9 Julio 2022

De la resistencia poética al país de la poesía

El Festival Internacional de Poesía de Medellín vive su edición número 32. CAMBIO conversó con Fernando Rendón, su director, sobre cómo lo logró.

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Festival Internacional de Poesía de MedellínDesde el pasado viernes 9 de julio se celebra el Festival Internacional de Poesía de Medellín, un evento de gran importancia cultural, que ha inspirado la creación de otros encuentros similares en el mundo, que recibió el Premio Nobel Alternativo en 2006 y fundó el Movimiento Poético Mundial en 2011. A causa de la pandemia no pudo llevarse a cabo de manera presencial en los dos años anteriores y que regresa en su edición número 32.

Este año ofrece 116 actividades presenciales y virtuales, entre ellas lecturas de poemas, encuentros, paneles y conciertos. También tendrá lugar la Escuela Internacional de Poesía de Medellín, una actividad paralela al festival que llega a su edición 26 y que ofrecerá talleres, cursos, conferencias y foros. Las actividades virtuales, que se extenderán hasta el 22 de julio, pueden seguirse en Facebook a través de la cuenta festivalpoesiamed, y en el canal de YouTube Revista Prometeo.
Las más de 50 actividades presenciales arrancarán el 23 de julio en Medellín y otros municipios del valle de Aburrá y del oriente antioqueño, que se suman a 10 eventos en Santa Marta, gracias a una alianza con la Gobernación del Magdalena. El lema y tema de reflexión de esta edición del festival será “Paz Mundial, Paz con la Naturaleza”.
El festival lo organiza y convoca la Revista de Poesía Prometeo y el Movimiento Poético Mundial, con el auspicio fundamental de la Alcaldía de Medellín y con el patrocinio del Ministerio de Cultura, la Caja de Compensación Familiar de Antioquia (Comfama) y la Gobernación de Magdalena.

Fernando Rendón
Fernando Rendón, poeta, director del festival.


Al frente de esta iniciativa está el poeta Fernando Rendón, director del Festival y de la revista de poesía Prometeo, quien se comunicó con CAMBIO para hablar de esta fiesta de la poesía, tal vez, única en el mundo por el gran impacto que ha generado eh Medellín y por su capacidad de convocatoria, tanto de poetas como de público.
 

CAMBIO: ¿Cómo surgió la idea de realizar un festival internacional de poesía en una ciudad como Medellín, cuna de grandes poetas pero también muy estigmatizada y señalada en todo el mundo hace tres décadas?
Fernando Rendón: A comienzos de 1991 Medellín era un escenario de guerra, un campo de tiro contra seres inocentes, un lugar de ejecuciones en masa. Un grupo de poetas nos reuníamos con frecuencia para celebrar estar vivos en medio de tanto horror, y para concluir que era imposible seguir viviendo en la fosa común en que se había convertido la ciudad. “O nos vamos de aquí, o hacemos algo para oponerle al terror”, nos decíamos. Entonces decidimos realizar un encuentro de trece poetas colombianos, al que llamamos Un día con la poesía y que se transformó en el Festival Internacional de Poesía de Medellín. Lo organizamos en un bar y desde cabinas telefónicas. Se realizó en el emblemático Cerro Nutibara. En la ciudad estaban prohibidas las reuniones de más de tres personas, pero ese día llegaron 800, y también llegó una patrulla del ejército. El capitán miraba con desprecio la programación impresa de esa convocatoria. En 1992 los paramilitares amenazaban a los ciudadanos que permanecían en las calles después de las ocho de la noche. El festival comenzó a programar numerosos actos nocturnos y se hizo masivo. El pueblo salió de nuevo a las calles, los restaurantes y bares se repoblaron. La vida en la ciudad fue recuperando la normalidad.
 

CAMBIO: ¿Cómo ha crecido el festival en estos años, tanto en cantidad como en evolución conceptual?
F.R.: 
El festival fue creciendo velozmente con respecto a la cantidad de público, al número y calidad y representación internacional de los poetas invitados. En 1993 el poeta ecuatoriano Jorge Enrique Adoum, un gran viajero, lo catalogó como el mayor festival de poesía del mundo. El festival, un abrigo para la población, se situaba como una expresión de resistencia poética y espiritual a la matanza, y gradualmente fue definiéndose como un territorio del diálogo, y como una expresión magna de la lucha por la paz y por la libertad de expresión, en un país caracterizadamente excluyente y fascista.
 

