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¿Dejará Colombia de comprar armas a sus aliados? Qué repercusiones tendría la decisión
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El presidente Gustavo Petro escribió un trino en el que aseguró que Colombia no compraría armas a quien se abstuviera de votar a favor de un cese al fuego en Gaza. ¿Qué pasará, entonces, con las relaciones militares que el país sostiene con Estados Unidos, Israel, Canadá y el Reino Unido?
Por: Redacción Cambio
El presidente Gustavo Petro se volvió a referir en su cuenta de X a los bombardeos de Israel a Gaza, como consecuencia del ataque de Hamás en Israel: indicó que Colombia dejará de comprar armas a países que votaron en contra o se abstuvieron de una proposición en Naciones Unidas que ordenaba el cese al fuego en Gaza.
Para profundizar
“Los países democráticos y progresistas deben luchar por preservar el derecho internacional humanitario para impedir que la barbarie se expanda en el mundo”, escribió.
La decisión de Petro podría tener consecuencias, pues varios de los países que votaron en contra o se abstuvieron son potencias militares.
Para Jairo Libreros, profesor de la Universidad Externado, el presidente abre una ventana que puede generar cambios en la toma de decisiones de la política pública de Seguridad y Defensa Nacional. “Si no les vamos a comprar equipos, tecnología y capacitación a países como Estados Unidos e Israel, habría un cambio radical. El 75 por ciento de los fusiles son Galil, de origen israelí. Las plataformas de ciberseguridad, los aviones, los helicópteros, los drones, son israelíes o estadounidenses. La dependencia es inmensa”.
Erich Saumeth, experto en temas de Defensa, Seguridad, Convivencia y Orden Público, recuerda que hace un año se firmaron varios contratos para garantizar la seguridad en el país. “Colombia firmó con Israel la adquisición de un sistema de guerra electrónica valorado en 92 millones de dólares, un sistema de defensa antiaérea valorado en 131 millones de dólares, y un sistema de artillería autopropulsada valorada en 102 millones de dólares. Y a Canadá le compramos una serie de vehículos blindados para el transporte de personal”.
En opinión de Andrés Villamizar, analista en seguridad, no está mal que Colombia busque nuevos socios en materia de seguridad; pero perdería el apoyo que, por décadas, han brindado potencias como Reino Unido y Estados Unidos.
Los riesgos de dejar de comprar
Saumeth asegura que es importante que el país conozca si esta decisión –expresada por el presidente Petro en su red personal– fue consultada con las Fuerzas Militares o si es una propuesta que será estudiada en las próximas reuniones en la Casa de Nariño:
“Se requiere conocer si el presidente quiere abrir negocios con otros países, como Suecia o Francia, y cerrar la puerta a acuerdos con Canadá, Israel y Estados Unidos, que han donado equipos en la lucha contra el narcotráfico en el país”, afirma el analista.
En opinión de Libreros, Colombia, a corto plazo, tendría que apostar por otros países para el suministro de la tecnología necesaria para la fuerza pública. “Eso no es nuevo. Las democracias constitucionales más fuertes, en materia de seguridad y defensa tienen procesos internos de investigación, tecnología propia; pero es un proceso que requiere tiempo, para evitar –precisamente– un riesgo en materia de seguridad y defensa nacional, por la ruptura con un país del que se tiene una dependencia inmensa relacionada con sistemas procesos tecnología en materia de armamento”.
Sería bueno aclarar, asegura Andrés Villamizar, si la decisión se aplicará a los contratos firmados o sobre futuros acuerdos, “porque hay que tener en cuenta que la fuerza pública mantiene tanto con Estados Unidos, Israel y Canadá acuerdos para la llegada de equipos de artillería, ciberdefensa, aviones, misiles y drones”.
La ruptura de las alianzas
Para Erich Saumeth, también sería bueno aclarar si vamos a seguir recibiendo instrumentos en donación, como los Black Hawk y los aviones entregados a la Policía y la Fuerza Aeroespacial por Estados Unidos, que ahora son empleados en labores de defensa del medioambiente y la lucha contra el narcotráfico.
“Si no vamos a recibir sistemas donados, ni vamos a comprarles a esos países, ¿cómo se va a hacer el mantenimiento de sistemas producidos en esos países? Por ejemplo: nosotros tenemos vehículos blindados de fabricación canadiense, tenemos aviones misiles, drones de fabricación israelí, tenemos aviones, helicópteros, drones y otra serie de de sistemas de fabricación estadounidense”.
Villamizar advierte que el presidente no ha calculado los alcances de su pronunciamiento, que podría acarrear un llamado de atención de la Otan, de la que Colombia es país aliado y en donde Estados Unidos cumpleun papel principal.
"Nosotros tenemos la obligación doctrinaria de adquirir sistemas que son empleados por esa organización; desde el punto de vista estratégico y táctico, nos adecuamos a la doctrina que ha creado la Otan. Entonces, habría que determinar los alcances del pronunciamiento, que puede tener consecuencias para el sector de la defensa y seguridad, particularmente en las relaciones que mantenemos con nuestro principal aliado: Estados Unidos”, concluyó Villamizar.