"Debe haber una decisión pública de tomarse en serio los fallos de la Corte": Reyes
12 Febrero 2024

"Debe haber una decisión pública de tomarse en serio los fallos de la Corte": Reyes

José Fernando Reyes, presidente de la Corte Constitucional.

Crédito: Corte Constitucional.

El presidente de la Corte Constitucional, José Fernando Reyes, asegura en CAMBIO que ante la falta de cumplimiento de sus sentencias, se deberán empezar a estudiar desacatos e incluso llegar a arrestos de altos funcionarios. Además, habla sobre las fallas en las instalaciones, la fuerte carga laboral de la Corte y los proyectos para este 2024.

Por: Alejandra Bonilla Mora

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

José Fernando Reyes Cuartas se posesionó como presidente de la Corte Constitucional para este 2024 y decidió hablar sin tapujos sobre las necesidades que tiene el alto tribunal, especialmente en sus instalaciones físicas y por la apremiante carga laboral de sus empleados, que hace que se deba trabajar incluso los días festivos.

En entrevista con CAMBIO, Reyes también pone la lupa en el incumplimiento de las sentencias y en la falta de voluntad política para tratar temas de alto impacto en el Congreso. Advirtió que la Corte se tomará en serio otra de sus misiones: la posibilidad de ordenar arrestos cuando los funcionarios implicados en el cumplimiento de sus órdenes, no hagan su trabajo.

CAMBIO: La Corte Constitucional nunca se mete en las discusiones de la reforma a la justicia porque eventualmente revisará esos asuntos que apruebe el Congreso. Pero, ¿qué necesita la Corte?

José Fernando Reyes: Una cosa son las necesidades materiales y otra las necesidades de la justicia. De la reforma a la justicia hay muchos temas que son actuales y palpitantes y que están en la agenda como el tema de la administración de justicia, los periodos de los magistrados, de si debería haber carrera judicial en la cúpula de la rama y el tema de la paridad de género que creo que es una urgencia. Pero los temas más importantes son los de acceso a la justicia, de cómo garantizar a los ciudadanos de a pie que sus causas y sus asuntos sean resueltos en el menor tiempo posible, que los juzgados tengan una actitud empática con los ciudadanos de a pie y, en general, como mejorar los accesos, la comunicación, etc. Ese es el auténtico problema de la justicia, el resto viene siendo secundario. Yo como opinador puedo decir eso, más allá de lo que estén debatiendo hoy día en la comisión que encabeza el ministro de Justicia que me parece muy bien, sobre la justicia siempre hay que pensar.

CAMBIO: ¿Y de las cosas materiales? En las instalaciones hay múltiples problemas de espacio...

J.F.R.: Esta Corte en la que empiezo como presidente en funciones hoy (12 de febrero) no tiene una Oficina de Relaciones Internacionales no obstante que esta Corte recibe 10 o 15 visitas al año de personajes internacionales, de embajadores, de relatores de la ONU, de presidentes de cortes extranjeras, etc. No tiene una oficina que les diga: 'señor, siga por aquí, siéntese acá y tenga un lapicero'. Eso es una cosa que preocupa. Cualquier corte del mundo que usted ve, entiende que esa es una necesidad y una fortaleza. Si la jurisprudencia de la Corte es conocida hoy internacionalmente, es a pesar de la Corte, esa es una debilidad manifiesta.

También debería existir una estructura que se encargue de sondear porqué las sentencias de la Corte no se cumplen. Y cosas más elementales: me dicen que a las señoras que nos ayudan con los servicios generales en el edificio no les han pagado (lo hace la empresa contratista) el mes de enero a 12 días de febrero. O sea, no tienen con que pagar los pasajes para venir a cumplir su función, no habrán pagado el arriendo, no habrán comprado el mercado...¿Cómo puede ser eso?

CAMBIO: La carga laboral de la Corte es un problema también, sabemos que los empleados trabajan más de las horas reglamentarias, fines de semana, festivos….

J.F.R.:  Trabajamos el sábado, el domingo y el día de fiesta porque el volumen de trabajo es de tal magnitud que usted, por lo menos, debe sacrificar uno de sus dos días de descanso. Si no, no está al día y no le cumple a su jefe y no se cumplen los términos. Es muy grave para el país que su Corte Constitucional sea más pequeña que la Sección Tercera del Consejo de Estado. Es decir, la Corte es más pequeña que una de las cinco secciones del Consejo de Estado. 

CAMBIO: ¿Cómo lo solucionamos? Porque eso es un problema real para el ciudadano...

J.F.R.: Mire usted, la Corte Constitucional cumple sus horarios a rajatabla. Cuando yo llegué aquí me decían que pena, pero es que aquí los términos se cumplen o se cumplen. Aquí se cumplen (los términos para fallar) tutela y los de constitucionalidad. Alguna vez se suspende alguno por impedimento o por recusación, pero en general se cumplen. ¿Cómo lo logramos? Con un sacrificio de los empleados que no tendría por qué ser de esa manera. Aquí ha habido una absoluta despreocupación. Hasta hace muy poco, la Corte, con la cantidad de carga que tiene, funcionaba con el mismo personal de los tiempos de su creación. Es decir, hay que tomarse en serio el asunto del personal y de la vida de las personas que trabajamos aquí.

