Impuestos de Estados Unidos y Colombia financian investigación científica denunciada por crueldad animal en Cali
Crédito: fotos peta.org.
Un centro de investigación en Cali financiado por los gobiernos de Colombia y Estados Unidos para desarrollar una vacuna contra la malaria estaría incurriendo en múltiples prácticas de crueldad animal con monos búho, según denunció una organización animalista.
Por: Lina María Cuitiva
Una pareja de esposos en Cali es acusada de haber recibido millonarios fondos que no se evidenciarían en la calidad de la ejecución del proyecto de investigación contra la malaria. Además, se les señala de incurrir en prácticas de maltrato y crueldad animal contra decenas de monos búho, también conocidos como nocturnos.
Se trata de dos científicos colombianos reconocidos internacionalmente por sus investigaciones contra la malaria o paludismo: Sócrates Herrera Valencia y Myriam Arévalo Ramírez, quienes dirigen el Centro de Investigación Científica Caucaseco y el Centro de Desarrollo y Vacunas contra la Malaria (MVDC), organizaciones que, según Peta (Personas por el Trato Ético de los Animales) han recibido 22.000 millones de pesos del Estado colombiano y unos 17 millones de dólares del gobierno estadounidense desde 2003.
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El proyecto de investigación de Caucaseco y MVC se ejecuta a través de la Fundación Centro Primates, otra organización que se presenta como “sin ánimo de lucro”.
Según Peta, los monos permanecen en un “corral improvisado y oxidado” cubierto de plástico y sin ventanas, no están bajo supervisión veterinaria. La ONG sostiene que los primates son alimentados con comida para perro humedecida en aguapanela y, al parecer, serían capturados ilegalmente en las selvas del norte de Colombia.
De acuerdo con la denuncia, los monos tampoco mueren bajo los protocolos de eutanasia requeridos para animales de laboratorio, sino se les dejan a su suerte con heridas de cirugía infectadas.
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¿De dónde sale la plata?
Los millonarios recursos que se han destinado a financiar el desarrollo de la vacuna contra la malaria en estos centros de investigación en Cali han salido, en parte, de los bolsillos de los contribuyentes de los dos países interesados.
Es decir, el dinero de quienes pagan impuestos en Colombia y Estados Unidos ha resultado en este proyecto con cuestionables prácticas en contra de los estándares de integridad científica.
Por el lado colombiano ha sido el Ministerio de Ciencia y Tecnología –antes Colciencias– la entidad encargada de girar los fondos y por Estados Unidos, el Instituto Nacional de Salud (NIH, por su sigla en inglés) y el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas.
Como en ambos casos se trata de entidades estatales, sus recursos provienen del presupuesto nacional del país correspondiente. El presupuesto, a su vez, se financia con el recaudo de impuestos o con deuda adquirida por el Gobierno, que más adelante se paga también con lo que pagan los contribuyentes.
Otras organizaciones internacionales como la OMS y la Unión Europea también han financiado a la Fundación Centro Primates.
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"NIH otorgó tanto a Caucaseco como a MVDC una Garantía de Servicio de Salud Pública, lo que significa que Herrera y Arévalo se comprometieron a cumplir con estándares básicos de bienestar animal. No deberían recibir más dólares de los contribuyentes estadounidenses": Peta
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Las investigaciones en contra
La CVC anunció un proceso sancionatorio contra Caucaseco por el presunto maltrato animal, además de la reproducción de fauna en cautiverio sin los permisos que se requieren para ello.
El asunto es más complejo aún de lo que parece, pues la corporación autónoma señala que como los primates son infectados con la malaria o paludismo, su traslado a otro centro de valoración de animales puede provocar peligros biológicos para humanos, razón por la que le pide al Instituto Nacional de Salud una intervención.
El ministro de Ciencia, Arturo Luna, dijo que esa cartera está realizando su propia investigación al respecto y, luego de los hallazgos, les solicitará a los entes de control las sanciones pertinentes.
