Natalia Gutiérrez, presidenta de Acolgen: "Lo único que las generadoras le piden al gobierno es algo de claridad"
3 Febrero 2023

Natalia Gutiérrez, presidenta de Acolgen: "Lo único que las generadoras le piden al gobierno es algo de claridad"

Crédito: Fotoilustración: Yamith Mariño

Natalia Gutiérrez, presidenta de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica (Acolgen), explica por qué los precios de la energía están tan altos y por qué generadoras de energía necesitan que el gobierno dé señales de confianza para avanzar en tecnologías más limpias y aumentar la oferta energética, de modo que los precios puedan bajar.

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En las últimas semanas, el sector energético ha sido protagonista de un encendido debate por cuenta de la idea del presidente Gustavo Petro de intervenir las tarifas de la energía eléctrica porque –según él– están demasiado altas sin justificación, precisamente cuando los embalses están en su máximo nivel. 

Natalia Gutiérrez, presidenta de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica (Acolgen), explica en CAMBIO por qué tener los embalses llenos ya no es garantía de precios bajos y pide al gobierno claridad en su política pública para seguir invirtiendo con tranquilidad.

CAMBIO: Empecemos por la coyuntura ¿Qué nos llevó a tener estas tarifas de energía tan altas? 

Natalia Gutiérrez: En Colombia se compra de dos formas energía: una por contratos a largo plazo, que es la gran masa del consumo, y otra en bolsa, que es aproximadamente entre el 15 y el 20 por ciento de la energía y es solo para atender los picos de demanda que tienen los comercializadores y afectan máximo al 6 por ciento de la tarifa. 

Durante los últimos 30 años, en los contratos de energía, se ha usado el índice de precios del productor (IPP) como indexador, lo cual no tuvo problemas hasta que entramos en esta carrera inflacionaria mundial en la que el indexador creció de una forma importante. Pero tenemos que aclarar que el IPP lo eligieron los comercializadores de energía, que son quienes hacen subastas y licitaciones para que los generadores se presenten; ellos son los que ponen las condiciones. 

De todos modos, nosotros entendimos la situación cuando la ministra nos llamó a una mesa de trabajo y nos comprometimos a revisar qué podíamos hacer con el indexador. Tomamos diferentes opciones, porque, como este es un mercado en libre competencia, no podíamos ponernos de acuerdo en una medida. Sin embargo, sí se acordaron cambios como hacer descuentos o usar el indexador más bajo entre el IPP y el IPC, y ponerle un techo. Todo eso representó que en noviembre y diciembre la generación disminuyera en el costo total de la factura de energía. 

CAMBIO: El precio de la energía es el resultado de sumar todos los pedazos de la cadena eléctrica. ¿Cuánto de eso le corresponde a los generadores? 

N.G.: La generación pesa solo un 35 por ciento. 

CAMBIO: El Pacto de Justicia Tarifaria habla de elegir el mejor indexador entre el IPC, el IPP u otro para definir la fórmula de cálculo de la tarifa de energía. ¿Con cuál se quedaron?

N.G.: Los contratos son privados y se deciden entre un comercializador y un generador. Como son de régimen privado, cada contrato se negocia entre las partes y decide el indexador.

Pero, como gremio, contratamos a un experto –que es la firma EY– para que nos hiciera un estudio de cuál podría ser el mejor indexador para los contratos de energía. Esperamos tener los resultados muy pronto para entregárselos al Ministerio de Minas y Energía. Estamos mirando qué indexadores usan en otros países, cuáles son las mejores prácticas utilizadas y tratar de ver si se propone uno nuevo, si se arma otro o se usa uno diferente, pero estamos apenas en la evaluación de eso.

CAMBIO: Esta es la pregunta del momento: ¿Por qué después del fenómeno de La Niña y los embalses llenos no bajó el precio de la energía? 

