solución tecnológica versátil no solo facilita el acceso a nuevos mercados y la integración en nuevas cadenas de valor, sino que también contribuye a combatir la inseguridad alimentaria en la Región Central. Además, la implementación de tecnologías innovadoras está atrayendo a jóvenes, quienes ven en ellas una oportunidad para construir un proyecto de vida en el campo colombiano.
Este contenido fue elaborado con el apoyo de la RAP-E.