“Mi Fiscalía no estará al servicio de ningún grupo político“: Luz Adriana Camargo 
22 Marzo 2024

“Mi Fiscalía no estará al servicio de ningún grupo político“: Luz Adriana Camargo 

Luz Adriana Camargo, la nueva fiscal general de Colombia.

Crédito: Foto: José Ricardo Báez G.

En entrevista con CAMBIO, Luz Adriana Camargo dijo que no será una fiscal general opinadora que contribuya a la polarización. Aseguró que en su administración no habrá perseguidos y reprochó los rumores sobre los tejemanejes para la elección de fiscal general. Y le pidió a la exfiscal encargada Martha Mancera que dé un paso al costado.

Por: Sylvia Charry

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CAMBIO: Quisiéramos empezar esta entrevista con una escena que revelamos la semana que pasó. Un día antes de que usted liderara la votación en la Corte Suprema de Justicia, el presidente Gustavo Petro y la entonces fiscal (e) Martha Mancera se reunieron en secreto, en el apartamento del ministro de Justicia, Néstor Osuna. Según las fuentes, uno de los temas de conversación fue la posibilidad de cambiar la terna. Cinco días después, el día que usted fue elegida, una de las candidatas a la terna renunció. ¿Qué tiene para decir sobre ese episodio? 

Luz Adriana Camargo: Muy poco. Usted me habla de fuentes informadas, pero sé que el presidente y la entonces fiscal (e) corroboraron que hubo una reunión, mencionaron los temas y ninguno habló de que alguno haya sido la terna. Ese ya es un ejercicio de adivinación que poco le aporta al proceso. 

CAMBIO: Hablaron sí, pero dieron versiones contrarias…

L.A.C.: Aquí lo único cierto es que con o sin dificultades, la Corte Suprema de Justicia tomó una decisión y me eligió de la terna que el presidente presentó. Ese ciclo está cerrado y no le hace bien al país hablar de supuestos.

CAMBIO: Pero es que hubo muchos rumores alrededor de la elección. La excandidata Ángela María Buitrago dijo en una entrevista en Los Danieles que la presionaron para que buscara y hablara con personas externas a la Corte Suprema de Justicia que, de alguna manera, tenían el poder de hacerla elegir fiscal. ¿Usted recibió presiones o tuvo que buscar a terceros para ser elegida?

L.A.C.: Eso no es cierto. No recibí presiones y me parece un ejercicio irrespetuoso conmigo, con las candidatas y con los magistrados. Hay un sector que considera que el fiscal es una ficha del presidente porque este lo terna y otro sector dice que es una especie de personajillo que hace acuerdos por debajo de la mesa para lograr la Fiscalía. Esa presentación me parece irrespetuosa con la Fiscalía y la Corte Suprema de Justicia.

CAMBIO: Es que en el lapso de su elección hubo muchos rumores. Se habló de que los magistrados estaban esperando alguna contraprestación por su voto. ¿Eso pasó? 

L.A.C.: No. La especulación al respecto es negativa para el país y lo único que hace es minar el contenido del proceso que concluyó en tiempo razonable y con un nivel de exigencia muy alto. Invito a que confíen en el proceso. Si otra candidata vivió una experiencia diferente, lo lamento, cada cual hace un ejercicio de reflexión en torno a su presentación y estrategia. Muchas veces me encontré con las dos candidatas a la entrada de un despacho judicial para hacer una audiencia privada, eso no tiene nada de raro ni de humillante. Una hoja de vida no es suficiente. ¿Cómo me iban a conocer los magistrados que no me conocían?


CAMBIO: Es decir, ¿usted está de acuerdo con el modelo que hay para la escogencia de fiscal general?

L.A.C.: Este sistema de elección garantiza un equilibrio que pocos sistemas tienen. Normalmente los fiscales generales de sistemas acusatorios de corte anglosajón son una dependencia del ejecutivo, son directamente designados por el presidente. En Colombia, como somos muy democráticos, decidimos que la Fiscalía es de la rama judicial y que es elegida en un procedimiento mixto donde el presidente presenta la terna y la corte decide. Es un sistema equilibrado. ¿Qué es lo que se considera perverso en un sistema que lo que pretende es lograr un equilibrio?

