
¿Qué llevó a 202.957 colombianos a solicitar asilo en el último año?
Una familia de migrantes en su incierta ruta.
Crédito: Colprensa
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“El exilio es invisible no solo por su alto subregistro, sino también por motivos estructurales, como el no reconocimiento de estos hechos como una violación de derechos humanos”, señaló la Comisión de la Verdad.
Por: Armando Neira

La exigencia, después de apenas dos años de exención, de visa a los colombianos para ingresar a Reino Unido, sacó a flote una tragedia silenciosa: el altísimo número de compatriotas que, por distintas razones, huyen del país en condición de asilados.
No se trata de un grupo marginal, sino de un vasto número de colombianos que, solo en el último año, dejaron el país en busca de un destino diferente, en ocasiones con otro idioma, en condiciones climáticas severas y, muchas veces, en solitario, tratando simplemente de sobrevivir.
“La cultura del atajo nos cuesta a todos. Una minoría de compatriotas, como lo hemos advertido desde hace meses, abusó de la facilidad de viajar sin visa y ha perjudicado a la mayoría con la práctica irregular de solicitar falsos asilos, con documentos falsificados que han disparado por miles las solicitudes de asilo irregulares en Reino Unido”, comentó el embajador Roy Barreras a El Tiempo.
El funcionario, sin embargo, no precisó cuántas personas han recurrido a este engaño. Al poner la lupa, estas cifras de solicitantes de asilo son bajas. Según el propio diplomático, Reino Unido “tiene una presión interna enorme” al recibir "700.000 migrantes al año” de todo el mundo.
De estos 700.000, según Barreras, hay “acumuladas cerca de 2.000 solicitudes de asilo de colombianos”, lo que representa un porcentaje mínimo
Colombia, un país que huye
Por otro lado, informes periodísticos precisan que las solicitudes de asilo de colombianos en Reino Unido ascienden a solo 943. Aquí surgen varios interrogantes: ¿es justo aplicar la exigencia de visa al resto de los colombianos por este abuso? ¿Se debe poner fin, de un día para otro, al esfuerzo conjunto y prolongado de varios gobiernos para llegar a este extremo?
Al margen de las respuestas, volvamos al inicio del tema: ¿Quiénes y por qué están solicitando asilo? En el último año, 202.957 colombianos presentaron documentos en distintas naciones para obtener esta posibilidad. ¿Cómo sería el drama de cada uno cuando abandonaron el país con esta solicitud bajo el brazo?
De hecho, Colombia es el segundo país con más solicitudes de asilo entre las 38 naciones miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), según el informe Perspectiva de la migración internacional 2024.
De acuerdo con la publicación, en primer lugar se encuentra Venezuela, con 272.515 solicitudes. Le siguen Colombia, con 202.957; Siria, con 171.287; Afganistán, con 149.638; y Haití, con 128.847.
El documento señala que en 2023 se alcanzó un nuevo récord histórico con 6,5 millones de nuevos inmigrantes permanentes en los países de la Ocde. La mayor parte de este aumento se debe a la migración familiar (+16 por ciento), pero la inmigración humanitaria (+20 por ciento) también experimentó un crecimiento.
La lucha por pasar el muro
Este aumento fue impulsado en gran medida por Estados Unidos. En total, los países de la Ocde brindaron protección internacional a 676.000 refugiados en 2023 (+15 por ciento), el nivel más alto desde 2017. Esta cifra incluye a 160.000 nuevos refugiados reasentados (+23 por ciento), el número más alto desde 2016.
En este contexto, los colombianos cumplen un papel protagónico. Según cifras oficiales de la agencia estadounidense para el Control de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por su sigla en inglés), las autoridades arrestaron o tuvieron encuentros con unos 6.400 colombianos durante el mes de julio de 2023.
“La situación económica del país genera una creciente ola de inmigrantes económicos desde Colombia”, dice Ildikó Szegedy Maszák, docente de la Universidad Javeriana.
“Como la situación política y el orden público también están empeorando, los colombianos inmigrantes económicos utilizan el argumento de asilo para legalizar su estatus. Los países occidentales están en un momento de cerrarse a los inmigrantes; por lo tanto, si es difícil entrar en Estados Unidos, otro destino puede ser el Reino Unido. Para evitar esta reubicación de inmigrantes, la decisión es lógica”, argumenta el catedrático.
Muchos de ellos iniciaron su odisea migratoria por la ruta del Darién, un trayecto que, según una inspección en el terreno realizada por Juanita Gobertus de Human Rights Watch, es controlado por el Clan del Golfo. En 2023, 520.085 migrantes atravesaron esta peligrosa selva, entre ellos, 113.000 niños, niñas y adolescentes.
