“El principal problema de Colombia hoy es la inseguridad, y yo sé cómo enfrentarla”: Peñalosa
28 Marzo 2025 09:03 am

“El principal problema de Colombia hoy es la inseguridad, y yo sé cómo enfrentarla”: Peñalosa

Enrique Peñalosa, aspirante a la Presidencia.

Crédito: Colprensa

Enrique Peñalosa, dos veces alcalde de Bogotá, dice en esta entrevista con CAMBIO que se lanza a la carrera por la Presidencia porque está convencido de tener la experiencia para “encaminar al país hacia un mayor desarrollo, con más equidad y mayor seguridad”.

Por: Armando Neira

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Enrique Peñalosa Londoño (Washington D. C., 30 de septiembre de 1954) ha sido dos veces alcalde de Bogotá, representante en la Cámara y diputado en la Asamblea de Cundinamarca. Aunque estudió Artes Liberales en la Universidad Duke y realizó un diplomado en administración pública en la Universidad de París II, su pasión es el urbanismo. Políticamente, ha intentado llegar a la Presidencia de la República, sin lograrlo todavía. Dice que no siente frustración, sino agradecimiento porque ha ganado más experiencia, que –asegura– le servirán para ganar las elecciones en 2026.

CAMBIO: ¿Ha decidido usted lanzar su candidatura presidencial?

Enrique Peñalosa: Así es. Estoy convencido de que puedo encaminar a Colombia hacia un mayor desarrollo, un país con más equidad y mayor seguridad.

CAMBIO: Empecemos por la parte formal. ¿Cómo sería el mecanismo para su candidatura?

E.P.: Con un grupo amplio de personas que compartimos principios fundamentales, como la necesidad de garantizar la seguridad y crear condiciones propicias para la inversión privada, hemos venido reuniéndonos para llegar a acuerdos.

CAMBIO: En su caso, ¿usted iría por firmas o buscaría el aval de un partido?

E.P.: Estamos conformando un grupo amplio, con varios partidos interesados en avalar esta candidatura. Aún no hemos definido el mecanismo exacto, pero la idea es participar en una consulta.

CAMBIO: ¿Como en las que ha participado en el pasado?

CAMBIO: ¿Por qué pone el énfasis en el tema de la seguridad?

E.P.: Porque es la única manera en que los países se desarrollan, generan empleo y mejoran los salarios.

CAMBIO: ¿Cree que Colombia se ha estancado en su crecimiento?

E.P.: En los últimos tres años, casi un millón y medio de colombianos han emigrado. Y no han ido a Cuba ni a Venezuela, modelos defendidos por algunos sectores en Colombia, sino a países donde la inversión privada, incluida la minera, ha impulsado el crecimiento, como Chile o México.

CAMBIO: ¿Por qué cree que los colombianos están emigrando?

E.P.: Por la situación. La cosa está muy mal. Pero tan grave como la migración es el deseo de irse: encuestas recientes en América Latina muestran que Colombia tiene el porcentaje más alto de ciudadanos que quisieran dejar su país. Eso no es una situación normal ni deseable.

CAMBIO: ¿Cómo hacer para que la gente se quiera quedar?

E.P.: Con desarrollo económico y oportunidades, y eso no es un misterio. Partamos del hecho de que el presidente Petro tenga buenas intenciones para mejorar las condiciones de los más pobres. Pero es sorprendente que, en esa línea, promueva modelos fracasados como el de la estatización. El comunismo en Alemania del Este o en Polonia, por citar dos ejemplos, fue un desastre para todos. Hoy es más evidente que la mejor forma de gestionar la mayoría de los recursos de una sociedad es mediante la inversión privada y la economía de mercado.

CAMBIO: Pero, ¿ese modelo no está en Colombia?

E.P.: No en su totalidad. Por ideología, se insiste en estatizar varias de las cosas que venían funcionando bien y esto ¿a qué nos ha llevado? A que la situación se agravara. Hoy no solo Argentina, Chile o Brasil tienen un ingreso per cápita mayor que Colombia, sino que México ya nos duplica. Incluso países como República Dominicana, Panamá y Costa Rica tienen ingresos por persona más del doble que el nuestro. No podemos resignarnos a esta realidad.

CAMBIO: En ese contexto, ¿qué papel cumple la izquierda en el debate económico?

E.P.: La izquierda parte de una premisa falsa: que Colombia no ha progresado y que las condiciones de vida de los ciudadanos de menores recursos no han mejorado. Eso es una gran mentira.

Enrique Peñalosa
“En los últimos tres años, casi un millón y medio de colombianos han emigrado. Y no han ido a Cuba ni a Venezuela, modelos defendidos por algunos sectores en Colombia, sino a países donde la inversión privada, incluida la minera, ha impulsado el crecimiento, como Chile o México”, dice Enrique Peñalosa, aspirante a la Presidencia. FOTO: Colprensa

CAMBIO: ¿En qué sustenta su afirmación?