CAMBIO: Usted sucede en el cargo a un fiscal general polémico, por decir lo menos. ¿Qué piensa hacer diferente?

L.A.C.: No quiero ser una fiscal mediática. El fiscal no debe ser un opinador, debe facilitarles el trabajo a sus funcionarios, que tengan libertad y autonomía. No quiero ser una fiscal que le esté metiendo mano a los procesos. Los fiscales generales no llevamos procesos. Seré como una especie de gerente de una gran empresa que tiene que poner todo su empeño, con su equipo directivo, para que una cantidad de gente que esté en las regiones pueda hacer su trabajo. Quiero una Fiscalía que ofrezca garantías a todos, no politizada. Una Fiscalía técnica, que ni ayude ni perjudique a nadie. Que no esté al servicio de ningún grupo de poder. Una Fiscalía responsable.

CAMBIO: En su presentación ante la Corte Suprema de Justicia usted dijo que uno de sus grandes cambios en la Fiscalía estará en la presentación de las cifras. ¿Por qué?

L.A.C.: De un tiempo para acá se habla de esclarecimiento, una palabra extraña. Nosotros hablábamos de resolver casos no de esclarecerlos. La administración saliente puso la meta institucional en las imputaciones, es decir, los fiscales podían dar un caso por esclarecido cuando imputaban, me parece que eso pone la vara bajita. Después de la imputación es cuando como fiscal debo pensar si puedo escalar una estructura, si puedo negociar, si acuso, si precluyo, si voy a juicio, ahí debe estar la meta del fiscal. La meta institucional. Hoy día los casos se caen por cosas que dan pena.

CAMBIO: Hablando de esos cambios necesarios, la historia reciente ha mostrado que el fiscal general no es independiente, ¿cómo devolverle la confianza a la gente?

L.A.C.: Lo importante es hacer bien la tarea, pero también saber comunicarla. El problema con la justicia es que no tenemos una forma adecuada de comunicar y los ciudadanos quedan con una sensación de desamparo. Hay un poco de ansiedad social y tiene que ver con la forma en la que le estamos comunicando al país cuáles son los resultados de la gestión. La idea de estar poniéndole candado a toda la información ha traído un perjuicio a la justicia. No tenemos que contar métodos ni investigaciones, pero sí tenemos el deber de reportar cómo avanzan los casos para que no pensemos que están dormidos. Espero tener mejor relación con los medios y quitarnos la ansiedad del caso mediático.

CAMBIO: Pero le hablo de que la gente tiene la percepción de que el fiscal general es del bolsillo del presidente que lo terna. Hay procesos en la actualidad que afectan a dos de los líderes políticos más importantes del país, Gustavo Petro y Álvaro Uribe, ¿qué mensaje envía al respecto? 

L.A.C.: Mi mensaje es de moderación. Hay que bajarle el volumen a las declaraciones, hacer un trabajo serio, responsable y ponderado. Esos procesos los tienen fiscales delegados ante la Corte, los de mayor jerarquía, uno debería esperar que esos casos tengan la mejor conducción, así se adopten decisiones que no gusten. Seguramente, en estos cuatro años se tomarán decisiones que le gustan a unos y no a otros y viceversa. Si puedo ayudar a que la polarización desaparezca, en términos de que nadie se sienta perseguido, yo sentiría que hice una buena labor.

CAMBIO: Para resumir su respuesta, le haré la pregunta más directa, ¿usted va a ser la fiscal de Petro?

L.A.C.: Soy la fiscal de los colombianos.

CAMBIO: ¿Cómo fue su primera reunión con el presidente como fiscal elegida?

L.A.C.: Formal. Se habló de la reforma a la justicia. También hablamos de la necesidad de las reformas que requiere el sistema penal acusatorio, lo cual, hace parte de las mesas que inició el ejecutivo en cabeza del ministro de Justicia, Néstor Osuna. 

CAMBIO: ¿Usted es amiga del sistema acusatorio?

L.A.C.: Yo trabajo con el sistema acusatorio, es el que tenemos.