CAMBIO: ¿Cuántos poetas han participado en el festival?
F. R.: 
Durante más de tres décadas han intervenido más de 1.800 poetas, de cerca de 190 países, el mundo entero, voceros de todas las tradiciones y leyendas poéticas de la Tierra. El Festival es así, la sumatoria de los sueños de los pueblos, en síntesis, el gran sueño de la humanidad, el deseo profundo de la paz, del abrazo de la reconciliación y del cambio profundo, cultural, social y político. En razón de esto, el festival ha sido hostigado, deliberadamente ignorado y perseguido. Sus fondos han sido bloqueados y debilitados por varios alcaldes de la ciudad y ministros de Cultura, y su director ha sido señalado como un revolucionario. Hemos sido golpeados, nuestra capacidad material ha sido disminuida y es por esto que yo le pido afectuosamente al presidente Gustavo Petro, y a la ministra de Cultura, Patricia Ariza, que hagan cumplir la Ley 1.291 de 2009, que reconoció al Festival Internacional de Poesía de Medellín como Patrimonio Cultural de Colombia, una ley que el gobierno colombiano despreció y que perversamente se negó a aplicar. Después de 32 años de aportes al país, el Festival solo recibe 150 millones de pesos al año, por parte del gobierno nacional. Una suma comparativamente irrisoria si hablamos del presupuesto para la guerra y para la muerte. Y también le pido respetuosamente al alcalde de Medellín, Daniel Quintero, que disponga el pleno cumplimiento del Acuerdo 40 de 1997, aprobado por el Concejo Municipal, que no está siendo aplicado en su totalidad, de manera que hace seis años, el festival tiene el mismo presupuesto, lo que nos impide realizar la preproducción del festival del próximo año. El acuerdo contempla un pequeño reajuste anual que debe y puede ser reconocido.
 

CAMBIO: ¿Cuál papel puede jugar esta edición del festival en la coyuntura política y social que vive Colombia y en particular Antioquia?
F.R.: 
Sin duda esta edición, número 32 en la trayectoria del festival, se erige en una celebración de la libertad, de la ya cercana paz, del logro popular largamente esperado, del triunfo del pueblo colombiano en las elecciones del pasado 19 de junio. Medellín ha sido una ciudad especialmente martirizada por la violencia y el festival ha crecido acompasado a los latidos del corazón y a la respiración ansiosa de la gente. Tantas personas murieron aquí, tantas ilusiones fueron fusiladas, no obstante, la ciudad y el país avanzaron hacia una nueva etapa de la historia de Colombia y por fin podremos decir que tendremos un país nuestro, que yo espero que sea un país de la poesía y de la vida. Nuestra propuesta contra el signo trágico del dolor que parecía abatirse de manera irremediable sobre la ciudad, a la estrella negra de la más densa tiniebla, fue convocar “el canto de todo el amor del mundo”, para contribuir a sanar la herida inmensa de la guerra y propiciar el reencuentro de los colombianos, en una urbe que fue capital mundial del narcotráfico, donde se fundó el escuadrón de la muerte y que fue considerada el emporio del uribismo y de la ultraderecha colombiana.

CAMBIO: ¿De qué está hecha una persona como usted para haberse mantenido y haber mantenido un proyecto como este a pesar de los obstáculos y adversidades que en ocasiones ha vivido esta idea?
F.R.: 
La poesía me ha hecho fuerte, nos ha dado la energía para atravesar los años del oprobio. Estoy hecho de la carne de un sueño que resiste y que se quiere inquebrantable. Y además de un sueño colectivo, mío, de mis amigos, de un país, de una época. El sueño de la libertad no se vende ni se entrega, las banderas de la poesía permanecen firmes en nuestras manos. El sueño de una vida grande, justa y libre para todos es invencible en nuestro país. Miles de poetas en el mundo lo ven, lo comprenden y nos acompañan. No habrá un nuevo país y una vida nueva sobre el planeta sin poesía. La poesía es la lengua natural del pueblo, que creó el lenguaje y la cultura. Hay que proteger esa lengua, que una casta quiere en extinción.

Programación del festival:

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