Esta es la granja solar que transformó la vida de 1.350 familias en Cumaribo, Vichada
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Gracias a la iniciativa de inversión pública del Gobierno Nacional y al papel estratégico de HG Ingeniería y Construcciones S.A.S BIC, Cumaribo ha superado la precariedad del servicio eléctrico. Hernán García, gerente de esta compañía, explica cómo este proyecto de 4.8 megavatios, que combina generación fotovoltaica, diésel y almacenamiento en baterías de litio, está transformando la región.
CAMBIO: ¿Cómo analiza el suministro eléctrico nacional?
Hernán García: Colombia, a pesar de su imagen urbana concentrada en ciudades como Bogotá, Cali y Barranquilla, tiene un 52 % de su territorio en zonas rurales. En estas áreas, alrededor de 400.000 familias aún carecen de acceso a energía de calidad. El Ministerio de Minas y Energía ha identificado estas zonas como "no interconectadas", donde la red eléctrica no llega. En particular, departamentos como Guainía y Arauca, así como algunos municipios de otros departamentos, enfrentan serias dificultades con la interconexión eléctrica.
CAMBIO: ¿Cómo llegan al Vichada?
H.G.: En el Vichada, un departamento que representa el 10 % del territorio nacional y es muy extenso, se encuentran cuatro municipios con distancias de hasta 24 horas entre ellos. La capital, Puerto Carreño, colinda con Venezuela y enfrenta graves problemas de suministro eléctrico sostenible. Aunque se han implementado soluciones, como generadores diésel, estos presentan dos grandes desafíos: la dificultad para transportar el combustible debido a las condiciones geográficas y climáticas, y la limitada vida útil de los equipos, que se deterioran rápidamente con el uso continuo.
CAMBIO: ¿Qué tipo de sistema de generación híbrido se ha instalado en Cumaribo y qué componentes incluye?
H.G.: En el municipio de Cumaribo se ha implementado un sistema híbrido de 3.5 megavatios que combina generación fotovoltaica solar, diésel y almacenamiento en baterías de litio. Aunque aún se depende del diésel debido a la falta de conexión a la red eléctrica, el objetivo es minimizar su uso. El sistema utiliza energía solar para autoconsumo durante el día y acumula el excedente en baterías. La generación diésel se mantiene al mínimo necesario para asegurar un suministro continuo de energía durante las 24 horas y prolongar la vida útil de los equipos.
CAMBIO: ¿Cómo funciona el sistema de control que gestiona la combinación de energía solar, baterías y generadores diésel?
H.G.: Este proyecto combina tres componentes clave: 1.4 megavatios pico en generación solar, equivalente a 3.094 paneles solares que suman 460 vatios pico; tres generadores diésel que suman 2 megavatios; y un banco de baterías de iones de litio con una capacidad de 1.4 megavatios hora. No es una solución estándar, sino un diseño específico para las necesidades del municipio, basado en su curva de consumo.
La generación solar sigue una curva tipo campana de Gauss: comienza a las 6 de la mañana, aumenta hasta alcanzar su máxima potencia al mediodía, y luego disminuye hasta el atardecer. Si el consumo del municipio es mayor durante el día, se optimiza la generación solar y se complementa con almacenamiento en baterías para cubrir el consumo nocturno, mientras que el diésel se usa de forma mínima. El objetivo es maximizar la generación fotovoltaica, usar el almacenamiento de baterías como segunda fuente, y mantener el diésel como opción residual.
CAMBIO: ¿Qué retos logísticos y desafíos enfrentaron durante la construcción del sistema en Cumaribo?
H.G.: Los proyectos en las zonas no interconectadas enfrentan tres desafíos comunes que nos han llevado a reinventarnos. El primero es el desafío social. Muchas comunidades no están acostumbradas a contar con 24 horas de energía de calidad. Además de construir la infraestructura, es crucial desarrollar un tejido social que fomente una cultura de buen uso de la energía. Esto implica trabajar con la comunidad para adaptar la tecnología a sus costumbres y necesidades. Por ejemplo, en comunidades indígenas, llevar energía puede significar un cambio en sus costumbres, lo cual requiere un enfoque sensible y adaptado a su idiosincrasia.
El segundo desafío es el logístico. Transportar equipos a estas zonas puede tomar meses, y el 70% de los componentes como paneles solares, baterías e inversores son importados. Las demoras en la importación y el transporte, a menudo complicadas por cierres de fronteras y condiciones difíciles, pueden demorar significativamente el proyecto. Una vez en Colombia, llevar los equipos a las áreas remotas puede implicar semanas de transporte por tierra y río, e incluso el uso de mulas y caminatas largas para llegar a lugares aislados.
