¿Fraude?: así se vivió el hundimiento de la consulta popular

Con 49 votos por el no, el Senado hundió la consulta popular.

Crédito: CAMBIO - Ana María Cañon.

14 Mayo 2025 09:05 pm

¿Fraude?: así se vivió el hundimiento de la consulta popular

El Gobierno sufrió una de sus mayores derrotas en esta legislatura. 49 votos le bastaron a la plenaria para hundir la consulta popular y la sesión terminó en medio de denuncias de fraude. ¿Cuánto tiempo pasó entre que anunciaron la votación y se cerró el registro? ¿Sonó la campana? ¿Faltaban congresistas? Estos son los detalles de lo que ocurrió.

Por: Claudia M. Quintero

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Habían pasado más de seis horas de debate en el recinto y la plenaria del Senado acababa de aprobar, con 67 votos por el 'sí' y tres por el 'no', la apelación de la reforma laboral. La estrategia de la oposición había tomado fuerza y, con esos números, estaba claro el futuro de la consulta popular. Las caras de Armando Benedetti, ministro del Interior, y del ministro del Trabajo, Antonio Sanguino, lo demostraban. Ellos, sentados al costado izquierdo de la mesa directiva, miraban el celular del jefe de la carta Política con la sensación de aquellos que saben que ya casi todo estaba perdido —por lo menos si lo que querían era demostrarle a la oposición que les había dado papaya para hacer campaña—. Así fue y en tres minutos la consulta popular se hundió. 

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Armando Benedetti y Antonio Sanguino en la discusión de la consulta popular. Foto: CAMBIO - Ana María Cañón. 

Lo siguiente fue una serie de acusaciones. “Hoy hicieron trampa”, “malandrines”, “fraude”, dicen desde el Gobierno. Mientras tanto, la oposición celebra la decisión y el presidente enciende los ánimos con un llamado a las calles. ¿Qué pasó en el debate? ¿Cuándo duró abierta la votación? ¿Quiénes estaban afuera del recinto? CAMBIO reconstruye lo que ocurrió.

La apelación de la laboral, la estrategia que calentó los ánimos 

El debate comenzó caldeado, pero el Gobierno se sabía ganador y hasta la oposición tenía cuentas en las que confirmaban, internamente, que Petro se había salido con la suya. 

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En las cuentas de los senadores de Cambio Radical el Gobierno tenía los votos para ganar la consulta. Foto: CAMBIO. 

Pero después de las 11:00 de la mañana el debate cambió. ¿Por qué? El primer punto del orden del día era la discusión de la apelación de la reforma laboral y luego de eso seguía el momento D del Gobierno, es decir, la votación de la consulta popular. 

Los congresistas del Pacto decían que “era una ‘jugadita’ del presidente del Senado, Efraín Cepeda" —un conservador opositor al Gobierno— "para hundir la consulta”, como dijo un funcionario del Ministerio del Interior. Pero desde la oposición sostenían que si el presidente quería reforma laboral, pues tendría de vuelta su articulado. 

Desde el Pacto intentaron atajar la apelación. La senadora Isabel Zuleta presentó su proposición para cambiar el orden del día. Pero la congresista Paloma Valencia, del Centro Democrático, le madrugó, literalmente. A las 6:00 de la mañana mandó una proposición al correo de la mesa directiva del Senado en la que pedía mantener el orden del día. Entonces, como esa había llegado primero, pues se votó primero. Y se aprobó. Primera victoria de la oposición. 

La cosa se comenzaba a complicar para el Gobierno y desde entonces el puesto de Benedetti, Sanguino y el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, se convirtió en la pequeña Casa de Nariño. Allí llegaban los parlamentarios para ver el paso a seguir. Mientras la senadora María José Pizarro y el ministro del Interior evaluaban los caminos, Jaramillo —en funciones presidenciales hasta que Petro vuelva de China— regañaba a Benedetti. La cosa ya estaba al rojo vivo. 

En ese punto, el futuro de la consulta estaba a poco más de una hora y era evidente que el pronóstico estaba complicado. Además, CAMBIO conoció que Benedetti ya contaba con el apoyo de los de La U a la apelación y a la negativa en la consulta y calificaba eso como “una traición”. Algo que seguramente le cobrarán a esa colectividad. El ministro del Interior, que viene de militar en ese partido, esperaba apoyos en este momento.    

Lo siguiente fue una serie de proposiciones para intentar modificar el orden del día. Pero nada funcionó. Hasta el senador Fabián Díaz, de Partido Verde, y quien presentó la apelación a la reforma laboral, hizo una proposición para retirar esa apelación. También perdió y esa, entonces, se sumó a la tercera de las derrotas del Gobierno en esta sesión. 

¿Qué seguía? Reconocer ese pequeño fracaso sin saberse perdidos del todo. Así fue, porque Benedetti y Sanguino se subieron, entonces, en el bus de aprobar la apelación y revivir la reforma laboral. Fue un cambio de discurso en menos de 24 horas. “Estamos de acuerdo con la apelación, aunque hay que hacer un acuerdo para aprobarla antes del 20 de junio”, dijo el ministro del Interior. 

Los tres minutos en los que se hundió la consulta 

En efecto, la reforma laboral revivió, los ministros respiraron y Benedetti hasta soltó la espalda y se alcanzó a reír.

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Discusión de la consulta popular. Foto: CAMBIO - Ana María Cañon. 

Pero lo que vino después fueron los tres minutos más caóticos de esta sesión y de las más recientes en la plenaria del Senado. 

Dos minutos les duró la alegría. Mientras celebraban, el presidente del Senado, Efraín Cepeda, abrió el registro para votar la consulta popular. El momento esperado de todos en ese recinto, especialmente de los senadores del Pacto Histórico. Pero algunos habían salido, no escucharon el llamado de la mesa directiva ni el sonido de la campaña y la votación se cerró. La pantalla del Senado registraba 47 votos por el 'no' y solo 45 por el 'sí'. Ahí se armó troya —o comenzó la huelga, como le dijo el presidente Petro a Benedetti—. 

Todos llegaron a la mesa directiva. A Benedetti se le notaba en la cara la misma rabia que se le escucha en los audios en los que trata mal a Laura Sarabia. María José Pizarro se acercaba con el dedo índice inquisidor para decirle al secretario del Senado, Diego González, que no era justo que cerraran la votación. La oposición ya tocaba las mesas y empezaban a grabar “su victoria”.

En eso, González cantó los votos y la consulta, en efecto, estaba hundida: 49 votos por el 'no' y 47 por el 'sí'. 

Fue un momento violento: cada quien defendía su punto a gritos, Benedetti casi golpea al secretario del Senado y Efraín Cepeda tuvo que salir rodeado de policías. 

“Fraude”, “conejo”, “malandrines”: los reclamos y los hechos 

El oficialismo no demoró en salir a decir que era fraude, que cerraron muy rápido el registro, que no le dieron tiempo a los congresistas que estaban fuera del recinto para volver a votar, que agregaron votos extras y que Cepeda se salió con la suya. Algunas de esas cosas son ciertas, pero los hechos mismos muestran que otras no. 

Primero, es cierto que el registro se cerró en menos de cinco minutos y la misma grabación de la sesión lo demuestra. Pero también es cierto que el presidente del Senado anunció la votación y el secretario hizo el llamado a que los congresistas votaran. Además, la campana que anuncia las votaciones sí sonó. Eso queda demostrado en la grabación que está disponible en el canal del Congreso. Pero, es justo decir que en medio de los gritos del recinto y sus alrededores, algunos podrían no haber escuchado la campana.  

En eso, votos claves para el Gobierno se quedaron por fuera, como el de la senadora Marta Peralta, del Pacto, quien estaba fuera del recinto y no alcanzó a llegar para la votación. Ella se salió porque se declaró impedida en la votación de la apelación de la laboral, que fue el punto anterior a la votación de la consulta. 