N.G.: Primero hay que entender muy bien el sistema eléctrico colombiano y cómo funcionan los embalses, y que no solo el tema de almacenamiento es el que define el precio de la energía. Pero hablemos primero del agua. Antes se creía que, porque estaba lloviendo, teníamos toda la capacidad de atender la demanda. Eso hoy no es verdad. Hace 10 años, los embalses en Colombia alcanzaban a atender hasta el doble de la demanda, pero ya no, porque hace diez años o más no se hace un proyecto grande. La energía de Hidroituango es energía que estaba atrasada, entonces el porcentaje de los embalses sí refleja una energía disponible, pero eso puede cambiar muy rápidamente. 

Adicionalmente tenemos una senda de consistencia regulatoria que nos exige un mínimo de agua en los embalses por si viene un fenómeno de El Niño. Hoy estamos un 3,2 por ciento por encima de esa senda; eso son solo tres días de generación, si deja de llover. Es decir, no es cierto que porque tenemos los embalses llenos, tenemos la capacidad de atender toda la demanda. Eso ya le genera un ruido al mercado: quiere decir que toca prender térmicas, que son a carbón y a gas, cuyos valores están a precios internacionales, en un nivel muy alto por la incertidumbre en Ucrania. Además, estamos viendo señales de la Agencia Internacional Climatológica de que hay altas probabilidades de tener un Fenómeno de El Niño y todo eso se ve reflejado en los precios de bolsa. 

CAMBIO: Ha mencionado que un problema del sector es el retraso en la entrada en operación de proyectos y la ausencia de grandes proyectos ¿Qué señales le faltan al sector y qué tan grave es la situación?

N.G.: Colombia tiene que decidir primero qué dieta de expansión energética quiere, si quiere una dieta muy limpia o con energía convencional y energía limpia; pero lo que necesitamos para atender las obligaciones de energía es que los generadores hagan inversiones de más o menos 31 billones de pesos en los próximos cinco años. 

Ojalá entre al sistema más energía solar y eólica, pero desafortunadamente hemos visto que, pese a todos los beneficios que se que se dieron para sacar adelante la renovables no convencionales, sobre todo las que están en la Guajira, no han podido entrar por un tema de licencias ambientales y consultas previas, y porque hay proyectos que todavía están bloqueados o demorados, como la línea Colectora. Eso agrava la situación porque es energía con la que estábamos, pero que no está entrando en las fechas que deberían entrar. 

CAMBIO: ¿Qué puede pasar si se siguen retrasando estas fechas? ¿Qué tanto las podemos extender?

N.G.: El Gobierno Nacional tiene que estar todo el tiempo mirando los balances de energía actuales y a dos y a tres años. Nosotros hemos venido diciéndole –no solo a este gobierno sino al anterior– que vemos los balances estrechos, de acuerdo con la información de la UPME, y que debería haber señales de expansión. Entendemos que hay una subasta que se está revisando, para cubrir la demanda de los próximos años, pero es fundamental entender muy bien qué quiere hacer el gobierno con el sector, porque la incertidumbre frena a los inversionistas y reduce el margen de de maniobra a un posible déficit de energía.

CAMBIO: Este año entra en rigor la primera tributaria de Petro. ¿Cómo se preparan para sentir sus efectos? 

N.G.: Nosotros advertimos el tema de la sobretasa al impuesto de renta de las empresas hidroeléctricas, porque hay que recordar que aquí las empresas no son sólo hidroeléctricas; es más, estas empresas son las que más le están invirtiendo al país en otras tecnologías; por ejemplo, la energía solar, eólica y geotermia. Le están poniendo una sobretasa a todas las tecnologías.

CAMBIO: ¿Cuál es su mensaje para este gobierno? 

N.G.: Ad portas de una subasta y ad portas de ver unos balances energéticos estrechos, es urgente dar señales de expansión y es fundamental tener confianza inversionista. Aquí se han hecho unos esfuerzos grandísimos. Durante los últimos 30 años se han invertido más de 140 billones de pesos en el país tanto de empresas públicas como privadas. Nos preocupa mucho no tener claro qué quiere hacer el gobierno. También nos preocupa mucho que, por temas de coyuntura, se tomen medidas que al final puedan afectar a los usuarios. 

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