
¿Con sus medidas arancelarias, Donald Trump se pega un tiro en el pie?
Donald Trump
Crédito: Reuters
- Noticia relacionada:
- Donald Trump
- Elon Musk
- Gustavo Petro
- Aranceles
El mandatario suspendió por un mes los aranceles a México tras hablar con su presidenta, Claudia Sheinbaum. ¿Se echará para atrás al darse cuenta del impacto negativo que tendría para los consumidores estadounidenses? Análisis.
Por: Armando Neira

“Amanecerá y veremos”, dice la sabiduría popular. La embestida del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con sus anuncios de imponer aranceles del 25 por ciento a Canadá y México y del 10 por ciento a China, empieza a mostrar menos fuerza, al menos por ahora. Primero, porque en su país cada vez se escuchan más voces de alerta sobre el efecto negativo que tendrían sobre toda la sociedad. Segundo, porque estas naciones no se amilanaron, sino que le están dando la pelea.
De hecho, Trump suspendió un mes los aranceles, previstos para entrar en vigencia este martes, tras hablar con la mandataria azteca. “Acabo de hablar con la presidenta de México, Claudia Sheinbaum”, dijo Trump.
“Acordamos suspender de inmediato los aranceles previstos por un periodo de un mes, durante el cual sostendremos negociaciones encabezadas por el secretario de Estado, Marco Rubio; el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y el secretario de Comercio, Howard Lutnick, así como por representantes de alto nivel de México. Espero con interés participar en esas negociaciones, junto con la presidenta Sheinbaum, en nuestro intento por lograr un acuerdo entre nuestros dos países”.
“No es con la imposición de aranceles como se resuelven los problemas, sino hablando y dialogando”, había escrito la mandataria en un comunicado el fin de semana. “Nada por la fuerza, todo por la razón”, afirmó.
Se trata de un éxito parcial para Sheinbaum, quien había advertido que, si los aranceles entraban en vigencia, su país también se vería perjudicado, pero que el impacto en Estados Unidos también sería significativo. Un factor que, al parecer, Trump empezó a considerar.
“¿Habrá algo de dolor? Sí, quizás (¡y quizás no!). Pero haremos Estados Unidos grande de nuevo y todo merecerá el precio a pagar”, había reconocido Trump.
Malas noticias para los tres
Y es que lo que está en juego para Washington es enorme. De enero a noviembre de 2024, Estados Unidos importó bienes de México por valor de 466.600 millones de dólares, compró mercancía de Canadá por 337.200 millones e importó productos de China por 401.400 millones. Cifras astronómicas que no se pueden tirar a la basura así porque sí.
En un análisis, The New York Times señala este lunes: “Aunque todavía no está claro qué pasará con los aranceles, los expertos predicen que serán malas noticias para las tres economías y que habrá pocos ganadores”.
“Como Estados Unidos es la mayor economía de América del Norte y la menos dependiente del comercio, el impacto proporcional en su economía sería menor que en las de México o Canadá”, indica el informe de abrebocas. Pero, luego muestra la cruda realidad.
“Sin embargo, los aranceles aumentarían los precios para los consumidores y sumarían presión inflacionaria. Los hogares y las empresas estadounidenses podrían esperar pagar precios más altos por una variedad de bienes sujetos a aranceles, incluidos aguacates, cerveza, acero, automóviles y petróleo”.
Las cifras son inquietantes para los estadounidenses. Esos precios más altos desalentarían el consumo y muy probablemente terminarían desacelerando la economía. “Los investigadores del Instituto Peterson de Economía Internacional en Washington estiman que un arancel del 25 por ciento sobre todas las exportaciones de México y Canadá reduciría el producto interno bruto de Estados Unidos en aproximadamente 200.000 millones de dólares durante el segundo gobierno de Trump”.
La mirada desde Colombia
El exministro de Hacienda José Antonio Ocampo, quien en la mañana de este lunes estuvo en el espacio CAMBIO de Tema, sentenció: “Esto puede provocar, entre otros efectos, el colapso del acuerdo de libre comercio más importante del hemisferio, con consecuencias graves para varios sectores económicos (como la industria automotriz) y para las inversiones mutuas entre los tres países miembros. También podría afectar el acceso a diversos bienes y aumentar la inflación en Estados Unidos, lo que impactaría directamente a sus consumidores”.
