Enrique Santos Calderón
13 Noviembre 2022

Enrique Santos Calderón

EE. UU.: ECOS DE LAS URNAS

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Había que verlo esta vez frente a los periodistas en el salón de su fastuosa mansión de Mar del Lago en Florida, desconcertado y casi mudo ante el resultado de las elecciones. No hizo gala de su belicosa locuacidad porque entendió que había sido un perdedor. Un “looser”, que es lo que más desprecia Donald Trump. Bienvenida muestra de que la democracia estadounidense retiene sensatez. 
 
Al escribir estas líneas aún faltan datos finales de este lento y confuso proceso electoral, pero ya fue evidente que la derecha republicana no produjo el temido tsunami. Pese a la inflación del 8 % y al endeble liderazgo presidencial de Joe Biden, el Partido Demócrata logró una votación histórica para una elección intermedia, donde el partido en el poder suele ser castigado en las urnas. Mayor que la que obtuvieron los gobiernos de personajes tan carismáticos como Clinton y Obama.
 
Resultó la estrategia demócrata de enfocar la elección más como un voto sobre el rumbo de la polarizada democracia estadounidense que sobre el gobierno actual. Hay descontento con Biden pero Trump ya no convence. Su persistente mentira de que le robaron las elecciones saturó a la gente.  
  
Lo más significativo es que se detuvo el avance del extremismo republicano y la gran “ola roja” (el color republicano curiosamente) que iba a ahogar a los demócratas resultó un chorro de agua. No le fue nada mal al viejo Joe que a los 79 años deja ver los achaques de la edad.  Emproblemado quedó Trump, que a los 76 aspira a ser reelegido. Me cuesta trabajo creerlo, pero ambos son considerados hoy como probables candidatos presidenciales en 2024. La renovación generacional no es la mayor virtud de la primera democracia del mundo.  
 
Pero que la derecha radical sigue viva se demostró en la Florida donde el gobernador Ron DeSantis pulverizó a su contendor demócrata; el senador Marco Rubio, acérrimo enemigo del acuerdo de paz colombiano, fue reelegido por tercera vez, y la experiodista de CNN y dura crítica de Petro María Elvira Salazar derrotó a la candidata de origen colombiano Annette Taddeo. DeSantis quedó proyectado como serio aspirante a la Casa Blanca y tal vez por eso fue tan atacado por Trump en el cierre de la campaña. Son igualitos en su conservatismo extremo.
 
Un caso llamativo fue el de Pensilvania, donde el candidato demócrata a la Gobernación —que venía de un derrame cerebral, hizo campaña de sudadera y capucha y se enfocó en la clase trabajadora— derrotó por escaso margen a un mediático cirujano célebre —como Trump— por un programa de televisión donde recomendaba exóticos tratamientos. Pero en el vecino estado tradicionalmente liberal de Nueva York los republicanos obtuvieron sorpresivas victorias en casi todos los distritos electorales que competían. Parece que la clave de su éxito fue centrarse en el aumento del crimen. 

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Otro hecho significativo de estos comicios es que la defensa del derecho al aborto resultó factor importante de la victoria demócrata en varios estados, donde este tema pesó más que el de la situación económica. Lo que fue victoria jurídica republicana en la muy conservadora Corte Suprema de Justicia que penalizó el aborto se convirtió en derrota política en muchas regiones que reivindicaron el derecho de las mujeres de decidir sobre sus cuerpos.

Para Colombia un control republicano del Congreso podría complicar la agenda del presidente Petro con el gobierno Biden, que se ha mostrado cautelosamente receptivo a sus planteamientos sobre extradición, lucha antidroga, política de paz y Venezuela. No así la dirigencia republicana que desconfía de un gobierno de izquierda y existe el temor de que sus congresistas pudieran congelar o condicionar la ayuda económica y militar a Colombia. Pero si no se les da papaya pienso que prevalecerá el amistoso pragmatismo que ha regido las relaciones de Washington con su principal aliado en el hemisferio. Pilas, doctor Leyva. 

Imposible desmenuzar aquí todos los mensajes que se desprenden de una elección con tantos candidatos a tantos cargos locales, estatales y nacionales. La conclusión de la mayoría de analistas gringos que he leído es que primó el sentido común sobre la tentación del populismo radical y que la democracia de su país se encuentra en mejor
estado de salud del pensado. Con Trump fuera de la película no cabe duda.

PS: No podía creer lo que estaba leyendo. En un anteproyecto de ley del Ministerio de Justicia se instaba a los medios a crear conciencia sobre “la humanización de la política criminal” y a someter sus contenidos sobre el tema a “la aprobación del Consejo Superior de Política Criminal”, mientras que el Mintic se encargaría de “cerciorar su difusión a través de los medios virtuales masivos”. Parecía un texto sacado del Gran Hermano de Orwell. A buena hora fue descartado, pero el solo hecho de que semejante esperpento hubiera sido contemplado en un proyecto de ley pone los pelos de punta. 

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