Trata de personas ha crecido más del 60 por ciento: así intentan combatir este fenómeno en el Congreso

María*, una joven caleña que dedicó diez años de su vida al liderazgo social, fue víctima de trata de personas en España. ¿La razón? Una promesa de trabajo “bien remunerada” que conoció a través de una familiar y resultó ser un engaño. Ese episodio, que le cambio la vida, fue una de las peores experiencias que ha vivido. 

El caso de esta joven se relata en un fallo del Tribunal Superior de Cali que ordena su protección y asistencia. Esa sentencia, que da un halo de esperanza, describe que María desarrolló su liderazgo en el distrito de Aguas Blancas, en Cali. La mujer, obligada por la difícil realidad de su zona, fue amenazada en varias ocasiones. Esto, sumado a la falta de recursos, de posibilidades laborales y el compromiso que tenía con sus dos hijos, terminaron por llevarla a aceptar la “oferta de trabajo”. 

Sin embargo, cuando llegó a Madrid, su destino, le informaron que no tenía alojamiento. Ahí empezó su calvario, porque terminó en una casa de citas en la que se vio obligada a prestar servicios sexuales en condición de precariedad. 

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Como ella, cientos de personas, por las razones que sea, terminan siendo víctimas de trata: algunas son engañadas con promesas de trabajo, estudio o, incluso, por los mismos familiares que les venden una “mejor oportunidad de vida”. Uno de los factores que incide en el problema es el aumento de captación a través de las plataformas digitales. Para hacerle frente a esto, en el Congreso se tramita un proyecto de ley que busca llevar la lucha contra la trata a esos entornos. 

La magnitud del problema: las cifras van en aumento 

De acuerdo con cifras del Centro Operativo Anti-Trata (COAT) del Ministerio del Interior, solo en lo que va de 2025 en esa dependencia han atendido a 85 personas víctimas de este delito. 

Pero si se hace una revisión de los últimos años, está claro que es un problema que crece. Las cifras son contundentes: entre 2023 y 2024 hubo un aumento de 60,6 por ciento en los casos: pasó de 259 a 416 víctimas atendidas de un año a otro. Además, hay cientos casos que no se contabilizan porque muchas personas no se atreven a denunciar por el miedo a las redes. 

De acuerdo con lo reportado por el COAT, se ha identificado que el 83,1 por ciento de las víctimas son mujeres: solo entre 2020 y 2024 hubo 932 afectadas. En cambio, los hombres representaron el 12,6 por ciento de los casos en ese mismo periodo. 

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María: de un calvario a otro

Si bien en este tipo de casos inciden múltiples factores, en el de María una mayor regulación, más publicidad y mayor control de las autoridades que le habrían dado a ella más herramientas para evitar pasar por esa situación que vivió en un país distinto al suyo. 

En el fallo del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cali se narra que María vivió maltrato, explotación y llegó a tener una enfermedad de transmisión sexual. Luego, cuando por fin logró ponerse en contacto con organizaciones y salir de esa situación, enfrentó a otra dificultad: las fallas de las instituciones. 

En la decisión judicial se menciona que la joven activó la ruta de atención para víctimas de trata de personas el 20 de junio de 2024, cuando se presentó el reporte ante el Comité Nacional de Lucha Contra la Trata, adscrito al Ministerio del Interior. Desde entonces, solo hasta el 2 de julio se reportó el caso y dos días después recibió comunicación de recepción. Es decir, el famoso 'recibido'. Sin embargo, desde entonces no recibió ninguna respuesta.

Fue entonces cuando llevó el caso al Distrito Especial de Santiago de Cali y este fue trasladado de entidad en entidad. En otras palabras, esas instituciones no le dieron respuesta y, por ende, llevó el caso a los estrados judiciales, que ordenaron la protección de sus derechos fundamentales como la salud, la libertad y la dignidad humana, y se le pidieron que se le garantizara protección y asistencia. 

El impacto de las plataformas digitales y las fallas en las instituciones 

Aunque es un fenómeno multicausal, desde el COAT reconocen que uno de los factores que ha incidido en ese aumento son las plataformas digitales: “la dinámica de la trata encuentra en el desarrollo tecnológico de las redes sociales e inteligencia artificial, su principal modo de captación”, dicen en una respuesta emitida a CAMBIO.

De acuerdo con ellos, plataformas como Facebook, Instagram y TikTok “se vuelven espacios en los que los captores identifican las condiciones de vulnerabilidad en que se encuentran muchas personas y les presentan ofertar fraudulentas para captar a sus víctimas”, como dicen desde la entidad adscrita al Ministerio del Interior. 