El tercer desafío es el orden público. Aunque es un riesgo constante, en general la comunidad valora el desarrollo energético y ha colaborado para proteger el proyecto de posibles interferencias de grupos al margen de la ley. Hasta ahora, hemos podido llevar a cabo nuestros proyectos sin incidentes graves, gracias al apoyo y la colaboración de la comunidad local y el Estado.
CAMBIO: ¿Cómo ha impactado el nuevo sistema en la calidad de vida y las actividades económicas de las familias de Cumaribo?
H.G.: El proyecto beneficia a unas 1.350 familias en el casco urbano del municipio. Estas ya están planeando cómo usar la energía para fortalecer sus economías locales. El proyecto está entrando en operación por fases, con una inauguración programada para esta semana. Estamos colaborando con la empresa de energía local para asegurar la sostenibilidad, incluyendo operación y mantenimiento, para que el proyecto sea duradero.
CAMBIO: ¿Cuáles son los beneficios que tienen en materia de agricultura?
H.G.: La energía renovable ha beneficiado a la agricultura al permitir sistemas de riego eficientes, aumentando la productividad y reduciendo el consumo de agua. También ha facilitado la electrificación de zonas rurales, mejorando el acceso a mercados y la calidad de vida de los agricultores.
El uso de energía fotovoltaica en riego ayuda a mantener los precios de los alimentos asequibles y a controlar la inflación. El Gobierno Nacional y el Ministerio de Agricultura están impulsando estos sistemas, así como los agrovoltaicos, que permiten cultivar debajo de paneles solares. Esto optimiza el espacio y mejora la calidad de los alimentos, como en el caso del café, donde el secado solar puede reducir el tiempo de 21 días a solo 2. La energía fotovoltaica ofrece beneficios para proyectos agropecuarios, comerciales e industriales.
CAMBIO: ¿Qué reducción en el consumo de combustible y emisiones de CO2 se ha logrado con el nuevo sistema en comparación con el anterior?
H.G.: Desde que la central comenzó a operar, se ha evitado la emisión de 211 toneladas de CO₂, lo que equivale a un ahorro de 18.118 galones de diésel.
CAMBIO: ¿Cuál será el impacto de este proyecto a largo plazo?
H.G.: El mayor impacto del proyecto en la comunidad se verá en la economía local. Aunque se pueden usar herramientas gubernamentales para evaluar esto más adelante, estoy seguro de que la economía local se verá impulsada. Por ejemplo, la posibilidad de tener electrodomésticos como aire acondicionado fomentará el comercio local, ya que habrá demanda para estos productos. El gobierno nacional busca precisamente este efecto en la economía local con el proyecto. Nosotros hemos trabajado para asegurar que el proyecto sea de la mejor calidad posible, utilizando equipos de última tecnología para garantizar una vida útil de 20 a 25 años.
CAMBIO: ¿Cómo debería avanzar el Plan de Transición Energética Justa en Colombia?
H.G.: Colombia, con su rica diversidad regional, requiere soluciones energéticas específicas. La transición energética no puede ser uniforme; debe adaptarse a cada región. En zonas no interconectadas, es crucial usar soluciones sostenibles que minimicen el impacto ambiental. Por ejemplo, en el Chocó, en lugar de grandes proyectos hidroeléctricos, podrían emplearse sistemas de generación pequeña que respeten la flora y fauna local. Mientras atendemos las necesidades de las grandes ciudades, también debemos garantizar soluciones ambientales para las áreas rurales y remotas.
CAMBIO: ¿Este proyecto puede ser una referencia en otros municipios?
H.G.: Este proyecto es un ícono en las zonas no interconectadas. Con una capacidad de 4.8 megavatios, es el más grande y significativo en su tipo, y servirá como ejemplo para unos 159 municipios en condiciones similares. Se puede replicar en todo el país para proporcionar energía fotovoltaica híbrida de calidad, asegurando un suministro de 24 horas. Además, este sistema garantiza un control de calidad que prolonga la vida útil de los electrodomésticos y equipos que alimentan.
*El sistema híbrido solar-diésel en Cumaribo, Vichada, es una iniciativa de inversión pública del Gobierno Nacional, liderada por el Ministerio de Minas y Energía bajo la dirección de su ministro Andrés Camacho, y gestionada por el Instituto de Planificación y Promoción de Soluciones Energéticas para las ZNI (IPSE). HG Ingeniería y Construcciones S.A.S BIC ha sido el aliado estratégico en este proyecto.