El clima está loco (y se pondrá peor)
21 Diciembre 2022

El clima está loco (y se pondrá peor)

Crédito: Adobe Stock

En 2021, según cifras del Banco de la República, el sector agropecuario ocupó el sexto lugar en aporte al PIB colombiano (7,43%), con un valor sectorial de 87.4 billones de pesos.

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En la medición de impacto global por desastres relacionados con el cambio climático, elaborado por el Instituto de Medio Ambiente de Naciones Unidas (ONU-EHS), Colombia está ubicada en la máxima categoría de riesgo, y se declara al país como altamente vulnerable.

Es decir, el nuestro país se encuentra en una zona de riesgo en el que los efectos del clima podrían ser catastróficos. El Departamento Nacional de Planeación ya determinó que la afectación del cambio climático sobre el PIB a 2040 podría estar entre 1,5% y 2,3%.

Pero no se trata solamente de una cuenta que se lleva en dinero. Lo que realmente está en riesgo es la seguridad alimentaria de los colombianos, que ya es frágil: en 2023 más de siete millones de nacionales tendrán que recibir asistencia alimentaria, es decir, 14% de la población.

El clima, de héroe a villano

El Cambio Climático supone el aumento de la temperatura promedio del planeta en 2º C durante los próximos años y, con esto, la aparición de fenómenos como huracanes, lluvias, sequías, vientos, etc, cada vez más frecuentes y más fuertes. Hoy, la temperatura planetaria ya ha aumentado 1.1º C, según el análisis de Climate Action Tracker, y en Colombia el termómetro ha subido 1º C en los últimos 50 años.

Cambio climático
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Esto tendrá un efecto directo en la agricultura, que es la fuente de alimento más importante para los colombianos. En términos generales, el rendimiento de muchos cultivos podría disminuir significativamente a causa de las mayores temperaturas; y las producciones animales también se verían afectadas por el impacto las pasturas y forrajes.

Según estudios de la CEPAL, “una de las actividades económicas sobre la que más se resentirán los efectos del calentamiento global es la agricultura”. Entre las afectaciones, destaca “la modificación en los cultivos debido a un incremento atmosférico en la concentración de CO2; mayor probabilidad de un incremento en la población de plagas, y ajustes en las demandas y ofertas de agua para irrigación. Como resultado se espera que la productividad de algunos cultivos importantes disminuya”.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura ha lanzado una advertencia más detallada: “El clima será menos previsible, lo que complicará la planificación de las actividades agrícolas; los extremos climáticos podrían hacerse más frecuentes; aumentaría el nivel del mar, lo que sería una amenaza para la valiosa agricultura de las costas, las zonas climáticas y agroecológicas se modificarían, obligando a los agricultores a adaptarse”.

Ya estamos viviendo el desajuste en las tendencias climáticas. Según información de la Unidad Nacional para la Gestión de Riesgos y Desastres, en 2021 cerca de medio millón de personas resultaron afectadas en 3.400 emergencias relacionadas con el clima. El caso más destacado fue el de La Mojana, en donde 153.000 personas se vieron afectadas por las inundaciones que provocó el desbordamiento del río Cauca. Y un año atrás, durante una temporada de clima extremo inusualmente fuerte en el Caribe, el huracán Iota destruyó por completo la isla de Providencia.

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“El clima está loco”

Esta frase se escuchará cada día con más frecuencia en el campo colombiano. Y tiene un significado de profundos efectos: será más difícil para los agricultores predecir y mitigar los efectos del clima sobre sus cosechas, y esto traerá una disminución en el rendimiento de las mismas.

Frente a esto, cobra importancia una herramienta como los seguros agrícolas, que protegen a los productores del campo contra siniestros ocasionados sobre sus animales o sobre sus cultivos por fenómenos climáticos extremos, como sequía, inundación, granizo, vientos fuertes, heladas, avalancha o incendio.

Así, una de las contingencias más importantes que afectan la producción agropecuaria en Colombia es la variación del clima, y con el paso del tiempo este riesgo será mayor. Según Fenalce, el gremio de los cultivadores de cereales, “tenemos un compromiso con la seguridad alimentaria, con que haya una oferta alimenticia estable y asequible. Debemos romper la estacionalidad de los cultivos y tener dónde secar y almacenar reservas para enfrentar situaciones a las que nos podemos ver abocados con el cambio climático, que ya no es un asunto a largo plazo, sino que está aquí”. 
 

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