¿Tiene Daniel Rojas el talante para lograr por consenso una reforma a la Educación?

“Estalinista”, “sectario”, “radical”, “fundamentalista”. Es vasta la lista de adjetivos en las redes sociales para calificar a Daniel Rojas Medellín, quien ahora asume la cartera del Ministerio de Educación en reemplazo de la ministra Aurora Vergara a quien, en la tarde de este martes el presidente Gustavo Petro agradeció en un escueto mensaje “su trabajo y dedicación”.

Rojas es uno de los alfiles más leales al presidente Petro. De hecho, cuando el mandatario ganó las elecciones en 2022, le delegó la coordinación del empalme con la administración del expresidente Iván Duque. Semejante tarea para el primer gobierno de izquierda que debía sentarse de tú a tú con él hasta ese momento gobernante Centro Democrático, CD, muestra la enorme confianza que le tiene. 

En ese momento, en los escenarios políticos se creía que Rojas iba para un puesto en la Casa de Nariño, pero no fue así. El presidente lo nombró en la dirección de la Sociedad de Activos Especiales (SAE), un cargo de alto contenido técnico, pero donde Rojas se ha hecho notar por sus opiniones políticas que muestran un compromiso absoluto con el ideario del jefe del Estado. 

Fue contratista de la Secretaría de Integración Social de la Alcaldía de Petro y desde entonces ha estado a su lado. Lo ha acompañado en las derrotas y en la más grande de sus victorias.

Cuando el presidente salió de Jorge Iván González -uno de los funcionarios más brillantes del Gobierno y quien no vacilaba en decir que “no” al jefe del Estado- de la dirección del Departamento Nacional de Planeación, Rojas tuvo un fugaz paso en esa posición.

Luego volvió a la SAE y ahora llega a una cartera clave que tiene sobre la mesa la reforma de la Educación, que debe ser radicada este 20 de julio en un segundo intento luego de su hundimiento en la Legislatura pasada.

Rojas es economista de la Universidad Santo Tomás, con estudios en la maestría en Ciencias Económicas de la Nacional, la universidad pública más importante del país y que hasta ahora reanuda sus labores académicas por la controvertida elección de su rector, uno de los lastres que marcaron a la saliente Aurora Vergara.

Rojas será, sin duda, una figura protagónica en el nuevo ministro. De hecho, su designación apenas llevaba unos minutos cuando ya había voces que de entrada lo descalificaban.

X y Daniel Rojas, la forma de comunicación del nuevo ministro de Educación

“¡Qué falta de respeto! El que debería ser el ministerio más importante estará a la cabeza de alguien sin ninguna experiencia en el sector. La educación tiene que ser la prioridad de la sociedad y del gobierno, no hay espacio para la improvisación. Este ministerio tiene el presupuesto más grande y será manejado por alguien que no tiene la menor idea de cómo hacerlo. Pobre educación y lo que falta…”, escribió el excandidato presidencial Sergio Fajardo.

Al igual que el presidente Petro, Rojas tiene con su cuenta de X una herramienta con la que privilegia la comunicación.

En esta red, por ejemplo, Rojas ha fijado sus posturas en las que no ha dudado en dividir a los seguidores del presidente Petro como “los buenos” con los demás.

Así, por ejemplo, durante las marchas del 1 de mayo respondió a un artículo de La Silla Vacía en la que se veía al presidente Petro hablándole a la multitud: “A pesar del esfuerzo por cerrar el plano y restarle fuerza a la marcha de los trabajadores en su hilo, no pueden ocultar la fuerza popular por la vida y la democracia. Los buenos somos muchos más”.

Mientras que se mostró acusador contra quienes participaron en la manifestación de la oposición:: “Muchas toneladas incautadas tienen molestos a algunos que hasta salen a marchar un domingo lluvioso. Están superindignados”, aseguró.

Y en esta etapa en la que el presidente Petro ha emprendido una campaña contra los medios de comunicación, se recuerda una de sus afirmaciones: “Los de Blu radio son unos hijos de p****. Fin del comunicado”.

Hace un tiempo, Andrés Parra, quien en su momento se presentó públicamente como coordinador del Pacto Histórico Juvenil Santander, escribió: “Acá el único camino es radicalizarse, porque la libertad se conquista con la lucha, no mendigando puestos, ni haciendo acuerdos con el "centro" y la derecha. Al final, esos nombres son solo un disfraz del fascismo. La lucha es una sola, es la lucha de clases. El Estado es un instrumento de dominación y no de conciliación, y así lo ha demostrado la oligarquía, ya es hora de entenderlo y comenzar a usarlo”.

Junto con este mensaje, el líder juvenil adjuntó una fotografía de Joseph Stalin a quien, en su “Gran Purga” del terror, se le atribuye el asesinato de millones de personas.

En reacción a este mensaje, el economista Daniel Gómez Gaviria escribió: “Las juventudes del Pacto Histórico y en lo que creen. Y sus referentes”.

Rojas le respondió: “Se llama dignidad. Jamás lo entenderías”.

Ahora Rojas entra a una posición en la que debe buscar concertar con los congresistas de oposición -el Pacto Histórico es minoría- un nuevo texto de la reforma de la Educación. Su antecesora lo hizo y lo logró en un hecho que fue calificado de histórico y destacado por líderes de todas las vertientes políticas.

La senadora Paloma Valencia del CD dijo: “Es importante que se haya entendido que este proyecto debe dejar espacio a que las diferentes visiones de la educación”. Su colega y contradictora María José Pizarro, del Pacto Histórico, aseguró, por su parte: “Estamos dando un paso hacia adelante, la educación superior va a ser un derecho fundamental, absolutamente transformador”.

Mientras que David Luna del Partido Cambio Radical argumentó: “La Constitución del 91 está más viva que nunca y tenemos la gran responsabilidad no solamente de respetarla, sino adicionalmente de defenderla. La ponencia que nosotros representamos buscaba promover e inculcar las oportunidades de los jóvenes colombianos, defender las libertades”

El senador Juan Carlos García del Partido Conservador sentenció: “Es uno de los logros más significativos de este proyecto, donde se abre la puerta para más de un millón de niños”.

Y la ministra de Educación, Aurora Vergara, añadió: “Cuenten con la certeza y responsabilidad de este equipo para integrar sus voces a la versión de la ponencia que presentaremos en la plenaria del Senado. Agradecemos como Gobierno Nacional a todos los que hicieron posible este acuerdo”.

Sin embargo, Fecode -el poderoso sindicato que aglutina a buena parte de los profesores y que durante la campaña se movilizó con fuerza para llevar a Petro a Palacio, incluso financiándolo- dijo no. Acudió a movilizaciones que fueron masivas y sonoras. Ante este escenario tan imprevisto, el Gobierno Nacional y el Pacto Histórico tuvieron que echar marcha atrás y la reforma se hundió.

Este es el desafío que ahora enfrenta Rojas: lograr a través del diálogo consensuar una reforma que es esencial para el presidente Petro y que tiene, como se ha visto, una amplia variedad de actores con muy distintos puntos de vista. De ahí el interrogante: ¿Tiene Daniel Rojas el talante para lograr por consenso una reforma a la Educación?