
Gustavo Petro va ahora por una consulta popular recargada
El presidente Gustavo Petro, al finalizar su visita oficial a China, reiteró que volverá a radicar la consulta popular en el Senado y que vinculará una nueva pregunta sobre el acaparamiento y la especulación de los medicamentos.
Crédito: Presidencia
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¿Cómo se vislumbra el escenario político con la decisión del primer mandatario de acudir al Congreso buscando luz verde para que el país vaya a las urnas con un interrogante adicional sobre la reforma de la salud? Análisis
Por: Armando Neira

El clima de confrontación política que asfixia al país aumentará varios grados desde este lunes 19 de mayo. Ese día, el presidente Gustavo Petro pedirá al Congreso, una vez más, luz verde para convocar a los colombianos a las urnas con el fin de que decidan si aprueban un conjunto de 12 preguntas sobre el ámbito laboral, a las que añadirá una más sobre la reforma de la salud. Él mismo dará inicio, en Barranquilla, a los cabildos abiertos.
Un observador externo que llegue al país bien podría preguntarse de dónde sale tanta energía para mantener el pulso abierto entre la oposición y el oficialismo. Pero también se le podría responder que, hasta ahora, todas estas alternativas se han tramitado por vías institucionales.
El presidente Petro tiene todo el derecho de ir al Congreso y presentarle las preguntas, así como el Congreso tiene la facultad de rechazarlas.
Al margen de los calificativos que van y vienen de parte y parte, mientras los responsables del poder político actúen conforme a la Constitución Nacional, la democracia muestra síntomas de buena salud.

El problema son las amenazas de las “barras bravas” –también de parte y parte– que niegan al otro por pensar diferente, acosan y, en estos tiempos de redes sociales, ejercen matoneo a través del ciberespacio.
Eso en términos generales. Ahora, en cuanto a la nueva propuesta, el presidente Petro ha dicho que presentará este lunes la consulta popular con una nueva pregunta: que baje el precio de los medicamentos en el país y permita al Estado comprar y producir los medicamentos esenciales y los de las principales enfermedades que padecen las personas.
La salud, un tema sensible
Desde el oficialismo se argumenta que el nuevo interrogante responde a la necesidad de evitar el acaparamiento de medicamentos y de poner fin a la especulación con sus precios, un tema muy sensible que afecta a buena parte de la población y que se da precisamente cuando el sector está en estado de crisis.
Esta nueva pregunta se sumará a las otras 12 incluidas en la propuesta de consulta que fue archivada por el Senado de la República. En el compacto es evidente que son preguntas dirigidas para que los posibles votantes digan que sí.

El Gobierno, dice la analista política María Lucía Jaimes, tiene una apuesta de todo o nada, para demostrarles a los ciudadanos que están intentando cumplir las promesas de campaña y “que, ante los pocos resultados que han tenido en el Congreso, siguen siendo ellos –los ciudadanos– quienes pueden tomar las decisiones finales sobre lo que necesita el país.
La nostalgia de los cabildos abiertos
El anuncio fue hecho desde China, donde también el jefe del Estado informó que se convocará al país a cabildos abiertos, un mecanismo de alto valor simbólico, especialmente por su conexión con la historia de la independencia de Colombia. Aunque en lenguaje coloquial muchos lo ven como un espacio para “echar carreta” y sin incidencia en la confección de políticas públicas.

En ese sentido, es importante subrayar la reiteración del presidente Petro para que estos cabildos se realicen con todas las garantías y que transcurran de manera tranquila: “Hoy el pueblo debe mantenerse en calma y reunirse libremente en las plazas públicas de todos los municipios del país. Organizarse y tomar decisiones”, dijo.
Para él “ante el fraude evidente y la burla a la Constitución por parte de quienes dirigen el Senado, se tomarán decisiones que se votarán en todos los cabildos populares. Con tranquilidad, la respuesta a la ignominia de la mesa directiva del Senado será contundente. Espero el lunes en el Paseo Bolívar a todo el pueblo del Atlántico, para dirigirme como jefe de Estado a toda la nación. Recibiré la decisión votada por el pueblo en todos los municipios y me pondré al frente para cumplirla”.
Una arenga para los seguidores
Se trata de un llamado para emocionar a sus seguidores porque, así como Petro acusa al Senado de un espacio donde campea el fraude, es allí donde va a ir este lunes porque él sabe que este es escenario institucional para cambiar las leyes.
Pero ¿por qué el primer mandatario insiste en recorrer al cabildo y en pedir a los ciudadanos que se vuelquen a las urnas en un mecanismo difícil de sacar adelante porque tendría que conseguir 13,7 millones de votos para que cada pregunta planteada tenga validez?