E.P.: En datos concretos. A pesar de sus fallas, la democracia colombiana ha generado un enorme progreso y una redistribución del ingreso significativa. La mortalidad infantil ha disminuido, la esperanza de vida ha aumentado y los niveles de educación y consumo han mejorado. Hace 25 años, era inimaginable que un campesino o el portero de un edificio tuviera una motocicleta. Hoy eso es una realidad, y aunque a algunos no les guste, es un claro indicador del incremento en los niveles de ingreso y en la calidad de vida.

CAMBIO: A propósito, usted suele ser blanco de la izquierda.

E.P.: Yo no necesito lecciones de igualdad de la izquierda. He trabajado más por la equidad que cualquier líder político de ese sector. Desde quitar los carros de las aceras para mostrar que el peatón es tan importante como el conductor, hasta construir ciclovías para dignificar al usuario de bicicleta y crear TransMilenio, que prioriza el transporte público sobre el privado. También llevé a cabo una intervención radical del suelo suburbano con proyectos como Metrovivienda, Porvenir, El Recreo y Lagos de Torca, donde impulsé más de 300.000 viviendas sociales. Como alcalde, legalicé 20 veces más barrios informales que Petro e hice inversiones sin precedentes en colegios y parques en sectores populares.

CAMBIO: Si gana las elecciones, ¿qué país cree que encontrará el 7 de agosto de 2026?

E.P.: Más que nadie, sé lo que es recibir un gobierno después de Petro, porque ya lo sucedí en la Alcaldía de Bogotá. En esa oportunidad, nos encontramos con muchos problemas sin resolver y otros más que no existían. Buses de TransMilenio sin renovar, algunos con más de 1.300.000 kilómetros recorridos –tres veces la distancia de la Tierra a la Luna– que se varaban y contaminaban. También tuvimos que enfrentar el desastre del intento fallido de estatizar las basuras, con enormes sobrecostos para la ciudad.

CAMBIO: Según su diagnóstico, ¿así será a nivel nacional?

E.P.: A nivel nacional, la situación será mucho más grave. Recibiremos un país en crisis en todos los frentes: economía en incertidumbre, inseguridad disparada, polarización a cada día. Entre estas, una muy grave: una crisis fiscal monumental. Con una contabilidad adecuada, se evidencia que el déficit fiscal supera el 6 por ciento del PIB. El riesgo de que se dispare la inflación y enfrentemos problemas económicos severos es altísimo.

CAMBIO: En el escenario económico, ¿qué otra dificultad ve?

E.P.: Un problema fundamental es el sector energético. Los expertos coinciden en que avanzamos rápidamente hacia un escenario de apagones. No se han realizado las inversiones necesarias en generación y transmisión de energía, por lo que es muy probable que enfrentemos cortes eléctricos en 2026 y apagones aún más graves en 2027, 2028 y 2029.

CAMBIO: Volviendo al tema de la seguridad, ¿dónde cree que están los puntos más sensibles que enfrentaría en un posible mandato suyo?

E.P.: Tenemos serios problemas de seguridad en todo el país. Los grupos armados ilegales se han venido apropiando de extensas zonas de Colombia. Extorsionan, intimidan y bloquean cualquier posibilidad de progreso. Hoy día, es difícil encontrar a un ciudadano que se sienta tranquilo. Obviamente, esto es más grave en las zonas limítrofes con Venezuela, en el Catatumbo y en Arauca, y también, al sur en Putumayo, Nariño y Cauca. Este es un asunto prioritario y debe atenderse con urgencia. Hay que garantizar que esos ciudadanos de esas regiones vivan con tranquilidad.

CAMBIO: Hay un sector que con frecuencia lo ataca a usted, el de los ambientalistas. ¿Qué haría por el medioambiente en Colombia?

E.P.: Existen problemas que se han agravado con el tiempo por un falso ambientalismo que ha frenado el progreso. Es absurdo que no se permita la exploración petrolera ni el fracking. En otros países con altos estándares ambientales, como Noruega y Canadá, se realiza exploración petrolera sin afectar su compromiso con el medioambiente. Es fundamental reactivar la economía y aprovechar esa riqueza para beneficio de todos.

CAMBIO: ¿No es un tema ideológico?

E.P.: Para nada. Este no es un tema ideológico, sino una cuestión de desarrollo nacional. Por ejemplo, el presidente Lula ha declarado que convertirá a Brasil en el tercer productor de petróleo del mundo. En México, la presidenta Claudia Sheinbaum también está impulsando la producción petrolera. Y en los países nórdicos, considerados líderes en protección ambiental, hay más de 200 puntos de exploración en el Ártico.

CAMBIO: A propósito del medioambiente, ¿cómo ve la crisis del agua en Bogotá, ciudad donde usted gobernó?

E.P.: No se han ejecutado proyectos clave para garantizar el suministro de agua en Bogotá. Los falsos ambientalistas se han opuesto, pero no solo aquí en la capital, sino que han bloqueado puertos estratégicos en el Pacífico, como Málaga o Tribugá, cuando en ciudades como Los Ángeles o Vancouver, con puertos inmensamente más grandes, conviven ballenas, leones marinos y delfines sin problemas. Tenemos casos críticos como Quibdó, que está a 80 kilómetros del mar, pero la mitad de su población nunca lo ha visto porque no se han construido las vías necesarias. Es fácil desde aquí posar de ambientalista y decir que se defiende la biodiversidad del Chocó cuando allá esas comunidades necesitan mejorar sus condiciones de vida.

