Exclusivo: Gobierno Duque también usó polígrafo con empleadas del servicio
2 Julio 2023 07:07 am

Exclusivo: Gobierno Duque también usó polígrafo con empleadas del servicio

Tres enfermeras y una empleada del padre de la vicepresidenta fueron sometidas a polígrafo por sospecha de hurto.

Crédito: Jorge Restrepo H.

CAMBIO obtuvo declaraciones de empleadas del padre de la entonces vicepresidenta Marta Lucía Ramírez que fueron sometidas al detector de mentiras en el mismo sótano del edificio adscrito a la Presidencia donde fue interrogada la niñera de Laura Sarabia.

Por: Sylvia Charry

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La historia del polígrafo a la niñera de la exjefa de Gabinete Laura Sarabia, Marelbys Meza, desató la noticia más sonada del año. El 30 de enero Marelbys Meza fue llevaba en un carro oficial hasta la sala de poligrafía de la Casa Galán, adjunta a la Casa de Nariño, para que rindiera la prueba de “credibilidad y confianza” luego de que se perdiera un dinero en la casa de su entonces jefa. El detector de mentiras, que no es prueba judicial aceptada en Colombia, concluyó que la niñera faltó a la verdad y que está involucrada en el robo. El escándalo, que ya incluye chuzadas, la salida de dos altos funcionarios y el suicidio de un oficial de la Policía, empezó por lo que la Fiscalía calificó como un abuso de autoridad y un peculado por el uso del polígrafo para investigar una situación que, a juicio del ente acusador, nada tenía que ver con la seguridad presidencial. Pues bien, durante el gobierno de Iván Duque cuatro empleadas domésticas fueron sometidas al mismo tratamiento de Marelbys sin que la Fiscalía de Francisco Barbosa hubiera hecho nada por investigarlo.

En el año 2020, tres enfermeras y una empleada de servicio doméstico, que trabajaban para el padre de la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, fueron sometidas a polígrafo. Se trata de las enfermeras Luz Duarte, Lina Marcela Burbano y Cesia Rodelo, y de la empleada Dily Banquett, quienes laboraban para Álvaro Ramírez Suárez. Un buen día, el padre de la entonces vicepresidenta empezó a notar que se perdían de su casa ropa y alimentos. En otra ocasión, echó de menos 20.000 pesos y decidió dar la voz de alarma. Nadie sabe exactamente cómo, pero sus tres enfermeras y su empleada doméstica fueron conducidas en un carro oficial hasta el edificio Luis Carlos Galán, ubicado al frente de la Casa de Nariño. Allí, fueron llevadas al sótano y sometidas a polígrafo.

CAMBIO pudo contactar a dos de las empleadas sometidas a la prueba. Una de ellas accedió a hablar con la condición de mantener reservada su identidad. Ella afirmó que no se sintió obligada a presentar la prueba y que estuvo de acuerdo con hacerla “porque se venían perdiendo las cosas”. En el momento de someterla al detector de mentiras, le dijeron que si no quería hacerlo podía abstenerse sin consecuencias. De todas maneras, los recursos públicos, incluyendo equipos y personal, fueron usados para investigar por fuera de un proceso judicial a las empleadas sospechosas de pequeños robos en la casa del padre de la vicepresidenta. Asunto que nada tiene que ver con la seguridad nacional.

La empleada asegura: “A muchas no nos fue bien en el resultado, pero en ningún momento se usó la prueba para despedir a alguien, no. Todas seguimos trabajando, hasta que cada una tomó la decisión de no continuar trabajando en ese lugar”.

Sin embargo, una de sus compañeras, la enfermera Luz Duarte, dijo que las otras tres mujeres dejaron de trabajar días después del polígrafo, aunque explicó que renunciaron por motivos personales; “Yo me retiré con ellas después del polígrafo por las fechas que empezó la pandemia. Renuncié voluntariamente, no recuerdo cuántos días después”.

También, aseguró que en ningún momento se sintió presionada para presentar la prueba, que a todas las recogieron en un carro oficial, las llevaron a la sala de poligrafía y que le parecieron normales las preguntas sobre el hurto. “Es la única vez en mi vida que he presentado eso, me pareció con normal tranquilidad las preguntas, me explicaron antes qué funcionamiento tenía y ya, duró 40 minutos tal vez. La verdad no sé cómo salieron los resultados. No me sentí bajo presión, fue un requerimiento por el trabajo”.

Sin embargo, al preguntarle sobre si pudo haber dicho que no lo iba a presentar, Luz respondió: “No, la verdad no, era como algo obligatorio en el momento”.

De acuerdo con un documento conocido por CAMBIO “el resultado de estas pruebas determinó que las evaluadas se hurtaron elementos (ropa y alimentos), así como dinero de baja cuantía (hasta 20.000)”.