En eso coinciden varias organizaciones luchan desde hace varios años contra la trata. De acuerdo con Claudia Quintero, de la fundación Empodérame, este fenómeno persiste por la alta demanda de “explotación sexual y trabajo forzado que alimenta y sostiene a las redes criminales […] Sin una estrategia efectiva para desincentivar la demanda, sancionar a los consumidores y concientizar sobre el impacto de esta explotación, el problema continuará creciendo”, detalla. 

Esta fundación hace parte de las que consideran que la “normalización de la trata y la invisibilización de las víctimas también incide en el aumento”. Esto, en la medida en que “muchas víctimas de trata son reconocidas como ‘trabajadoras sexuales’, lo que impide que reciban la protección adecuada y se invisibilice su situación de explotación”. Sin embargo, hay otras organizaciones que tiene posturas distintas a esta. 

Quintero también considera que el tema digital es otro de los factores agravantes de la crisis. Ella afirma que “es necesario actualizar la normativa para regular el uso de herramientas digitales en la trata de personas. La legislación actual no contempla de manera específica la captación digital con fines de explotación, lo que permite que los tratantes operen sin ser perseguidos eficazmente”. 

Para Jazmín Santa, investigadora de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB) de Medellín y miembro de la Mesa contra la Explotación Sexual Comercial de Niñas, Niños y Adolescente (ESCNNA) en la capital antioqueña, es cierto que hay factores digitales que inciden, pero también menciona que, más allá de eso, se deben enfrentar los problemas de fondo. 

“Cuando las víctimas regresan de las experiencias que viven, se encuentran con que no hay políticas que ayuden a vincular a las víctimas de trata en nuevas lógicas de trabajo”, explica. Además, porque cree “que cada vez hay menos víctimas que no sean trabajadoras sexuales y no acepten esas ofertas de trabajo”.

La ley ‘anti-trata’: el proyecto que se hace camino en el Congreso

Para hacerle frente a casos como el de María, que, según las expertas, pudo evitarse con más herramientas de regulación en las redes, en el Congreso se tramita un proyecto de ley que apuesta a actualizar las disposiciones normativas sobre la lucha contra la trata de personas en el marco de las modalidades digitales del delito. 

En palabras castizas, la idea es establecer más límites en entornos digitales, para que a las redes de captadores se les haga más difícil llegar a posibles víctimas a través de las redes sociales. “En un país donde 47,4 millones de personas tienen acceso a internet, es indispensable que el Estado cuente con políticas de prevención y castigos efectivos que protejan a la población. De manera especial, porque la trata es la tercera actividad ilegal más lucrativa para el crimen organizado a nivel global”, como se lee en la justificación del articulado. 

Así, una de las propuestas del proyecto es que el Estado deberá garantizar el acceso a la justicia eliminando barreras de acceso —como las que sufrió María en su vuelta a Colombia, que tuvo que interponer una acción judicial—. Es decir, que se tengan las garantías de protección a las víctimas frente a sus victimarios y que la tramitología no resulte peor que la situación que acaban de vivir. 

A su vez, si el articulado se aprueba, se deberán diseñar medidas para fortalecer las acciones de persecución a organizaciones criminales y, en general, la investigación, judicialización y sanción del delito de trata en entornos físicos y digitales.  

Otros de los cambios que se propone es que se incluyen tres nuevos agravantes al delito de la trata, que son las redes, si se comete a población vulnerable y su el sujeto activo de la conducta facilita el transporte de las víctimas. 

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“Hay que eliminar las condiciones de vulnerabilidad”: la importancia de hacerle frente a la trata 

Si bien la aprobación de esa iniciativa es un camino para combatir la trata, las organizaciones también consideran que hay otros factores que se deben atender, como las situaciones de vulnerabilidad, que terminan siendo el caldo de cultivo. 

Por ejemplo, Jazmín Santa menciona que “se está haciendo la prevención de la manera incorrecta y eso debe cambiar. Porque muchas veces las cifras muestran que las víctimas de trata son trabajadoras sexuales y, si vemos eso, por qué no se le está llegando a ellas con la advertencia y de prevención. Y, si algunas deciden irse, pues se les debe hablar de la ruta contra la trata”. 

Además, ella y Quintero, de la Fundación Empoderame, consideran que las instituciones deben fortalecerse para atender estos casos y que las víctimas puedan tener toda la atención necesaria, desde la salud hasta las condiciones para tener una mejor calidad de vida. Adicionalmente, porque esos caminos de atención suelen ser “muy revictimizantes” y eso debe cambiar. 

Con eso coincide la representante Alexandra Vázquez, una de las autoras del articulado, para quien es que es necesario atacar las condiciones de vulnerabilidad, porque son esas situaciones las que pueden "conllevar a que cierta población termine siendo presa de las redes de crimen organizado". 

*Este caso se relata en un fallo del Tribunal Superior de Cali y se le cambió el nombre para proteger su identidad.