“Claramente, es el Clan del Golfo el que controla ese territorio. A lo largo de todo el tiempo que estuve allí, no vi a un solo policía ni a un militar custodiando. Allí no hay Estado de derecho, sino que los migrantes están a merced del crimen organizado. En la actualidad, el Clan del Golfo regula las rutas habilitadas para migrantes y solicitantes de asilo, decide quién puede ayudarlos en el camino, extorsiona a quienes se benefician del flujo migratorio y establece ‘normas de conducta’, que a veces hace cumplir mediante violencia, tanto para la población local como para los migrantes”, declaró Gobertus a CAMBIO.
Las fotos que acompañan este texto, publicadas en los informes de Human Rights Watch, muestran en toda su dimensión la tragedia de emprender las inciertas rutas en busca de un sueño mejor.
Huir de las mil guerras
Enrique Prieto Ríos, analista internacional, subrayó el drama de los colombianos que se ven obligados a abandonar el país por diversas circunstancias. “En lugares como Buenaventura, donde operan los Espartanos y los Chotas, que antes eran parte de los Urabeños, se vive un conflicto abierto con el Clan del Golfo y bandas transnacionales, como el Tren de Aragua. Bajo el acoso, la amenaza y la extorsión, muchas personas se ven forzadas a huir”, explicó.
El asilo se ha convertido, para muchos, en un salvavidas, una opción ante la posibilidad de ser asesinados.
Las estadísticas oficiales de la Unidad de Víctimas indican que, entre 1985 y 2021, más de 9 millones de personas fueron víctimas del conflicto armado interno.
Sin embargo, la mayoría de quienes tuvieron que huir del país debido a la guerra no están incluidos en esta cifra. El exilio es invisible no solo por su alto subregistro, sino también por motivos estructurales, como el no reconocimiento de estos hechos como una violación de derechos humanos.
Por eso, la desatención, la desprotección y la falta de acompañamiento han marcado la experiencia de muchas personas víctimas que antes de salir del país buscaron protección internacional, como explicó la Comisión de la Verdad en su informe final.
Este organismo también destacó que, aunque muchas personas denunciaron lo vivido, estas denuncias no resultaron en una mayor protección.
Nadie se va de casa porque quiere
Al contrario, en algunos casos, su situación de inseguridad se agravó. La estigmatización y la impunidad son factores que contribuyen a la invisibilización de estos casos, y la desconfianza de las víctimas hacia las instituciones encargadas de brindar protección y administrar justicia ha sido un obstáculo.
“La realidad es clara: ninguna de las personas entrevistadas por la Comisión en otros países huyó porque quiso. El exilio fue casi siempre el último recurso, tras una sucesión de hechos de violencia, como desplazamientos forzados, amenazas, pérdida de seres queridos o atentados contra la vida. El exilio es una violación en sí misma que evidencia el fracaso de las instituciones del Estado en su deber de proteger a las víctimas, y también la responsabilidad de todos los actores armados en estas violaciones, que separan las vidas de las personas exiliadas en un antes y un después”, concluyó la Comisión de la Verdad.
Según César Vallejo, codirector del Observatorio de Migraciones de la Universidad Externado, citado por el diario El País, “hay razones serias y reales para que los colombianos migren y busquen asilo”.
“Una de ellas es la escalada de la violencia”, agregó ese medio. A pesar de que Colombia firmó un acuerdo de paz con la guerrilla de las Farc en 2016, persisten los conflictos con el ELN y las disidencias de las Farc, y la violencia de grupos como el Clan del Golfo sigue en aumento.
Según datos de la Defensoría del Pueblo, entre 2016 y 2023, 1.294 líderes sociales fueron asesinados, y Colombia sigue siendo uno de los países más peligrosos para defensores ambientales.
Otro factor relevante es el económico. Vallejo explicó que el asilo se ha convertido en una vía para migrar de forma regular, con mejores perspectivas que la migración irregular. “Aunque existen otras vías ordinarias, como visados o permisos de trabajo, estas se han vuelto más difíciles de obtener, por lo que las personas optan por el asilo”.
Así las cosas, hay un grupo de personas que pretende engañar a las autoridades de otros países para dar el salto allí a través de la figura del asilo, pero también es cierto –y eso es mucho más grave– que miles y miles de colombianos están saliendo cada año de su tierra de vivir para al menos algún día poder contar el cuento.
Y eso para cualquier gobierno, sea de derecha o de izquierda, es un auténtico fracaso.