CAMBIO: Muchos consideran que al fiscal general le faltan controles y se habla de un tribunal de aforados. ¿Usted piensa lo mismo?

L.A.C.: Probablemente sí esté de acuerdo en que un sistema de controles es adecuado para una entidad tan poderosa como la Fiscalía.

CAMBIO: Sin posesionarse se conocieron algunos nombres de su equipo de trabajo y las críticas no demoraron, como el caso de su vicefiscal, Gilberto Javier Guerrero, ¿cómo escogió al que será su segundo al mando?

L.A.C.: Me tocó escoger vicefiscal muy temprano, cuando mi aspiración no era viable, porque había una narrativa de que mi vicefiscal iba a ser el ministro de Defensa, Iván Velásquez. Desde el primer momento pensé en Gilberto Guerrero. De él se han dicho muchas mentiras y pocas verdades. Viene de Pasto, es excelente jurista, profesor universitario, fue juez, magistrado auxiliar, hizo parte del grupo de parapolítica con nosotros en la Corte Suprema de Justicia. Por esa misma época nació el sistema penal acusatorio, fue una de las personas que lo enseñó y se volvió, para muchos de nosotros, un asesor de cabecera. Luego, cuando concursó para fiscal delegado ante tribunal ganó y quedó en el primer puesto. Podía escoger dónde trabajar y pidió que lo dejaran en Cali y estando allí, Vivian Morales lo nombró como director seccional. En ese momento, conoció a Martha Mancera, como todos los que trabajan en Cali, pero no es de su círculo cercano. Gilberto renunció en la administración de Néstor Humberto Martínez y no tuvo ningún cargo en la administración de Francisco Barbosa.

CAMBIO: Hablando de la exfiscal Martha Mancera, ¿qué rol tendrá en la Fiscalía?

L.A.C.: La doctora Mancera tiene un cargo provisional de fiscal delegada ante el Tribunal. Tenía un cargo de carrera y renunció para ser vicefiscal. Ella ya tiene resolución de pensión. Esperaría que la doctora Mancera francamente se retire. Hizo parte de la administración saliente, cada cual llega con su equipo, ya cumplió su rol, independientemente de las críticas o aplausos, creo que cada cual llega con su equipo.

CAMBIO: Lo mismo espera del que fue coordinador delegado ante la Corte, Gabriel Ramón Jaimes…

L.A.C.: Yo no sé cuál es la situación de él, preferiría tomar las decisiones con la serenidad del caso porque tampoco quiero iniciar una cacería de brujas, no quiero crear un pánico en los funcionarios.

CAMBIO: Como coordinador de la Fiscalía Delegada ante la Corte Suprema de Justicia eligió a Hernando Barreto Ardila, ¿por qué? 

L.A.C.: Sí. Me da curiosidad que si elijo a alguien de la Corte Suprema dicen que es cuota de los magistrados y si elijo a un funcionario de la Fiscalía, dicen que es cuota de la administración saliente. Está duro el ejercicio de elegir equipo. Hernando Barreto es un hombre ponderado. Trabajé con él en la Corte Suprema, era mi vecino, aprendí casación con él, es profesor universitario, trabajó en las primeras administraciones de la Fiscalía. Es un jurista. 

CAMBIO: Adelántenos otros nombres de su cúpula…

L.A.C.: Solo puedo adelantar el de Gabriel Sandoval que llegará como fiscal delegado para Crimen Organizado. Actualmente está en la Dirección Antinarcóticos. Lo conocí en el año 87 porque trabajamos juntos en mi primer cargo, en el juzgado 19 superior, yo era sustanciadora y él era escribiente. Y, aunque no puedo dar el nombre, en Finanzas Criminales trabajaré con una persona que tiene un perfil distinto al de Luz Angela Bahamón. No será una abogada sino una financiera. Quiero cambiar el enfoque.

CAMBIO: Vamos a lo que será su estrategia. Nos dicen que usted piensa federalizar la Fiscalía, ¿cómo es eso?

L.A.C.: Es una buena manera de decirlo, yo creo que sí. La Fiscalía tiene políticas demasiado centralistas y el país tiene un fenómeno de criminalidad complejo que no responde a patrones uniformes. En mi administración los directores seccionales adquieren una relevancia total, pero eso implica hacer una muy buena parrilla de indicadores de gestión. 