CAMBIO: ¿El Palacio se quedó chiquito?

J.F.R.:  Obviamente. Aquí en mi oficina cabemos por ahí la mitad de las personas que somos (en su despacho). También hay que decirlo, nos han ayudado en los últimos tres años con el parte del personal necesario, pero todavía no estamos en niveles si quiera buenos. Estamos en niveles apenas aceptables de personal. Eso significará que habrá que ampliar las locaciones. Pero nosotros tenemos un sistema de teletrabajo hoy que hace que resulte suficiente el espacio porque no todo el mundo está viniendo en la oficina.

CAMBIO: También hay quejas de que la conexión a internet es mala, que se han presentado inundaciones...

J.F.R.:  Hoy tuvimos una reunión en el quinto piso para un tema de la Sala de Seguimiento a la sentencia sobre la salud y fue complicado. Tuvieron que bajar de sistemas a ayudarnos a conectar. Es decir, no son óptimos los sistemas informáticos aquí.

CAMBIO: ¿Algún otro reparo contra la Judicatura?

J.F.R.: No, contra nadie. No digas que contra la Judicatura porque yo creo que la Judicatura trabaja con nosotros de la mano. Ellos no son autónomos, ellos no gobiernan el presupuesto, ellos no dicen cuánto va para esto o esto. Ellos distribuyen lo que puede con lo que nos dan. Este año tendrá que salir la sentencia (sobre la reforma a la justicia aprobada en el Congreso en 2021) en la cual la Corte avaló la proposición del 3 por ciento (de presupuesto de gastos para la Rama) progresivamente. Puede haber mejores tiempos o días por venir para la justicia.

CAMBIO: Está haciendo referencia a la reforma a la justicia aprobada en 2021, que como era un proyecto de ley estatutaria, pasó primero por revisión de la Corte Constitucional. Ese fallo se dictó en junio y la sentencia definitiva no ha salido para que el presidente pueda sancionar la ley. ¿Le preocupa que ahora que se está hablando de reforma terminen traslapándose los temas?

J.F.R.:  Sí, es que es muy grave eso. Pero yo creo que estamos en un momento de discusión. La sentencia de la Corte no tardará mucho, es decir, yo estoy casi cierto de que en menos de un mes esté saliendo y tendrá que ir al Congreso para su ajuste en la redacción y luego para la sanción presidencial.

CAMBIO: ¿De alguna forma va a participar esta Corte en ese debate de la reforma?

J.F.R.:  No, la Corte tiene vedado absolutamente participar en esa discusión. No es posible.

CAMBIO: ¿Cuáles son sus proyectos para este año?

J.F.R.:  Los que cumplimos este encargo temporal tenemos una misión fundamental de defender el buen nombre de esta Corte, de defender la tradición de una Corte seria respetuosa y sobre todo empoderada con los derechos fundamentales de los ciudadanos y esa tendrá que seguir siendo la misión. Segundo, continuar con los proyectos de modernización tecnológica. Ese es un cambio al que le apunta la Corte y ustedes ya lo han visto. Uno podría decir que la empresa 472 de alguna manera ha sufrido un gran quebranto en sus finanzas de cuenta de que la Corte ordenó un día en pandemia que no recibiríamos más tutelas escritas y, desde ahí, se convirtió la tutela en algo totalmente informatizado y pues aquí nunca más volvimos a ver un expediente que está a riesgo de tumbarlo algún piso de esta corporación. Es decir, miren ustedes una revolución espectacular con un auto de la Corte Constitucional y con una decisión institucional de no recibir más papel.

Esos son cambios espectaculares y en eso seguiremos, es decir, en el afianzamiento del personal, en la capacitación del personal en la proyección internacional de la Corte, en la lucha por la equidad de género y en la lucha contra el acoso sexual y laboral. Esos son los grandes temas que la Corte tiene.

El problema de las sentencias que no se cumplen

CAMBIO: También quieren hacer un inventario de todas las veces que se han hecho exhortos al Gobierno o al Congreso en sus decisiones y que no se han cumplido...

J.F.R.:  Y de las sentencias que no se han cumplido, un poco para hacerlo de conocimiento público. No es que la Corte no se preocupe por ciertos temas, sino que la Corte no tiene el músculo ni el poder para hacer que ciertas cosas se hagan realidad.

CAMBIO: ¿Por qué las sentencias no se cumplen? ¿Son demasiados complejas?

J.F.R.: Hay sentencias que en su redacción pueden ser complejas y la propia Corte como que las aniquila, pero ese no es el mal de este último tiempo. Yo creo que es un problema de políticas públicas y de presupuesto. Muchas de las órdenes (que se dictan) comportan ejecución presupuestal y, a veces, no existe la voluntad.