Para el también exministro Juan Camilo Restrepo, los efectos serán devastadores para los estadounidenses, porque con la decisión de Trump “aumenta la inflación, se castiga el crecimiento y se le resta credibilidad internacional a Estados Unidos como socio confiable, al romper arbitrariamente sus compromisos internacionales y al exponerse a recibir aranceles defensivos por parte de sus principales socios comerciales, México y Canadá”.
Para tener una economía sana, un elemento fundamental es la confianza. En adelante, ¿quién va a confiar en Estados Unidos si sigue adelante con esta fractura? Y es que hasta ahora los tres países habían dado pasos concretos para trabajar unidos y mostrar que era posible, al margen de las diferencias, tratar de obtener éxitos en equipo. De hecho, hasta la Fifa les compró esa apuesta y los premió con la organización del Mundial de Fútbol de 2026.
Ahora, los propios estadounidenses podrían pagar los platos rotos. En su país, los consumidores usan automóviles, computadoras y teléfonos celulares fabricados con mano de obra mexicana más barata al otro lado de la frontera.
Pero no solo eso, sino que gozan de los frutos de su privilegiada tierra. Según datos de la Secretaría de Economía de México, el año pasado las exportaciones de frutas y vegetales sumaron 12.000 millones de dólares, mientras que las panificadoras enviaron productos por 2.360 millones. La industria de bebidas alcohólicas, como la cerveza y el tequila, exportó casi 3.500 millones de dólares.
Un impuesto que pagarán los consumidores
Por ello, el secretario de Economía mexicano, Marcelo Ebrard, señaló que la imposición de aranceles afectaría principalmente a las compañías estadounidenses instaladas en México: “Cuando el presidente Trump dice ‘voy a ponerle un 25 por ciento a México porque exporta demasiado a Estados Unidos’, en realidad está diciendo ‘vamos a ponerles un impuesto del 25 por ciento a las empresas estadounidenses más importantes del mundo’, porque muchas producen en México y exportan a Estados Unidos”.
Un ejemplo sencillo de cómo afectaría a los hogares estadounidenses: el 90 por ciento de los aguacates que se consumen en Estados Unidos provienen de México.
Además, los precios de productos como tomates, bananas, azúcar, carne de cerdo, tequila, cerveza, mezcal, automóviles Ford, Mazda y Nissan, así como el petróleo, aumentarían debido a estos aranceles, lo que impactaría directamente a los consumidores.
¿Podrá recular Trump? Aunque Estados Unidos es la primera potencia mundial, tanto financiera como militarmente, ha abierto varios frentes de batalla cuyas respuestas también son contundentes.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, anunció que su país replicará con la misma estrategia: aranceles del 25 por ciento sobre productos estadounidenses por valor de 30.000 millones de dólares, de manera inmediata. Tres semanas después, aplicará una segunda ola arancelaria sobre productos por valor de 125.000 millones de dólares.
“Canadá no tolerará un ataque de un país que se supone que es aliado y amigo”, advirtió Trudeau. Un ejemplo que empiezan a llevar a la práctica las autoridades locales.
Doug Ford, primer ministro de Ontario, la provincia más poblada de Canadá, recordó que cada año, la Junta de Control de Licores de Ontario (LCBO) vende casi 1.000 millones de dólares en vino, cerveza y licores estadounidenses. Y tras eso sentenció: “Ya no más”. Y dijo que iban a retirar todos estos productos de sus anaqueles y catálogos, lo que evitará que restaurantes y minoristas de Ontario puedan consumirlos.
Los consumidores, por su parte, lo han secundado, y han comenzado a compartir en redes sociales listas con alternativas a productos estadounidenses.
Un autogol que nadie esperaba
La conclusión es clara. Los aranceles de Trump representan un gran riesgo: podrían tener el efecto contrario al esperado, al elevar los precios en los supermercados, sacudir un mercado de valores ya inestable y destruir empleos en una guerra comercial a gran escala.
“Esto puede ser el mayor autogol de todos”, dijo Mary Lovely, investigadora del Instituto Peterson de Economía Internacional en una entrevista a CNN.
“Imponer aranceles de hasta el 25 por ciento a nuestros socios comerciales más cercanos corre el riesgo de diezmar la potencia económica. ¿Por qué querrías incendiar tu propia casa?”
The Wall Street Journal fue aún más tajante en un artículo titulado 'La guerra comercial más tonta de la historia', en el que advierte que la estrategia de Trump podría terminar en desastre. “Un auténtico tiro en el pie”, dijo el exministro colombiano Juan Camilo Restrepo.