Petro sufrió una dura derrota política en la tarde del miércoles, tras la decisión del Senado de rechazar su propuesta de consulta popular, con una votación de 49 votos contra 47. Esta decisión le quita una herramienta fundamental para adelantar la campaña electoral con la que el progresismo pretendía disputar la permanencia en el poder en las elecciones de 2026.
“Siento que Petro está convencido de la importancia de llegar a las urnas antes de la jornada electoral de las presidenciales de 2026”, dice el analista político Víctor Solano. “Busca un ejercicio de consulta popular para plantear algo tan obvio que las personas del común lo asocien con Petro y con lo que representa su ideología y apuesta proselitista”.
Una respuesta inconveniente
Por eso, el analista Gabriel Cifuentes afirma que el llamado del presidente a una nueva consulta es inconveniente: “Creo que este es un momento en el que se debería hacer una pausa, un pare. Y en este pare, darle al Congreso los 37 días que tiene para saber si va a estar a la altura de entender y leer las necesidades de la población, de una clase trabajadora que está exigiendo una reforma laboral”.
Para este experto en la actividad política, también es una oportunidad para el Gobierno de sentarse a concertar y sacar adelante la reforma que necesita el país. De no hacerlo, como parece ser la intención tanto del presidente como de varios sectores del Congreso, dice, se desnudarían las verdaderas intenciones detrás de la reforma: usarla como un comodín político de cara a la campaña de 2026.

En efecto, reabrir el debate sobre una consulta, generando crispación, polarización y radicalización política, es lo que menos conviene en estos momentos, cuando el país debería estar concentrado en buscar salidas a las distintas crisis en materia de seguridad, política fiscal, corrupción y salud.
En ese orden de ideas, considera Cifuentes, el presidente se equivoca al desconocer el resultado del Senado. “Si hubo fraude, corresponde a las autoridades y a la mesa directiva resolverlo. Pero construir una narrativa de bloqueo y fraude, desconociendo los canales institucionales, me parece peligroso. Invocar una nueva consulta con base en el ‘clamor popular’ expresado en asambleas y cabildos no tiene ni pies ni cabeza”.
Es el momento de la reflexión
Para este experto, es el momento de una pausa de reflexión, una tregua política. Dejar que termine la legislatura y, con base en ese resultado, determinar si efectivamente el Senado desatiende la necesidad de una reforma laboral. Y entender si el Gobierno, en realidad, lo que busca es simplemente un instrumento de campaña política.
En esta misma línea, Carlos Arias, experto en comunicación política, considera que el presidente Petro no está enfocado en resolver los temas de fondo que aquejan a la sociedad colombiana, como la crisis en el sistema de salud.
“Lo que le interesa verdaderamente al presidente es agitar una consulta popular que le permita, con recursos públicos, levantar la campaña electoral de Senado y Cámara de las listas del progresismo, y construir una plataforma para negociar una candidatura alternativa que le dé poder político en 2026”, afirma Arias.
“Petro no está resolviendo, desde la gestión que le corresponde como Ejecutivo, los problemas del país. Si esta consulta popular en torno al tema de salud se cae, se inventará otra, tal vez sobre seguridad o cualquier otro tema que él y su Gobierno han desatendido”.
La revivida reforma laboral
Mientras tanto, la senadora Angélica Lozano pisa el acelerador para sacar adelante por vía legislativa la revivida reforma laboral.
La parlamentaria, quien estuvo este viernes en el espacio CAMBIO de Tema, asegura que, aunque el tiempo es corto –la legislatura concluye el 20 de junio–, sí es posible aprobar una reforma estructural con verdadero impacto, sin convertir el proceso en un trámite superficial para desactivar la consulta ciudadana:
“Estamos a toda marcha, con cronograma, y tiene que salir una ley seria”, promete. “El cronograma para la reforma laboral empieza este lunes 19 de mayo con una audiencia pública. La meta es aprobarla máximo el 30 de mayo. Vamos a discutir la reforma que Colombia necesita y merece. Nos jugamos la vida como Senado para cumplirles a los colombianos y garantizar sus derechos laborales”, concluye.
En conclusión, tras una semana política agitada, todo indica que la siguiente será aún más intensa.