También hay cosas más allá. El tema del aborto, de la eutanasia, del suicidio asistido (despenalizado en 2022), son problemas de la deliberación pública que corresponden regular al Congreso. La sentencia que saca la Corte Constitucional es el 1 por ciento de la resolución del problema. Cuando hay un tema como el aborto siempre se discute qué clase de apoyo tendría que haber para la mujer que quiere interrumpir su embarazo, qué políticas públicas de desestimulo tendría que haber para que la mujer no acuda a la IVE (interrupción voluntaria del embarazo). En general, cuando usted habla de la eutanasia, se deberían tener resueltas ciertas cosas la forma de dar el consentimiento... esos son problemas que no puede resolver la sentencia. La Corte no es la tercera cámara de este país.

CAMBIO: Pero, parece que es la que define todo... Por ejemplo, la Corte tiene reglas claras sobre pensiones y sobre el otorgamiento de servicios de salud, pero la gente sigue teniendo que poner tutela para ello y eso son los temas que más revisan ustedes...

J.F.R.: Esos casos de tutela con pensiones y con salud quizás no son un problema del sistema, sino que, en esos casos en los que hay jurisprudencia de esta Corte, encuentran un muro difícil de derribar que es la indolencia de ciertos jueces y tribunales que no ven la injusticia y no ven la vulnerabilidad y no ven en la necesidad y no ven que hay una persona con una enorme necesidad. Habiendo 100 sentencias que a golpe de un clic las encontrarán, simplemente siguen (los jueces) en su política de enturbiar la claridad. ¿Qué hace la Corte entonces? Seleccionar para revisión tutelas para realizar la justicia material y volver a equilibrar la justicia en un caso en el que la Corte no tuvo que haber intervenido.

CAMBIO: Aunque ya hay fórmulas ustedes debaten de ello, cuando hay problemas que son novedosos y que ameritan el tiempo de la Corte. Está en estudio una tutela sobre el uso de la inteligencia artificial que podría ser el primer fallo a nivel mundial, o de los primeros por parte de un tribunal constitucional. La Corte de Estados Unidos se pronuncia solo sobre algunos temas. ¿Podemos ir hacia allá o tenemos que seguir revisando todo?

J.F.R.:  En los problemas que tienen compromisos ideológicos, los representantes que deberían estar implicados como el Congreso prefieren no mojarse porque eso tiene consecuencias en las urnas. Y como los jueces no tenemos esos problemas, a veces nos lo parapetan. Eso de que la Corte no es la tercera cámara no es una idea mía, es una idea del doctor Humberto de la Calle, que se la leí recientemente, y creo que tiene la razón. La Corte no tiene por qué resolver una gran cantidad de problemas que no son suyos. Dicen que la 'Corte abusó porque dijo que las personas gestantes pueden intervenir su embarazo hasta la semana 24', pues esa es la idea de la Corte, pero el Congreso puede fijar otro plazo porque ese un trabajo del Congreso.

CAMBIO:  La Corte tiene Salas de Seguimiento a sentencias estructurales: la crisis carcelaria, La Guajira, el desplazamiento forzado. Y aunque han hecho un trabajo arduo para que se cumplan las órdenes que dictan, el seguimiento a la sentencia de desplazamiento lleva ya 20 años y ese no es el rol de la Corte...

J.F.R.: Las órdenes de los jueces tienen que cumplirse y si no tiene que haber consecuencias. Lastimosamente ni los jueces de primera instancia tienen el músculo o la decisión porque tienen miles de problemas por resolver como para ponerse a seguir una sentencia. Y en todo caso porque la Corte carece del personal para ello y porque debería haber una decisión pública de tomarse en serio las sentencias de la Corte.

Acabamos de sacar dos sentencias emblemáticas: una del Programa de Sustitución de Cultivos y el Estado de Cosas Inconstitucional frente a la situación de los líderes sociales y antes había salido el ECI sobre la situación de los excombatientes. Y antes había salido la extensión del ECI carcelario a las estaciones de Policía y Centros de Detención Transitoria. Si usted mira, a dos años de esa sentencia ya, esos Centros siguen igual de congestionados.

CAMBIO: ¿Qué se puede hacer?

J.F.R.: La Corte tendrá que tomarse en serio su competencia de los desacatos y aquí hay algo que no ha pasado en 32 años: que la Corte decrete un desacato en el alto Gobierno y que alguien tenga que ser arrestado, de la talla de un ministro, de un superintendente. Yo no sé si eso irá a empezar a pasar, pero yo creo que es hora de tomarnos en serio eso. Lo digo cabalmente por el tema de las prisiones: no hemos mejorado un milímetro en la dignidad de las personas que están apresadas, digo sobre los centros de detención transitoria, y esto es simplemente que escribimos muy buenas sentencias para que los profesores las expongan en las universidades, pero que no cambian la realidad. Si una sentencia y un tribunal constitucional no tiene la capacidad de transformar la realidad calamitosa en la que está, entonces también creo que va perdiendo su tiempo.

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí