
La memoria y la diversidad de Colombia se refleja en los libros del Ministerio de Cultura
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MiCASa, el sello editorial del Ministerio de las Culturas, presenta durante la FILBo una veintena de títulos sobre saberes, personajes, patrimonio, memoria, historia y cultura política. Estos libros se distribuyen de manera gratuita en el stand del ministerio en el Pabellón de Colombia. También están disponibles en la red.
Por: Eduardo Arias

El Ministerio de Culturas, las Artes y los Saberes participa en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo) 2025 con su sello editorial MiCASa, que marca el regreso del Estado como editor, con títulos que abordan, entre otros asuntos, la memoria histórica, el acervo artístico del país, las narrativas regionales que construyen las comunidades mismas e historias que narran cómo se ha configurado el paisaje cultural y simbólico de Colombia.
Algunos de los títulos publicados son Armero. Volver al mapa, un homenaje a las víctimas de la tragedia de noviembre de 1985; 70 años de televisión en Colombia, obra que combina texto y fotografías; Antonio Nariño. Cartas de un patriota, libro póstumo del escritor e historiador Enrique Santos Molano, que rescata unas cartas –algunas de ellas inéditas– de Antonio Nariño. También hay dos títulos en los que participa activamente el Archivo General de la Nación: El club negro de Colombia y Viaje por la historia del río Grande, que son los dos primeros volúmenes de la colección Otras Colombias posibles.
El público que asista a la FILBo 2025 podrá conocer y acceder de manera gratuita a las publicaciones impresas de MiCASa en el segundo piso del pabellón 6 y en la carpa País de Libros, así como a su versión digital para libre descarga en el sitio web. CAMBIO habló con Sergio Zapata, editor del Ministerio.
CAMBIO: ¿Cómo surgió la iniciativa del Ministerio de publicar?
Sergio Zapata: Arrancó con Patricia Ariza, con la idea de crear un centro de pensamiento adscrito a su despacho. Este centro de pensamiento se proponía hacerse cargo de temas que estuvieran en deuda en nuestra sociedad, que tuvieran que ver con el género, la tierra, los derechos de ciertas minorías. En ese centro de pensamiento se empezaron a discutir distintas posibilidades de cómo proyectar esas conversaciones y esos temas. Cuando llegó Juan David Correa, me invitó a mí a formar parte del equipo del Ministerio y se puso sobre la mesa la necesidad de tener un sello editorial que permitiera poner en papel y en manos de los colombianos, a través de las bibliotecas públicas, materiales bibliográficos que se ocupen de dichos temas. Así surgió MiCASa, un acrónimo de Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes.
CAMBIO: ¿Cuál es el objetivo del Ministerio de publicar estas colecciones?
S. Z.: El objetivo es abrir a la oferta editorial del país las voces, los relatos, las tradiciones de muchos lugares que pasan desapercibidos porque no tienen una presencia en los circuitos del centro y en los circuitos editoriales. Entonces, por ejemplo, una colección como mapas de sabedores de tradiciones artísticas en el país recoge personajes, leyendas vivas si se quiere, guardianes de tradiciones como la tambora, el arpa en los Llanos o las décimas en varios lugares. Las publicaciones están disponibles para su descarga virtual también. Vienen con unos QR que permiten al lector acercarse a estos rostros. Otras publicaciones quieren abrir la posibilidad de discutir y debatir temas que por años han estado guardados bajo llave en los en los círculos de discusión del país. Son cuadernos que intentan abrir horizontes de pensamiento. Lo que busca el Ministerio es abrir horizontes de conversación, pensamiento y opinión que se alejen de una mirada hegemónica que ha venido reinando durante tantos años en el país.
CAMBIO: ¿Cuál es, en líneas generales, el criterio para bb seleccionar los títulos?
S. Z.: Efemérides o acontecimientos que marcaron la vida nacional. Tal es el caso de 70 años de la televisión en Colombia, que se cumplieron en 2024, o Armero volver al mapa, ya que en 2025 se conmemoran 40 años de ese evento. En esa misma lógica está Antonio Nariño, cartas de un patriota, una aventura desarrollada por Enrique Santos Molano para detectar posibles cartas inéditas de Nariño, que marcó un derrotero en la vida nacional. Otros criterios tienen que ver con desplazar la mirada de relatos históricamente hegemónicos y fijarse en algo más, como sucede con la colección Otras Colombias posibles, que busca mirar eventos y personajes o movimientos que marcaron la vida nacional y que no fueron contados porque sus protagonistas no formaban parte de una élite cultural o económica.
CAMBIO: ¿Cómo por ejemplo…?
S. Z.: Por ejemplo, el Club negro de Colombia, escrito por Rosa Chamorro, quien hace una investigación en torno a un grupo de intelectuales negros que marcaron un derrotero en la vida nacional y que, aunque no lo sepamos, definieron algunas líneas de pensamiento actuales en el país. También está Viaje por la historia del Río Grande, de la investigadora Verónica Aristizábal Quintero, quien revisita el río Magdalena y narra eventos relacionados con la vida del afluente más importante del país hace 300 o 200 años.
CAMBIO: ¿Cuáles otros criterios han tenido en cuenta?
S. Z.: Otro criterio es el quehacer de las distintas direcciones y entidades adscritas al Ministerio. Por ejemplo, los cuadernos de curaduría son una publicación que bebe de la tradición del Museo Nacional y de sus colecciones. La revista Faro, que es una revista de economías populares que recoge el trabajo de la Dirección de Emprendimiento y Economías Populares. O los mismos mapas de sabedores que forman parte de Arte, Paz y Saberes en los Territorios, una estrategia y proyecto de la Dirección de Artes del Ministerio.
CAMBIO: ¿A cuáles públicos piensan llegarle? ¿Cómo piensan distribuir los libros?
S. Z.: La distribución de las publicaciones del sello va dirigida a la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, que reúne un número que está alrededor de las 1.564 bibliotecas en todos los municipios del país. Esta es una red que lleva años tejiéndose, cuyos orígenes están en la República Liberal, allá en los años 30, y que tuvo un impulsor muy importante que fue Daniel Samper Ortega desde la Biblioteca Nacional. Esta red se ha consolidado en las últimas dos décadas a través de gobiernos como el de Álvaro Uribe Vélez, Juan Manuel Santos y el actual gobierno, que han inyectado cantidades ingentes de esfuerzo y recursos para capacitar a los bibliotecarios, para dotar las colecciones, ampliarlas y mejorar la estructura de esas bibliotecas. Entonces, estas colecciones y publicaciones buscan ampliar la oferta editorial en municipios donde normalmente no hay ni siquiera librerías.
CAMBIO: Además de las bibliotecas, ¿hay otros lugares donde se distribuyan?
S. Z.: Sí. Las llamadas librerías independientes que están por fuera del circuito comercial. De ellas hay una red en el país, sobre todo en las ciudades principales, en capitales de departamento. También están en las ferias del libro regionales. Pueden encontrarse en este momento en la Feria Internacional del Libro Bogotá, en el stand del Ministerio de las Culturas, pabellón 6, piso 2. Los interesados también pueden venir a la sede del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes abajo de la plaza de Bolívar y preguntar por ellas en la recepción, allí se las podemos entregar.
CAMBIO: ¿Están disponibles en formato digital?
S. Z.: Sí. A las publicaciones puede accederse en línea tanto en la página web de la revista Gaceta, como en la página web del Ministerio de las Culturas. Allí están todos los títulos disponibles de momento y se pueden descargar en .pdf