La defensa de Laura Sarabia ha estado centrada en la tesis discutible de que un robo en la casa de la funcionaria más cercana al presidente podría significar un riesgo de seguridad para el jefe de Estado. Más recientemente, al robo del dinero –cuya cuantía sigue siendo incierta– se ha sumado la versión de que desaparecieron documentos de seguridad nacional que la jefa de gabinete había recibido de los ministros como parte de su función como miembro del Comité de Seguridad Nacional. La justicia será la encargada de evaluar la validez de esta versión. La Fiscalía sostiene que se trata de un hurto a una propiedad privada y que no podían usarse recursos públicos para investigar esos hechos por fuera del ámbito judicial.

Para profundizar

Si en el robo a la casa de Sarabia el argumento de seguridad nacional es discutible, lo que es evidente en el robo al padre de la entonces vicepresidenta Marta Lucía Ramírez es que se trata de un hecho de exclusivo interés particular. El hurto de pequeños objetos y plata de bolsillo de la casa del señor Álvaro Ramírez Suárez no puede ser ni remotamente un tema que comprometa la seguridad nacional o que amerite el uso de equipos de poligrafía para investigarlo.

La gravedad de estos hechos se entiende con las declaraciones del fiscal general, Francisco Barbosa, cuando se refirió al caso de Marelbys Meza, quien este año fue sometida a la misma prueba en el mismo lugar. El fiscal, en entrevista con el periodista Ricardo Ospina, director del Servicio Informativo de Blu Radio, afirmó sobre el polígrafo: “Es un mecanismo indicador para funcionarios públicos que puede ser utilizado en el marco de la seguridad nacional, pero jamás en el marco de un privado. Entonces yo no puedo coger a su mamá, Ricardo, y llevármela diciéndole hágame el favor, mi señora se ubica acá y usted va a responder unas cosas y después me firma, eso no se puede”.

En la misma entrevista, concedida cuando lo único que se sabía del escándalo era el uso del detector de mentiras, Barbosa aseguró que eso no pasaba desde hacía mucho tiempo. “Eso existía cuando existía el F2 y cuando existía el DAS en su peor momento, o cuando existía por ejemplo el SIC, el Sistema de Inteligencia Colombiano. Eso se hizo, por ejemplo, en casos muy complicados durante la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla”. Sin embargo, en el gobierno de Iván Duque, el mismo presidente que lo nominó a él para ser fiscal, el detector de mentiras fue usado contra cuatro mujeres particulares como sospechosas de pequeños robos en la casa de otro particular, el padre de la vicepresidenta.

Las declaraciones del fiscal Barbosa sobre el tema de Marelbys Meza parecen venir como anillo al dedo a las sucedidas con las empleadas del padre de la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez: “Pero no, cuando usted actúa con la Fiscalía General de la Nación en las investigaciones, tiene que hacerse bajo siempre criterios de la Fiscalía y nunca un polígrafo, jamás un fiscal dice hágame el favor y me le hacen un polígrafo a alguien en el marco de una investigación judicial. Eso no existe, no es legal”.

El fiscal Barbosa concluyó su declaración señalando que la excusa de la seguridad nacional no se puede usar para investigar con elementos de inteligencia del gobierno el robo a un particular: “Entonces, cuando usted dice seguridad nacional no todo cabe. Es decir, la pregunta es la siguiente: si a mí me llegan a robar el celular o me llegan a robar el reloj o me roban una chaqueta en mi casa, ¿es un asunto de seguridad nacional o es un asunto de un bien jurídico protegido que era mi patrimonio? El hecho de que le pase a uno algo por ser servidor público no involucra que sea un tema de seguridad nacional necesariamente”.

CAMBIO contactó a la exvicepresidenta Marta Lucía Ramírez quien dijo no recordar el episodio: “¿Sabe que no estoy enterada? Yo creo que sí hubo un hurto a mi papá recién mi mamá se murió, pero no estoy enterada de cómo habrá sido eso, eso lo estaban trabajando con la agencia que tenían las enfermeras, pero no sé qué habrán hecho (...) La verdad no estoy enterada. La verdad no tengo la información de qué fue lo que se hizo en ese momento tendría que averiguar a ver qué fue”.

Así como resulta poco creíble que la investigación paralela emprendida por la seguridad de la Presidencia sobre el robo a Laura Sarabia haya ocurrido sin conocimiento de ella, también es difícil imaginar que tres enfermeras y una empleada del padre de la entonces vicepresidenta hayan sido sometidas a polígrafo en instalaciones del palacio presidencial sin que Marta Lucía Ramírez lo supiera.

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