CAMBIO: Eso en la teoría suena muy bien, pero hay un riesgo importante sobre todo en zonas que están cooptadas por grupos criminales. ¿Cómo enfrentar esa realidad?

L.A.C.: Tenemos un fenómeno de cooptación de autoridades en varias zonas del país y es probable que la Fiscalía no esté excluida de eso. Para eso será clave la fiscal delegada para los territorios que debe trabajar de la mano con las seccionales. Con los directores seccionales haremos un mapeo serio y enfrentaremos esas realidades. Vamos a fortalecer la oficina de control interno disciplinario y vamos a ser exigentes con las metas institucionales. 

CAMBIO: ¿Quién va a ser su delegada para los territorios?

L.A.C.: Deisy Jaramillo, una mujer que lleva décadas en la Fiscalía. 

CAMBIO: Sobre la Asamblea Nacional Constituyente que ha mencionado el presidente Gustavo Petro, ¿Cuál será es su postura?

L.A.C.: La fiscal general no va a emitir ese tipo de opiniones. Ahí es donde empiezan los choques de trenes, es respetable si el ejecutivo impulsa esa iniciativa, si eso le gusta o no le gusta a las demás autoridades creo que no le aporta a la discusión. Habría que mirar, con base a la agenda, qué se va a discutir, qué se le va a preguntar a la ciudadanía. Por ahora, prudencia.

CAMBIO: ¿Cuál será la postura de la Fiscalía sobre la paz total? ¿Acogimiento o sometimiento de las bandas criminales?

L.A.C.: La postura será la prudencia. Creo que las bandas deben someterse por naturaleza, pero no hay que desconocer que muchas son verdaderos ejércitos, organizaciones criminales, portan uniformes, armas, ejercen control territorial. Eso nos podría llevar, en el marco legal, a otro tipo de escenarios. No me cierro a la banda, pero son temas que requieren muchísimo estudio. En el escenario de paz total el presidente, como jefe de Estado, tiene la competencia de definir esos escenarios para lograr que el orden público se restablezca, desde la Fiscalía haré buenas investigaciones contra organizaciones criminales, aun con órdenes de captura suspendidas, la obligación de la Fiscalía no cesa.

CAMBIO: ¿Está de acuerdo con suspender las órdenes de captura?

L.A.C.: Es la ley la que lo permite. No tiene que ver con si estoy abierta o cerrada, es lo que procede. Lo que no procede es suspender investigaciones. 

CAMBIO: Sobre el tema de sometimiento, el presidente le está pidiendo a la Fiscalía que estudie mecanismos para sometimiento colectivo, ¿lo va a hacer?

L.A.C.: Tenemos una batería grande de sometimiento individual que es viejísima. Habría que revisar toda esa legislación para ver si existe la posibilidad de adaptarla sin ninguna modificación legal, no he mirado el detalle, lo vamos a revisar. Estoy tratando de asesorarme muy bien en tres materias: justicia especial para la paz, justicia transicional y paz total, hay que tener equipo muy fuerte y consistente. 

CAMBIO: ¿Usted tiene algún referente?

L.A.C.: Yo estuve en las cuatro primeras fiscalías y me gustó mucho la de Alfonso Valdivieso. Modernizó, supo escuchar y fue un muy buen líder. Fue una persona que tuvo una muy buena participación en la investigación del proceso 8.000, que fue importante para develar relaciones narcopolíticas, que concluyó con la parapolítica. Hizo mucha gestión. No conozco las administraciones posteriores. 

CAMBIO: Valdivieso renunció para lanzarse a la presidencia y eso ha sido un yugo que ha pasado a varias administraciones. ¿A usted le interesa la presidencia?

L.A.C.: Nunca. Me acerco a los 60 años y no tengo aspiración distinta a hacer una buena Fiscalía. A ser recordada como una fiscal ponderada, justa, equilibrada, que modernizó, que ayudó, que no persiguió, que apoyó, que tampoco perdonó. Las aspiraciones presidenciales son como una maldición en la Fiscalía y yo no tengo esa maldición.

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