
Armando Benedetti, ministro del Interior.
Crédito: Ilustración: Jorge Restrepo.
El chat de Benedetti: mermelada, traición y consulta frustrada
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El ministro del Interior, Armando Benedetti, llegó a este gobierno con una intención clara: sacar adelante las reformas con sus viejas estrategias de político tradicional, las mismas que no le sirvieron en la votación de la consulta popular. Esta es la historia de los acuerdos, traiciones y posibles venganzas tras el hundimiento de esta apuesta que el Ejecutivo veía como una victoria sobrada.
Por: Claudia M. Quintero

Bajo el colorido vitral que corona el techo de la plenaria del Senado, y en medio del calor impuesto por un salón repleto de políticos que compartían el mismo espacio y las mismas tensiones, los congresistas del Pacto Histórico se reunían con los ministros del interior, Armando Benedetti, y de Trabajo, Antonio Sanguino. Eran las 12:08 p.m. del miércoles 14 de mayo, día en que el Gobierno esperaba anunciar la victoria de su consulta popular y adelantar la campaña del 2026.
En medio de la tensión, los congresistas y funcionarios sostenían conversaciones internas, planeaban estrategias y hacían cuentas para que la consulta se votara antes que la apelación. Lograrlo supondría un camino más sencillo, y el gobierno, de la mano de Benedetti, alcanzaría una de sus grandes victorias. Por entonces, las risas aún le ganaban a los gestos de preocupación.
En el costado derecho del recinto estaba la oposición: organizada, sólida, formal y madrugadora. A toda costa, sus integrantes le impedían al Gobierno “utilizar recursos de la nación” para comenzar anticipadamente las elecciones, como dijo la senadora Paloma Valencia, del Centro Democrático.
Para la oposición era claro que el Gobierno tenía los votos para aprobar la consulta, pero se aferraba a una estrategia para detenerla. Sabía que si la apelación se votaba primero, el triunfo de Benedetti y Petro quedarían en vilo.
A eso le apostaron con gritos y proposiciones. Y lograron imponerse aprovechándose de los errores del Ejecutivo, como la ausencia de senadores del Pacto. Así, la ventaja que se preveía se acortó, y el triunfo “sobrado” que pronosticaba el ministro Benedetti ya no se percibía seguro.
Sobre el mediodía, el senador del partido de La U, Alfredo Deluque, uno de “los caciques de La Guajira”, como lo calificó un parlamentario, subió al atril y sentó la posición de un sector de su bancada en los siguientes términos:
“En la bancada del partido de La U se dijo que a través de la senadora Norma Hurtado presentamos una ponencia alternativa de la reforma laboral que buscaba unir todos los intereses de los colombianos. Estamos aquí discutiendo una apelación que no presentamos nosotros, que presentaron los adeptos al Gobierno. […] La discusión de la consulta es inocua y queremos evitar que se adelante la campaña de 2026. Queremos que se llegue a una concertación de los derechos laborales de los colombianos”, dijo Deluque.
Para entonces, la sonrisa con que llegó Benedetti ya se había desdibujado de su rostro. A las 12.12 p.m., el curtido político ya sabía que varios votos clave con los que antes contaba se habían esfumado.
Adelantándose al desenlace, el ministro empezó a fraguar de inmediato su venganza contra quienes “lo traicionaron”.
— Hay que pararle todo a la gobernadora del Valle del Cauca. ¡Nos traicionó y de qué manera! Pregúntale al presidente.
Eso le chateó Benedetti a un contacto que está guardado como 'Ministro de Hacienda'.
¿Cuál fue la traición del Partido de La U? ¿Cuál era el compromiso pactado con Benedetti? ¿Qué pedían unos y otros?