CAMBIO: Pero, ¿cómo sin afectar el medioambiente?

E.P.: La idea de que Colombia se volvería una economía exclusivamente extractivista por explotar sus recursos es falsa. Debemos observar a los países del norte, donde existen ejemplos exitosos de equilibrio entre el desarrollo y la protección ambiental. La pobreza es uno de los principales problemas que afectan el medioambiente, y debemos erradicarla.

CAMBIO: Hablando de esos países, ¿cómo ve usted la relación entre Estados Unidos y Colombia?

E.P.: Tenemos una relación muy estrecha con Estados Unidos. Nuestra economía está totalmente integrada con la suya, y la mayor parte de nuestras exportaciones, como aguacate, café y flores, tienen ese destino. Debemos manejar esta relación de la manera más constructiva posible.

CAMBIO: ¿Sus planteamientos son de centro? ¿Es así? ¿Cómo se hace política de centro en un país tan polarizado?

E.P.: La clasificación de izquierda, centro o derecha ha perdido sentido en Colombia. Yo valoro la igualdad y la he promovido con acciones concretas. Expropié los campos de polo y las instalaciones del club más exclusivo del país para convertirlos en un parque público, algo que ningún gobierno de izquierda ha hecho.

CAMBIO: ¿Esa, según usted, es una diferencia con la izquierda?

E.P.: Hay una diferencia fundamental con la izquierda tradicional: yo no actúo desde el resentimiento ni el odio. Creo en que el interés general debe prevalecer sobre el particular y en que debemos mejorar la vida de la mayoría.

Enrique Peñalosa
“Más que nadie, sé lo que es recibir un gobierno después de Petro, porque ya lo sucedí en la Alcaldía de Bogotá. En esa oportunidad, nos encontramos con muchos problemas sin resolver y otros más que no existían. Buses de TransMilenio sin renovar, algunos con más de 1.300.000 kilómetros recorridos –tres veces la distancia de la Tierra a la Luna– que se varaban y contaminaban”, asegura Enrique Peñalosa. FOTO: Colprensa.

CAMBIO: Ahora hay un discurso que dice que el país hasta ahora había sido gobernado por la derecha o la extrema derecha y que por eso no se avanzó. ¿Qué valoración hace usted de esa afirmación?

E.P.: Es falso que Colombia haya estado gobernada por una extrema derecha. La democracia colombiana ha redistribuido recursos de manera continua. En Bogotá, por ejemplo, el impuesto predial en los estratos 4, 5 y 6 es de los más altos del mundo, y casi todo lo recaudado se destina a sectores populares. Hay mecanismos como los subsidios cruzados en las tarifas de servicios públicos: los sectores de mayores ingresos pagan tarifas más altas para subsidiar a los de menores recursos. También existen impuestos adicionales, como los gravámenes a los vehículos y a la gasolina, cuyos recursos se invierten en los sectores más vulnerables.

CAMBIO: Pero abundan los problemas…

E.P.: Así es y hay que resolverlos. Pero es una falacia decir que Colombia ha sido gobernada por una oligarquía explotadora. Aunque nuestra democracia tiene fallas, corrupción e ineficiencia, ha implementado múltiples mecanismos de redistribución de la riqueza.

CAMBIO: ¿Cuándo empezará a recorrer escenarios abiertos? Hasta ahora ha tenido reuniones más privadas con empresarios y grupos de amigos.

E.P.: En una época en la que la política en Colombia dependía de maquinarias y compra de votos, fui el primero en salir a la calle a repartir volantes. Nadie creía que eso funcionaría, pero hoy todos lo hacen. Ahora, las redes sociales han cambiado el panorama. Un solo mensaje puede llegar a 50.000 o 100.000 personas en minutos, algo imposible en una plaza pública. Aun así, me gusta recorrer las regiones y escuchar a la gente.

CAMBIO: ¿En dónde ha estado exponiendo sus puntos de vista?

E.P.:  En los últimos días he estado en Neiva, Turbo, Quibdó y Tumaco, y seguiré visitando distintas zonas del país. Mi prioridad es aprender sobre sus problemáticas y, más adelante, hacer recorridos más intensos.

CAMBIO: ¿Por qué cree que usted sí puede garantizar seguridad a los colombianos?

E.P.: No solo lo creo, lo he demostrado. En mis dos alcaldías redujimos significativamente los índices de criminalidad, especialmente los homicidios. En el centro de Bogotá enfrentamos grupos armados que controlaban sectores como el Cartucho y el Bronx. ¿Cómo? Con el apoyo de la Policía y el Ejército, logramos recuperar la zona y demoler 1 200 edificaciones en 32 hectáreas, a solo dos cuadras de la Casa de Nariño. Cuando nadie había actuado en 70 años, nosotros lo hicimos. Porque se trata de hacer y no de hablar tanta carreta.
 

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