Esta es la carta de renuncia de Juan David Correa a Editorial Planeta Colombia por no publicar libro sobre el Clan Char
Crédito: Fotoilustración: Yamith Mariño
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El director literario de Editorial Planeta Colombia, Juan David Correa, renunció a su cargo por cuenta de la decisión del grupo editorial de no publicar el libro de la periodista Laura Ardila sobre el Clan Char.
Por: Redacción Cambio
"La Editorial Planeta de manera unilateral y repentina decidió no publicar una investigación de la periodista Laura Ardila sobre el entramado y el poder del clan Char en la Costa Caribe durante las últimas décadas. Esta decisión ocurrió dos años después de que la periodista y Planeta hubieran firmado un acuerdo contractual para la realización de esta investigación. Entre otras muchas acciones, ya habían acordado la carátula del libro y habían preparado eventos de lanzamiento, además, el equipo de producción y edición nunca mostraron reparos sobre el contenido,y por el contrario calificaron la obra como 'una joya del periodismo'”, escribió la Fundación para la Libertad de Prensa.
Para profundizar
Por cuenta de esta decisión, el director literario del grupo, Juan David Correa, renunció a su cargo. CAMBIO reproduce la carta con que se despidió.
Estimadas amigas y amigos:
Como es de público conocimiento, en días pasados la editorial Planeta tomó la decisión de no publicar el libro La Costa Nostra, de la periodista Laura Ardila Arrieta. Este hecho, evidentemente, tiene consecuencias en mi labor como director literario del Grupo en Colombia y Ecuador. Por este motivo, he tomado la decisión de retirarme de mi cargo a partir del viernes 14 de julio.
Quisiera, por respeto a cada una y cada uno de ustedes, darles algunas explicaciones y resumir brevemente lo que hemos logrado juntos, mucho de lo cual, espero, pueda continuar de acá en adelante sin mi concurso.
Ante la decisión corporativa de cancelar esta seria y sólida investigación periodística mis posibilidades y legitimidad han sido diezmadas. Un editor necesita, sin duda, el respaldo y la libertad para pensar y decidir cuáles conversaciones le propone a una sociedad y desde este momento en adelante, aquellas que me han interesado promover sobre el racismo, el género, la historia del país, el ensayo sociológico, la investigación periodística o el pensamiento crítico serán puestas en entredicho por muchos y muchas escritoras que se preguntarán si lo que propongo tendrá un buen puerto o naufragará antes de atracar en él.
Quiero decirles, en todo caso, que agradezco enormemente la generosidad y hospitalidad que tuvo el grupo Planeta conmigo: nunca en estos cinco años y medio se me sugirió censurar algún contenido o se me impidió publicar alguno de los libros que propuse y que, sumados, se convirtieron en casi quinientos títulos que hicimos juntos en estos años en sellos de reputación indudable como Tusquets, Seix Barral, Crítica, Ariel o el mismo Planeta. Tengo especial deuda con Mariana Marczuk quien desde su llegada al cargo como directora editorial de Colombia me permitió extender mi creatividad incorporando no sólo libros de ficción literaria sino de ciencias sociales y humanas, realizando convenios de coedición con diez universidades, desplegando un catálogo literario en Ecuador, y contribuyendo a que la editorial Planeta pudiera tener el prestigio cultural que todo grupo de edición debe procurar en un mundo cada vez más convulso y desorientado.
Además de reconocer esta libertad, quisiera explicarles que mi decisión obedece a una línea de pensamiento que he intentado observar a lo largo de mi carrera profesional de vienticinco años en el sector periodístico, cultural y editorial del país. Dicha línea tiene que ver con procurar que los valores plurales, incluyentes y democráticos por los que abogo en público estén acordes al ámbito personal, familiar y social. Como lo he escrito a lo largo de estos años, nada cambiará si sólo pensamos en nuestro propio beneficio en desmedro de los más débiles o de los atropellos que se han cometido a lo largo de la historia colombiana.
Entiendo si esto les produce asombro e incertidumbre y quizá muchos de ustedes se sientan defraudados con mi decisión, pues fueron múltiples las conversaciones en las cuales les manifesté mi idea de que este proyecto editorial era de largo aliento. La vida nos enseña que la futurología es casi siempre incierta, y de ahí mi compromiso y afán diario por aprovechar el tiempo y el espacio que me brindó Planeta a lo largo de estos años. Cada uno de ustedes y el catálogo publicado serán la muestra de que las redes y el afecto son capaces de producir un capital simbólico, económico, social y cultural que, en su pequeña dimensión, va señalando senderos para una sociedad que debe resistirse al miedo y a la violencia, y en la cual el disenso y el pensamiento crítico sean bienvenidos y no señalados o perseguidos.
Ustedes lograron hacer crecer un campo como escritoras y escritores y ese paisaje interior será un legado que llevaré siempre conmigo.