Además, los reclamos de fraude llegaron porque el senador Edgar Díaz Contreras, de Cambio Radical, sí alcanzó a llegar al recinto para la votación y, confundido, cantó su voto de manera manual. En ese momento, la mesa directiva le entendió que avalaba el 'sí', pero luego cambió su voto a 'no'. Eso ocurrió justo en el cierre del registro y motivó a los gobiernistas a hablar de fraude. 

Pero, es cierto que Díaz Contreras ya había dicho que votaría por el 'no' y muchos congresistas cambian su voto. Varios, porque llegan igual de afanados a las votaciones. 

Además, ese voto no le hubiese permitido al Gobierno la victoria. Eso sí, las cuentas hubiesen quedado en empate y se alargaría la discusión. Esto último sí les hubiese permitido intentar agarrar algunos votos a última hora. 

Sin embargo, luego de que se aprobó la apelación, este resultado estaba casi que cantado y el Gobierno ya lo sabía. Es decir, un poco de tiempo tampoco les hubiese dado el triunfo que esperaban. 

Frente a las acusaciones, el secretario del Senado, Diego González, aseguró que es normal que un congresista cambie su voto porque se equivocó. En conversación con las senadoras Clara López y Gloria Flórez, del Pacto, él aseguró: "Yo no puedo cerrar la votación, Eso le corresponde al prresidente. Yo lo que hice fue preguntarle a Díaz cómo había votado. Él me respondió que no. Yo puse que votó no. Ya se había cerrado el registro electrónico, pero siempre ocurre que si alguno no alcanzó a votar, pues me manifiesta su voto y se anota manualmente. Como lo hacemos siempre". 

En medio de esa conversación, López aseguró que ella nunca ha pedido cambiar su voto, pero la senadora Florez sí dijo haberlo hecho. 

Además, González se defendió diciendo en que él, como secretario, no es ninguna autoridad judicial y que es responsabilidad del secretario del Senado cerrar el registro. 

¿En qué falló el Gobierno?  

Uno de los primeros errores que señalan los mismos congresistas fue permitir que tomara fuerza la apelación. Un tema que creció con el anuncio del Partido de La U de aprobarlo. Por esto, el Gobierno considera que esa colectividad “les falló”. 

Además, es claro el pequeño descuido de la senadora Peralta. 

También es cierto que no lograron atajar las angustias de algunos congresistas, como la senadora Angélica Lozano, del Partido Verde, quien se salió en la votación. 

A esto se suma que contaban con los votos de congresistas que estaban partidos como el Conservador y Cambio Radical, que habían anunciado que votarían en bancadas para bloquear a los cercanos al Gobierno. Con esto, se quedaron sin mínimo cuatro votos que les servirían. 

Más allá de esos errores prácticos de la discusión, algunos congresistas dicen que el Gobierno “hizo todo para sacar adelante la consulta y la reforma”, como le dijo a este medio la senadora Esmeralda Hernández, del Pacto Histórico.

¿Qué sigue? El presidente ya pidió que el Senado vuelva a votar la consulta y convocó a sus bases a las calles. En un chat que reveló El Espectador se ve cómo el presidente dice que ahora lo que viene es “huelga” y sus trinos y alocución así lo dejan ver. 

También está sobre la mesa el anuncio de Benedetti de presentar un recurso judicial por el supuesto “fraude” y la proposición de la senadora María José Pizarro de citar una nueva votación de la consulta.  

Habrá que ver qué ocurre con esto. Pero, lo que se avecina no es muy alentador. La oposición ya muestra este episodio como una victoria y Benedetti queda como el gran derrotado de esta jornada en la que bastaron dos minutos para tumbar una consulta popular en la que el Gobierno tenía la esperanza de la reforma laboral y de la campaña de cara a 2026. 

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