Los compromisos que se rompieron y la furia de Benedetti
Antes de que se empezara a discutir la consulta en ese mismo recinto, el Gobierno contaba con 53 votos por el ‘sí’, incluidos 20 senadores del Pacto, cinco de Comunes, seis del Verde, ocho del partido Liberal, dos de En Marcha, tres del partido Conservador, uno de Cambio Radical y ocho del partido de La U. Como necesitaban mayorías simples, es decir la mitad más uno de los asistentes, ellos se sentían “sobrados”.
Parece raro que el Gobierno contara con los votos de sectores que, en teoría, son opositores; pero episodios anteriores en la política colombiana muestran que acuerdos, contratos, ministerios y puestos pueden mover los votos que se necesitan. Algo así ocurrió con el partido de La U.
El mensaje del ministro del Interior demuestra que referirse a una traición implica la ruptura de un acuerdo. Según confirmaron a CAMBIO fuentes cercanas al Gobierno y a la colectividad, este episodio sucedido con el partido de La U no fue la excepción. En el debate de la consulta, el Ejecutivo esperaba ocho votos a favor de los diez de ese partido, es decir, el bloque de seis que había cantado su apoyo y Norma Hurtado y Juan Carlos Garcés, los dos senadores cercanos a Dilian Francisca.
Según las fuentes del Gobierno y del partido de La U, había un acuerdo explícito desde la llegada de Petro: que a esa colectividad le darían el Ministerio de las TIC. Ahora, para garantizar los votos de La U en el Congreso, mantuvieron a Julián Molina, reconocida ficha de Dilian Francisca, como jefe de esa cartera. Ello demuestra que aún existía ese acuerdo.
La consulta puso a prueba la eficacia de eses acuerdo, ya que el Gobierno necesitaba votos extra y fue a buscarlos en el partido de La U. Dos fuentes de distintos sectores, ambas cercanas al Gobierno y a Dilian Francisca Toro, le confirmaron a este medio que hubo dos conversaciones entre la actual gobernadora del Valle y el Gobierno: una antes del nombramiento de Molina como ministro, y otra, semanas antes de la votación de la consulta popular.
Según las fuentes, el Gobierno mantendría al ministro en su cargo a cambio de los votos en a favor de la consulta. Pero un político cercano al partido de La U aseguró que, además, desde la colectividad, pedían “más proyectos y puestos en el MinTic”.
A lo anterior se suma la cercanía de Benedetti con La U, colectividad en la que militó entre 2010 y 2020, cuando anunció, junto a Roy Barreras —hoy posible candidato presidencial—, que dejaría ese partido. Ambos terminaron en la campaña de Gustavo Petro.
Quienes no están de acuerdo con los cuestionamientos a Benedetti aseguran que él es un “operador político” que les sirve para lograr votos en el Congreso y que sabe moverse entre los congresistas. En el Gobierno esperaban que, poniendo en práctica esas destrezas, y con los acuerdos sobre la mesa, el ministro lograría los votos de los parlamentarios cercanos a Dilian Francisca.
¿Por qué eran claves? Porque si bien los ministros del Trabajo y el Interior se mostraban sobrados, las cuentas eran ajustadas. En consecuencia, la estrategia era atraer la mayor cantidad de votos posibles de esos sectores “cercanos”, así fuese solo por las cuotas burocráticas.
Pero los acuerdos no dieron “resultados” y La U, desmarcándose, publicó un comunicado anunciando su apoyo a la apelación de la reforma laboral. Eso le dio fuerza a esa estrategia, a la que se sumó la oposición y puso al Gobierno en problemas. “Ese tema no estaba en las cuentas del Gobierno", dijo un congresista del Pacto. Y el representante Alirio Uribe, de esa colectividad, agregó: “esa fue la estrategia de los opositores: aprobar el desarchivo para que mucha gente saliera a cambiar el voto en la consulta”.
Fuentes del círculo cercano de Dilian Francisca Toro le dijeron a CAMBIO que no existieron tales acuerdos. Pero sí reconocieron que “al principio, los senadores sí estaban pensando en votar la consulta, solo que, al aprobar la apelación de la reforma, no era necesario utilizarla”.
12:12: Deluque, Benedetti y la confirmación de “la traición”

Después de las 12:12 del mediodía, cuando terminó de hablar el senador Deluque y Benedetti envió el mensaje, la oposición coronaba su primera victoria. Con 56 votos por el ‘sí’ y 42 votos por el ‘no’, la plenaria aprobó la proposición de la senadora Paloma Valencia, que pedía mantener el orden del día. En esas cuentas figuraban algunos del partido de La U, con los que el Gobierno contaba.
Con esa primera votación, se confirmaba, entonces, una parte de esa supuesta “traición”, según el chat de Benedetti. ¿Por qué? Primero, porque La U ayudó a impulsar la estrategia de la derecha y eso fue clave para restarle apoyos a la consulta.
Lo siguiente es lo que todos vimos. La votación de la consulta no solo fue un caos, sino que mostró los errores del Gobierno y esas “traiciones” que le jugaron en contra. En solo tres minutos, el Gobierno sufrió una de sus mayores derrotas en esta legislatura y justo esa “pérdida” la celebraron los senadores Norma Hurtado y Juan Carlos Garcés, los cercanos a Dilian Francisca Toro.
Las consecuencias de “la traición”

Uno de los primeros efectos de esta decisión se reflejaría en el Ministerio de las TIC, porque como le dijo a CAMBIO un congresista del partido de La U, hay cierto “nerviosismo” porque Julián Molina Gómez pueda salir de la cartera. Esa misma sensación la tienen políticos cercanos al partido. Sin embargo, fuentes próximas al alto Gobierno confirmaron que, de momento, el ministro se mantendrá en su cargo.
Pero más allá de esto, algunas iniciativas entre el Gobierno y la Gobernación del Valle podrían estar en riesgo. “La relación de ellos es de exclusiva conveniencia y las grandes obras dependen del beneplácito del presidente”, dijo el diputado Esteban Oliveros, del Partido Verde y uno de los opositores de Toro en el departamento.
Oliveros y otros diputados de la región dicen que hay algunas obras que también estarían en juego. Él, por ejemplo, dijo: “El Ministerio del Interior está mamando gallo con la gobernación para poner cámaras en Buenaventura. De eso se viene hablando desde el año pasado y no se ha hecho nada. Además, el tren de cercanías, que es la obra insignia del Valle, también depende en gran parte del Gobierno”.
Pero en todo este episodio igualmente podría haber un factor contrario. Es decir, que sea la gobernadora del Valle la que esté intentando presionar al Gobierno por recursos. “Los de Dilian votaron que no para mostrar que, si no les dan oxígeno rápido, se bloquean temas en el congreso”, dijo una fuente cercana al partido.
Sin embargo, Dilian Francisca Toro le dijo a este medio que "ella está en su ejercicio de gobernadora del Valle y no se mete en las decisiones de la bancada".
CAMBIO consultó en el Ministerio de Hacienda sobre eventuales consecuencias que pudiese tener el chat de Benedetti frente a proyectos en el Valle del Cauca. Sin embargo, al cierre de esta edición, no emitieron ninguna respuesta.
El rompimiento de los supuestos acuerdos y “la traición” pudo tener efectos sobre la votación de la consulta. Pero más allá de esto, también queda sobre la mesa la discusión de por qué un gobierno que llegó con la apuesta de cambio está utilizando esas prácticas de política tradicional. Como bien lo dijo en un podcast la periodista y columnista María Elvira Samper, ahora “se les llama operadores políticos a los viejos clientelistas”. Y esa frase define perfectamente las estrategias con las que la administración de Petro quiere sacar algunas reformas. Con un factor adicional: no les está saliendo bien la movida.
