Funcionario de Gobierno Duque lavaba dinero para el Ñeñe, ofreció información a la Fiscalía y fue ignorado
Juan Pablo Montoya Prada y José Guillermo Hernández, alias Ñeñe.
Crédito: Foto: Yamith Mariño
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La Fiscalía mostró desinterés en varios procesos para investigar a José Hernández Aponte, alias Ñeñe, quien según la entidad, hacía parte de los financiadores del temido narco Marquitos Figueroa. CAMBIO revela la información entregada sobre él por un alto funcionario del gobierno de Iván Duque, que fue capturado por lavado de activos.
Por: Sylvia Charry
El interrogatorio de Montoya Prada tiene fecha del 12 y 13 de diciembre de 2019, un mes y unos días antes de que Francisco Barbosa se posesionara como fiscal general, y Montoya, en su declaración, quien buscaba en ese entonces un principio de oportunidad, le dijo a la Fiscalía que, aunque la empresa que representaba legalmente C.I. Venecomex fue constituida con el objeto principal de exportación e importación de productos cárnicos hacia y desde el exterior, se enfocó desde 2009 en la realización de operaciones de blanqueo de capitales para empresas dedicadas a la exportación de ganado hacia Venezuela.
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Según su testimonio, su empresa les lavó dineros a otras como: Importadora Papayal Ltda., con domicilio en Valledupar, representada por José Guillermo Hernández Aponte, alias Ñeñe (antes de su muerte); Agropecuaria El Búfalo S.A., con domicilio principal en la ciudad de Bucaramanga y representada por Alexander Ariza alias toto, y Marketing De Colombia- Marketcol S.A., ubicada en Bucaramanga y representada por Mauricio Suárez Rincón. El nombre de Ariza se hizo popular porque quedó grabado en los audios del Ñeñe, que se conocieron dentro del escándalo de la ñeñepolítica, era uno de los hombres cercano al fallecido ganadero. Ariza y Suárez fueron capturados diez meses después del interrogatorio de Montoya Prada.
Uno de los puntos más interesantes de la matriz de colaboración de Montoya es que relató cómo la plataforma de blanqueo de capitales ya existente era utilizada por el Ñeñe Hernández y su organización.
La información que entregaba Montoya Prada era de la mayor relevancia porque, aunque para esa época el Ñeñe ya estaba muerto, le permitiría a la Fiscalía identificar cuáles otras personas estaban relacionadas con su estructura delincuencial y con sus negocios de ganado que, al parecer, tenían tan alto flujo de dinero que les tocaba buscar a expertos en lavado de activos para blanquear su capital. Montoya les dijo a los fiscales que el origen de los dineros que lavaban a través de la empresa C.I. Venecomex era de los “clientes ganaderos y de sus asociados”.
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El modus operandi de lavado a ganaderos
Juan Pablo Montoya Prada explicó a los fiscales que el Ñeñe Hernández solía lavar activos de la organización a la que pertenecía mediante la exportación de ganado, pero como los recursos en muchas ocasiones desbordaban su capacidad, recurría a su falsa estructura empresarial y de lavado de activos, que consistía en dos modalidades: operaciones en la bolsa a través de la falsa compra de maquinaria en el exterior, o transferencias internacionales a empresas fachada (sobre todo a Panamá) para lavar recursos ilícitos.
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“Aunque los recursos de estos ganaderos eran principalmente lavados a través de las exportaciones de ganado, en los eventos en que no era posible llevar a cabo las operaciones, dichas operaciones, los recursos eran depositados en los fondos de valores de las comisionistas de bolsa Serfinco S.A., Interbolsa S.A. y Global Securities S.A., a nombre de la sociedad C.I. Venecomex SAS antes LTDA., al igual que para realizar compras de acciones y títulos de renta fija a nombre de la sociedad, de tal forma que esas sociedades comisionistas también fueron utilizadas para dar apariencia de legalidad a los dineros que se destinaban para inversión en el mercado bursátil”, explicó Montoya Prada a los fiscales.
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Tanto era el dinero que movía el Ñeñe Hernández que en un proceso de extinción del dominio están persiguiendo sus múltiples bienes, dentro de los cuales se encuentran dos empresas de las que era socio y que suman un patrimonio superior a 6.000 millones de pesos.
Para la justicia debía ser interesante escudriñar en los negocios del fallecido ganadero que, según descubrieron investigadores después de su muerte, hacía parte del brazo financiero del temido narcoparamilitar guajiro conocido como Marquitos Figueroa. Es decir, según las pesquisas, el Ñeñe hacía parte de una estructura que dominaba nada menos que la Alta Guajira, específicamente, controlando “el paso del contrabando, de los vehículos hurtados, armas de fuego ilegal, ganado, extorsiones a todas aquellas personas que pasaran algún elemento ilegal a Colombia por el lado de la Guajira” y que era responsable de homicidios selectivos.
En el interrogatorio, Montoya Prada puntualizó que él sabía que, a través de su empresa, le hicieron operaciones de lavado al Ñeñe, “testaferro de Marquitos Figueroa”.
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“Entiendo que ellos (sus clientes) movían plata a otras personas pero no sé a qué organización pueda pertenecer esa plata, pero sé que ellos mezclaban dineros lícitos, con dineros ilícitos, porque digamos su operación de ganado tenía su parte de licitud, pero también manejaban otros recursos, pero desconozco exactamente de quien pudieran ser esos recursos; yo pudiera decir en este momento que una de las personas a las cuales le hicimos operaciones de ganado es el señor José Guillermo Hernández Aponte (fallecido), esta sindicado de ser testaferro de Marquitos Figueroa, pero más allá de eso no tengo conocimiento”, se lee en el interrogatorio.
Al parecer, el curtido fiscal de lavado, Alfredo Vásquez, se centró en evaluar la información que dio Juan Pablo Montoya Prado sobre los que fueron capturados junto a él, y se negó a tramitar el principio con el argumento de que “la información ya era conocida de alguna forma por la Fiscalía”. Sin embargo, quedaron muchas piezas por fuera del rompecabezas, por ejemplo, la información que dio sobre los ganaderos, clientes de la red de blanqueo de capitales, uno de ellos, el Ñeñe.
Lo que sí quedó claro es que la empresa de Montoya Prado lavó por lo menos un billón de pesos de “origen desconocido”, que una parte de lo que lavó pertenecía al Ñeñe y sus socios, y que a la Fiscalía todo esto no le pareció que ameritara continuar con las pesquisas y contar con un testigo de los hechos. El caso, que se inició en la administración de Néstor Humberto Martínez, quedó en las primeras 16 capturas en las que cayó Montoya Prada, pero no tuvo desarrollos en la actual administración del fiscal Francisco Barbosa.